Identificado el cad¨¢ver de Juan Arj¨®n L¨®pez, el decimocuarto periodista muerto con violencia

El cad¨¢ver de periodista independiente Juan Arj¨®n L¨®pez ha sido identificado por unos tatuajes. As¨ª lo ha confirmado la Fiscal¨ªa de Sonora en rueda de prensa. El hombre, de 62 a?os, fue visto por ¨²ltima vez el 9 de agosto en su ciudad San Luis R¨ªo Colorado, pero no se hab¨ªa cursado ninguna denuncia por su desaparici¨®n. Llevaba un portal de noticias bajo el elocuente nombre de A qu¨¦ le temes. Es el d¨¦cimocuarto periodista que pierde la vida en M¨¦xico este a?o.

Este domingo pasado, brigadas de ciudadanos, algunos de ellos compa?eros de la prensa, as¨ª como polic¨ªas y el colectivo de Madres Buscadoras de Sonora iniciaron tareas de rastreo para localizar al periodista. Adem¨¢s de su portal, el hombre prestaba servicios en un local de comidas. Los compa?eros vieron su coche estacionado hace unos d¨ªas, pero nada se sab¨ªa de su paradero. La polic¨ªa inst¨® a poner una denuncia, algo que a fecha de hoy no se hab¨ªa hecho, seg¨²n ha comunicado la fiscal¨ªa.

Los buscadores se internaron este domingo por parajes des¨¦rticos en busca del reportero. A pesar de que no hab¨ªa denuncia, las alarmas en las redes sociales impulsaron a la fiscal¨ªa a poner en marcha a los cuerpos policiales para su b¨²squeda de forma oficiosa. Hoy se tiene noticia de un cad¨¢ver cuyas marcas lo identifican.

Este a?o est¨¢ rebasando las peores cifras que se conoc¨ªan. En 2017 murieron violentamente 12 periodistas en M¨¦xico, un pa¨ªs que a estos efectos tiene cifras de lugar en conflicto b¨¦lico. La alarma que han generado estos cr¨ªmenes ha impelido a los organismos internacionales pol¨ªticos y de derechos humanos a condenar esta violencia y pedir al Gobierno que ponga cartas en el asunto. Fue el caso del Parlamento Europeo o de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

A diferencia de los pa¨ªses en guerra, que pueden encontrarse bajo el fuego de la batalla, el trabajo period¨ªstico en M¨¦xico resulta inc¨®modo a la corrupci¨®n y el crimen organizado. Tradicionalmente se culpa de estas muertes al narcotr¨¢fico, que no quiere ver en los medios de comunicaci¨®n sus asuntos, por lo que hay territorios como Tamaulipas donde la informaci¨®n sobre el crimen es pr¨¢cticamente nula. Pero los especialistas que se dedican a documentar estos cr¨ªmenes, como la organizaci¨®n Art¨ªculo 19, han se?alado en numerosas ocasiones que la mayor¨ªa de ellos parten de funcionarios p¨²blicos, ya sean jefes de polic¨ªa o pol¨ªticos. Protegen con sicarios sus corrupciones o su colusi¨®n con el narcotr¨¢fico en toda su dimensi¨®n. A todo ello hay que sumar la impunidad en que quedan estos asesinatos, el 99% sin condena, tambi¨¦n seg¨²n los datos de Art¨ªculo 19.

El ¨²ltimo reportero de la triste lista fue Ernesto M¨¦ndez, asesinado a balazos en San Luis de la Paz (Guanajuato), el pasado 2 de agosto. Era director del medio Tu voz y estaba de fiesta con amigos en un bar cuando un grupo armado abri¨® fuego contra ¨¦l. Como muchos otros periodistas en M¨¦xico, viv¨ªa bajo amenaza de muerte.

El Gobierno ha defendido su labor constante para desentra?ar estos casos, pero lo cierto es que la mayor¨ªa de las veces en que hay detenidos, apenas se atrapa a los sicarios, casi nunca a los instigadores del crimen, por lo que el peligro sigue acechando a los dem¨¢s. Los instigadores, pol¨ªticos, empresarios, gente de poder, rara vez pasan por la justicia, por lo que las organizaciones que trabajan en esta materia creen que la corrupci¨®n y el crimen van ganando la batalla: cada vez hay m¨¢s zonas de silencio informativo.

Este a?o no est¨¢ siendo in¨¦dito solo por el n¨²mero de cad¨¢veres. Tambi¨¦n las protestas se han hecho sentir fuertes desde que comenzara enero y se sucedieran varios cr¨ªmenes, algunos de ellos muy sonados, por ser reporteros de amplia trayectoria profesional. Y porque uno de los asesinatos, el de Lourdes Maldonado, en Tijuana, supuso un golpe emocional de calibre. A la mujer la pudo ver y escuchar el pa¨ªs entero, tiempo atr¨¢s, en una de las conferencias matutinas del presidente pidiendo ayuda porque se sent¨ªa amenazada. ¡°Temo por mi vida¡±, dijo p¨²blicamente. Y el tiempo se encarg¨®, tristemente, de darle la raz¨®n.

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