El peligro de vivir en ¡®alto riesgo¡¯
En el Centro Hist¨®rico de la Ciudad de M¨¦xico, 41 edificios est¨¢n en diversas fases de una categor¨ªa a trav¨¦s de la que se busca su restauraci¨®n por problemas estructurales
La voz calmada de Flor Rodr¨ªguez caracteriza a una mujer que, desde hace 28 a?os, vive en el edificio de Justo Sierra 59, una de las 41 construcciones del Centro Hist¨®rico de la capital mexicana categorizadas como ¡°alto riesgo¡± debido a las complicaciones que presenta en su estructura. A tan solo 180 metros, el bloque del n¨²mero 27 de esa calle sufri¨® un derrumbe hace una semana. En el inmueble, ahora clausurado por tablones de madera y carteles de prevenci¨®n, viv¨ªan 11 familias que se han visto en la circunstancia de tener que firmar un acuerdo de desocupaci¨®n para que las autoridades procedan a restaurarlo.
En el interior del edificio en el que vive Rodr¨ªguez, los da?os estructurales que ella indica no son un secreto. Las grietas, a las que ella se refiere utilizando el sin¨®nimo ¡°cuarteadura¡±, son la principal se?a de un inmueble que se encuentra expropiado desde 2015. ¡°A pesar de los a?os, las obras de reconstrucci¨®n no han avanzado¡±, cuenta Rodr¨ªguez. La situaci¨®n de espera que viven los vecinos del edificio de Justo Sierra 59 se distancia de esta manera a la de los mensajes oficiales de los ¨²ltimos d¨ªas. Uno de los ejemplos fue el de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que aseguraba, tras el derrumbe del inmueble del n¨²mero 27, que la problem¨¢tica para actuar en algunas viviendas se debe a que hay gente ¡°que no permite entrar [a los inmuebles] para arreglarlos¡±.
Mientras Rodr¨ªguez muestra otra de las cuarteaduras que se asoman sobre la puertas de una de las casas del edificio, en la zona com¨²n del vecindario resuena una canci¨®n de salsa a todo volumen: El preso, de Fruko y sus Tesos. ¡°En el mundo en que yo vivo, siempre hay cuatro esquinas, entre esquina y esquina siempre habr¨¢ lo mismo¡¡±, indican las primeras estrofas del tema. La melod¨ªa alegre se fusiona de este modo con unas letras melanc¨®licas. Rodr¨ªguez contin¨²a hablando mientras sigue la m¨²sica. La vecina afirma que en el edificio ¡°corren peligro¡± y que, pese a ello, es la ¨²nica opci¨®n con la que cuentan hasta el momento. ¡°Somos familias de bajos recursos, no podemos irnos as¨ª como as¨ª¡±, cuenta la vecina.
En el centro hist¨®rico hay 41 construcciones registradas de manera oficial bajo la categor¨ªa de ¡°alto riesgo¡±. El coordinador general de la Autoridad del Centro Hist¨®rico, Manuel Oropeza, informa que los edificios dentro de este n¨²mero, atendidos por el Instituto de Vivienda (Invi), se encuentran en diversas fases: dos de ellos han sido entregados, otros est¨¢n proceso de recuperaci¨®n y, algunos, a¨²n contin¨²an en tramites. ¡°La dictaminaci¨®n de los inmuebles como de ¡®alto riesgo¡¯ es una causal de utilidad p¨²blica para expropiarlos y poder reconstruir la vivienda en favor de las personas¡±, se?ala Oropeza por tel¨¦fono. A pesar de marcar el conteo oficial en ¡°41¡å edificaciones, el coordinador tiene claro que la cifra no es exacta. ¡°No son los ¨²nicos, es un paquete de lo que el Invi tiene como meta de atenci¨®n este a?o¡±, indica Oropeza, que informa de que no hay un dato exacto, debido a que contin¨²an trabajando en ello.
