Brenda R¨ªos: ¡°Hace falta re¨ªrse de ¡®Cien a?os de soledad¡±
La autora revisa en ¡®Hombres de verdad¡¯ el papel de las mujeres en los t¨ªtulos de los autores del boom latinoamericano
Tanto como los homenajes que estos d¨ªas celebran los 40 a?os del premio Nobel a Garc¨ªa M¨¢rquez, y con ¨¦l a todo el boom latinoamericano, pesan las revisiones cr¨ªticas que se est¨¢n haciendo sobre la obra de aquellos autores. Repasos sin complejos, como el de algunas youtubers, que se r¨ªen con desparpajo de Cien a?os de soledad, o ensayos bien reflexionados, como el que presenta este martes en la FIL Brenda R¨ªos (Acapulco, 47 a?os), Hombres de verdad, un texto editado por Turner donde se analiza aquella literatura desde un punto de vista de g¨¦nero: c¨®mo eran los protagonistas de aquellos t¨ªtulos tan exitosos y qu¨¦ papel se reservaba a la mujer: mirar las mariposas amarillas y poco m¨¢s. ¡°D¨®ciles, suaves, calladas, enfermizas, como estatuas de marfil. Ya lo dec¨ªa Rosario Castellanos en Mujer que sabe lat¨ªn: los hombres aman ver a la mujer acostada sobre el div¨¢n, prefieren idealizarla y, de preferencia, que no se levante del div¨¢n¡±.
Brenda R¨ªos r¨ªe con sonoras carcajadas y no se calla. Muy lejos ella de la estatua marm¨®rea, de la mujer sumisa de la que, dice, no se desprendieron los autores del boom. ¡°Para nada, yo creo que el boom aliment¨® el mismo ideal sobre la mujer que ya se hab¨ªa visto en el siglo XIX. A ese respecto, no hay m¨¢s que continuidad. Como Quiroga con su Almohad¨®n de plumas, ella era rubia, angelical y t¨ªmida. Por el contrario, en el caso de los hombres, los protagonistas de los libros del boom son dictadores, por ejemplo, los autores estaban obsesionados con la figura del poder, del poder totalitario, aunque critiquen al dictador est¨¢n fascinados por ¨¦l, est¨¢n centrados en ser hombres con todo el poder dom¨¦stico, amoroso, judicial, econ¨®mico. La toma de decisiones en una obsesi¨®n¡±. Y cuando sale la figura de la mujer ¡°siempre son las que est¨¢n a la espera, como el premio al final de una batalla invisible, o la mam¨¢ del dictador, que dice: ¡®ay, de haber sabido que mi hijo iba a llegar tan lejos lo habr¨ªa mandado a la escuela¡¯; o el d¨ªa del gran desfile, en la toma de posesi¨®n del hijo, la madre le dice: ¡®pues ya que vas por ah¨ª, saca los cascos de los refrescos¡¯. Te quedas pensando, ?pero esto es una broma o qu¨¦? ?Es un humor involuntario? Definitivamente, el papel de las mujeres en la literatura de los autores del boom est¨¢ entre lo pasivo y lo inspirador, un hermoso tel¨®n de fondo para contar lo importante que, al cabo, es la ¨¦pica masculina¡±.
R¨ªos vio la luz en Acapulco, hija de una secretaria y un maestro, en una sociedad donde mujeres y hombres nac¨ªan con un plan educativo preconcebido. Este libro, el d¨¦cimo que publica, toma vida propia en p¨¢ginas alternas para hablar de aquella vida, de la ni?a que se crio leyendo todo lo que ca¨ªa en sus manos. Libros prestados. ¡°S¨ª, me gusta mucho que me presten libros, los devuelvo. Ten¨ªa un t¨ªo que me dejaba a Salgari, Walter Scott, y tambi¨¦n El origen de las especies, de Darwin. Mi t¨ªo me dijo, ni?a, eso es la Biblia. Como dice Clarice Lispector, tener un libro prestado es mejor, tienes la obligaci¨®n de leerlo, lo cuidas, hay otra relaci¨®n¡±.
Y tambi¨¦n hay cabida en Hombres de verdad para confesiones de alto calibre, donde se atisba en carne propia ese M¨¦xico maltratador y abusador. R¨ªos, ensayista y poeta, vuelca en este t¨ªtulo algunos cap¨ªtulos ¨ªntimos de su vida. ¡°Bueno¡±, dir¨¢ con una sonrisa, ¡°espero que no lo lea parte de mi familia. En alguna presentaci¨®n, alguien se levant¨® entre el p¨²blico y dijo: ¡®?ya ley¨® tu mam¨¢ el libro?¡¯ No, pero lo va a leer, porque mam¨¢ lee todo lo que escribo. Mi hermano, por fortuna, no me lee, as¨ª que bien¡±.
