Graciela Tiburcio: ¡°Si fu¨¦ramos conscientes de que la belleza de este planeta no es infinita, lo cuidar¨ªamos m¨¢s¡±
La bi¨®loga, que es una de las mayores expertas en tortugas marinas de M¨¦xico, ha sido reconocida por el premio L¡¯Or¨¦al como una de las 60 ¡®Mujeres que Mueven M¨¦xico¡¯
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Graciela Tiburcio (Veracruz, 49 a?os) sabe todo sobre las tortugas marinas que navegan cerca de las costas de M¨¦xico. La bi¨®loga ¡ªasentada en Baja California Sur, uno de los principales lugares de protecci¨®n y sostenibilidad ambiental del pa¨ªs¡ª lleva a?os observando y aprendiendo de uno de los animales m¨¢s longevos y con m¨¢s edad en la tierra. Las tortugas han sobrevivido m¨¢s de 200 millones de a?os sobre el planeta. ¡°Y en menos de una d¨¦cada en M¨¦xico estuvimos a punto de hacerlas desaparecer¡±, se?ala la especialista, que en 2015 obtuvo el premio al M¨¦rito Ecol¨®gico del Gobierno mexicano.
En M¨¦xico, se encuentran siete de las ocho especies de tortugas que existen en el mundo. En la d¨¦cada de los setentas, tras arrasar con las poblaciones de cocodrilos, la poblaci¨®n costera empez¨® a comercializar la piel de tortuga de caguama ¡ªincluida hoy en la Norma Oficial de Semarnat como especie en peligro de extinci¨®n. Entonces, la mitad de todo el cuero de este reptil que se vend¨ªa en el mundo era de origen mexicano: ¡°una cuarta parte del comercio internacional total proven¨ªa de Baja California Sur¡±, detalla la bi¨®loga.
Tras establecerse la veda de la especie por las autoridades y, con el impulso de los programas de conservaci¨®n, esta tortuga como otras tantas que llegan a los litorales mexicanos ha conseguido recuperarse. ¡°Pero, aunque hemos logrado rescatar las poblaciones, las tortugas siguen en riesgo¡±, explica Tiburcio. La posible extinci¨®n de estos reptiles es una sombra que no ha dejado de acecharlos y los diversos peligros que los amenazan siguen latentes.
La gran mayor¨ªa de zonas costeras de M¨¦xico carecen de pol¨ªticas integradas para proteger los ecosistemas. Pero la comarca a la que Tiburcio lleg¨® hace m¨¢s de dos d¨¦cadas destaca por poseer el mayor n¨²mero de ¨¢reas naturales protegidas del pa¨ªs, que ocupan hasta el 42% de la superficie de la regi¨®n. ¡°En M¨¦xico tenemos la suerte de que siete de las ocho especies de tortugas que existen llegan a nuestras playas. Vivimos en un pa¨ªs riqu¨ªsimo en biodiversidad¡±, afirma. ¡°Solo pasan el 1% de su ciclo vital en la tierra, cuando nacen y desovan. Imagina qu¨¦ poco sabemos de ellas¡±, a?ade.
Las amenazas que se ciernen sobre las tortugas
Como destaca un art¨ªculo sobre los patrones globales de explotaci¨®n ilegal de tortugas marinas publicado recientemente en la revista Global Change Biology, el uso irresponsable de la vida silvestre para alimentos, medicinas, caprichos, afrodis¨ªacos y fetiches espirituales representa un desaf¨ªo de conservaci¨®n en el siglo XXI. Seg¨²n el trabajo, se estima que m¨¢s de 1,1 millones de tortugas marinas fueron explotadas entre 1990 y 2020 para algunos de los anteriores fines.
No obstante, como denuncia la bi¨®loga, ¡°la principal causa de muerte de estos animales es ¡°la pesca incidental y abusiva, frente a las que las autoridades no hacen nada¡±. Cada a?o m¨¢s 325.000 de tortugas perecen v¨ªctimas de la pesca. ¡°Se atoran en las redes y del esfuerzo que hacen para intentar soltarse se acaban ahogando¡±, lamenta Tiburcio. En las playas de Puerto Arista, en el Estado de Chiapas, en los ¨²ltimos dos meses centenares de ellas perdieron la vida enmara?adas a las mallas de nylon de los pescadores.
