Mr. Boring y el negocio millonario de las rutas clandestinas del tr¨¢fico de personas en Texas
La muerte de 53 migrantes que viajaban escondidos en un tr¨¢iler no fue un incidente aislado. Otro caso similar, pero que pas¨® desapercibido, arroja luz sobre el ¨²ltimo drama de la migraci¨®n de M¨¦xico y Centroam¨¦rica en ruta a Estados Unidos
Anthony Boring se puso p¨¢lido. Estaba tan nervioso cuando la patrulla fronteriza detuvo su tr¨¢iler que no pod¨ªa ni hablar. Los agentes empezaron el interrogatorio y mister Boring se empez¨® a encoger en el asiento del conductor, como si quisiera que se lo tragara la tierra. ¡°?Qu¨¦ lleva en la carga?¡±, le pregunt¨® uno de los polic¨ªas. ¡°No lo s¨¦¡±, alcanz¨® a balbucear el ch¨®fer, con los ojos llorosos. El veh¨ªculo avanzaba lentamente durante el intercambio de palabras, a la espera de que un golpe de suerte lo librara del arresto. Los perros, sin embargo, ya hab¨ªan olfateado un rastro sospechoso y el cami¨®n fue enviado a una segunda inspecci¨®n. Las puertas de la caja estaban mal cerradas y al pasar una linterna por una rendija, los patrulleros vieron los ojos de varias personas asustadas. Al final de la revisi¨®n fueron hallados 145 migrantes a punto de la asfixia en la parte trasera del tr¨¢iler.
Boring se declar¨® culpable de tr¨¢fico de personas el martes de la semana pasada, menos de 24 horas despu¨¦s de que se diera a conocer la muerte de 53 migrantes que fueron abandonados a las afueras de la ciudad de San Antonio, en la mayor tragedia migratoria que se recuerde en territorio estadounidense. Circul¨® por la misma carretera estatal, que atraviesa Texas de sur a norte. Pas¨® por un control de seguridad bien adentro de territorio texano, al igual que en el otro caso. Las personas que transportaba pagaron miles de d¨®lares para viajar hacinadas, jug¨¢ndose la vida para buscarse un futuro en Estados Unidos. Y su destino final tambi¨¦n era San Antonio. Pero hubo una diferencia clave: Boring fue descubierto y ahora enfrenta 20 a?os de prisi¨®n.
El arresto se produjo pasadas las diez de la noche del 15 de abril. En el tr¨¢iler viajaban 86 mexicanos, 49 guatemaltecos, cinco hondure?os, tres salvadore?os y dos ecuatorianos. Los grupos de nacionalidades son, incluso, similares a los de la tragedia que suceder¨ªa dos meses despu¨¦s: m¨¢s de la mitad de las personas que murieron ven¨ªan de M¨¦xico, seguidas por quienes eran de Guatemala, Honduras y El Salvador. En aquella otra ocasi¨®n, no hubo ning¨²n reporte de fallecidos.
La tragedia de San Antonio no fue un incidente aislado. Caitlyn Yates, del Centro Strauss para la Ley y la Seguridad Internacional, se?ala que conforme M¨¦xico endureci¨® durante la ¨²ltima d¨¦cada los operativos para la captura de migrantes en su frontera sur, los flujos desde Centro y Sudam¨¦rica se mudaron de los trenes a los tr¨¢ileres, los autobuses y los veh¨ªculos privados, como medios predilectos de transporte. De acuerdo con una publicaci¨®n de Yates de hace cinco a?os, alrededor de uno de cada diez migrantes viaj¨® en transporte de carga en alg¨²n punto de su camino hacia el norte, un porcentaje un poco menor de quienes optaron por subirse a trenes. ¡°Lo que vimos en San Antonio era predecible¡±, sentencia la investigadora.
El fen¨®meno tampoco es nuevo. En su estudio, Yates identifica a partir de un seguimiento de notas period¨ªsticas y entrevistas a supervivientes que hubo 179 incidentes entre 2003 y 2017 en los que se hallaron m¨¢s de 11.500 migrantes dentro de tr¨¢ileres en M¨¦xico y Estados Unidos. Los flujos tambi¨¦n se intensificaron: hubo m¨¢s de cuatro veces m¨¢s incidentes de este tipo entre 2015 y 2017 que 10 a?os antes.
El uso de camiones de carga permite mover un mayor n¨²mero de migrantes que con otros medios de transporte, un promedio de 65 migrantes por viaje, de acuerdo con cifras analizadas por Yates. Ese n¨²mero puede alcanzar hasta las 200 personas escondidas en la parte trasera de la caja. Es un esquema m¨¢s alejado del brazo de las autoridades. Solo un 1% de los veh¨ªculos privados y el 15% de los camiones de carga pasaban por inspecciones en los puertos fronterizos, de acuerdo con datos de la patrulla fronteriza de EE UU para 2021.
