9.000 d¨®lares por la vida de Abril P¨¦rez Saga¨®n, asesinada tras denunciar a su marido
Uno de los que apretaron el gatillo reconoce haber recibido 180.000 pesos de su esposo, el exdirector de Amazon en M¨¦xico, acusado de feminicidio
Uno de los sicarios que apretaron el gatillo contra Abril P¨¦rez Saga¨®n en noviembre de 2019 ha declarado ante un juez que la vida de esta mujer cost¨® 180.000 pesos (unos 9.000 d¨®lares), menos del sueldo de un mes de su marido como director de Amazon en M¨¦xico. Que Juan Carlos Garc¨ªa fue el que contrat¨® a una banda de matones para que orquestaran su muerte, poco despu¨¦s de que ella lo denunciara por intentar asesinarla en su casa, delante de sus hijos, y que si se produc¨ªa antes de la siguiente audiencia, cobrar¨ªan un monto extra (unos 50.000 pesos m¨¢s, 2.500 d¨®lares). Mientras se orquestaba el plan, Juan Carlos Garc¨ªa ya se encontraba en paradero desconocido. Un tribunal hab¨ªa reclasificado el delito y le permiti¨® libertad bajo fianza. Y P¨¦rez hac¨ªa lo que pod¨ªa para ganar la en¨¦sima batalla contra su exmarido legalmente. Pero para que la justicia de M¨¦xico lo buscara, hicieron falta esos dos balazos.
Las declaraciones de uno de los ocho detenidos por el asesinato de P¨¦rez en las primeras audiencias del juicio ponen de nuevo en la mira a Garc¨ªa, el elegido de Amazon para inaugurar en M¨¦xico su filial en 2015 y director de ventas web de la multinacional de electrodom¨¦sticos Elektra, pr¨®fugo de la justicia desde el crimen y sobre el que pesa una ficha roja de la Interpol. Garc¨ªa ten¨ªa una orden de alejamiento despu¨¦s de que su esposa lo denunciara por intento de homicidio. Despu¨¦s de 11 meses de batallas legales contra su agresor, de divorciarse y lograr la custodia de sus tres hijos, todav¨ªa segu¨ªa peleando por demostrar que ese hombre hab¨ªa intentado asesinarla. Esa semana hab¨ªa acudido a la capital ¡ªse hab¨ªa mudado a Nuevo Le¨®n tras la separaci¨®n¡ª para realizarse una prueba psicol¨®gica que formaba parte del proceso de apelaci¨®n contra Garc¨ªa. Fue acribillada de camino al aeropuerto, con sus hijos adolescentes en los asientos de atr¨¢s del coche.
Los sicarios tuvieron la punter¨ªa de asestarle dos tiros, en la cabeza y en el cuello, el d¨ªa en que cientos de mujeres protestaban en la capital por la violencia machista, el D¨ªa Internacional contra la Violencia de G¨¦nero, el 25 de noviembre de 2019, una tragedia que se cobra la vida de 11 mujeres al d¨ªa en M¨¦xico. Que no da tregua a la mitad de su poblaci¨®n y que cada a?o engrosa la estad¨ªstica. En un pa¨ªs con una impunidad del 95% de los casos y donde menos del 10% de delitos se denuncia, P¨¦rez se hab¨ªa atrevido a alzar la voz contra su agresor. Y se hab¨ªa convertido en un blanco, ante la incapacidad institucional de proteger a las mujeres v¨ªctimas de violencia.
Ese d¨ªa viajaba en un coche con sus dos hijos menores y su abogado rumbo al aeropuerto de la capital. Hab¨ªa terminado los tr¨¢mites que requer¨ªa en ese momento el proceso judicial e iba a regresar a Monterrey. Estaba sentada en el lugar del copiloto. Y alrededor de las 17.30 horas, un veh¨ªculo alcanz¨® su ventanilla y dispar¨® directamente a su cabeza, otro balazo alcanz¨® su clav¨ªcula. Ni el conductor, que era su abogado, ni sus hijos, recibieron un disparo. Fue un ataque directo. Despu¨¦s de m¨¢s de seis horas, los m¨¦dicos no pudieron salvarla. Y falleci¨® cerca de la media noche.
La noche en que decidi¨® alzar la voz
Todo comenz¨® en enero de 2019. Seg¨²n una sentencia del caso a la que tuvo acceso EL PA?S, la que acab¨® exculpando a Garc¨ªa del intento de homicidio de su esposa y poni¨¦ndolo en libertad, P¨¦rez relat¨® ante un juez las agresiones de su marido y le reconoci¨® que tem¨ªa por su vida.
El 4 de enero de ese a?o, de madrugada, su marido entr¨® a la habitaci¨®n de ambos cuando ella dorm¨ªa y la despert¨® de un fuerte golpe en el cr¨¢neo. Al abrir los ojos, vio a Garc¨ªa con un bate de b¨¦isbol en la mano; la golpe¨® de nuevo en el lado izquierdo de la cara, ella comenz¨® a gritar pidiendo auxilio. La puerta estaba cerrada con seguro, no pod¨ªa salir, declara en su testimonio. ?l la agarr¨® del cabello y le gritaba: ¡°Te voy a matar. Destrozaste nuestra familia¡±, se?ala en la declaraci¨®n. Entonces, intent¨® cortarle en el cuello con un ¡°objeto punzocortante¡±, detalla el texto, ella se resisti¨®, pero le hizo un corte en el ment¨®n. Despu¨¦s, intent¨® asfixiarla con sus manos, seg¨²n la denuncia y los informes m¨¦dicos. Ella relata haber comenzado a perder el aliento y todo a su alrededor se hab¨ªa fundido a negro. ¡°Su hijo fue determinante¡± para evitar que su padre la matara, reza la declaraci¨®n. El menor irrumpi¨® en el cuarto y empuj¨® a su padre y, tambi¨¦n seg¨²n la denuncia, su madre huy¨® por una ventana.
Pero estas declaraciones de Abril P¨¦rez Saga¨®n ante la Fiscal¨ªa, adem¨¢s de presentar informes forenses y m¨¦dicos del hospital privado ABC, no fueron suficientes para que el juez Federico Mosco Gonz¨¢lez considerara que lo sucedido se trat¨® de un intento de feminicidio. La intenci¨®n de asesinarla, el magistrado la descart¨® con este argumento: ¡°Si hubiera tenido intenci¨®n de privarla de la vida, lo hubiera hecho desde el primer golpe, al encontrarse ella dormida¡±. Y concluy¨® que se trat¨® de lesiones simples. Entonces, se reclasific¨® el delito a violencia familiar y lesiones. P¨¦rez solo consigui¨® en esos meses de batallas una orden de alejamiento.
Esta semana, tres a?os despu¨¦s de lo sucedido, han comenzado las primeras audiencias del juicio por feminicidio de P¨¦rez. Los ocho detenidos, entre los que se encuentra una banda de sicarios, el que ha confesado apretar el gatillo, Rodolfo N y el taxista que los desplaz¨®, Juan N., han sido los primeros en arrojar pruebas clave. Y el crimen ha resucitado como un s¨ªmbolo de la impunidad en los casos de mujeres asesinadas en el pa¨ªs. El que presuntamente orquest¨® su muerte, plane¨® cada detalle, cantidades de dinero y moviliz¨® a la banda, se ha salido de momento con la suya.
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