Tras las huellas de olmecas y mayas en Tak¡¯alik Ab¡¯aj
El sitio arqueol¨®gico, que fue una gran metr¨®polis hace 3.000 a?os, ha sido presentado por Guatemala ante la Unesco para que sea declarado Patrimonio de la Humanidad
Hace casi 3.000 a?os, existi¨® una ciudad asentada sobre terrazas y envuelta por un bosque h¨²medo en el sur del territorio que ocupa hoy Guatemala. Como parte de un collar de cuencas, la metr¨®polis era un centro clave en la ruta comercial que un¨ªa varias urbes desde el istmo de Tehuantepec, en M¨¦xico, hasta la costa del Pac¨ªfico en Centroam¨¦rica. Estuvo habitada de forma continua durante m¨¢s de 1.700 a?os, y entonces fue abandonada. La vegetaci¨®n creci¨® primero y las cenizas del volc¨¢n de Santa Mar¨ªa la cubrieron despu¨¦s. Desde que fue descubierta en 1888, Tak¡¯alik Ab¡¯aj ha fascinado a los arque¨®logos. La ciudad, testigo de la transici¨®n entre olmecas y mayas, sigue iluminando el origen de una cultura milenaria a¨²n enigm¨¢tica.
La carretera avanza entre fincas cafeteras y plantaciones de hule por el municipio de El Asintal hasta el acceso al parque arqueol¨®gico, que fue creado en 1987 y abarca solo una parte de los seis kil¨®metros en los que se extendi¨® la antigua ciudad. Los urbanistas la trazaron guiados por la orientaci¨®n de las estrellas y los puntos cardinales, y definieron en su intersecci¨®n el mux, el punto central de la ciudad. Modificaron el terreno para construir edificios y plazas, desarrollaron un complejo sistema h¨ªdrico que todav¨ªa hoy impide que la zona se inunde cuando llueve y un laboratorio astron¨®mico para medir el tiempo.
Miguel Orrego empez¨® a estudiar Tak¡¯alik Ab¡¯aj hace 35 a?os, cuando dej¨® su puesto como catedr¨¢tico en Estados Unidos. Pudo elegir entre otros lugares del pa¨ªs y opt¨® por estudiar este. ¡°La mayor parte de los sitios en Mesoam¨¦rica son olmecas o mayas, pero es dif¨ªcil, muy raro, encontrar la fusi¨®n entre las dos culturas¡±, explica Orrego, que ahora administra el parque. El cient¨ªfico avanza entre las construcciones elevadas cubiertas de pasto. El sitio, que EL PA?S ha visitado en un viaje organizado por el Gobierno de Guatemala, re¨²ne una docena de estructuras de poca altura ¨Cla m¨¢s alta mide 16 metros, como un edificio de cuatro pisos¨C y plazas. Esparcidos tambi¨¦n aparecen monolitos, piedras paradas, Tak¡¯alik Ab¡¯aj en idioma k¡¯iche¡¯.
El investigador habla lento y bajo, y camina despacio. Christa Schieber, lo contrario. La arque¨®loga, que lleg¨® al mismo tiempo que Orrego a Tak¡¯alik Ab¡¯aj, se inclina hacia adelante con los ojos bien abiertos para dar informaci¨®n sobre el collar de jade que se?ala con las manos. ¡°Los olmecas ten¨ªan una pasi¨®n por el jade, que representaba todo lo que pod¨ªa ser sagrado para ellos¡±, cuenta la cient¨ªfica. ¡°Los mayas heredaron esa pasi¨®n¡±, a?ade, ¡°pero el arte de trabajar el jade, al inicio de la era maya, decae¡±. Esa transici¨®n fue gradual. Huele a resina, la r¨¦plica de un incensario de barro est¨¢ encendido.
Los dos investigadores descubrieron el collar en 2011. Era parte del enterramiento del rey K¡¯utz Chman, uno de los m¨¢s antiguos de Mesoam¨¦rica encontrado hasta ahora. En la tierra, como si el soberano se hubiera esfumado, quedaron el collar, en la zona del cuello; el faldell¨ªn, a la altura de la cintura; las mu?equeras y las tobilleras en donde estuvieron las extremidades. Adem¨¢s, en una esquina, hab¨ªa seis figuras femeninas de barro. Todo se exhibe en el Museo Nacional de Arte de Guatemala, en la ciudad de Antigua. La cantidad de hallazgos hechos por los arque¨®logos en estas d¨¦cadas ¨Cunas 400 esculturas¡ª y la diversidad de estilos art¨ªsticos ¨Chasta cinco¡ª permiti¨® a los especialistas documentar la transici¨®n gradual que describ¨ªa Schieber.
