Brenda Navarro: ¡°Me fui de M¨¦xico porque era un Estado feminicida que no iba a cambiar¡±
La escritora presenta ¡®Ceniza en la boca¡¯, su nueva novela en la que aborda los sue?os rotos de una familia de migrantes mexicanos en Espa?a
Siempre provocadora y con ideas frescas, la escritora Brenda Navarro (Ciudad de M¨¦xico, 40 a?os) acaba de presentar nueva novela en su pa¨ªs natal. Ceniza en la boca se titula. Un esperado regreso que acaba de llegar a las librer¨ªas de la mano de la editorial Sexto Piso y que ha tenido una buena acogida entre el p¨²blico y la cr¨ªtica en Espa?a. De manera coloquial, en M¨¦xico, un madrazo es un golpe muy fuerte que se da a una persona por sorpresa. Esta entrevista bien podr¨ªa titularse: ¡°Los madrazos de Brenda Navarro¡±. Con cada respuesta la escritora no teme meterse en un jard¨ªn. Habla de suicidio, racismo, desarraigo, maternidad, violencia y de un mundo capitalista que mastica a los migrantes y los escupe en sociedades europeas donde se estrellan los sue?os de una vida mejor. ¡°Un encontronazo entre costillas, pulmones y asfalto¡±, como dice Navarro, y que suena as¨ª: ?Pam, clap, crash, brum! Que comiencen los madrazos.
El libro aborda la llegada de dos hermanos mexicanos a Espa?a y la incapacidad de adaptarse a su nueva vida. Diego, uno de los protagonistas, acaba saltando por la ventana. Su hermana se queda sola con su duelo, en una narraci¨®n fren¨¦tica que se convierte en un viaje a la cabeza de la chica. La novela arranca como un retrato ¨ªntimo y acaba transformada en un artefacto pol¨ªtico que pone a Espa?a y a M¨¦xico frente al espejo de sus demonios.
Es una ma?ana de abril en el barrio de Coyoac¨¢n y Navarro decide matar la nostalgia de no haber pisado M¨¦xico en dos a?os frente a un plato de chilaquiles verdes: ¡°Antes cre¨ªa que mi patria era la comida mexicana¡±, dice, y se mete el tenedor en la boca. ¡°Ahora me he dado cuenta de que si hay alguna patria, esa es mi cama y quien me acompa?a en ella¡±. La escritora lleva viviendo en Madrid desde 2015 y este viaje le ha servido para reafirmar algunas cosas que ten¨ªa olvidadas.
Pregunta. ?C¨®mo han recibido M¨¦xico y Espa?a su nueva novela?
Respuesta. Siento que nadie se esperaba el tema. Que todos estaban esperando que siguiera hablando de feminismo, de dolor, de mujeres, como en Casas Vac¨ªas [su primera novela]. Espa?a ha sido muy receptiva, ha empatizado un mont¨®n y ha sido muy autocr¨ªtica.
P. En Ceniza en la Boca usted critica fuertemente a la sociedad espa?ola: ¡°Los espa?oles te ofrecen su casa, pero nunca te dan la direcci¨®n¡±. ?Espa?a es un pa¨ªs racista?
R. Por supuesto que es racista, pero como todos los estados son racistas.
P. ?Y el racismo en Espa?a y en M¨¦xico es el mismo?
R. Yo creo que s¨ª. Lo que pasa es que M¨¦xico es tan grande y hay tantos M¨¦xicos que no es tan palpable, pero cuando escucho hablar a personas mayores en Espa?a y aqu¨ª me doy cuenta de que tenemos un mont¨®n de cosas en com¨²n, que hay estructuras pol¨ªticas e ideol¨®gicas en las que estamos calcados.
P. En este libro aborda el racismo contra las mujeres que realizan las tareas de cuidados m¨¢s pesadas: las cuidadoras, las limpiadoras¡ ?por qu¨¦ eligi¨® este enfoque?
R. La mayor¨ªa de las personas que no est¨¢n regularizadas en Espa?a son las mujeres latinoamericanas que hacen trabajos de cuidado, de limpieza y que son las que est¨¢n sufriendo todo este racismo institucional. Tambi¨¦n pasa en M¨¦xico: los trabajos dom¨¦sticos y de cuidados, por muy bien pagados que est¨¦n, no tienen el valor que deber¨ªan tener. Deber¨ªan de ser uno de los trabajos mejor pagados de la sociedad, el problema es que justamente ah¨ª entra la perversidad de que como madre, lo tienes que hacer por amor.