La contaminaci¨®n oce¨¢nica, la basura que desplazan las corrientes marinas y las micropart¨ªculas de pl¨¢sticos, tambi¨¦n causa estragos para su supervivencia. ¡°Las tortugas confunden las bolsas con medusas y se las tragan¡±, expone Tiburcio, testigo del efecto letal que ten¨ªa en estos animales la ingesti¨®n de residuos durante su doctorado en Brasil. ¡°Era impactante ver el pl¨¢stico que sal¨ªa de las panzas al hacer las necropsias. La causa de la muerte siempre era por obstrucci¨®n intestinal¡±, lamenta la experta.
La reciente marea t¨®xica de macroalgas, el sargazo que est¨¢ invadiendo las playas del Caribe, tambi¨¦n tiene efectos devastadores en ellas, todav¨ªa no tanto como el desatado desarrollo urbano y tur¨ªstico de las costas. ¡°Por suerte, en Baja California Sur los empresarios est¨¢n bastante m¨¢s concientizados que en otros lugares y tratan de integrar pol¨ªticas para protegerlas. A¨²n as¨ª, las malas pr¨¢cticas contin¨²an¡±, expone Tiburcio.
Cuando eclosionan del cascar¨®n, las cr¨ªas se dirigen hacia el mar orientadas por la luz que reflejan las estrellas y la luna, ejerciendo junto al campo magn¨¦tico de la Tierra, br¨²julas estelares para muchas especies. ¡°La iluminaci¨®n artificial, m¨¢s potente, hace que se desorienten y se desv¨ªen¡±, relata Tiburcio. ¡°A trav¨¦s de convivir tanto tiempo entre ellas me han ense?ado much¨ªsimo, como a leer el tiempo¡±, cuenta.
Cuando en un breve lapso salen muchas tortugas a la vez a desovar, est¨¢n pronosticando que viene una tormenta, que habr¨¢ lluvia y marejada. ¡°Es como si las tortugas supieran que las playas van a quedar destruidas y no podr¨¢n anidar y asegurar sus huevos. Ellas se adelantan a los fen¨®menos meteorol¨®gicos¡±, anuncia la bi¨®loga maravillada, testigo de un prodigio de la naturaleza con tintes de milagro cuando la relata. ¡°Es que, si fu¨¦ramos m¨¢s conscientes de que la belleza de este planeta no es infinita, lo cuidar¨ªamos m¨¢s. Por eso creo que la educaci¨®n ambiental es uno de los ¨¢mbitos en el que m¨¢s se debe invertir¡±, afirma.
El avance de las tecnolog¨ªas, con el desarrollo de t¨¦cnicas cada vez m¨¢s sofisticadas, ha permitido monitorizar cada vez m¨¢s en detalle la traves¨ªa de estos reptiles a lo largo de cuencas oce¨¢nicas y en altamar. ¡°Ya no s¨®lo podemos hacer el seguimiento del punto de partida y de llegada, los nuevos sat¨¦lites incorporan transmisores que nos brindan, entre otros datos, la salinidad, el ritmo card¨ªaco de los ejemplares o la profundidad que alcanzan¡±, expone.
Adem¨¢s de implicar a diversos sectores de la regi¨®n en los programas de conservaci¨®n de las tortugas, Tiburcio tiene otro desaf¨ªo: recuperar su valor cultural. ¡°Las tortugas han representado un papel muy especial en este territorio, tienen un v¨ªnculo muy especial con los pueblos originarios¡±, destaca. Algunas de las pinturas rupestres elaboradas con pigmentos minerales encontradas en las cuevas de la pen¨ªnsula norte de M¨¦xico perfilan a estos reptiles en representaci¨®n de la interacci¨®n del hombre con la naturaleza. ¡°Se trata de un v¨ªnculo milenario con los pueblos sudcalifornianos que se est¨¢ perdiendo¡±, asegura Tiburcio, reconocida el pasado septiembre por el premio L¡¯Or¨¦al como una de las 60 ¡®Mujeres que Mueven M¨¦xico¡¯.
Se estima que solo una de cada 1.000 cr¨ªas de tortuga marina logra alcanzar la edad adulta. Aquella afortunada que consiga llegar al oc¨¦ano y surcarlo, rehuir cada uno de sus peligros, regresar¨¢ un d¨ªa a la playa en la que naci¨® para continuar el linaje. ¡°De nuestras acciones depende su suerte¡±, concluye la bi¨®loga.
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