Las voces de Pita Amor, Rosario Castellanos y Octavio Paz: el tesoro sonoro de la UNAM aterriza en Internet
Radio UNAM ha resguardado desde 1955 grabaciones de escritores mexicanos y de Am¨¦rica Latina que se han convertido en joyas a las que el p¨²blico puede acceder f¨¢cilmente gracias al proyecto Viva Voz
Cuando Andrea Cata?o escuch¨® una grabaci¨®n con la voz de su madre, la poeta mexicana Margarita Michelena, que recitaba uno de sus poemas, se ech¨® a llorar. Michelena falleci¨® en 1998, pero su voz sigue viva gracias a una iniciativa de Radio UNAM, que desde mediados de los a?os cincuenta ha atesorado un archivo sonoro, Voz viva, con voces de escritores de M¨¦xico y Am¨¦rica Latina, disponible digitalmente desde este mi¨¦rcoles. ¡°Encontramos las cintas de Margarita Michelena. Estaban rotuladas con su nombre, incluso con la fecha, 1985. Comenzamos a investigar para corroborar que era ella. Contactamos a su hija y le dije: ¡®Oye, Andrea, creemos que encontramos la voz de tu mam¨¢¡¯, pero necesitamos que la confirmes¡±, cuenta a este peri¨®dico Sonia Ram¨ªrez, coordinadora de la colecci¨®n. El impacto para Andrea Cata?o fue doble, porque la grabaci¨®n la recibi¨® un 10 de mayo, D¨ªa de la Madre. ¡°Es la voz de mi madre¡±, respondi¨® emocionada Cata?o. ¡°Es inconfundible. Mi mam¨¢ fumaba mucho, se oye hasta c¨®mo est¨¢ con la voz ronca, porque as¨ª es mi madre, no hay duda alguna¡±, asegur¨®. Y es as¨ª como Michelena forma parte ahora de este repertorio que re¨²ne las voces de m¨¢s de 280 creadores, un tesoro sonoro ¨²nico en Am¨¦rica y reconocido por su valor por la UNESCO.
Las autoridades de la UNAM han trabajado durante a?os para rescatar de sus archivos estas voces, resguardadas en m¨¢s de 650 carretes. El archivo digital, disponible ahora en un sitio de Internet creado para que el p¨²blico se deleite escuchando c¨®mo sonaban algunos de sus autores favoritos, re¨²ne las voces de gente como Guadalupe Pita Amor, Rosario Castellanos, Octavio Paz, Juan Rulfo, Jos¨¦ Emilio Pacheco, Carlos Monsiv¨¢is o Jaime Sabines. Tambi¨¦n est¨¢n ya grabados autores vivos que son cl¨¢sicos de la literatura mexicana, como Margo Glantz y Elena Poniatowska, y de Am¨¦rica Latina, con la voz de Mario Vargas Llosa. De la regi¨®n tambi¨¦n est¨¢n las de Jorge Luis Borges, Ernesto S¨¢bato, Alejo Carpentier y Julio Cort¨¢zar. Una de las joyas m¨¢s llamativas de la colecci¨®n es la de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, quien lee el inicio de Cien a?os de soledad antes de que la novela fuera publicada. Y el archivo se ampl¨ªa, dice Ram¨ªrez, ahora con voces de Cristina Rivera Garza, Javier Sicilia y Luisa Josefina Hern¨¢ndez, la gran dramaturga mexicana recientemente fallecida.
La historia de la visita a casa de Hern¨¢ndez es tambi¨¦n conmovedora. La escritora estaba ya muy enferma cuando despu¨¦s de al menos cinco peticiones acept¨® que la grabaran. ¡°Has corrido con mucha suerte¡±, dijo Alejandro, el hijo de Hern¨¢ndez, a Sof¨ªa Ram¨ªrez. El equipo viaj¨® hasta Cuernavaca, esa ciudad de clima primaveral que es refugio de escritores y de los adinerados de la capital, porque la escritora ya no pod¨ªa movilizarse hasta los estudios de grabaci¨®n. Hern¨¢ndez cargaba con una m¨¢quina para respirar y Ram¨ªrez cuenta que estaba muy apenada por su situaci¨®n. ¡°Quer¨ªa quedar bien grabada, y eso se not¨® durante toda la grabaci¨®n, porque siempre quer¨ªa repetirla. Yo le dec¨ªa: ¡®maestra, tranquila, estamos aqu¨ª para usted, el tiempo que nos lleve, no tenemos prisa¡¯. A veces le ped¨ªa que descansara, pero ella dec¨ªa que no. Se emocion¨®, le gust¨® la grabaci¨®n, aunque nos pidi¨® disculpas porque tuvimos que hacer tantas tomas¡±, narra Ram¨ªrez.
