La laguna se ti?e de rosa en Oaxaca: el peligro ecol¨®gico detr¨¢s de la foto
Los cient¨ªficos explican que la escasez de lluvias y las altas temperaturas elevan la salinidad del agua y eso afecta a las bacterias, responsables del color, y a la fauna lacustre
La laguna de La Escobilla, en la costa de Oaxaca, empez¨® a comportarse de forma extra?a hace un par de a?os. Los robalos y los pargos nadaban desorientados. De puro atontados, la gente de la comunidad solo ten¨ªa que meter las manos en el agua para pescarlos. Luego, aparecieron en la orilla mojarras y popoyotes hinchados con un fuerte olor a azufre. La mayor sorpresa estaba por llegar. A principios de mayo, la poblaci¨®n tuvo que frotarse los ojos: el color del agua se hab¨ªa vuelto rosa.
Como cada ma?ana, Hericel Ram¨ªrez sali¨® a correr y se dirigi¨® a la laguna, unas 40 hect¨¢reas de agua separadas del mar por una barrera de arena. Al llegar, se qued¨® pasmado. ¡°Uy, ?pero por qu¨¦ est¨¢ as¨ª?¡±. No daba cr¨¦dito. Meti¨® las manos en el agua con miedo y vio que estaba m¨¢s caliente de lo normal. No la quiso probar. Pens¨® que alguien quiz¨¢s hab¨ªa vertido material t¨®xico. ¡°La laguna nunca hab¨ªa tomado una pigmentaci¨®n rosa¡±, explica por tel¨¦fono este joven de 28 a?os, que normalmente trabaja como gu¨ªa en un santuario de tortugas marinas cercano. ¡°Tom¨¦ unos videos para llamar la atenci¨®n de los especialistas¡±, cuenta.
R¨¢pidamente, bi¨®logos y estudiantes de la Universidad del Mar (UMAR), ubicada en Puerto Escondido, llegaron a La Escobilla, una comunidad hecha de dos docenas de casas dispersas entre la carretera y las olas. Tomaron muestras y las sometieron a an¨¢lisis de laboratorio. Los primeros resultados descartaron que el color tuviera algo que ver con un vertido t¨®xico, pero la preocupaci¨®n no ha desaparecido. Mientras decenas de curiosos viajan al lugar para tomarse una foto, los cient¨ªficos alertan de que el color rosa es se?al de que algo marcha mal en los ecosistemas de la zona. La sequ¨ªa y la falta de precipitaciones fomentan la producci¨®n de pigmentos de bacterias y microalgas, responsables del color.
El fen¨®meno es conocido. La Escobilla es la tercera laguna costera de la zona que se ha te?ido de rosa en los ¨²ltimos seis a?os. En 2016, ocurri¨® en Coyula, parte de un ¨¢rea protegida de humedales, y en 2019, en Manialtepec. Cuando sucedi¨® la primera vez, algunas personas quisieron ver en el extra?o suceso ecos b¨ªblicos. El bi¨®logo Eugenio Villanueva, miembro del Comit¨¦ de Playas Limpias de Huatulco, tuvo que salir a despejar dudas. ¡°Intentamos explicar que se trata de un fen¨®meno muy bonito, pero que realmente significa contaminaci¨®n y estr¨¦s ecol¨®gico¡±, dice. ¡°Sigue siendo una sorpresa para todos que esto suceda, aunque en el sector ambiental enseguida supimos de qu¨¦ se trataba¡±.
El problema de fondo es la sequ¨ªa. La temporada de lluvias se ha acortado y las precipitaciones caen m¨¢s espaciadas. Algunos de los r¨ªos que alimentan las lagunas costeras se han vuelto temporales o se han secado. El monitor de sequ¨ªa del Gobierno mexicano ha pintado toda la costa oaxaque?a de amarillo por atravesar un periodo ¡°anormalmente seco¡±. Solo la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, Tabasco y peque?os reductos a trav¨¦s del pa¨ªs quedan fuera de la amenaza.
Hericel Ram¨ªrez cuenta que en la ¨¦poca de su padre la laguna de La Escobilla alcanzaba los 10 metros de profundidad. Ahora, durante el a?o apenas llega a metro y medio, y a cinco, en temporada de lluvias. ¡°De unos cinco a?os para ac¨¢, hay muy pocas lluvias. Llueve tres d¨ªas y luego pasa mes y medio para que caiga otra vez¡±, explica Ram¨ªrez. Al estar bajo el nivel de la laguna, la bocabarra no se abre al mar en los meses de oto?o, como sol¨ªa ocurrir, y el agua no se renueva.
