El realismo m¨¢gico sobre lienzo de Roberta Lobeira
La mexicana, creadora del cuadro de la apertura de la serie ¡®La casa de las flores¡¯, acaba de exponer su obra en ¡®Estampa¡¯, una relevante feria de arte en Madrid
Roberta Lobeira dice que es bien necia. Que cuando se le mete una idea en la cabeza, no hay persona que pueda sac¨¢rsela. Que para pintar necesita disciplina y echarle horas. De momento, no le va mal en su terquedad. Por su mapa vital se suceden algunas de las principales capitales del arte mundial: Par¨ªs, Nueva York, Ciudad de M¨¦xico, Madrid. No ha parado de moverse. ¡°Es que el mundo es muy chiquito para quedarse en un solo lugar¡±, se excusa a trav¨¦s de la pantalla, desde su actual residencia en la capital espa?ola. Con 11 a?os, vendi¨® su primer dibujo por 2.000 pesos (menos de 100 d¨®lares) a una mujer que pasaba por su casa. Ahora, a los 42, acaba de exponer su obra por primera vez en Estampa, una feria de arte contempor¨¢neo en Madrid, donde dos de sus cuadros se han comprado por 50.000 d¨®lares cada uno. Fuera de los c¨ªrculos art¨ªsticos, medio mundo ha visto sus creaciones en los t¨ªtulos de cr¨¦dito que abren la exitosa serie de Netflix La casa de las flores.
La artista, con nacionalidad espa?ola adem¨¢s de mexicana gracias a un abuelo gallego, crea mundos de fantas¨ªa plagados de animales y dibujos animados. Un realismo m¨¢gico lleno de referencias a la cultura pop: Bambi en un palacio rodeado de leones, jirafas y rinocerontes; modelos con ropa elegante que en vez de cara tienen donuts con glaseado rosa; revisiones de cuadros cl¨¢sicos como La Libertad guiando al pueblo (Eug¨¨ne Delacroix, 1830) con motivos circenses. Colores v¨ªvidos que contrastan con obras oscuras salpicadas de est¨¦tica surrealista, con un estilo que recuerda al steampunk. ¡°Toda mi obra ha tenido much¨ªsimos animales de otros mundos, lo que se imaginan los ni?os cuando sue?an. Mi pap¨¢ fue cazador, se muri¨® cuando yo ten¨ªa ocho a?os, y mi casa era un zool¨®gico de animales muertos. Gracias a dios nunca mat¨¦ ninguno, pero entonces me gustaba. Despu¨¦s fui creciendo, inform¨¢ndome, y como que es una forma de hacerles un homenaje, me gusta ponerlos libres y salvajes¡±.
A lo largo del camino, la pintora de Monterrey, en el norte de M¨¦xico, ha alcanzado una meta que pocos afortunados consiguen en el mundo del arte: vivir de su obra. Y lo ha logrado sin atarse a nadie, sin contratos de exclusividad. Una aut¨¦ntica quimera, ya que para participar en ferias internacionales necesitas ir de la mano de una galer¨ªa. Para Estampa, ella expuso en el estand de Reiners Contemporary Art, una firma con base en Marbella (Espa?a). ¡°Flor Reiners [la due?a] me dijo que le interesaba colaborar conmigo, y que hab¨ªa que empezar con Estampa¡±. All¨ª, uno de sus cuadros se vendi¨® el primer d¨ªa. ¡°Estaba muy feliz. Fue much¨ªsima gente, hab¨ªa obras de artistas padre, me encant¨® la experiencia. Me hablaron otras dos galer¨ªas para hacer proyectos. A las ferias vienen coleccionistas de todo el mundo, y si tu obra tiene visibilidad, te salen clientes por todos lados¡±. Para el siguiente paso, planea con Reiners realizar otra feria en Alemania, y una exhibici¨®n individual.
