Delgadillo Padierna, un ¡®sheriff¡¯, un juez
Estricto y pol¨¦mico, el joven jurista acapara la atenci¨®n desde el caso Rosario Robles, en 2019. Sus decisiones han provocado la ira de voces y dependencias importantes, caso de Sheinbaum o la Fiscal¨ªa federal
Los d¨ªas m¨¢s complicados que ha vivido Felipe Delgadillo Padierna en su carrera como juez datan de finales de octubre de 2019, cuando a¨²n arreciaba la tormenta por el caso Rosario Robles. La polic¨ªa de Ciudad de M¨¦xico acababa de dar uno de los primeros grandes golpes de la era Claudia Sheinbaum. Agentes hab¨ªan detenido en Tepito a 32 personas y se hab¨ªan incautado de una veintena de armas de fuego, adem¨¢s de una tonelada de marihuana. Todo eran felicitaciones, un gran ¨¦xito, tolerancia cero contra la delincuencia. Hasta que el caso lleg¨® al juzgado.
Parte de un grupo de cuatro jueces que atienden asuntos penales en una c¨¢rcel del sur de Ciudad de M¨¦xico, Delgadillo presidi¨® la audiencia en que fiscales, por un lado, y abogados, por otro, peleaban su entrada o no en prisi¨®n. Para el juez, que apenas llevaba tres a?os en el cargo, el caso estuvo bastante claro desde el principio: aquel operativo hab¨ªa sido en realidad un desastre. Los agentes hab¨ªan capturado a los 32 en un lugar distinto de donde dec¨ªan. ¡°La actuaci¨®n policial no fue limpia¡±, dijo el juez en audiencia. ¡°Ha sido una constante que se presente a personas detenidas que se quieren hacer pasar como autores de un delito¡±, zanj¨®.
Delgadillo es conocido por su car¨¢cter estricto y un tono a menudo agresivo en el estrado. Desde su entorno aseguran que su actitud tiene un sentido: ¡°No puede permitir que se le salgan de control las audiencias. No es personal. Tiene que escuchar, pero ser duro¡±. A veces, su dureza ha provocado enfrentamientos con abogados y fiscales. En el caso de los abogados de Julio Scherer, exconsejero jur¨ªdico del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, acusados de extorsi¨®n, la Fiscal¨ªa protest¨® contra el juez. No era solo que Delgadillo hubiera desechado el caso contra los abogados. Fue tambi¨¦n el tono. ¡°Dicho juez descalific¨® y agredi¨® groseramente a la Representaci¨®n Social¡±, dijo la dependencia en un comunicado.
Cuestionados sobre Delgadillo, tres penalistas que han compartido audiencias con ¨¦l estos a?os, coinciden en su dureza. Uno de ellos, el m¨¢s cr¨ªtico, dice: ¡°En el asunto de los abogados de Scherer les dijo mentirosos a los fiscales. Es delicado, el juez debe ser sereno, imparcial, es lo que dice la doctrina. Jam¨¢s te puedes imaginar que le diga a alguien mentirosa¡±, se?ala. ¡°A veces asume la postura del sheriff, de ¡®no, yo aqu¨ª voy a hacer justicia¡¯, No, se?or, no. El juez es el tipo pasivo que despu¨¦s de que el sheriff le lleva al detenido va a poner calma y a escuchar. No va a prejuzgar¡±, a?ade.
En el caso de los detenidos de Tepito, Delgadillo se permiti¨® incluso un par de comentarios que apuntaban directamente a la clase pol¨ªtica dirigente, cuadros de Morena que empezaban a gobernar tanto la capital como el pa¨ªs, y ve¨ªan en los jueces un obst¨¢culo para su cruzada contra la corrupci¨®n. ¡°Ahora dir¨¢n que los jueces tiran operativos¡±, dijo, ir¨®nico. En efecto, as¨ª fue. La misma Sheinbaum critic¨® a Delgadillo y dijo que su decisi¨®n le parec¨ªa ¡°desafortunada¡±.
