Jos¨¦ Jorge, el ¡®JJ¡¯, que dispar¨® al exfutbolista Salvador Caba?as, sentenciado a 36 a?os de c¨¢rcel
La Fiscal¨ªa conden¨® al antiguo operador del cartel de los Beltr¨¢n Leyva por delincuencia organizada, posesi¨®n de coca¨ªna con fines comerciales y tenencia de armas
Jos¨¦ Jorge Balderas Garza, narcotraficante del cartel de los Beltr¨¢n Leyva, una antigua organizaci¨®n delictiva originaria de Sinalona, que en 2010 dispar¨® en la cabeza al futbolista Salvador Caba?as, ha sido condenado a 36 a?os de c¨¢rcel acusado de delitos de delincuencia organizada, posesi¨®n de coca¨ªna con fines comerciales y tenencia de armas de fuego de uso exclusivo del Ej¨¦rcito, seg¨²n el informe emitido por la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica. El tambi¨¦n conocido como ¡°el JJ¡± fue detenido en abril de 2011, en Bosques de las Lomas en Ciudad de M¨¦xico. Actualmente se encuentra interno en el Centro Federal de Readaptaci¨®n Social, en Tapachula, Chiapas.
Balderas pas¨® al imaginario colectivo cuando se convirti¨® en el primer sospecho de haber disparado durante la noche del 25 de enero al entonces futbolista del Am¨¦rica en la cabeza. Su equipo hab¨ªa perdido 2-0 frente a Monarcas y el jugador aprovech¨® su d¨ªa libre para ir junto con su esposa al Bar-Bar, un establecimiento nocturno. A las seis de la ma?ana, seg¨²n reportes oficiales, fue al ba?o y all¨ª se encar¨® con un par de hombres. En medio de la confusi¨®n, Caba?as recibi¨® un disparo de un arma calibre .38 que entr¨® por su frente y se aloj¨® en el l¨®bulo izquierdo del cerebro.
Salvador Caba?as, nacido en Paraguay en 1980, ten¨ªa entonces 28 a?os y estaba en el momento m¨¢s dulce de su carrera. Era el capit¨¢n del Club Am¨¦rica y el delantero l¨ªder en n¨²mero de goles. Tambi¨¦n era el capit¨¢n de la selecci¨®n paraguaya, que ya ten¨ªa todo preparado para jugar la Copa del Mundo en Sud¨¢frica. En sus manos ten¨ªa un precontrato millonario para jugar en el Manchester United. La espiral de buenas noticias se termin¨® el d¨ªa que Balderas le dispar¨® en la cabeza. Se salv¨® de milagro, y su vida ya no volvi¨® a ser la misma.
Michel Bauer, inform¨® en su d¨ªa de que el jugador lleg¨® consciente al centro m¨¦dico, donde fue intervenido de urgencia y despu¨¦s ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). ¡°La bala entr¨® por la frente y se qued¨® alojada¡±, explic¨® el dirigente. ¡°Caba?as respondi¨® bien a las preguntas que los doctores le hicieron en el hospital y eso nos da un marco de referencia que puede ser alentador¡±, a?adi¨® Bauer. Entr¨® en un coma del que tard¨® en salir una semana, y no fue hasta los primeros de marzo de ese mismo a?o cuando se recuper¨® y empez¨® su rehabilitaci¨®n. Cuatro meses despu¨¦s regres¨® a casa con una cicatriz en la sien.
Pese a sus intentos de volver a jugar al m¨¢s alto nivel, tuvo que ver a sus compatriotas jugar un Mundial sin ¨¦l y sus intentos de volver al f¨²tbol profesional no resultaron. Caba?as todav¨ªa tiene la bala alojada en la cabeza y por eso no ha podido volver al campo. ¡°Estoy vivo por el f¨²tbol¡±, lleg¨® decir el apasionado futbolista.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.