Paternalismo en pol¨ªtica: el menoscabo al poder de la gobernadora del Banco de M¨¦xico

M¨¢s que una sacudida, el precipitado anuncio de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador sobre la pol¨ªtica monetaria del Banco de M¨¦xico es una vitrina sobre el poder. Este jueves, el presidente ha adelantado en su conferencia matutina el anuncio sobre la subida de la tasa de inter¨¦s, cuando -por ley- la tarea es exclusiva del banco central. La instituci¨®n guarda celosamente su autonom¨ªa desde hace varias d¨¦cadas, por lo que el mensaje del mandatario levant¨® suspicacias y cr¨ªticas. Un bochorno que L¨®pez Obrador ha resuelto con una disculpa p¨²blica hacia la gobernadora del banco, Victoria Rodr¨ªguez Ceja, aludiendo a un despiste, pero que muestra la din¨¢mica del poder que el presidente sostiene con las mujeres que tienen cargos p¨²blicos.

Rodr¨ªguez Ceja se convirti¨® en enero en la primera gobernadora del Banco de M¨¦xico. Criticada por su falta de experiencia en materia monetaria, su cercan¨ªa a L¨®pez Obrador y su perfil bajo m¨¢s abocado a las finanzas p¨²blicas, el proceso de su aprobaci¨®n en el Senado fue sin mucho bombo un tr¨¢mite. Tomada la decisi¨®n, el debate sobre su idoneidad para el cargo qued¨® pospuesto para los momentos dif¨ªciles. Que llegaron pronto. Un entorno econ¨®mico complejo, con inflaci¨®n alta y gran incertidumbre econ¨®mica acentuada por la guerra en Ucrania, era el momento ideal para conocer el talante de la nueva gobernadora.

El presidente la ha eclipsado. ?Habr¨ªa hecho L¨®pez Obrador el mismo anuncio si el l¨ªder del banco central fuera un hombre? Nunca lo sabremos. Lo que s¨ª sabemos es que durante tres a?os y un mes nunca ocurri¨® con el antiguo gobernador Alejandro D¨ªaz de Le¨®n. Conocido es el estilo de L¨®pez Obrador para conducirse con otros funcionarios p¨²blicos a trav¨¦s de la centralizaci¨®n del poder y el uso de la microgesti¨®n. El episodio con Rodr¨ªguez Ceja se acerca a ese estilo, pero alberga un componente de g¨¦nero que en perspectiva lo hace m¨¢s grave: un mandatario que no reflexiona sobre que ya no es su responsabilidad cuidar de las tareas de una funcionaria. Mucho menos ahora que tiene en sus manos la direcci¨®n aut¨®noma de la instituci¨®n econ¨®mica m¨¢s importante del pa¨ªs.

Una especie de paternalismo. De aquel que no permite a las mujeres en los altos cargos experimentar con otras formas de ejercer el poder. Y del que tampoco concibe al servicio p¨²blico como una tarea femenina. Algunas pol¨ªticas mexicanas optan por adoptar modelos masculinos de gobernar, incluso como modo de supervivencia. Los tiempos exigen ya un giro de tuerca social en cuesti¨®n de g¨¦nero. ¡±Si no percibimos que las mujeres est¨¢n totalmente dentro de las estructuras de poder, entonces lo que tenemos que redefinir es el poder, no a las mujeres¡±, escribi¨® la historiadora Mary Beard en su ensayo Mujeres y Poder. Hasta ahora, no hemos conocido cu¨¢l es el estilo de poder de la gobernadora del Banco de M¨¦xico.

En las sociedades machistas existe una dificultad para reconocer que una mujer tiene la autoridad y ostenta alg¨²n poder. La Administraci¨®n de L¨®pez Obrador se ha autodenominado ¡°el m¨¢s feminista de la historia¡± por situar a m¨¢s mujeres en cargos p¨²blicos que en gobiernos anteriores. No basta con la etiqueta de feminista. Un Gobierno igualitario deber¨ªa incluir, adem¨¢s de las mujeres en los puestos, la libertad para que ellas ejerzan el poder como mejor lo consideren. Ya hablaba la exsecretaria de Gobernaci¨®n Olga S¨¢nchez Cordero, con este diario sobre la ¡°cultura de saltar, invisibilizar y apartar¡± a las mujeres que existe al interior del Gobierno. Y justificaba: ¡°probablemente los hombres ni se den cuenta en algunas ocasiones¡±. La omisi¨®n por costumbre ya no puede ser un argumento.

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