Karen Oberhauser: ¡°La expansi¨®n de los cultivos de aguacate est¨¢ degradando los bosques donde hiberna la mariposa monarca en M¨¦xico¡±

A sus 65 a?os, Karen Oberhauser lleva m¨¢s de la mitad de la vida dedicada al estudio de un insecto al que, de no cambiar las cosas pronto, le queden los d¨ªas contados. La mariposa monarca, esa especie simb¨®lica de Norteam¨¦rica por su espectacular migraci¨®n de 4.000 kil¨®metros desde Canad¨¢ y Estados Unidos hasta M¨¦xico, acaba de entrar a la ¡®lista roja¡¯ de especies en peligro de extinci¨®n. El c¨®ctel de amenazas se hace cada d¨ªa m¨¢s mort¨ªfero: tala ilegal en sus bosques de hibernaci¨®n en M¨¦xico, uso generalizado de pesticidas en Estados Unidos y cambio clim¨¢tico se conjuran para poner en peligro la existencia del lepid¨®ptero. Pero la bi¨®loga de Wisconsin se niega a que el bicho al que le ha dedicado tanto tiempo y esfuerzo en su vida desaparezca. Donde otros ven el anuncio de una muerte anunciada, Oberhauser ve la oportunidad de que m¨¢s personas se sumen a los esfuerzos por la conservaci¨®n de la especie. Ella, por su parte, ya est¨¢ haciendo todo lo que est¨¢ en su mano: es directora del Proyecto de Monitoreo de Larvas de Monarca, copresidenta de la Monarca Joint Venture de la ONU, fundadora del Fondo Mariposa Monarca y ense?a todos los d¨ªas su programa ¡®Monarcas en el aula¡¯ en la Universidad de Wisconsin. Pocos saben tanto del insecto como ella.

Pregunta. Tras la designaci¨®n como especie en peligro de extinci¨®n, ?hay esperanza para la monarca?

Respuesta. Yo creo que s¨ª. Esta declaraci¨®n como especie amenaza las va a ayudar. Es muy triste que hayamos llegado hasta este punto en que necesitan clasificarse as¨ª, es realmente tr¨¢gico que las monarcas est¨¦n en peligro de extinci¨®n. Pero el hecho de que lo reconozcamos y que tengamos esa importante declaraci¨®n por parte de la UICN (la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza) significa que m¨¢s gente va a estar preocupada por ellas y van a hacer lo que puedan para ayudarlas. Por eso esta clasificaci¨®n, por un lado, es tr¨¢gica, pero por otro es esperanzadora.

P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n actual de la monarca en comparaci¨®n a cuando se empez¨® a monitorear?

R. Es dif¨ªcil decir exactamente cu¨¢nto ha ca¨ªdo la poblaci¨®n desde que empezamos a monitorearlas porque los n¨²meros fluct¨²an mucho de un a?o a otro. Normalmente lo que me gusta ver son promedios a largo plazo. Si vemos los primeros 10 a?os que empezamos a monitorearlas, las monarcas cubr¨ªan de media m¨¢s de nueve hect¨¢reas en los bosques de hibernaci¨®n en M¨¦xico. Los siguientes 10 a?os baj¨® a menos de seis hect¨¢reas y ahora, los ¨²ltimos 10 a?os, est¨¢ por debajo de tres hect¨¢reas. As¨ª que la poblaci¨®n ha disminuido alrededor de un tercio cada d¨¦cada.

Algunos dicen que ha bajado el 84%. O, si comparas el mejor a?o con el peor a?o, la ca¨ªda es m¨¢s del 90%. Pero creo que esas cifras son menos relevantes porque los n¨²meros var¨ªan demasiado de un a?o a otro como para llegar a un porcentaje espec¨ªfico. Aun as¨ª, podemos decir que tenemos menos de un tercio de mariposas monarca que hace dos d¨¦cadas.

P. ?Qu¨¦ ha llevado a esa enorme ca¨ªda de poblaci¨®n?

R. La p¨¦rdida de h¨¢bitat fue el factor m¨¢s importante desde mediados de los a?os noventa hasta 2007. Las monarcas sol¨ªan ser bastante comunes, hab¨ªa mucho algodoncillo (la planta de la que se alimentan) en los campos de cultivo de ma¨ªz y soya en Estados Unidos. Pero entonces los agricultores empezaron a usar semillas gen¨¦ticamente modificadas que eran tolerantes a los herbicidas. Empezaron a rociar los cultivos con herbicidas, especialmente Roundup (el pesticida estrella de Monsanto), y mataban todas las ¡®malas hierbas¡¯, pero no al ma¨ªz y la soya. Esto signific¨® que el algodoncillo desapareci¨® de todos esos campos y hubo una enorme ca¨ªda en la poblaci¨®n de monarcas.

A partir de 2007 esa ca¨ªda tan fuerte par¨® porque ya todos los campos de cultivo eran tolerantes a los pesticidas. Digamos que, si en 1997 ning¨²n cultivo era tolerante a los pesticidas, en 2007 ya lo eran el 97%. Entonces ya no hubo mayor ca¨ªda en la poblaci¨®n porque el da?o ya estaba hecho. A partir de entonces lo que ha estado impulsando la disminuci¨®n de monarcas es la gran variaci¨®n del clima a?o con a?o. Las temperaturas elevadas y la sequ¨ªa son muy malas para ellas. Estamos viendo que hay menos mariposas despu¨¦s de los veranos o primaveras m¨¢s calurosos.

