¡®La sed de los cometas¡¯, una ¨®pera sobre el deseo de conocimiento de Sor Juana In¨¦s de la Cruz
La obra, comisionada por la UNAM, fue compuesta por Antonio Juan-Marcos y escrita por M¨®nica Lav¨ªn. Su estreno mundial es este fin de semana en la Sala Nezahualc¨®yotl
Los cometas, esos cuerpos celestes hechos de polvo, rocas y part¨ªculas de hielo, eran todo un misterio en la ¨¦poca en la que vivi¨® Sor Juana In¨¦s de la Cruz. En su tiempo, el siglo XVII, eran presagios funestos; aves de mal ag¨¹ero. Sor Juana alab¨® en un poema la opini¨®n del padre Eusebio Francisco Kino, quien aseguraba que eran augurio de males, de desgracias. Pero su amigo, el cosm¨®grafo e historiador Carlos de Sig¨¹enza y G¨®ngora, optaba por una explicaci¨®n m¨¢s cient¨ªfica que divina. Aparentemente, Sor Juana comulgaba con la ciencia, pero no pod¨ªa manifestarlo abiertamente. ¡°Ten¨ªa siempre este dilema. La prima de la virreina Mar¨ªa Luisa Manrique, su gran amiga y protectora, apoy¨® al Padre Kino y, dicen los estudiosos, tuvo que escribir el poema para quedar bien con la virreina; me interesa mucho su inquietud cient¨ªfica, su pensamiento renacentista¡±, explica la bi¨®loga y escritora M¨®nica Lav¨ªn (Ciudad de M¨¦xico, 1955), en entrevista con EL PA?S.
Este fin de semana se estrena la ¨®pera La sed de los cometas, inspirada en la d¨¦cima musa, del compositor mexicano Antonio Juan-Marcos, quien se ha distinguido por su trabajo de musicalizaci¨®n de piezas literarias de autores como Octavio Paz (Amanece, inspirado en sus poemas) o Juan Rulfo (Tum Tambor, basado en el cuento Macario); en colaboraci¨®n con la libretista Lav¨ªn, autora de la novela Yo, la peor ¡ªobra que reconstruye la vida y ¨¦poca de la escritora novohispana. La direcci¨®n musical es de Jos¨¦ Arean y la puesta en escena de Bel¨¦n Aguilar. La m¨²sica ser¨¢ interpretada por la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata y el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes. La composici¨®n dram¨¢tica y musical, afirman sus creadores, se centra en la pasi¨®n de Sor Juana In¨¦s de la Cruz por el conocimiento, su esp¨ªritu de libertad por saber y su af¨¢n de cuestionar al deber ser. Comisionada por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), se presentar¨¢ este viernes 30 de septiembre y el domingo 2 de octubre en la Sala Nezahualc¨®yotl, como n¨²mero art¨ªstico inaugural del Festival Cultural de la UNAM.
Sor Juana aplaudi¨® la ciencia astron¨®mica del padre Kino, de la compa?¨ªa de Jes¨²s, en un soneto que termina as¨ª: ¡°todo el conocimiento torpe humano/ se estuvo obscuro sin que las mortales/ plumas pudiesen ser, con vuelo ufano,/ ¨ªcaros de discursos racionales,/ hasta que el tuyo, Eusebio soberano,/ les dio luz a las luces celestiales¡±. ¡°La ¨®pera arranca con un acto de aparente traici¨®n hacia Sig¨¹enza y G¨®ngora, de parte de Sor Juana, alrededor del tema de los cometas¡±, explica Lav¨ªn. La ¨®pera est¨¢ dividida en tres actos y muestra c¨®mo manifestaciones de la naturaleza incidieron en la vida de Sor Juana: el agua que anegaba el Valle de M¨¦xico; el viento que llev¨® los rumores de su inteligencia; el eclipse de sol tras el cual comenz¨® la oscuridad de su destino y el fuego que acab¨® con el palacio virreinal y metaf¨®ricamente devor¨® los libros de los que se tuvo que deshacer. Todos estos elementos forman parte de la trama. La sed de los cometas, el t¨ªtulo de la obra, es la sed de conocimiento de Sor Juana.
¡°Yo entr¨¦ como a ciegas, la verdad¡±, explica M¨®nica Lav¨ªn sobre su experiencia escribiendo ¨®pera. Y sigue: ¡°En la pandemia me puse a ver ¨®pera para a tener una idea intuitiva. Muy salvaje al principio. Yo hab¨ªa puesto demasiadas palabras en el libreto. Fue un aprendizaje intensivo. No pasa cuando escribes una novela, hecha para leerse en silencio y en soledad. Ac¨¢, el trabajo es colaborativo. El director de la de la ¨®pera, el del coro, la directora de escena... todos van contribuyendo, igual que los cantantes, con sus propios elementos. Eso me parece fascinante. La ¨®pera me dio la posibilidad de basarme en los di¨¢logos de los personajes. Abandon¨¦ lo que solemos hacer en la narrativa: mi deseo de escribir las atm¨®sferas. Eso lo hace la m¨²sica. Tuve la oportunidad de escoger a mis personajes clave. Fue como estar en el estudio con los libros y con las ideas del tiempo y debatirlas¡±.
