Carla Faesler: ¡°?C¨®mo es posible que la poes¨ªa exista todav¨ªa?¡±
La escritora mexicana presenta su nuevo libro, ¡®Texto¡¯, despu¨¦s de dos d¨¦cadas reivindicando el lenguaje como la herramienta para crear otras realidades. La autora asegura que solo con la imaginaci¨®n la sociedad saldr¨¢ adelante en esta ¡°¨¦poca apocal¨ªptica¡±
Era un viernes de septiembre por la noche y era un evento de poes¨ªa en un interior amable; el p¨²blico estaba agotado, asediado a diario por cifras de enfermos. Mientras todos respiraban a trav¨¦s del cubrebocas, ella, de negro y gafas resultonas, se dijo entusiasmada por su primer encuentro con otros cuerpos enteros despu¨¦s de 18 meses de encierro. Se sent¨® en el taburete iluminado y anunci¨®: iba a leer algo sobre el virus, s¨ª, de nuevo el virus. Casi se oyeron los respingos. A¨²n as¨ª declam¨®: ¡°Ey, Pandemia, si no hubieras, si hubi¨¦ramos sabido, adivinado, prevenido, si pudi¨¦ramos verte a los ojos desde nuestros nuevos rostros, cortados o sea, a medias, s¨ª, s¨ª, ocultos. Si te tapas la boca se oyen menos tus gritos, si te tapas la boca es m¨¢s dif¨ªcil pensar¡±. Y sigui¨® y envolvi¨® en verso cada reproche a la vida robada, y sigui¨® y recogi¨® cada inseguridad compartida. Las sac¨® en voz alta y as¨ª las achic¨®. Sonri¨® al terminar. Los aplausos continuaron hasta que ella tuvo que empezar el siguiente poema. Antes, Carla Faesler (Ciudad de M¨¦xico, 1967) dijo: ¡°La poes¨ªa son pensamientos ordenados de una manera distinta a c¨®mo se ordenan usualmente las cosas¡±. Y con eso explic¨® el efecto.
Unos meses despu¨¦s, en una terraza de la colonia Roma, la guerra en Ucrania, la marcha del 8 de marzo y la crisis de violencia en M¨¦xico han eclipsado todas las variantes de la covid-19, pero ella contin¨²a la misma idea: ¡°Si estamos de acuerdo en que escribir es pensar, el pensamiento ordenado de otra manera genera un pensamiento distinto. Cuando t¨² est¨¢s leyendo algo que no est¨¢ acomodado de manera tradicional, que es m¨¢s libre y tiene esos errores gramaticales, lo que llamamos licencia po¨¦tica, se empiezan a producir dentro de ti pensamientos distintos¡±.
Faesler lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas publicando poemas. En 1999 fue No t¨² sino la piedra, en 2002 el premio Nacional de Literatura Gilberto Owen con An¨¢basis maqueta. Los m¨¢s recientes son Formol y Dron, y esta semana presenta el ¨²ltimo, Texto, publicado por la UAM-Xochimilco, en la Feria Internacional del Libro de Miner¨ªa, en Ciudad de M¨¦xico.
No ha vivido siempre como escritora, pero lo fue desde el principio. Creci¨® en una casona de la Roma con una madre que era bruja y artista. Cristina Bremer era amiga ¨ªntima de Leonora Carrington y trabajaba como escen¨®grafa en el teatro Blanquita, un espacio de variedades, situado cerca de Bellas Artes, que serv¨ªa el entretenimiento que ahora da la televisi¨®n. Por ah¨ª pasaron todas las estrellas del momento, tambi¨¦n Juan Gabriel. En ese mundo de magia y juego se hizo grande Carla Faesler. ?Le impact¨®? Imagina que s¨ª, pero no le apetece hablar de eso. S¨ª de Juanita, su maestra en la escuela primaria Porvenir, de la calle Jalapa, quien le ¡°inocul¨® el virus de la poes¨ªa¡±. La profesora organizaba concursos de declamaci¨®n y en ellos Faesler encontr¨® a Sor Juana. Despu¨¦s estudi¨® Ciencias Pol¨ªticas, trabaj¨® como encuestadora rural para la Secretar¨ªa de Agricultura, hizo una maestr¨ªa en Desarrollo en la prestigiosa universidad London School of Economics (LSE), en Reino Unido, y despu¨¦s, mucho despu¨¦s, regres¨® a la escritura.