La l¨®gica criminal es que las ganancias potenciales exceden por mucho las probabilidades de ser atrapado. ¡°Por lo general, la inmensa mayor¨ªa de los conductores no pertenece a organizaciones criminales, son simples transportistas¡±, asegura Yates, aunque matiza que eso no implica que no haya v¨ªnculos con el crimen organizado. A menudo hay que pagar por transitar por ciertos territorios dominados por los carteles, por ejemplo, o son reclutados por estas organizaciones. ¡°Me cuesta pensar en una actividad il¨ªcita que requiera tan poco trabajo para los interesados, ellos solo deben desempe?ar el trabajo que hacen siempre: conducir y llevar la carga de un lugar a otro¡±, comenta.
¡°Un tipo me pidi¨® una y otra vez que llevara a esta gente a San Antonio, as¨ª que me sub¨ª al cami¨®n y puse a m¨¢s de 140 de ellos en la parte trasera del tr¨¢iler¡±, contaba Boring en una llamada que hizo desde la c¨¢rcel 11 d¨ªas despu¨¦s del arresto. ¡°Me atraparon en el maldito punto de revisi¨®n¡±, lamentaba. Y despu¨¦s le dijo a su interlocutor: ¡°No s¨¦ cu¨¢nto tiempo voy a estar aqu¨ª ni qu¨¦ me van a hacer. La cagu¨¦ de lo lindo¡±.
La Fiscal¨ªa del Distrito Sur de Texas lo acus¨® de cuatro delitos relacionados con el tr¨¢fico de migrantes indocumentadas, poner en peligro sus vidas y sacar fastuosas ganancias al intentarlo. De haber sido encontrado culpable por un jurado, Boring habr¨ªa pasado 30 a?os tras las rejas y habr¨ªa sido obligado a pagar una multa de medio mill¨®n de d¨®lares, pero negoci¨®. Acept¨® solo un cargo por trata de personas y, adem¨¢s del tiempo que pase en prisi¨®n, es posible que pague una sanci¨®n de 250.000 d¨®lares. A¨²n no se le dicta sentencia.
Boring no actu¨® solo, pero hasta ahora es el ¨²nico que paga los platos rotos. Despu¨¦s de que los agentes fronterizos le leyeran sus derechos, el conductor espet¨®: ¡°Lo que les d¨¦ me va a hundir en M¨¦xico¡±. ¡°No puedo regresar y contarles a estas personas lo que pas¨®¡±, insist¨ªa, sin especificar qu¨¦ grupo criminal lo hab¨ªa reclutado. ¡°Cons¨ªganme a un abogado y hablar¨¦¡±.
Los cuerpos de seguridad estadounidenses reclutaron a Edwin P¨¦rez, un migrante guatemalteco que viajaba escondido en el tr¨¢iler. P¨¦rez cont¨® en una declaraci¨®n jurada que los coyotes, como se les llamaba a los traficantes, le hab¨ªan cobrado 16.000 d¨®lares para completar el trayecto de miles de kil¨®metros entre Centroam¨¦rica y Los ?ngeles. La negociaci¨®n del pago se dio desde su pa¨ªs de origen y ya hab¨ªa desembolsado 4.500 d¨®lares como adelanto. Se trata de un negocio multimillonario que deja 6.750 millones de d¨®lares al a?o a los traficantes de todo el mundo, seg¨²n Naciones Unidas.
No existe un solo modus operandi para explicar todo el tr¨¢fico. En algunos casos, los traficantes ofrecen un ¡°paquete de traslado completo¡± que incluye varios medios de transporte para cada etapa del camino, alojamientos y la oportunidad de volver a intentarlo si son aprehendidos en el camino, apunta Yates. Otros migrantes han comentado que se les da la posibilidad de pagar a plazos los miles de d¨®lares que se les cobran. A menudo intervienen varios conductores, uno para cada parte del trayecto, y las personas suelen ser llevadas en grupos a ciudades grandes desde son redirigidas a su destino final. En otras ocasiones, es mucho m¨¢s desorganizado y los migrantes pagan solo por fases espec¨ªficas, como llegar a la frontera o cruzar a Estados Unidos. Es una ruta que exige el cuerpo al m¨¢ximo, pero que atempera otros riesgos, como ser robado, secuestrado o v¨ªctima de violaci¨®n.