En el proceso de composici¨®n siempre hubo una muy estrecha colaboraci¨®n entre M¨®nica Lav¨ªn y Antonio Juan-Marcos. ¡°El libreto fue cambiando a medida que lo fui musicalizando. Su pluma y la m¨ªa han buscado un un¨ªsono para poder contar esta historia. Cada voz es un mundo, particular e irrepetible: los cantantes que hemos escogido para esta ¨®pera encarnan estupendamente bien a los personajes de la historia. Hemos tratado de darle vida a la voz de Sor Juana: la voz de su gozo, la voz de sus tristezas y la de su cruz. Sor Juana tiene una lucidez y una claridad de pensamiento asombrosa para m¨ª. Su literatura y su mente me parecen de las m¨¢s brillantes¡±, cuenta Juan-Marcos, en entrevista con EL PA?S. El reto para Lav¨ªn consist¨ªa en crear un libreto para cinco personajes, ni m¨¢s ni menos. ¡°Me dieron una restricci¨®n muy concreta: cinco personajes. Ten¨ªa que pensar bien. Me decid¨ª por Sig¨¹enza y G¨®ngora. Me parec¨ªa maravilloso porque era un hombre que la respetaba, la admiraba¡±, confiesa Lav¨ªn. Los personajes de la ¨®pera ser¨¢n interpretados por la soprano Cecilia Eguiarte (Sor Juana); la mezzosoprano Frida Portillo (la virreina Mar¨ªa Luisa Manrique); la tambi¨¦n mezzosoprano Araceli P¨¦rez Mart¨ªnez (Juana de San Jos¨¦, esclava de Sor Juana); el tenor Enrique Guzm¨¢n (Carlos Sig¨¹enza y G¨®ngora, bachiller y estudioso de la ¨¦poca); y el bar¨ªtono Rodrigo Urrutia (Antonio N¨²?ez de Miranda, confesor de Sor Juana).
¡°La misma Sor Juan dec¨ªa que escribi¨® poemas de ocasi¨®n para estar bien con virreyes, obispos, arzobispos; los personajes poderosos de la ¨¦poca. Y afirma que lo ¨²nico que escribi¨® por gusto y voluntad es Primero sue?o, su gran poema intelectual¡±, explica Lav¨ªn. Octavio Paz lo describi¨® as¨ª en su ensayo Sor Juana In¨¦s de la Cruz o las trampas de la fe: ¡°Primero sue?o no es el poema del conocimiento como un vano sue?o sino el poema del acto de conocer. Ese acto adopta la forma del sue?o, no en el sentido vulgar de la palabra sue?o ni en el de ilusi¨®n irrealizable, sino en el de viaje espiritual. El viaje ¡ªsue?o l¨²cido¡ª no termina en una revelaci¨®n como en los sue?os de la tradici¨®n del hermetismo y el neoplatonismo, en verdad el poema no termina: el alma titubea, se mira en Faet¨®n y, en esto, el cuerpo despierta. ?pica del acto de conocer, el poema es tambi¨¦n la confesi¨®n de las dudas y las luchas del Entendimiento. Es una confesi¨®n que termina en un acto de fe: no en el saber sino en el af¨¢n de saber¡±. La ¨®peras originales en M¨¦xico son un bien escaso, quiz¨¢ porque el p¨²blico es mucho m¨¢s diminuto que un nicho peque?o; o porque hacer una ¨®pera es caro y lleva mucho tiempo. M¨®nica Lav¨ªn lo resume mejor y afirma que estas puestas en escena son como un cometa: ¡°Me dec¨ªa Antonio [Juan-Marcos, el compositor de la obra], que la ¨®pera es como un cometa. Pasa y qui¨¦n sabe cu¨¢ndo vuelva a pasar. Todo es emocionante, porque adem¨¢s es un arte vivo¡±.
Para contar la historia de la religiosa har¨¢ falta un centenar de cantantes y decenas de m¨²sicos en un viaje en el que la autora de Primero sue?o intent¨® entender la ciencia detr¨¢s de la erupci¨®n del Popocat¨¦petl en su infancia; el eclipse total de sol durante su estancia en el Convento de San Jer¨®nimo, la inundaci¨®n de la Ciudad de M¨¦xico en 1629 y el incendio, en 1692, del Palacio de los Virreyes. ¡°[La de Sor Juana] es una voz en el tiempo que no se puede silenciar¡±. afirma Lav¨ªn. ¡°Sor Juana est¨¢ vigente y es contempor¨¢nea. En este mundo hemos vivido silenciadas, reprimidas, incluso asesinadas. El silenciamiento es algo que todav¨ªa vivimos. Creo que Sor Juana y su voz muestran este deseo de no ser silenciadas, a pesar de haber escrito con sangre: Yo, la peor del mundo. La escritora novohispana nos sigue retando, nos sigue proponiendo un di¨¢logo con el tiempo. Un di¨¢logo entre nosotros. Nos pide no bajar la voz¡±, concluye.
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