Tres de cada cuatro mexicanos apoya que el Ej¨¦rcito siga en las calles haciendo de polic¨ªa

La reforma para mantener a los militares en las calles de M¨¦xico haciendo de polic¨ªas provoc¨® a principios de este mes una fuerte marejada en el parlamento, airados debates en los medios sobre los riesgos de la militarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica y la fractura de la alianza entre los partidos de oposici¨®n. Sin embargo, si se aterriza el debate de los pasillos pol¨ªticos a la opini¨®n de los ciudadanos, no hay apenas discusi¨®n. Tres de cada cuatro mexicanos apoya que los militares sigan en la calle seg¨²n una encuesta de Enkoll para EL PA?S y W Radio realizada apenas dos semanas despu¨¦s de que saliera adelante la reforma. La aprobaci¨®n ciudadana se extiende tambi¨¦n a las numerosas concesiones que el gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha hecho a las Fuerzas Armadas ?gesti¨®n de aduanas, aeropuertos y grandes infraestructuras?, as¨ª como su manejo de la crisis por la filtraci¨®n masiva de correos del alto mando militar, prolongando un respaldo masivo al Ej¨¦rcito que va m¨¢s all¨¢ de este sexenio.

La salida de los militares de los cuarteles fue iniciada en 2006 por el presidente panista Felipe Calder¨®n inaugurando la llamada guerra contra el narco. Durante sus largos a?os de oposici¨®n, L¨®pez Obrador fue uno de los mayores cr¨ªticos de aquella estrategia que se ha cobrado desde entonces m¨¢s 200.000 muertos y 60.000 desaparecidos. Sin embargo, la actitud del mandatario de Morena cambi¨® tras su llegada al poder. Sus esl¨®ganes han ido virando del ¡°abrazos, no balazos¡± al ¡°El Ej¨¦rcito es bueno, porque es pueblo uniformado¡±, aludiendo a los or¨ªgenes populares de unas Fuerzas Armadas que se remontan a la Revoluci¨®n mexicana de principios de siglo XX.

L¨®pez Obrador ha sido, de hecho, el primer mandatario que blind¨® en una ley lo que hab¨ªa sido una realidad de facto durante m¨¢s de una d¨¦cada. En 2019 aprob¨® una reforma constitucional que consolidaba la presencia de los militares patrullando las calles hasta 2024, el final de su mandato. La extensi¨®n del plazo otros cuatro a?os vino este mes adem¨¢s precedida por otra decisi¨®n que agrandaba el poder del Ej¨¦rcito. La Guardia Nacional, el cuerpo policial creado por el gobierno de Morena con esp¨ªritu castrense pero mando civil en un inicio, pasaba definitivamente a convertirse en un ap¨¦ndice m¨¢s de las Fuerzas Armadas. Con todo ese contexto, el 73% de los consultados en la encuesta respondieron afirmativamente la pregunta de si est¨¢n de acuerdo con que el Ej¨¦rcito contin¨²e en las calles apoyando en las tareas de seguridad hasta el 2028. De hecho, el 19% dijeron estar ¡°muy de acuerdo¡±, por tan solo un 8% de respuestas en el polo opuesto: ¡°nada de acuerdo¡±.

La pol¨ªtica de mano tendida del Gobierno de Morena hacia los militares ha incluido, por ejemplo, la realizaci¨®n de los grandes proyectos de infraestructura, una de las banderas del Gobierno, como el Tren Maya, la gesti¨®n de las aduanas, puertos y hasta 10 aeropuertos, entre ellos, el Felipe ?ngeles en el Estado de M¨¦xico. El apoyo ciudadano a todas estas decisiones es similar al de la prolongaci¨®n de su presencia en las calles. El 72% de los encuestados respaldan las concesiones log¨ªsticas y mientras que baja ligeramente, hasta un 62%, en el caso de la construcci¨®n mediante empresas p¨²blicas dirigidas por militares del aeropuerto Felipe ?ngeles o el Tren Maya. La justificaci¨®n del presidente ante esta h¨ªperpresencia en la vida civil es que las Fuerzas Armadas son el mejor cortafuegos ante la corrupci¨®n. La opini¨®n de los encuestados al respecto es tambi¨¦n favorable al presidente en un 59%, aunque dentro de la diferente intensidad de la adhesi¨®n, la mayor¨ªa, un 47%, dice estar solo ¡°de acuerdo¡±.