Una de los puntos m¨¢s controvertidos de la tragedia de San Antonio es el punto de origen del tr¨¢iler que fue abandonado con los migrantes dentro. Un equipo de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica de M¨¦xico se desplaz¨® la semana pasada a Texas para determinar si se cometieron delitos previos en el territorio mexicano, aunque las autoridades mexicanas sostienen que el veh¨ªculo parti¨® de Estados Unidos. No se ha ofrecido una versi¨®n oficial, pero los testimonios que han dado los supervivientes apuntan a que llegaron desde diferentes puntos y que la hip¨®tesis m¨¢s probable es que se subieron al cami¨®n despu¨¦s de cruzar por tierra a trav¨¦s del desierto texano. En algunos casos estuvieron alrededor de una semana en una casa de seguridad de la ciudad texana de Laredo y abordaron gracias a enga?os.
La declaraci¨®n de P¨¦rez en el caso de abril refuerza esa teor¨ªa. En su caso, ¨¦l lleg¨® a la ciudad mexicana de Nuevo Laredo, uno de los focos rojos de la violencia en la frontera, y cruz¨® las aguas del r¨ªo Bravo, el l¨ªmite natural entre los Estados de Texas y Tamaulipas. Tras tocar territorio estadounidense fue recogido en otro veh¨ªculo y llevado a una casa de seguridad, de donde fue transportado al tr¨¢iler al que se subi¨®. ¡°Cuando abord¨®, ¨¦l calcula que hab¨ªa 25 personas en el cami¨®n¡±, se lee en documentos judiciales a los que ha tenido acceso EL PA?S. ¡°Una hora despu¨¦s ya hab¨ªa m¨¢s de 100 personas y el cami¨®n arranc¨®¡±, se agrega.
Tras ser detenido, P¨¦rez dijo a los agentes estadounidenses que el tr¨¢iler ¡°iba llen¨ªsimo¡±, que ¡°hac¨ªa mucho calor¡± y que ¡°no ten¨ªan agua¡± para el viaje. En el caso de San Antonio, la causa de muerte m¨¢s probable, seg¨²n las autoridades guatemaltecas y mexicanas, fue el golpe de calor y las personas que lograron ser llevadas a los hospitales de la zona presentaban en su mayor¨ªa cuadros severos de deshidrataci¨®n. Yates se?ala que el tr¨¢fico de personas a trav¨¦s de transporte de carga se intensifica durante los meses de verano, cuando hace m¨¢s calor y las temperaturas en la caja met¨¢lica de los tr¨¢ileres, donde el ox¨ªgeno es escaso, pueden alcanzar los 60 grados. Hay tambi¨¦n quienes optan por camiones refrigerados y se enfrentan al escenario opuesto: el fr¨ªo es extremo.
El cami¨®n que transport¨® a P¨¦rez viajaba con placas temporales de Tennessee, el de la tragedia de dos meses m¨¢s tarde llevaba una matr¨ªcula sobrepuesta y ten¨ªa r¨®tulos falsificados de una compa?¨ªa que se deslind¨® al momento de que se revelaron esos detalles de la investigaci¨®n. Texas tiene varias caracter¨ªsticas geogr¨¢ficas que la convierten en uno de los principales corredores del tr¨¢fico de migrantes: es el territorio m¨¢s grande en la frontera entre ambos pa¨ªses, donde hay m¨¢s garitas migratorias, autopistas amplias para facilitar los flujos y al ser el Estado m¨¢s al sur es la ruta m¨¢s corta para llegar a Estados Unidos.
Al igual que Boring, Homero Zamorano, el ch¨®fer del tr¨¢iler de San Antonio, tiene nacionalidad estadounidense. No est¨¢ claro en los documentos legales por qu¨¦ Boring, un transportista de Houston de 73 a?os que vive con su hijo y su nuera, accedi¨® a llevar a los migrantes m¨¢s all¨¢ de los incentivos econ¨®micos. Zamorano, por su parte, fue arrestado por polic¨ªas locales despu¨¦s de esconderse en la maleza, intentar huir y hacerse pasar por uno m¨¢s de los migrantes, seg¨²n la reconstrucci¨®n de las autoridades. En la escena del crimen se encontr¨® su gorra, tel¨¦fono celular y billetera. El conductor enfrenta tambi¨¦n el pago de una multa de 250.000 d¨®lares, pero podr¨ªa pasar el resto de su vida en la c¨¢rcel como responsable directo de las muertes y permanece detenido sin derecho a fianza.
Tras la tragedia, las autoridades anunciaron la semana pasada nuevos retenes y revisiones m¨¢s estrictas. ¡°El endurecimiento de la pol¨ªtica migratoria no han hecho que los migrantes est¨¦n m¨¢s seguros. Al contrario, los han empujado a tomar rutas menos visibles¡±, afirma la investigadora. Ir¨¢n por otras carreteras, se expondr¨¢n a escondites m¨¢s riesgosos y pagar¨¢n m¨¢s por la traves¨ªa para evitar ser vistos. En un corredor de tr¨¢fico invisible, la mayor¨ªa de las tragedias permanece en las sombras.
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