Las tendencias del periodismo en M¨¦xico: sobre las ¡°m¨¢quinas de fango¡± y la falta de coordenadas informativas
Ser¨ªa fundamental propiciar un periodismo ¨²til para la toma de decisiones por encima de contenidos exclusivamente enfocados en los grandes esc¨¢ndalos de pol¨ªtica nacional o internacional
En 2015, con motivo de la presentaci¨®n de su novela N¨²mero Cero, Umberto Eco reflexionaba en El Pa¨ªs sobre las m¨²ltiples reinvenciones del periodismo, con una precisi¨®n casi prof¨¦tica sobre las disyuntivas que vendr¨ªan siete vertiginosos a?os despu¨¦s. Distingo tres elementos de esas reflexiones: la abrumaci¨®n provocada por la pl¨¦tora de informaci¨®n disponible, la sensaci¨®n de extrav¨ªo por la falta de controles de la informaci¨®n que circula libremente por internet, y el clima provocado por lo que ¨¦l llama las ¡°maquinarias de fango¡±, es decir, el periodismo que se especializa en difundir sospechas que, por muy ligeras que sean, bastan para activar deslegitimaci¨®n pol¨ªtica y ataques malintencionados.
En su novela, Eco escribe que ¡°no son las noticias las que hacen el peri¨®dico sino el peri¨®dico el que hace las noticias.¡± En ese sentido, la percepci¨®n que tiene la gente del mundo proviene, en gran medida, del retrato que le proveen los medios, un retrato que los puede angustiar o perturbar, o, por el contrario, servirle como herramienta para navegar la incertidumbre pol¨ªtica, institucional, ambiental o sanitaria, y tomar mejores decisiones.
La crisis del periodismo viene anunci¨¢ndose desde hace d¨¦cadas. Los p¨²blicos se sienten cada vez m¨¢s desconectados de los medios tradicionales, y mientras la desconfianza y el desinter¨¦s en las noticias se apropian del escenario ¨Dinterrumpidos quiz¨¢s por un breve par¨¦ntesis que trajo consigo la pandemia por covid 19¨D las plataformas digitales se abren paso a velocidad atropellada.
Anualmente, el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford integra el Digital News Report (DNR) un informe construido a partir de encuestas que, constituye, a la fecha, la ¨²nica radiograf¨ªa que hace posible contrastar la evoluci¨®n de los mercados medi¨¢ticos y la relaci¨®n de los medios con sus audiencias alrededor del mundo. Uno de los principales hallazgos de este reporte es que las personas est¨¢n experimentando una suerte de ¡°hartazgo noticioso¡± que los est¨¢ haciendo alejarse de los medios. La saturaci¨®n de informaci¨®n ¨C especialmente de aquella que implica malas noticias o confrontaciones pol¨ªticas t¨®xicas ¨C est¨¢ haciendo que la gente, especialmente los j¨®venes, deliberadamente decidan darles la espalda a los medios. Notas que se superponen las unas a las otras y notificaciones de breaking news que no dejan de llegar propician que, en M¨¦xico, por ejemplo, el 37% de las 2.000 personas encuestadas para el DNR haya decidido deliberadamente evitar las noticias, sea por los efectos nocivos que ¨¦stas tienen en su ¨¢nimo, por rehuir de una sensaci¨®n de saturaci¨®n noticiosa o por considerar in¨²til la informaci¨®n. Si bien es una cifra considerable, Argentina y Brasil son los pa¨ªses de la regi¨®n que experimentan con mayor intensidad este fen¨®meno, donde el 46% y 54% de las audiencias, respectivamente, han decidido evitar las noticias.
Adem¨¢s, la desconfianza en los medios ha ido creciendo pronunciadamente en los ¨²ltimos a?os. En 2017, cuando el DNR comenz¨® a integrar este dato para M¨¦xico, el 49% de las personas afirmaba tener confianza en los medios. Cinco a?os despu¨¦s, ese indicador ha ca¨ªdo doce puntos, con un marcado declive ocurrido entre 2019 y 2020, debido, quiz¨¢s, a que en esos a?os la relaci¨®n entre la prensa y el presidente comenz¨® a tensarse, tal y como ocurri¨® en otras latitudes como Estados Unidos, donde se registr¨® la peor ca¨ªda en la confianza a partir de 2017, primer a?o de gobierno de Donald Trump; o Reino Unido, donde la desconfianza empez¨® a crecer a partir de que se dieron a conocer los resultados del Brexit en 2016. Tambi¨¦n es necesario explorar si estas tensiones se reflejan en los patrones de consumo, tal como las reporta el DNR. Por ejemplo, algunos de los medios que han sido blancos constantes de ataques verbales desde el poder, como Aristegui Noticias, han descendido ligeramente en el ranking de consumo que presenta el DNR en los ¨²ltimos tres a?os, si bien ello no ocurre para todos los casos. Contraejemplos son Reforma o Latinus.