Fuentes del entorno del juez consultadas para elaborar este perfil explican que ¡°se preocup¨®¡±. No tanto por la solidez de sus argumentos, sino por la resaca pol¨ªtica que pod¨ªa conllevar su decisi¨®n. En los peri¨®dicos a¨²n coleaba el asunto de Rosario Robles y el operativo de Tepito ¡°era emblem¨¢tico para la nueva Administraci¨®n¡±, argumenta esta fuente. ¡°Sheinbaum le estuvo buscando a trav¨¦s de varias personas, incluido el presidente de la Suprema Corte, Arturo Zald¨ªvar¡±, a?ade. Con el paso de los d¨ªas, sin embargo, el peso de la actualidad acab¨® por sepultar la historia.
Robles
Delgadillo lograba bajar la ola encima de su tabla, una m¨¢s, de una endiablada serie que apenas empezaba y que a¨²n contin¨²a. Nacido en Ciudad de M¨¦xico en 1978, aficionado a Better Call Saul, al equipo de los Pumas y a los ¨¢rbitros ¡ªse sabe el nombre de varios, como Bonifacio N¨²?ez o Chiquimarco¡ª Delgadillo se convirti¨® en juez a mediados de 2016, tras acceder a una de las plazas que ofertaba entonces el Poder Judicial de la Federaci¨®n, en plena remodelaci¨®n por el cambio de modelo procesal. En estos seis a?os, su nombre ha aparecido constantemente en los medios de comunicaci¨®n, sobre todo por el affaire Robles, el proceso de corrupci¨®n contra la secretaria de Desarrollo Social y m¨¢s tarde de Desarrollo Agrario, en el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018).
Su trabajo y el de sus tres compa?eros, jueces de control, es atender los casos en su fase temprana, ver las pruebas de cargo y descargo, decidir si los asuntos del fuero federal ¡ªdelincuencia organizada, narcotr¨¢fico, delitos financieros, por ejemplo¡ª son o no merecedores de ir a juicio, si los acusados pueden seguir sus procesos en libertad¡ En el caso de Robles, la pol¨¦mica vino precisamente por este ¨²ltimo punto, las medidas cautelares. Para Delgadillo, Robles, acusada del desv¨ªo de m¨¢s de 5.000 millones de pesos (250 millones de d¨®lares) del presupuesto p¨²blico, no pod¨ªa seguir el proceso en libertad y la mand¨® a prisi¨®n.
Sus abogados se le fueron encima y jugaron la carta del conflicto de intereses. Delgadillo es sobrino de Dolores Padierna y Ren¨¦ Bejarano, piezas importantes de la izquierda capitalina en el cambio de siglo. Hace 18 a?os, cuando el juez era oficial de un juzgado y apenas hab¨ªa terminado la carrera de Derecho, Bejarano, jefe de gabinete de L¨®pez Obrador, entonces alcalde de la capital, apareci¨® en un v¨ªdeo recibiendo miles de d¨®lares de un empresario. Bejarano, que pas¨® un tiempo en prisi¨®n por este asunto, dijo que el dinero lo hab¨ªa recibido a petici¨®n de Robles. En esa ¨¦poca, todos militaban en las filas del PRD. Robles era la presidenta del partido.
Muchas voces criticaron a Delgadillo y los motivos en que hab¨ªa sustentado la prisi¨®n preventiva para Robles, el riesgo de que se fugara. El juez planteaba que la cantidad de domicilios que manejaba la mujer y la existencia de dos licencias de conducir a su nombre facilitaban una eventual huida. Con el tiempo se demostr¨® que una de las licencias en realidad no exist¨ªa. Las cr¨ªticas al juez arreciaron, basadas en la historia del conflicto de intereses. Desde su entorno aseguran que no hab¨ªa forma de que ¨¦l se recusara antes de conocer el caso: ¡°El C¨®digo Nacional de Procedimientos Penales no se lo permit¨ªa y los abogados de Robles no lo pidieron hasta que estuvieron fuera de plazo¡±.