P. ?C¨®mo les afecta el cambio clim¨¢tico?

R. Impacta a las monarcas porque son especies de sangre fr¨ªa y dependen much¨ªsimo de la temperatura del aire que las rodea. Si hace demasiado calor, su esperanza de vida es m¨¢s corta y, cuando son adultos, no ponen suficientes huevos. Adem¨¢s, si hace demasiado calor eso tambi¨¦n puede incluso matarlas. Si hace demasiado fr¨ªo, tardan m¨¢s en desarrollarse y son m¨¢s vulnerables a los depredadores. Necesitan la temperatura correcta.

Otro impacto del cambio clim¨¢tico es sobre las plantas de las que se alimentan. Si hay sequ¨ªa, la calidad de la planta es m¨¢s baja y producen menos n¨¦ctar, as¨ª que las monarcas adultas no obtienen todo el n¨¦ctar que necesitan y las plantas para las larvas tienen una menor calidad.

P. Tambi¨¦n hay una enorme presi¨®n en los bosques donde hiberna en M¨¦xico por plantar aguacate.

R. S¨ª, es una amenaza enorme porque, hasta donde sabemos, no hay ning¨²n otro lugar que sea apropiado para la hibernaci¨®n de las monarcas. Este peque?o territorio en el centro de M¨¦xico es el ¨²nico que tiene exactamente las condiciones necesarias para que las monarcas sobrevivan al invierno. As¨ª que cualquier cosa que le ocurra a estos lugares es muy importante. Los mexicanos y el Gobierno de M¨¦xico han hecho un gran trabajo en proteger las peque?as ¨¢reas de reserva de los bosques de hibernaci¨®n de la monarca, pero sabeos que hay fuertes impactos por todo lo que est¨¢ sucediendo en los alrededores. Me preocupan todas estas nuevas plantaciones de aguacate que se est¨¢n abriendo paso all¨ª porque est¨¢ llevando a una degradaci¨®n en las condiciones de los propios bosques de hibernaci¨®n. Ha sido interesante ver a lo largo de los a?os que he venido a M¨¦xico a estudiar a las monarcas, ver el cambio en el paisaje que rodea las reservas y que est¨¢ amenazando esos lugares donde hibernan las monarcas. En cualquier caso, en la zona n¨²cleo de la propia reserva, la tala ilegal pr¨¢cticamente ha parado, y eso es una gran noticia.

P. Ha estado estudiando a las monarcas desde los a?os ochenta. ?Qu¨¦ le atrae tanto de esta especie?

R. Como cient¨ªfica, me atraen porque son incre¨ªblemente interesantes. Su migraci¨®n no tiene comparaci¨®n con cualquier otra en el mundo animal. No hay otro insecto que haga una migraci¨®n tan incre¨ªble como la suya. Son un organismo realmente interesante y tiene mucho que ense?arnos sobre el mundo natural.

Pero adem¨¢s mi especialidad es la biolog¨ªa de la conservaci¨®n. As¨ª que estoy muy interesada en lo que podemos hacer para preservar la biodiversidad en el mundo, y creo que lo incre¨ªble de la monarca es que es una especie que le importa a mucha gente. Y como la gente tiene una conexi¨®n con ellas, significa que est¨¢n m¨¢s conectados con el mundo natural y que har¨¢n m¨¢s por ayudarlas. Es una gran especie embajadora para las conexiones entre los humanos y la naturaleza.

P. Ha mencionado su incre¨ªble migraci¨®n. ?C¨®mo es posible que un insecto tan peque?o pueda volar hasta 4.000 kil¨®metros?

R. Es realmente incre¨ªble. Podemos hacernos esa pregunta en muchos niveles. F¨ªsicamente, ?c¨®mo lo hacen? Por ejemplo, ?c¨®mo logran volar con el viento en contra? Son simplemente brillantes. Dependiendo de d¨®nde venga el viento, vuelan muy muy alto en el aire o pueden permanecer muy pegadas al suelo. F¨ªsicamente, han evolucionado muy bien para volar. Pero otra pregunta que nos podemos hacer es: ?c¨®mo logran avistar sus bosques de hibernaci¨®n en M¨¦xico cada a?o? Es un ¨¢rea muy peque?a en el mapa y, sin embargo, se encaminan para all¨¢. Sabemos en t¨¦rminos generales que utilizan el sol para volar hacia el sur. Pero no sabemos con detalle c¨®mo logran navegar hasta estos sitios tan espec¨ªficos. Todav¨ªa hay mucho que tenemos que aprender de ellas.

P. ?Y qu¨¦ se puede hacer para evitar su extinci¨®n?

R. Lo que necesitamos hacer es crear m¨¢s h¨¢bitat para ellas. Tenemos que ser muy creativos para encontrar lugares donde poner m¨¢s h¨¢bitat. Claro que tenemos que preservar lo que tenemos ya, eso es muy importante, pero sabemos que no es suficiente.

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