?lvaro Uribe, el escritor paciente
El autor de ¡®El taller del tiempo¡¯ y ¡®Expediente del atentado¡¯, protagonista discreto de la literatura mexicana, ha fallecido a los 68 a?os por un c¨¢ncer de pulm¨®n
De su maestro Augusto Monterroso, el autor mexicano ?lvaro Uribe aprendi¨® que ¡°hay que escribir poco y revisar mucho¡±. Uribe contaba que empez¨® ¡°haciendo cosas breves, brev¨ªsimas, brevisis¨ªsimas¡±, y que pasaron cinco a?os hasta que public¨® Topos, su primer libro de cuentos, en 1980. Despu¨¦s, un ¡°accidente editorial¡± lo dej¨® con una publicaci¨®n ¡°llena de erratas¡± en las manos. ¡°Me tard¨¦ siete a?os en animarme a publicar otro libro¡±, record¨® en una entrevista hace algunos a?os. Era perfeccionista, iba sin prisa. El escritor, editor y traductor, protagonista discreto de la literatura mexicana del siglo XX y XXI, ha fallecido este mi¨¦rcoles a los 68 a?os por un c¨¢ncer de pulm¨®n.
Hab¨ªa estudiado en la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de la Universidad Aut¨®noma Nacional de M¨¦xico (UNAM) con la intenci¨®n de dedicarse ¡°m¨¢s bien a las letras¡±, cont¨® en esa entrevista: ¡°Por eso eleg¨ª Filosof¨ªa y no Letras, para no enviciarme, para no leer por obligaci¨®n, para no perderle el gusto a la literatura¡±. Despu¨¦s fue consejero cultural en Francia ¨Cy poco despu¨¦s en Nicaragua¨C. La humildad de la que hablan las personas cercanas al escritor queda plasmada en sus declaraciones sobre su ¨¦poca en Par¨ªs: ¡°Puede sonar muy glamoroso, pero era el secretario del secretario, era el que iba a comprar los cigarros y le hac¨ªa los discursos al embajador. E iba escribiendo cuentos y perfeccion¨¢ndolos, muy despacito¡±.
Dicen los que lo conocieron que pul¨ªa cada p¨¢rrafo a mano como un orfebre. Un ritual entre los muchos que ten¨ªa. As¨ª redact¨® primero libros de cuentos ¨CLa audiencia de los p¨¢jaros (1986) o La linterna de los muertos (1988), entre otros¨C, ensayos como Recordatorio de Federico Gamboa (1999), y novelas premiadas: El taller del tiempo (2003) obtuvo el Premio de Narrativa Antonin Artaud; Expediente del atentado recibi¨® el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y fue adaptada al cine por el realizador Jorge Fons; Autorretrato de familia con perro fue galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia.
Su ¨²ltima obra, Los que no, publicada en 2021, era, en palabras de Uribe, sobre ¡°los que no llegaron a ser todo lo que hubieran querido ser¡±. ¡°En resumen: todos nosotros, absolutamente todos nosotros¡±, dijo en una entrevista durante la promoci¨®n. Y ¨¦l quiz¨¢s hubiese querido m¨¢s tiempo. Mayra Gonz¨¢lez, directora literaria de la editorial Alfaguara, que public¨® la novela, cree que el autor todav¨ªa ¡°ten¨ªa mucho que escribir¡± y ¡°se estaba reinventando¡±. ¡°?l se reir¨ªa, no me gustar¨ªa decir que [Los que no] fue una promesa, pero yo creo que la promesa continuaba¡±, lamenta la editora.
Como editor, afirma Socorro Venegas, directora de Publicaciones y Fomento editorial de la UNAM, ¡°era exquisito, ten¨ªa un criterio impecable y hac¨ªa especulaciones sorprendentes¡±. Venegas trabaj¨® junto con ¨¦l en diferentes colecciones. El proyecto m¨¢s reciente fue una revisi¨®n de dos de esas colecciones, Peque?os grandes ensayos y Relato Licenciado Vidriera, que dirig¨ªa Uribe, para rescatar textos que nutrieran la colecci¨®n con la mirada de escritoras que no hab¨ªan sido publicadas. Venegas adem¨¢s destaca la atenci¨®n que pon¨ªa Uribe a ¡°la mirada de los j¨®venes escritores¡±. ¡°No adoptaba nunca un tono magisterial sino que acompa?aba¡±, se?ala.