Recibi¨® clases de pintura desde los cinco hasta los 28 a?os. ¡°Desde chiquitita mi mam¨¢ siempre me hac¨ªa sentir que yo era la pr¨®xima Salvador Dal¨ª o Frida Kahlo. Siempre me apoyaron en casa, y yo me la cre¨ª¡±. A los 11 a?os, su madre la llev¨® a la galer¨ªa de un importante artista al que Lobeira admiraba. All¨ª, el hombre le pregunt¨® cu¨¢ntas horas dedicaba al d¨ªa a la pintura. ¡°Yo le dije que dos o tres, iba a la escuela, era el tiempo que ten¨ªa para dibujar. Me respondi¨® ¡®un artista de verdad pinta m¨¢s de ocho horas diarias, pero yo creo que t¨² nunca vas a pintar ocho horas diarias, creo que t¨² vas a pintar los domingos¡¯. Me traum¨¦, llegu¨¦ a mi casa llorando¡±, recuerda ahora entre risas.
Quiz¨¢ para demostrarle a aquel galerista lo equivocado que estaba, se arm¨® de disciplina y empez¨® a pintar todo lo que pod¨ªa. A los 18, al terminar el instituto, se fue un a?o a Par¨ªs, donde entr¨® de aprendiz en el estudio de un artista chino, Oli Nicole. Al volver empez¨® la carrera de artes en la Universidad de Monterrey. Entre medias se escap¨® a Oaxaca, a aprender en el taller de otro pintor, Marco Antonio Bustamante. De ah¨ª a la prestigiosa New York Academy of Art & School of Visual Arts. ¡°Fue una experiencia incre¨ªble, la mejor de mi vida¡±. Despu¨¦s, Ciudad de M¨¦xico. ¡°Ah¨ª ya trabajando a full. Estuve en la capital tres a?os, pero parecen 15 por lo intensos que fueron¡±. Era joven y la noche de la ciudad atractiva. ¡°Me desconcentr¨¦ un poco en esa ¨¦poca. Sal¨ªa demasiado. Fue una ¨¦poca de revent¨®n, de conocer a muchas personas incre¨ªbles, todas con trabajos creativos, que siento que es gente que te inspira much¨ªsimo¡±.
All¨ª conoci¨® a Manolo Caro, que a?os m¨¢s tarde crear¨ªa La casa de las flores. ¡°?l empezaba su primera obra de teatro. Fui 11 veces a verla, lloraba siempre¡±. Colabor¨® con ¨¦l tambi¨¦n en su primera pel¨ªcula. Cuando le ofreci¨® pintar el retrato de la familia protagonista de la serie, acept¨® sin dudar. ¡°Estuvo incre¨ªble la experiencia, yo no sab¨ªa ni de chiste el ¨¦xito que iba a tener. Se sent¨ªa muy bonito, me escrib¨ªan de todos lados, me salieron clientes de muchas partes del mundo. Vamos a seguir trabajando juntos, ya ver¨¢n algo pronto¡±, anuncia. Despu¨¦s de los a?os ¡°destructivos¡± en Ciudad de M¨¦xico, decidi¨® huir de la capital. Y se fue a San Diego, de donde era su expareja y padre de su hijo. ¡°Si no, nunca me hubiera ido a San Diego¡±, comenta entre risas. ¡°All¨ª estuve siete a?os. Como no hay nada que hacer, ninguna distracci¨®n, le agarr¨¦ otra vez a la disciplina. San Diego est¨¢ muy bonito f¨ªsicamente, pero es como para retirarte¡±.
Trabaja en casa, le resulta m¨¢s pr¨¢ctico. ¡°Necesito horario de oficina, me despierto y empiezo a pintar a las ocho de la ma?ana, como a las dos, y ya pinto casi todo el d¨ªa¡±. Antes de enfrentarse al lienzo, hace un peque?o boceto en un papel. Despu¨¦s, vuelca el esquema en el ordenador y dise?a la obra casi en su totalidad. ¡°Le agrego alguna que otra cosilla al lienzo, pero casi siempre s¨¦ exactamente lo que voy a pintar. La parte creativa, donde viene la inspiraci¨®n, es a la hora de dise?ar. Cambio los colores, los personajes de lugar, los detalles como pelos, sombras, luces, el ojo, y empiezo a hacer una especie de collage para ver todas las texturas de cada animal, de cada personaje¡±.
Ahora, instalada con su hijo en Madrid desde hace dos a?os, ve el futuro abierto. Con medio mundo a las espaldas y su carrera en un momento ¨¢lgido, no tiene planes inmediatos ni demasiada prisa. Quiz¨¢ volver a Nueva York, cuando su reto?o est¨¦ m¨¢s crecido. De momento, sigue pintando y refugi¨¢ndose en sus mundos de fantas¨ªa.
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