P. Sus novelas hacen un hincapi¨¦ muy fuerte en que lo personal es pol¨ªtico, ?esa es su intenci¨®n?
R. Me han preguntado mucho si mi literatura es de denuncia y yo digo que no. Sin embargo, no puede haber algo m¨¢s pol¨ªtico que la familia porque es lo que est¨¢ sosteniendo al Estado. Me parece muy importante que se normalice entender que cada cosa que pasa en casa tiene que ver con una decisi¨®n que ha tomado alguien sobre nuestras vidas y que esas circunstancias te pueden generar una desgracia. Que la madre sea madre soltera es una decisi¨®n pol¨ªtica, que tenga que irse para mandarle dinero a sus hijos, tambi¨¦n lo es... Todo es una decisi¨®n pol¨ªtica que afecta directamente a los protagonistas.
P. ?Qu¨¦ parte de su experiencia como migrante incorpora al libro?
R. La mayor experiencia personal que he metido ah¨ª es mi ojo sociol¨®gico. Pero para m¨ª este ejercicio de abstraerme era importante, porque si no, hablar¨ªa de una experiencia muy privilegiada. Es verdad que a m¨ª me preguntaron que si era la canguro de mi hija en Espa?a, pero yo no puedo venir a decir que estoy hablando de m¨ª en la novela porque me parece una falta de respeto a todo lo que est¨¢n viviendo otras personas migrantes.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s dif¨ªcil a lo que se enfrenta una persona que migra cuando llega a vivir a Espa?a?
R. El problema cuando llegamos personas que no somos de all¨¢ es que no sabemos que somos distintas. Sin embargo, la sociedad te obliga a performarte. Te pone en un lugar en el que t¨² no sab¨ªas ni siquiera que estabas y creo que de eso va la novela, de tener que aceptar que el mundo no es como quer¨ªas. Que eso que te prometieron, no va a suceder.
P. ?Qui¨¦n lucha por sus sue?os acaba consigui¨¦ndolos?
R. No es verdad. Creo que los migrantes cuando llegan tienen rabia porque se sienten discriminados, porque no tienen lazos familiares, porque no hay redes. Y esa rabia se va convirtiendo poco a poco en una especie de doble adolescencia, aunque seas adulto necesitas encajar. Aunque seas valiente, aunque tengas la voluntad, no depende de ti y eso es realmente doloroso. La vida no est¨¢ hecha para cumplir nuestras expectativas.
P. Hablemos de los adolescentes. Su novela comienza con un chico de 15 a?os que se lanza al vac¨ªo. ?Cree que la sociedad no escucha a los m¨¢s j¨®venes?
R. No les escucha nada. Cree que no son personas. Los lanzamos al mundo sin que sepan qu¨¦ significa ser adulto. No nos gusta que nos contradigan nuestra idea de mundo. Y ellos, claro, est¨¢n empezando, tienen el cerebro fresco, nuevas ideas que a veces nos parecen absurdas, temerarias y verdaderamente tontas, porque es verdad que hay veces que los adolescentes no pueden tomar decisiones, pero si los acompa?¨¢ramos, hubiera sido distinto para muchas de nuestras maternidades.
P. La cr¨ªtica a la maternidad es algo a lo que siempre vuelve en sus libros. Encontramos a la madre que deja a sus hijos para irse a trabajar a otro pa¨ªs, la hermana que es obligada a ser madre de su hermano peque?o, la madre patria¡ ?Por qu¨¦ dinamitar las maternidades?
R. Porque el Estado se sostiene sobre los cuerpos de las mujeres, especialmente de las mujeres pobres. Creo que en el momento en el que rompamos ese concepto de madres y padres y solo haya personas interesadas en los cuidados de las infancias la sociedad ser¨¢ otra cosa.
P. Cuando la protagonista vuelve al M¨¦xico so?ado e idolatrado de su infancia despu¨¦s de muchos a?os en Espa?a, ese M¨¦xico ya no existe. Es violento, oscuro, dif¨ªcil de soportar¡
R. En realidad nunca existi¨®. Es una cosa que inventamos. Pero el M¨¦xico del que se fue era el mismo al que despu¨¦s regresa.