Y quiz¨¢s falt¨® tiempo, tambi¨¦n, para que le llegara el reconocimiento que reclaman quienes conocieron su obra a fondo y la definen como ¡°impecable¡±. A ¨¦l, lo describen ¡°gran estilista¡±, ¡°respetuoso del lenguaje y la goma¡±, ¡°agud¨ªsimo¡±. Ver¨®nica Flores, su editora en la editorial Tusquets y posteriormente su agente literaria, cree que Uribe ¡°no ha tenido el reconocimiento que merece¡±. ¡°En su obra exist¨ªa un gran trabajo detr¨¢s, pero eso lo sab¨ªamos los cercanos. La magia de todo lo que escribi¨® es que todo ese trabajo no se notaba¡±, se?ala Flores. ¡°Se tomaba el tiempo para trabajar su prosa y que fuera redonda en historia, fondo y forma. Redonda, no s¨¦ si me queda corta esa palabra¡±, se?ala.
Su pasi¨®n ¨Cpor el lenguaje, por la literatura¨C, sin embargo, no llegaba a obsesi¨®n porque sab¨ªa vivir. Cada mi¨¦rcoles, acud¨ªa a una tertulia con amigos escritores, historiadores, m¨²sicos y otros integrantes del c¨ªrculo cultural mexicano. El poeta Hern¨¢n Bravo participaba de esos encuentros en los que se reun¨ªan a conversar sobre las pol¨¦micas culturales, sociales y pol¨ªticas de la semana, a comer y a beber. Bravo conoci¨® a Uribe cuando ya era para ¨¦l un ¡°escritor de culto¡±. ¡°Era extraordinario, nunca se cruzaba de brazos ante la vara cada vez m¨¢s alta de exigencia que se pon¨ªa¡±, se?ala el poeta, y aclara: ¡°Cada libro era una prueba de la incapacidad de ponerse laureles¡±. En aquellos encuentros, suspendidos por la pandemia, hab¨ªa ¡°mucho cari?o¡±, dice Bravo, y ¡°enormes dosis de malicia e ingenio literario por parte de ?lvaro¡±.
A la poeta Tedi L¨®pez Mills, compa?era de Uribe por m¨¢s de 40 a?os, le toc¨® verlo vivir y tambi¨¦n morir. Hac¨ªa dos d¨¦cadas que hab¨ªan vendido su coche y juntos recorr¨ªan la colonia Del Valle de la Ciudad de M¨¦xico a pie, siempre por el mismo circuito, a veces en un sentido y a veces en otro. ¡°?ramos muy aficionados a las ceremonias¡±, cuenta por tel¨¦fono L¨®pez Mills. Eran aficionados tambi¨¦n de la lectura, el cine, los gatos, la m¨²sica. ¡°Est¨¢bamos en nuestro momento Pink Floyd¡±, explica la poeta. A finales de enero, Uribe no volvi¨® a salir a caminar y empez¨® ¡°otra ceremonia¡±, cuenta su pareja, la de tomar un taxi cada d¨ªa hasta el hospital.
El escritor ya hab¨ªa pasado por tratamientos similares dos veces en el pasado. Sobre todas esas experiencias hab¨ªa escrito diarios y tambi¨¦n lo hizo esta vez. Dej¨® adem¨¢s una novela inconclusa, ensayos a¨²n sin reunir ¨Cuno sobre el escritor John Edward Williams¨C y cuentos sin compilar. ¡°Tuvimos tanto tiempo para platicar en el hospital sobre eso. Me dej¨® instrucciones muy claras¡±, explica L¨®pez Mills. Uribe falleci¨® este martes a las 18.30 en el Hospital ?ngeles Pedregal de Ciudad de M¨¦xico despu¨¦s de una semana ingresado. ¡°Creo que era un estoico en el mejor sentido de la palabra, valiente, no aprensivo, disciplinado. Finalmente, era optimista¡±, agrega L¨®pez Mills, y contin¨²a: ¡°No todo el mundo sabe morir. Yo no sab¨ªa que ?lvaro hab¨ªa aprendido a tal grado¡±.
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