El auditor que convirti¨® a M¨¦xico en Francia
Una reducci¨®n inveros¨ªmil en las irregularidades al gasto p¨²blico federalizado despierta sospechas sobre el actuar del auditor superior
Las irregularidades* detectadas en el gasto hecho por gobernadores y municipios han ca¨ªdo estrepitosamente. Seg¨²n datos oficiales de la Auditor¨ªa Superior de la Federaci¨®n (ASF), la reducci¨®n es del 56%, una ca¨ªda hist¨®rica desde que lleg¨® el auditor en 2018 y hasta la ¨²ltima cuenta p¨²blica auditada en su totalidad, la del 2020.
Esta ca¨ªda es tan grande que resulta inveros¨ªmil. Si la misma situaci¨®n sucediera en las medidas de corrupci¨®n de Transparencia Internacional, M¨¦xico se habr¨ªa convertido en Francia (del puesto 31 al 70 del r¨¢nking).
Encontrar las razones de esta reducci¨®n no es f¨¢cil. No se explica porque haya menos dinero auditado: en el ¨²ltimo a?o se audit¨® 7% m¨¢s dinero a los Estados y municipios que en 2018. Tampoco se explica porque la ASF no tenga suficiente informaci¨®n para identificar irregularidades. De hecho, las solicitudes de aclaraci¨®n pendientes de resolver se han reducido en un 71% con respecto a 2018.
La reducci¨®n en corrupci¨®n se explica, m¨¢s bien, por una combinaci¨®n de motivos positivos y otros que levantan sospechas sobre el actuar de la auditor¨ªa.
En el lado positivo destaca la forma en la que los Estados han aprendido a ser auditados y a responder a los requerimientos de informaci¨®n hechos por la ASF. Los gobernadores se han vuelto cada vez m¨¢s proactivos y por ello, el 78% de los Estados han reducido sus irregularidades con respecto a 2018.
Por otro lado, existen sospechas de que la reducci¨®n de irregularidades se deba en parte a que el auditor est¨¢ teniendo consentidos.
Por ejemplo, el n¨²mero total de irregularidades puede bajarse artificialmente si se audita m¨¢s a los limpios y menos a los corruptos. Esto pudiera estar pasando pues, en el ¨²ltimo a?o, se audit¨® menos a la mayor¨ªa de los entes que tuvieron irregularidades en el 2018 (59%). Destacan casos como Le¨®n o Iztapalapa que redujeron sus auditor¨ªas en m¨¢s de 1.000 millones de pesos, a pesar de que en 2018 eran municipios m¨¢s irregulares que la media. O el Estado de Puebla que, siendo el segundo Estado con m¨¢s dinero irregular del 2018, ahora tiene auditor¨ªas 6% m¨¢s chicas.
Hay tambi¨¦n evidencia de que las auditor¨ªas son mucho mayores para los m¨¢s limpios. Tal pudiera ser el caso del gasto federalizado de Hacienda o Bienestar. Ambos entes aumentaron en 91.000 millones de pesos su dinero auditado a pesar de que nunca han tenido severas irregularidades. El Estado con menor cantidad de irregularidades en 2018, Quer¨¦taro, aument¨® su cantidad auditada en 4% en 2020.
Los focos rojos se encienden cuando vemos que, de un plumazo, la auditor¨ªa ha perdonado amplias irregularidades. Por ejemplo, a Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, se le perdon¨® el desv¨ªo de m¨¢s de 685 millones de pesos en un proceso expr¨¦s que en dos d¨ªas termin¨® con una investigaci¨®n de varios meses. Esto huele mal.
Tambi¨¦n huele mal que una gran cantidad de auditor¨ªas han sido hechas de manera digital durante la pandemia lo que impide verificar con el mismo detalle las obras. Los laboratorios de obra p¨²blica acreditados por la Entidad Mexicana de Acreditaci¨®n se cuentan con los dedos de una mano y con frecuencia muchas obras se inauguran sin verificar su calidad.
Las ¨¢reas auditoras se han convertido en maquiladoras de trabajo como si fueran despachos externos. Su tarea es reportar irregularidades, pero no darles seguimiento. El resultado es el abandono de miles de casos. De hecho, no se ha presentado una sola denuncia penal por irregularidades en el gasto federalizado cometidas de 2019 a la fecha.
Aunado a lo anterior est¨¢ el problema de que cada vez m¨¢s autoridades le dan el avi¨®n al auditor federal. El porcentaje de recomendaciones hechas por la ASF que son atendidas ha ca¨ªdo, de ser 82% en 2016 a tan solo 12,7% en el ¨²ltimo a?o.
De hecho, la ASF ha creado una figura espec¨ªfica para legalmente permitir que otros le den el avi¨®n: el c¨®micamente llamado ¡°concluido sin implementar¡±. Esta figura permite que la ASF concluya el seguimiento a un caso sin que la autoridad auditada haya hecho algo por saldar sus errores. Esto sucede el 16% de las veces que la ASF hace una recomendaci¨®n a un Estado. En lugares como Veracruz pasa el 40% de las veces.
Es urgente demandar cambios. El m¨¢s importante de ellos es una transformaci¨®n de las m¨¦tricas que la ASF usa para medir su desempe?o. No se debe celebrar la cantidad de dinero auditado, la cantidad de auditor¨ªas o la cantidad de irregularidades encontradas. Lo que importa es la cantidad de funcionarios p¨²blicos que enfrentan acciones penales o administrativas por irregularidades no saldadas. Si un auditor no gana casos, no tiene porqu¨¦ continuar siendo auditor.
El monto de las auditor¨ªas debe reducirse solo para las autoridades que apliquen las recomendaciones de la auditor¨ªa y muestren reducciones multianuales de sus irregularidades. Es importante separar las auditor¨ªas que pueden hacerse con an¨¢lisis de datos de las que necesitan verificaci¨®n in situ. Para las primeras es urgente crear un laboratorio de datos de vanguardia que sacuda la forma en la que la ASF ha trabajado hasta ahora.
Y finalmente es tiempo de repensar las autonom¨ªas. La autonom¨ªa ha creado l¨ªderes ultrapoderosos que no le rinden cuentas a nadie m¨¢s que a s¨ª mismos: tal es el caso de la ASF y la Fiscal¨ªa general. El auditor ha podido cambiar reglamentos para centralizar el poder en ¨¦l, su jur¨ªdico y su ¨¢rea de seguimiento, y puede por ello, si as¨ª lo desea negociar con sus entes consentidos. La autonom¨ªa se ha convertido en poder discrecional. Urge una reforma.
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