Hombres de verdad es un repaso por grandes t¨ªtulos de la literatura latinoamericana, pero tambi¨¦n de otros continentes, que deja ganas de salir corriendo a la librer¨ªa a comprar, aunque solo sea para comprobar esos estereotipos que critica o su contrapartida. Cita el caso de la brasile?a Lispector, en quien quiere ver una venganza por su personaje protagonista masculino, el ¨²nico, Mart¨ªn de C¨®mo se hace un hombre, que titubea, que no puede estructurar un pensamiento, cuando habla le sale lo opuesto¡±. Sin embargo, las mujeres del boom, dir¨¢ R¨ªos, ¡°pagaron el precio¡±: ¡°Era eso o la invisibilidad, la industria premiaba al hombre escritor, no a la escritora, como en la pel¨ªcula La buena esposa, que protagoniza Glenn Close, casada con un premio nobel. Hablaban de amor, matrimonio e hijos. Laura Restrepo tiene una novela maravillosa, pero para hablar del narco como problema social, pol¨ªtico y econ¨®mico lo tienen que vincular a una cuesti¨®n amorosa¡±.
?Hasta d¨®nde tiene la culpa la industria de esa deriva que ten¨ªan que tomar las mujeres? ¡°El segundo boom fue de mujeres, Marcela Serrano, ?ngeles Mastretta y tantas otras. Ten¨ªan la industria para ellas, pero no s¨¦ si hablaron de lo que quisieron o sobre lo que la industria les permiti¨®. Isabel Allende, en la cola del boom, lo ten¨ªa todo, ¨¦xito, dinero, una casa en Miami, en fin, como un reguetonero, pero no reconocimiento, La casa de los esp¨ªritus se consider¨® una copia vil de Garc¨ªa M¨¢rquez, nunca pudo superarlo¡±.
R¨ªos celebra ahora el desparpajo de las j¨®venes para criticar sin c¨¢nones. ¡°Me acuerdo de esa youtuber de pelo azul, no s¨¦ c¨®mo se llama, que cerraba el libro de Cien a?os de soledad y se sorprend¨ªa de por qu¨¦ esa porquer¨ªa hab¨ªa vendido tanto en su d¨ªa. Estaba escandalizada y muerta de la risa. Esa frescura tambi¨¦n hace falta para desacralizar. Hace falta re¨ªrse de Cien a?os de soledad¡±.
?Puede acusarse a la literatura de perpetuar c¨®digos machistas, violentos o se limita a reflejar lo que pasa? ¡°Es dif¨ªcil, le pedimos mucho a los libros. Yo no creo que la literatura sea culpable, pero la industria editorial se vuelve repetitiva al alimentar ciertos discursos. Llevamos 20 a?os con la literatura del narco, ?ha cambiado algo eso el medio, hemos logrado mejores pol¨ªticas? ?Qu¨¦ ha hecho la literatura del narco por la sociedad? Es como los del boom, amaban al dictador, ahora amamos al sujeto que logra una buena vida econ¨®mica gracias a la delincuencia organizada. Reproducen la vida, s¨ª, pero tambi¨¦n idolatran, es como una fascinaci¨®n literaria¡±.
R¨ªos, con todo su poder de cr¨ªtica y de protesta, se dice lejos del activismo, que no va con ella. ?Acaso escribir no es una forma de activismo? ¡°Puede ser, pero ?de qu¨¦? De un medio que va en declive. La escritura m¨¢s que un activismo es una terquedad absurda, te quita tiempo, no produces, no te da dinero, ni prestigio, ni lectores, qu¨¦ chingados hacemos aqu¨ª¡±, se r¨ªe con la resignaci¨®n del poeta, que sabe lo que el mundo valora la poes¨ªa, pero que nadie compra ni lee. ¡°Es verdad, en M¨¦xico los poetas nos regalamos los libros unos a otros como tarjetas de presentaci¨®n. Cuando hay malos poetas es que estamos en crisis, y cuando hay buenos poetas, tambi¨¦n. En M¨¦xico tenemos una poes¨ªa muy complaciente, nos encanta abrazarnos y decirnos qu¨¦ hermosos somos. Y no es verdad¡±.
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