M¨®nica Citlalli D¨ªaz, la maestra de ingl¨¦s que nunca llegaba tarde
La mujer desaparecida el 3 de noviembre en Ecatepec fue encontrada muerta seis d¨ªas despu¨¦s en una carretera con signos de violencia, su novio est¨¢ desaparecido y la Fiscal¨ªa investiga su muerte como un feminicidio
¡°Yo ya encontr¨¦ a mi hija¡±, dice Fausta Res¨¦ndiz, la madre de M¨®nica Citlalli D¨ªaz. ¡°No la encontr¨¦ como esperaba, pero al menos la encontr¨¦¡±, sentencia, y se derrumba, y se pierde entre las l¨¢grimas de la p¨¦rdida al otro lado del tel¨¦fono. El cuerpo de su hija apareci¨® el mi¨¦rcoles, entre unos arbustos, a la orilla de la carretera que conecta Ciudad de M¨¦xico con Cuernavaca, a la altura del pueblo de Parras, casi en el Estado de Morelos. Estaba envuelta en bolsas de basura y su cuerpo mostraba signos de violencia. La Fiscal¨ªa de Ciudad de M¨¦xico, en conjunto con la Fiscal¨ªa del Estado de M¨¦xico, est¨¢n investigando el caso como un delito de feminicidio.
Dos d¨ªas despu¨¦s de que se reportara la desaparici¨®n de la mujer, el s¨¢bado 5 de noviembre, su novio Jes¨²s Alexis ?lvarez Ortiz, con quien sal¨ªa desde hace cinco meses, tambi¨¦n desapareci¨® y no se le ha vuelto a ver. La familia del joven de 27 a?os ha denunciado este lunes su desaparici¨®n ante las autoridades.
M¨®nica Citlalli D¨ªaz Res¨¦ndiz ten¨ªa 30 a?os y trabajaba por las ma?anas de 7.00 a 12.00 y, por las tardes, de 18.00 a 21.00. Daba clases de ingl¨¦s en una academia cercana al distrito comercial Las Am¨¦ricas, en Ecatepec, pero viv¨ªa en San Salvador Atenco, un pueblo a cincuenta minutos de all¨ª. Aun as¨ª, ¡°siempre llegaba antes de tiempo a su trabajo¡±, dice su madre, que la ayudaba a cuidar de su hija de 11 a?os. Las tres generaciones de la familia, los tres hijos de Fausta y Jos¨¦ Juan D¨ªaz, y los hijos y las parejas de sus hijos, viven en una casa de dos pisos en la localidad. ¡°Cada uno tiene su peque?o espacio y su intimidad¡±, asegura el padre. Ecatepec tiene una de las tasas de violencia contra las mujeres m¨¢s altas de todo el pa¨ªs y el Estado de M¨¦xico, donde est¨¢ el municipio, ha registrado hasta septiembre 101 feminicidios, superando a cualquier otra regi¨®n por un amplio margen. Aguascalientes contabiliz¨® siete feminicidios en el periodo. Los casos de Ariadna Fernanda, Lidia Gabriela o Jazm¨ªn Zarate son algunos de la ¨²ltima semana que tambi¨¦n se investigan como feminicidio.
El d¨ªa de su desaparici¨®n fue a trabajar por la ma?ana y volvi¨® a casa alrededor de la una, como todos los d¨ªas. Como siempre, prepar¨® algo de comer para su hija y la llev¨® al colegio. Despu¨¦s volvi¨® a casa. Normalmente, cuando llega se queda descansando hasta que toma de nuevo el autob¨²s para dar sus clases de la tarde en la academia. Pero el mi¨¦rcoles, ¡°a eso de las 14.40¡å, dijo que se iba al centro comercial Las Am¨¦ricas y sali¨® de casa. No dijo qu¨¦ iba a hacer all¨ª o si iba con alguien. Esto contradice la primera versi¨®n de los hechos, que estaba basada en las declaraciones del autobusero que la llevaba todos los d¨ªas al trabajo. ¡°?l dijo que la hab¨ªa llevado en autob¨²s a la academia el mi¨¦rcoles, pero se confundi¨®, eso fue el d¨ªa anterior¡±, asegura Jos¨¦ Juan D¨ªaz.
Por las c¨¢maras de seguridad que hay en la zona, los padres de M¨®nica saben que un taxi la llev¨® hasta el centro comercial a las 14.55 y que, despu¨¦s, el taxi volvi¨® y sigui¨® con su trabajo. ¡°Pero a partir de ah¨ª ya no sabemos qu¨¦ pas¨®, la perdimos la pista¡±, dice Fausta. La polic¨ªa est¨¢ analizando las c¨¢maras de seguridad del centro comercial. ¡°No nos las quieren ense?ar de momento porque dicen que eso entorpece la investigaci¨®n¡±, responde la madre. Tres horas despu¨¦s del momento en el que sali¨® de casa, Jos¨¦ Juan recibi¨® un mensaje desde el n¨²mero de su hija que les hizo sospechar: ¡°Oye, una amiga me deja vivir en su casa de Hidalgo unos meses. Yo creo que me ir¨¦ para all¨¢¡±. Despu¨¦s de aquello, los padres trataron de llamar, ¡°pero no contestaba¡±, cuenta el padre. A las 17.49 les lleg¨® otro mensaje: ¡°Voy a ver la ubicaci¨®n con ella para que est¨¦n tranquilos¡±. Desde aquel momento el tel¨¦fono no volvi¨® a dar se?al.