Como es evidente, la desconfianza est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con la polarizaci¨®n pol¨ªtica. Las audiencias perciben que la prensa est¨¢ desempe?ando un papel instrumental a los diferentes bandos pol¨ªticos, y en ese sentido, la funci¨®n informativa de los medios se aprecia trastocada. Si los medios se vuelven m¨¢quinas para ¡°lanzar fango¡± al oponente, como se?alaba Eco, toda la relaci¨®n entre ¨¦stos y sus audiencias termina por atrofiarse. En esos climas, la funci¨®n ¡°noticiosa¡± est¨¢ dada por la difusi¨®n del rumor y del esc¨¢ndalo estridente, y no por la provisi¨®n de informaci¨®n relevante. De acuerdo con el DNR, en M¨¦xico el 37% de las personas considera que los medios se han polarizado en t¨¦rminos ideol¨®gicos, aunque hay que decir que la fluidez de las ideolog¨ªas de los propios medios dificulta medir la polarizaci¨®n en ese eje.
En ese sentido, ser¨ªa fundamental propiciar un periodismo ¨²til para la toma de decisiones por encima de contenidos exclusivamente enfocados en los grandes esc¨¢ndalos de pol¨ªtica nacional o internacional. No es casual que los peri¨®dicos locales en l¨ªnea, esos que, por lo general tocan los temas que impactan directamente la cotidianidad de las audiencias, est¨¦n cobrando auge en los ¨²ltimos a?os. Para M¨¦xico, el porcentaje de personas que consulta habitualmente medios locales ha pasado del 14 al 18% en los ¨²ltimos tres a?os. Esta tendencia viene asociada, probablemente, con las innovaciones emprendidas en ese nivel; por ejemplo, la transformaci¨®n de peri¨®dicos de aparici¨®n diaria en semanarios que permiten investigaciones de m¨¢s largo aliento y un aprovechamiento m¨¢s eficiente de los activos de las redacciones.
?Hacia d¨®nde podr¨ªan avanzar los medios? Una pista tiene que ver con la alfabetizaci¨®n medi¨¢tica y con la convergencia entre los medios de tradici¨®n y el ¨¢mbito digital. La p¨¦rdida de la br¨²jula que representa la desinformaci¨®n es un sentir generalizado, si bien asociado primordialmente con quienes consumen noticias en redes sociales (el 61% de los usuarios de acuerdo con el DNR). En Internet, dec¨ªa Eco, ¡°te f¨ªas de todo porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada.¡± Te f¨ªas de todo, pero al mismo tiempo no te puedes fiar de nada.
Y, en ese panorama de desconfianza creciente, de alejamiento de las audiencias j¨®venes, de fatiga noticiosa y de polarizaci¨®n, otra pista la dejaba ya Eco: ¡°Para no morir, el peri¨®dico tiene que saber cambiar y adaptarse (¡) El diario funciona todav¨ªa como si la Red no existiera (¡) Habr¨ªa que hacer, pues, un peri¨®dico que se convierta no solo en la cr¨ªtica de la realidad cotidiana, sino tambi¨¦n en la cr¨ªtica de la realidad virtual. Este es un posible futuro para un buen periodismo.¡± Tambi¨¦n, medios que hablen de medios, medios que ayuden a la audiencia a entender el propio ecosistema informativo y que, simult¨¢neamente, provean las coordenadas para orientarse ellos mismos en este complejo mapa. No deja de ser parad¨®jico que, al menos en pa¨ªses como M¨¦xico, y en buena parte de la regi¨®n latinoamericana, la industria de la informaci¨®n carezca precisamente de datos confiables sobre ella misma. Replicar, adaptar a lo local y profundizar ejercicios como el DNR es una tarea que, sin duda alguna, sigue pendiente.
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