Rodr¨ªguez afirma que la situaci¨®n en la que viven los vecinos ¡°es complicada¡±. ¡°Hay rentas muy altas que no podemos pagar. Nos tenemos que aguantar aqu¨ª, con el riesgo de que, en alg¨²n momento, pueda colapsar¡±, a?ade la vecina del n¨²mero 59. Manuel Oropeza cuenta que en el momento en el que se realizan las operaciones de recuperaci¨®n del edificio, las autoridades otorgan un apoyo econ¨®mico a las familias. ¡°La ayuda es de renta, no es un salario para sobrevivir¡±, indica el coordinador, que cree que este es otro de los temas que hay que ¡°actualizar¡± en los dos a?os restantes de la legislatura.
Justo Sierra 59 est¨¢ dividido en 18 departamentos y cuatro locales comerciales, un n¨²mero poco alejado de las 30 viviendas y cuatro establecimientos del edificio derrumbado del n¨²mero 27. Uno de los comerciantes que trabajaban en el inmueble desplomado es Antonio Olmeda. El vendedor, que trabaja de manera temporal en otro puesto de la misma calle, se apoya sobre uno de los marcos que se venden en la tienda. ¡°A¨²n tengo mis cosas en el otro local¡±, se?ala Olmeda. El trabajador cuenta que el edificio del n¨²mero 27 ya estaba en proceso de recuperaci¨®n y afirma que las autoridades ofrecieron a los vecinos ayudas econ¨®micas o estancias provisionales, aunque desconoce cu¨¢ntos han elegido cada opci¨®n. Olmeda dice que, ¡°al parecer¡±, todos se han acomodado. El vendedor indica que ¡°como comercio¡±, no ha recibido ning¨²n apoyo, pero que, en su caso, ya est¨¢ con los tr¨¢mites para cambiar la localizaci¨®n de su negocio.
En el vecindario del n¨²mero 59 de Justo Sierra, un hombre trabaja con un bloque de hielo que, al derretirse, deja en el suelo una peque?a superficie de agua. Rodr¨ªguez se?ala que el inmueble del edificio tiene colapsado el drenaje, que estaba hecho de ladrillo. ¡°Ya no hay salida hacia afuera y tenemos que estar destapando y sacando el agua¡±, indica la vecina, que destaca que en momentos de lluvia, tienen que extraerla.
Rodr¨ªguez cuenta que algunos vecinos del edificio viven ah¨ª desde hace 60 a?os. ¡°Pr¨¢cticamente llevan aqu¨ª toda su vida¡±, afirma la residente. Cuenta que en los 28 que ella ha vivido en el inmueble, los vecinos han sufrido, adem¨¢s, problemas derivados de una estafa. ¡°Los que se dec¨ªan due?os hace muchos a?os, a los que les pag¨¢bamos la renta, resultaron no serlo. Eran personas que se estaban aprovechando de la situaci¨®n¡±, lamenta Rodr¨ªguez, que asegura que en un momento dado tuvieron que contratar a abogados para acabar con un conflicto en el que varias familias, que alegaban la propiedad, demandaron a algunos vecinos. ¡°Una vez que comprobamos que no eran los due?os, nos inscribimos en el Invi¡±, apunta la vecina. Justo Sierra 59 lleva siete a?os expropiado.
Oropeza destaca que estos edificios son patrimoniales, por lo que resultan importantes para el Centro Hist¨®rico. El coordinador se?ala que, a diferencia de otras zonas, para realizar obras en el centro se necesitan las autorizaciones del Instituto Nacional Acad¨¦mico de M¨¦xico o del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Flor Rodr¨ªguez no modifica el tono de tranquilidad en ning¨²n momento. Recuerda que la construcci¨®n en la que vive tiene 300 a?os, lo que hace que su estructura no se pueda tirar ¡°as¨ª como as¨ª¡±. ¡°Los edificios como este son patrimonio cultural, por eso lo deben reconstruir¡±, sostiene la vecina del n¨²mero 59.
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