Para entender esa continuidad, la cient¨ªfica ense?a la escultura de un gobernante. La base es una columna de tipo maya; encima, aparece un murci¨¦lago, que representa el inframundo, y sobre esa figura un personaje olmeca lleva a su ancestro cargado en la espalda. ¡°Esto significa que ese gobernante quer¨ªa iniciar su viaje al inframundo con sus ancestros¡±, explica Schieber. ¡°Pero ?c¨®mo va a recordar el pobre escultor maya c¨®mo esculp¨ªan los olmecas 800 a?os antes?¡±, se pregunta y responde: ¡°Aqu¨ª hab¨ªa un Gobierno centralizado que manten¨ªa los talleres de los artesanos¡±.
La evidencia de esa transici¨®n es uno de los argumentos que los arque¨®logos y el Ministerio de Cultura del pa¨ªs usaron para pedir que Tak¡¯alik Ab¡¯aj sea declarado Patrimonio de la Humanidad. La candidatura, presentada en 2021, fue la primera que hizo Guatemala en cuatro d¨¦cadas. El pa¨ªs ya cuenta con otros tres reconocimientos ante la Unesco: la ciudad de Antigua, el sitio de Quirigu¨¢ y el parque nacional Tikal. El comit¨¦ de la organizaci¨®n internacional se reunir¨¢ a partir de junio para dar su veredicto.
El ministro de Cultura del pa¨ªs, Felipe Aguilar, ha estado involucrado en el proyecto desde antes de ser designado en el cargo. ¡°La cultura se debe convertir en un motor de desarrollo¡±, se?ala Aguilar. ¡°En Egipto lo entendieron, hay todo un andamiaje alrededor de la cultura, en Asia tambi¨¦n, los griegos, los italianos¡ Y nosotros, que tenemos de las civilizaciones fundadoras del mundo, no lo hab¨ªamos entendido¡±, agrega el pol¨ªtico. En Guatemala hay registrados 2.754 sitios arqueol¨®gicos ¨Cm¨¢s de 5.000 si se consideran los detectado por la tecnolog¨ªa de escaneado Lidar¨C. ¡°Tenemos esa riqueza cultural¡±, apunta Aguilar, ¡°tenemos que aprender a presentarla y que las comunidades puedan recibir turistas locales y extranjeros¡±.
El turismo es una de los principales motores econ¨®micos de Guatemala. El presidente del pa¨ªs, el conservador Alejandro Giammattei, investigado por presuntos sobornos y cuestionado por la persecuci¨®n a jueces y fiscales anticorrupci¨®n, expres¨® durante su segundo informe de Gobierno, en enero, que ¡°el turismo internacional es prioritario¡± para la reactivaci¨®n econ¨®mica de la principal econom¨ªa centroamericana, cuyo crecimiento se fren¨® durante la pandemia. El parque arqueol¨®gico, por ejemplo, estuvo cerrado durante seis meses en 2020 y recibi¨® ese a?o casi 25.000 visitantes menos que en 2019.
El regreso de las m¨¢scaras de jade
Orrego y Schieber se dirigen a una caba?a de madera en una esquina del parque arqueol¨®gico cerca del ¨¢rea donde tambi¨¦n est¨¢n sus habitaciones. En las estanter¨ªas dispuestas como en una biblioteca se pilan miles de fragmentos de cer¨¢mica y otros materiales clasificados en canastas o bolsas. Un mapa plastificado de la zona est¨¢ clavado a la pared; debajo se apoya un boceto enmarcado de las seis figurillas encontradas en 2011. En el centro, en una mesa alargada, hay tres cajas cerradas de madera con una ¨²nica inscripci¨®n que indica que el contenido es fr¨¢gil.