La justificaci¨®n de la que los militares son el mejor ant¨ªdoto posible a la corrupci¨®n tambi¨¦n ha sido la raz¨®n defendida por el presidente para acabar con la polic¨ªa federal y crear en su lugar la Guardia Nacional. La confianza de la ciudadan¨ªa en la Guardia Nacional es tambi¨¦n mayoritaria (58%). Un umbral superado desde luego por el Ej¨¦rcito (67%) y la Marina (70%). En el polo opuesto se sit¨²a la Polic¨ªa Estatal, que registra un grado de confianza de tan solo el 33%, mientras que el 66% restante dice confiar poco a nada en el estamento policial.

Las Fuerzas Armadas tambi¨¦n han estado en el centro de la conversaci¨®n durante el ¨²ltimo mes por la masiva filtraci¨®n de correos de la Sedena a principios de octubre realizada por un grupo de piratas inform¨¢ticos. Mientras en otros pa¨ªses donde ha sucedido un ataque inform¨¢tico parecido, como Chile, la respuesta del Gobierno ha sido dejar caer a altos mandos militares, en M¨¦xico el hackeo no impidi¨® que pocos d¨ªas despu¨¦s se consolidara el blindaje de los soldados en las calles. Y la posici¨®n oficial del presidente fue cerrar filas con el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, que no se ha visto obligado siquiera a responder en el parlamento sobre el esc¨¢ndalo. La posici¨®n de la ciudadan¨ªa respecto a la gesti¨®n del Gobierno es en todo caso tambi¨¦n positiva. Un 41% est¨¢ favor, por un 34% en contra y un 25% que no tiene opini¨®n al respecto.

Los ¨²nicos dos apartados donde suspende la labor del Ej¨¦rcito son, precisamente, ante la pregunta de si deber¨ªan asumir alguna responsabilidad por la filtraci¨®n de documentos. La respuesta que arroja la encuesta es que el 75% opina que s¨ª. El segundo aspecto negativo del sondeo es el relacionado con su supuesta implicaci¨®n con el caso Ayotzinapa. Tanto la comisi¨®n presidencial encargada de investigar la desaparici¨®n de los 43 estudiantes, como el procedimiento abierto por la Fiscal¨ªa, apuntan a la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito en el suceso. De hecho hay cuatro militares en prisi¨®n, incluido el general del cuartel de Iguala, lugar donde sucedieron los hechos. Ante la pregunta de si los miembros del Ej¨¦rcito mexicano son o no responsables, un 53% de los encuestados dijo que s¨ª, por un 33% del no y un 14% sin opini¨®n.

El mayoritario respaldo del Ej¨¦rcito en los puntos m¨¢s calientes de su labor es un ejemplo a su vez del activo papel que juegan en la vida pol¨ªtica y civil del pa¨ªs. Unas recientes declaraciones del secretario de Gobernaci¨®n, Ad¨¢n Augusto L¨®pez, lo volvieron a demostrar: ¡°Un militar puede participar en tareas pol¨ªticas, puede tener aspiraciones pol¨ªticas e incluso ser presidente de la Rep¨²blica¡±. La opini¨®n de los encuestados al respecto oscila entre el 37% que apunta a que las Fuerzas Armadas tienen mucha influencia pol¨ªtica o el 28% a algo de influencia. Hasta el 31% que estima que tiene poca o nada de influencia.

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