Los otros casos
Fuera o no coincidencia, el ¨®rgano de Gobierno de los jueces mand¨® a Delgadillo a la banca en enero de 2020, sac¨¢ndolo del asunto Robles. Es verdad que, entonces, los jueces de control cumpl¨ªan cada cierto tiempo un papel administrativo, que les sacaba de la rotaci¨®n de los juzgados. En el caso de Delgadillo coincidi¨® justo con el proceso contra Robles. Desde su entorno desmienten cualquier movimiento extra?o. ¡°Le tocaba ser juez administrador¡±.
Delgadillo volvi¨® a la rotaci¨®n meses m¨¢s tarde y, de momento, ninguna queja o denuncia ha redundado en perjuicio alguno. El juez sigue viendo casos en el Centro de Justicia penal de la c¨¢rcel del sur, alguno tan importante como el de los abogados de Scherer, que en M¨¦xico se ley¨® como una de las batallas personales que ha librado estos a?os el fiscal general, Alejandro Gertz, enemistado con Scherer. Las mismas fuentes de su entorno mencionadas arriba explican: ¡°Se le va haciendo la piel gruesa. Lo digo porque en ese caso de los abogados de Scherer, cuando escuch¨® a los fiscales, dijo, ¡®es un caso endeble¡¯ y actu¨® en consecuencia¡±.
Delgadillo ha pasado por todos los escalones de la carrera judicial. Empez¨® como pasante en un despacho que trabajaba asuntos civiles y mercantiles, luego, a¨²n como estudiante, aterriz¨® como observador en la divisi¨®n de asuntos internos de la fiscal¨ªa de Ciudad de M¨¦xico. M¨¢s tarde se convirti¨® en oficial de un juzgado penal, una suerte de mecan¨®grafo, puesto que mantuvo m¨¢s de siete a?os. En 2009 gan¨® una plaza de secretario de juzgado, coincidiendo con el sexenio de Felipe Calder¨®n (de 2006 a 2012). Ese nuevo juzgado estaba especializado en solucionar de manera r¨¢pida temas operativos de la Fiscal¨ªa federal y los servicios de inteligencia, ¨®rdenes de cateo, intervenci¨®n de comunicaciones...
En esa ¨¦poca, Delgadillo entendi¨® de primera mano los vicios del arraigo, una variante jur¨ªdica que permit¨ªa detener a los sospechosos hasta 80 d¨ªas, antes de presentarlos ante un juez. En una ocasi¨®n, explican fuentes de su entorno, ¨¦l y sus compa?eros se dieron cuenta de que agentes de la Fiscal¨ªa ped¨ªan arraigo para los mismos detenidos en diferentes juzgados, de manera que, si los jueces no se daban cuenta, los detenidos pod¨ªan acumular meses y meses de c¨¢rcel, sin llegar incluso ante el juez. Por suerte los descubrieron.
En 2016, Delgadillo gan¨® su plaza de juez, de una terna que lleg¨® a ser de 1.200 postulantes. ?l lo logr¨® a la tercera. El caso Robles lo lanz¨® a los titulares, el caso de los abogados de Scherer lo mantiene. Entre medias, ha visto otros tantos, algunos tan importantes como el software de espionaje Pegasus. Delgadillo exigi¨® a la Fiscal¨ªa que lo investigara. M¨¢s recientemente, el juez ha dirigido una audiencia importante en el marco de las investigaciones por el caso Ayotzinapa. La Fiscal¨ªa acusa a un alto cargo de los servicios de inteligencia, Ignacio Mendoza, de tortura. En las audiencias, Delgadillo se ha mostrado interesado en las tesis de los fiscales, pero de momento, Mendoza se ha negado a comparecer.
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