A la escasez de precipitaciones se suman las altas temperaturas que provocan una mayor evaporaci¨®n e incrementan la salinidad. ¡°Hay m¨¢s salida de agua por vapor que entrada a trav¨¦s de los r¨ªos o del mar¡±, explica la bi¨®loga Nieves Trujillo, que imparte clases en la UMAR y ha estudiado el fen¨®meno desde su primera aparici¨®n en 2016. ¡°Eso hace que la concentraci¨®n de sal sea mayor, de alrededor de 45 unidades de salinidad. Es much¨ªsimo. Lo normal es de 30 en el mar¡±.
Conforme aumenta la salinidad, las microalgas presentes en la laguna activan una especie de mecanismo de defensa y empiezan a producir un pigmento naranja. Con el tiempo, las microalgas son desplazadas por bacterias hal¨®filas que gustan de la alta concentraci¨®n de sal y, a su vez, producen un pigmento rojo. Bajo ciertas condiciones extremas como las de La Escobilla, el color puede terminar por te?ir la laguna entera, que se ve rosada en su superficie. ¡°La concentraci¨®n de sal y la intensidad luminosa hace que estos microorganismos se estresen y reaccionen as¨ª¡±, se?ala Trujillo.
En el camino, los peces mueren debido a la baja oxigenaci¨®n del agua, consecuencia tambi¨¦n de la alta salinidad. Los cocodrilos simplemente cambian de dieta; en lugar de peces, comen carro?a. Sin embargo, las cig¨¹e?as o las esp¨¢tulas rosadas que sobrevuelan la zona dejan de detenerse en la laguna porque ya no hay nada que cazar. Los pescadores de La Escobilla, por su parte, tienen que salir a mar abierto. ¡°La laguna alimentaba a la comunidad, pero hace dos a?os que no se pesca. Los pocos peces que hab¨ªa los capturaron y los dem¨¢s murieron¡±, apunta Hericel Ram¨ªrez.
El auge tur¨ªstico en esta zona de Oaxaca, fomentado por la existencia de dos aeropuertos internacionales a apenas 100 kil¨®metros de distancia, cada vez demanda m¨¢s recursos. La carretera que recorre la costa y pasa a un lado de La Escobilla se est¨¢ ampliando, otro obst¨¢culo para los r¨ªos que llevan agua dulce a las lagunas costeras. Adem¨¢s, los due?os de los terrenos que limitan con los cauces extraen material p¨¦treo para utilizar en la construcci¨®n. ¡°Los sistemas se est¨¢n degradando a gran velocidad¡±, se?ala Villanueva. ¡°Para restaurar la laguna, habr¨ªa que desazolvar, buscar que los canales para el ingreso de agua dulce est¨¦n limpios¡±.
Sin embargo, abordar la escasez de precipitaciones y el aumento de la temperatura, las dos ra¨ªces del problema, escapa al control de cualquier bi¨®logo bienintencionado. El riesgo es que, como sucedi¨® en Coyula, la laguna de La Escobilla termine por secarse del todo y que en los pr¨®ximos a?os se repitan los casos. ¡°Ojal¨¢ se abriera la bocabarra para que el agua del mar llegue a nutrir a esa laguna¡±, dice Trujillo. ¡°Si tenemos un a?o de sequ¨ªa, estos fen¨®menos van a durar m¨¢s o se van a volver permanentes¡±.
Mientras tanto, la comunidad de La Escobilla est¨¢ decidida a ponerle buena cara al mal tiempo. La laguna se ha quedado sin peces, pero luce un rosa resplandeciente que ya atrae a turistas locales e internacionales. Se ha corrido la voz y acuden a comprobar si es verdad lo que se dice en redes sociales y a tomarse una foto. Para aprovechar este repentino inter¨¦s, el comit¨¦ de fiestas del pueblo ha empezado a controlar los accesos y a pedir aportaciones voluntarias a los visitantes. Todav¨ªa no es ¨¦poca de anidaci¨®n de tortugas marinas, y la laguna rosada abre una fuente de ingreso adicional.
Nadie sabe cu¨¢nto va a durar el fen¨®meno. Los bi¨®logos sostienen que el color se ir¨¢ diluyendo cuando empiecen las lluvias. El otro d¨ªa cay¨® un primer chaparr¨®n, pero el rosa se mantiene. La comunidad reza para que aguante un poco m¨¢s. Por si acaso, Hericel Ram¨ªrez camina cada ma?ana hasta la laguna para cerciorarse. ¡°Si vuelve a su estado natural no va a ser un atractivo y para pescar ya no hay ni un pez que sea comestible¡±, dice. ¡°Lo ¨²nico es aprovechar la llegada de turistas¡±.
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