Le encantaba su trabajo. La p¨¢gina de Facebook de la academia Quick Learning donde daba clases se ha llenado de mensajes de cari?o y agradecimiento. ¡°Una gran profesora, sus clases eran tan amenas y contagiaba su alegr¨ªa y su humor siempre¡±, ¡°era muy alegre y buena su clase¡±, ¡°excelente profesora y ser humano¡±, puede leerse en los comentarios. Ana Esmeralda Gonz¨¢lez, compa?era suya entre 2015 y 2016, la recuerda con cari?o: ¡°Siempre quer¨ªa aprender m¨¢s cosas y nunca ten¨ªa miedo a preguntar¡±. Antes de ser maestra, M¨®nica fue alumna de esa misma academia. Dar clases en el sitio en el que ella hab¨ªa aprendido a hablar ingl¨¦s ¡°era su sue?o¡±, como recuerda su compa?era. ¡°Era su pasi¨®n ir a trabajar, nunca llegaba tarde y siempre estaba preocupada por c¨®mo ense?ar a sus alumnos con emoci¨®n¡±, agrega.
Despu¨¦s de que el tel¨¦fono dejara de recibir llamadas, la madre decidi¨® denunciar la desaparici¨®n, pero no iba sola. La acompa?aba Jes¨²s Alexis ?lvarez Ortiz, el novio de M¨®nica desde hace cinco meses. Alexis y M¨®nica se hab¨ªan conocido en el gimnasio. Ella iba todos los s¨¢bados a hacer ejercicio, ¨¦l era entrenador personal.
Fausta nunca hab¨ªa visto a aquel joven hasta que desapareci¨® su hija. ¡°Lleg¨® a casa a preguntar, porque tambi¨¦n estaba preocupado por ella¡±, dice la mujer, que hasta entonces hab¨ªa dicho que no lo quer¨ªa ni ver. ¡°Pero aquel d¨ªa fue muy buena persona, me anduvo acompa?ando a levantar el acta de desaparici¨®n¡±, se?ala la madre. Dos d¨ªas despu¨¦s de ese primer contacto, ?lvarez Ortiz, de 27 a?os, se march¨® de la casa en la que vive con su madre. Su familia ha reportado su desaparici¨®n este lunes, mientras que las autoridades no han aclarado si existe relaci¨®n entre la desaparici¨®n del hombre y la muerte de la maestra.
Desde el momento en el que apareci¨® la ficha con los datos de su hija y su n¨²mero de tel¨¦fono, le empezaron a llegar llamadas. ¡°Nos estuvieron acosando¡±, dice. Llamaban desde n¨²meros an¨®nimos que ¨¦l contestaba desesperado, le ped¨ªan 20.000, 30.000 pesos (entre 1.000 y 1.500 d¨®lares) si quer¨ªa ver a su hija de nuevo, pero cuando ¨¦l les ped¨ªa una prueba de vida, colgaban. ¡°Te doy m¨¢s de lo que me pides si hace falta, pero m¨¢ndame una prueba de que mi hija est¨¢ viva¡±, les contestaba, pero las pruebas nunca llegaban. ¡°Hubiera vendido hasta mi casa con tal de tenerla de vuelta con nosotros¡±, dice Jos¨¦ Juan D¨ªaz consternado.
La familia, sus amigas del barrio y sus compa?eras llegaron a cortar la carretera. Hicieron manifestaciones para exigir que les devolvieran a M¨®nica. Hasta que este mi¨¦rcoles, una semana despu¨¦s, su cuerpo fue encontrado con la misma ropa que llevaba el d¨ªa en que desapareci¨® en el centro comercial. Un tatuaje de una rosa que llevaba en la mano y unas cicatrices en el brazo y en la pierna ayud¨® a su padre a reconocerla. Este viernes la profesora de ingl¨¦s ser¨¢ enterrada en un pa¨ªs en el que son asesinadas 11 mujeres al d¨ªa.
Fausta exige que las autoridades encuentren al asesino. ¡°Ya no lo hagan por mi hija, porque ya no hay nada que hacer por ella, pero s¨ª por las v¨ªctimas posteriores, para que ya ninguna m¨¢s la pase esto¡±, dice la mujer. ¡°Ojal¨¢ que ninguna familia m¨¢s tenga que pasar por lo que estamos pasando nosotros¡±.
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