P. ?A eso sabe el desarraigo?
R. El desarraigo a veces tambi¨¦n sabe a culpa. De pronto me siento mal porque hay quienes est¨¢n viviendo peor. Me siento mal de caminar por las calles tranquilas sabiendo que aqu¨ª est¨¢n [en riesgo]. A eso sabe el desarraigo como mujer, a sentir culpa.
P. ?Por qu¨¦ decidi¨® usted irse de M¨¦xico?
R. Porque quer¨ªa darle una mejor calidad de vida a mis hijas. En Madrid puedes caminar a media noche por la calle y puedes tener miedo, pero no pasa lo que pasa aqu¨ª. Quer¨ªa eso. Quer¨ªa mover a mi familia a otros lugares que no son estos para que al menos tuvieran la oportunidad de saber que hay otras cosas. Me fui de M¨¦xico teniendo much¨ªsimo miedo, sabiendo que era un estado feminicida que no iba a cambiar. Sent¨ªa mucho rencor hacia mi pa¨ªs, ahora me he reconciliado con ¨¦l.
P. ?C¨®mo?
R. Con la distancia me he dado cuenta de que justamente esta concepci¨®n de crearte un hogar, un espacio ¨ªntimo dentro de todo lo que pasa, es algo que aprend¨ª aqu¨ª. Son las mam¨¢s, son las t¨ªas, las hermanas, las primas, las amigas las que nos permiten tener estos espacios. Lo que me han ense?ado las mujeres mexicanas es que en medio del shock y la desolaci¨®n [de la violencia] han generado una red de apoyo. Seguimos viviendo, seguimos teniendo espacios de cari?o, de ternura, de alegr¨ªa y eso me lo ense?¨® M¨¦xico. Me he encontrado con unas mujeres con una mayor conciencia pol¨ªtica que construyen su autonom¨ªa sin el permiso de nadie. Ellas me han dado las herramientas para poder sobrevivir en Espa?a.
P. ?Hay un rencor nacional hacia los mexicanos que se van de su pa¨ªs?
R. Uf, qu¨¦ pregunta. Diga lo que diga, va a estar mal alguna cosa¡ Creo que s¨ª hay un poco de rencor justificado porque para romper un c¨ªrculo de violencia tienes que hacerte responsable y hacerte responsable es muy doloroso y tiene un costo muy alto. En palabras de la protagonista, ella est¨¢ enojada con Diego porque ¨¦l tom¨® una decisi¨®n y se hizo responsable de qu¨¦ quer¨ªa hacer con su vida. Yo no s¨¦ si el suicidio est¨¦ bien o est¨¦ mal. No lo s¨¦. Pero ¨¦l tom¨® una decisi¨®n que ella no pudo tomar.
P. ?Qu¨¦ sentido le da a nuestra vida la pertenencia, la identidad?
R. Es nuestra br¨²jula. Pero no hay que aferrarnos a ella. Como dicen los cl¨¢sicos, lo importante no es llegar a ?taca, sino el camino.
P. ?Y Brenda Navarro de d¨®nde es?
R. Eso es algo que peleo mucho. Antes cre¨ªa que mi patria era la comida mexicana y me he dado cuenta de que si hay alguna patria, con todo lo negativo que puede haber en ese concepto, esa es mi cama y quien me acompa?a en ella. En Espa?a yo digo que soy espa?ola.
Hablaba con un escritor de all¨¢ y ¨¦l me dec¨ªa, ?qu¨¦ vas a ser t¨² espa?ola? y yo le dec¨ªa: ¡°Soy espa?ola, llevo siete a?os aqu¨ª, tengo c¨®digos culturales que t¨² y yo identificamos, pago mis impuestos, mi familia est¨¢ creciendo aqu¨ª. Soy espa?ola¡±. Esto es complicado en M¨¦xico porque reivindicarte de esta manera es como una traici¨®n a la patria, pero s¨ª creo que los latinoamericanos estamos teniendo esa lucha. Los seres humanos tenemos derecho a identificarnos con el lugar en el que nos sentimos c¨®modos. No soy la espa?ola que quiere Vox o el PP, pero soy espa?ola. Soy mexicana, espa?ola y de d¨®nde se me d¨¦ la rechingada gana; los chilangos somos de donde queremos.
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