Los cient¨ªficos, acompa?ados del viceministro de Patrimonio Cultural y Natural, Mario Maldonado, las destapan ante las c¨¢maras de medios nacionales e internacionales. Del interior sacan tres piezas hechas de fragmentos de jade. Con los nuevos descubrimientos, saben que las partes est¨¢n mal ensambladas y que no deber¨ªan ser m¨¢scaras mortuorias sino cabezas de jades. ¡°Son ¨²nicas, sumamente raras¡±, dice Schieber. Este tipo de piezas se esculp¨ªa en piedra y luego se fragmentaba seg¨²n patrones que los investigadores han visto en otros territorios, como Oaxaca, en M¨¦xico. El trabajo que tienen ahora los arque¨®logos es reordenar los mosaicos y volver a encastrarlos. Saben que son cuatro cabezas, porque hay cuatro narices. ¡°Tenemos una metodolog¨ªa, ¡°C¨®mo armar una cabeza miniatura ceremonial en 22 pasos¡¯, m¨¢s f¨¢cil que hacer un pastel¡±, bromea la arque¨®loga.
Las piezas volvieron a Tak¡¯alik Ab¡¯aj despu¨¦s de 30 a?os y ser¨¢n exhibidas en el futuro museo del parque, que las autoridades estiman que estar¨¢ terminado en 2023. El objetivo es que los hallazgos del sitio se exhiban ah¨ª y no a cientos de kil¨®metros, en la capital. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, las excavaciones en el parque siguen d¨¢ndoles a los investigadores datos sobre la ciudad, que fue sagrada para los antiguos pobladores y contin¨²a siendo un centro espiritual para sus descendientes.
1.000 a?os en una fachada
La historia del sitio, se?ala Schieber, est¨¢ resumida en la fachada de una de las construcciones elevadas del parque. Los arque¨®logos dicen que es un museo al aire libre. All¨ª se exponen varias estelas: la central contrasta con otras m¨¢s antiguas ubicadas en las esquinas y con los elementos zoomorfos. ¡°Tenemos una tradici¨®n escult¨®rica de casi 1.000 a?os representada en esta fachada. ?Por qu¨¦ se hace eso en un espacio p¨²blico?¡±, se pregunta la arque¨®loga. Se trata, asegura, de ¡°un mensaje pol¨ªtico¡±. ¡°Coincide con el tiempo en el que la ciudad tiene un momento cr¨ªtico. La transici¨®n de olmeca a maya fue sin problemas, pero 150 despu¨¦s de Cristo hay una amenaza muy grande: dos movimientos de poblaciones emanados del inicio del desarrollo de Teotihuac¨¢n. Ellos quer¨ªan el jade¡±, indica.
Cuando eso sucedi¨®, las autoridades de Tak¡¯alik Ab¡¯aj decidieron, de forma estrat¨¦gica, aliarse con el enemigo. ¡°Pero como aliados poderosos, no sumisos¡±, aclara Schieber. A partir de ese momento, ambos grupos empezaron a interactuar y continuaron en la ciudad hasta 900 despu¨¦s de Cristo, se?ala la cient¨ªfica. Fue entonces que otra poblaci¨®n, los k¡¯iche¡¯, empezaron a reclamar a la ciudad el control sobre las producciones de cacao en la costa, aunque en forma de tributo. Por eso, los pobladores finalmente abandonaron la ciudad. ¡°Los k¡¯iche¡¯ terminaron la historia Tak¡¯alik Ab¡¯aj¡±, apunta Schieber.
¡°Tras 1.700 a?os de negociar h¨¢bilmente, de adaptarse, la gente de Tak¡¯alik Ab¡¯aj no entr¨® a esa alianza¡±, apunta Schieber. ¡°Ahora tenemos que averiguar a d¨®nde se fueron, por qu¨¦ se fueron, por qu¨¦ ya no lograron negociar. Porque ellos abandonaron la ciudad y ya no hay mayor cosa¡±, indica la arque¨®loga. Orrego hace una aclaraci¨®n: ¡°A veces decimos que desaparecemos, pero no es cierto. Los mayas no desaparecieron, los de Tak¡¯alik Ab¡¯aj tampoco desaparecieron¡±. Simplemente, dice, salieron de un sistema: ¡°Los m¨¢s probable es que hayan tomado camino otra vez al altiplano¡±. Lo cierto es que ya nadie la habit¨®. Despu¨¦s Tak¡¯alik Ab¡¯aj se cubri¨® de verde.
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