De ah¨ª ya no se ha marchado, pero para mantenerse, adem¨¢s de sus textos, ha hecho edici¨®n, traducci¨®n y de escritora fantasma para otros. No da nombres. ¡°Ya no lo he aceptado tanto porque si es muy matado y muy mal pagado, no te vale la quebrada de lomo y el cerebro absorbido¡±, dice.
Para Faesler la poes¨ªa es resistencia. Le sorprende que ese entorno fr¨¢gil en el que sus integrantes sobreviven por pura solidaridad entre ellos todav¨ªa no se haya extinguido. ¡°?C¨®mo es posible que esto, este reunirse a leer, a compartir ideas, exista todav¨ªa?¡±. En los poemas ella encuentra el pulso de los tiempos: ?qu¨¦ se est¨¢ pensando hoy? ?Qu¨¦ est¨¢n escribiendo ahora las poetas ucranianas? ?O las rusas?, pregunta.
La escritora considera que en M¨¦xico ahora la poes¨ªa m¨¢s interesante la est¨¢n escribiendo las mujeres. ¡°Yo crec¨ª en el medio literario mexicano que era lo m¨¢s mach¨ªn y mis¨®gino. Es maravilloso poder vivir este cambio, es una cosa que no puedes creer¡±. Recuerda cuando las escritoras estaban para ser las grupis o las musas, cuando le dijeron la frase ¡°me gustaron mucho tus poemas, hasta pens¨¦ que los hab¨ªa escrito un hombre¡± y era un cumplido, y c¨®mo ellas se callaban siempre el coraje. Dice que no ten¨ªan las herramientas y tampoco el acompa?amiento, no sab¨ªan lo de la sororidad.
Hace mucho que la poeta mexicana se pregunta por qu¨¦ escribe c¨®mo escribe lo que escribe. Y ah¨ª se queda los ratos a pensar. ?Por qu¨¦ describe as¨ª el amor, a la ciudad, a la persona amada? ¡°Para eso sirve tambi¨¦n escribir: para preguntarte y empezar a escarbar, a deconstruir, a abrir el pensamiento binario y toda la manera en c¨®mo fuimos educadas¡±.
¡ª?Qu¨¦ encuentra cuando escarba?
¡ªEmpiezas a encontrar donde est¨¢n las instrucciones con las que crecimos desde la infancia. Siempre te dicen ¡°mi mam¨¢ me mima mi pap¨¢ fuma pipa¡±. Entonces empiezas a desmontar esas acepciones del diccionario y a decir por qu¨¦ la oposici¨®n de blanco es negro, por qu¨¦ hombre y mujer. ?Hablas del amor de una manera? Pues trata de imaginarlo de otra. El arte es el terreno de la imaginaci¨®n. Primero imaginamos y luego las cosas ocurren: primero imaginamos que pod¨ªamos volar y luego ya vinieron los aviones. En estas ¨¦pocas apocal¨ªpticas solo con la imaginaci¨®n vamos a salir adelante. La ficci¨®n especulativa, a trav¨¦s de mujeres incre¨ªbles, te est¨¢ mostrando por ejemplo c¨®mo se vive sin agua. Solamente imaginando c¨®mo vamos a hacer para vivir en esas condiciones, vamos a poder hacerlo. Me gusta mucho una cosa que dice Donna Haraway, en el libro Seguir con el problema: ¡°De nada sirve se?alar el error, hay que empezar por lo que nos gusta¡±. Empecemos con lo que nos gusta, imaginemos c¨®mo va a perseverar dentro de las circunstancias que se avecinan. Tambi¨¦n es importante darnos cuenta que la inteligencia del capitalismo es hacernos creer que no hay nada despu¨¦s de ¨¦l, y que obviamente nos vamos a morir todes y pues no. No es que crea que se vaya a acabar, pero es como el PRI, nunca nos imaginamos que iba a haber un M¨¦xico sin PRI y bueno, pum, lleg¨®.
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