Sonia Ram¨ªrez y su equipo de 18 personas de la llamada Secretar¨ªa de Extensi¨®n y Proyectos Digitales de la UNAM son los magos a cargo de resucitar las voces de autores fallecidos y garantizar la eternidad de las de aquellos que viven. Se trata de un trabajo como de alquimia, para el que se han apoyado con expertos de la Fonoteca Nacional, donde se han guardado los 650 carretes que forma parte del acervo de Radio UNAM. En la fonoteca son preservados con mucho cuidado, en bodegas que cuentan con las condiciones para evitar su deterioro. ¡°La fonoteca eval¨²a las cintas. Hay que hacerles un proceso de rescate, un horneado, como ellos le llaman, o un lavado de LP. Y una vez que consideran que el material, el formato, el soporte, est¨¢ listo, hay un proceso de digitalizaci¨®n y una revisi¨®n para asegurarse de que el contenido est¨¦ completo, sin rayones, sin prisas, sin brincos¡±, explica Ram¨ªrez. Una vez que tienen el archivo digital, este equipo se encarga de subirlo a Internet con toda la informaci¨®n de referencia del autor y el contexto en que se cre¨®.
La historia de este tesoro sonoro comenz¨® en 1955. Fue el dramaturgo y poeta nacionalizado mexicano Max Aub quien ese a?o propuso al Departamento de Difusi¨®n Cultural de la UNAM, universidad donde trabajaba, la idea de grabar las voces de escritores e intelectuales. Aub ven¨ªa de sufrir una situaci¨®n traum¨¢tica: era superviviente de un campo de concentraci¨®n y lleg¨® a M¨¦xico en 1942. Su historia la cuenta Benito Taibo, director de Radio UNAM: ¡°Contempor¨¢neo de los poetas espa?oles de la Generaci¨®n del 27 y amigo de muchos de ellos, pensaba que sus voces no merec¨ªan caer en el olvido, sino ser rescatadas y preservadas para la posteridad, igual que las de muchos mexicanos a los que empieza a conocer y frecuentar¡±. Las autoridades de la UNAM dieron luz verde al proyecto y en 1957 compran una grabadora Ampex, un armatoste de carrete abierto que era un artilugio de ¨²ltima generaci¨®n en aquella ¨¦poca, tan raro, caro y fino que el mismo Aub ten¨ªa miedo hasta de quitarle el embalaje, cuenta Taibo. La primera voz que Aub grab¨® fue la del poeta y ensayista Alfonso Reyes, fallecido en 1959. ¡°Este primer esfuerzo es tambi¨¦n el primer registro sonoro de voces de intelectuales en el mundo, sentando un valioso precedente que luego ser¨ªa llevado a cabo en Francia e Inglaterra¡±, explica Taibo.
Aub, contin¨²a Taibo, tambi¨¦n incluy¨® en su colecci¨®n a intelectuales espa?oles exiliados en M¨¦xico, como Luis Rius, Concha M¨¦ndez, Luis Cernuda, Pedro Garfias y Juan Rejano. ¡°Viva voz se convierte as¨ª en el repositorio que conserva la memoria sonora de un pa¨ªs entero y de parte de la lengua espa?ola¡±, afirma Taibo. La colecci¨®n re¨²ne m¨¢s de 300 horas de grabaci¨®n, que a lo largo de su historia han ido apareciendo en 185 LP, diez casetes y 87 discos compactos. Las portadas de algunos de esos discos fueron dise?adas por Vicente Rojo, uno de los grandes artistas pl¨¢sticos de M¨¦xico. La UNESCO reconoci¨® el enorme valor de la colecci¨®n y en 2005 la registr¨® como Memoria del Mundo, una declaraci¨®n que obliga a las autoridades preservar y difundir este legado.
Es con lo que cumple ahora la UNAM. Las autoridades de Cultura de la universidad presentaron este mi¨¦rcoles el sitio web donde se pueden escuchar los primeros 80 archivos digitalizados. Los encargados del proyecto aseguran que el resto de la colecci¨®n estar¨¢ lista a finales de 2024. Con la presentaci¨®n actual tambi¨¦n se han preparado tres peque?os libros ilustrados de Margarita Michelena, Rafael Ram¨ªrez Heredia y de la escritora, poeta y periodista Myriam Moscona, quien se ha mostrado conmovida por formar parte de la colecci¨®n. ¡°Los discos de Voz Viva fueron formativos para mi generaci¨®n¡±, dice Moscona. ¡°Me hac¨ªan elevarme. Claro que hay voces que me hubiera gustado conocer, como la de Federico Garc¨ªa Lorca, pero agradezco mucho que exista este archivo. Tambi¨¦n estoy agradecida y halagada de que est¨¦ yo¡±, agrega la autora. ¡°Es un museo sonoro¡±, dice por su parte Myrna Ortega, secretaria de Extensi¨®n y Proyectos Digitales de Cultura UNAM, quien afirma que este es un trabajo hecho principalmente para dejar un legado a las nuevas generaciones. Es por eso que el proyecto tambi¨¦n incluye un p¨®dcast que estar¨¢ disponible desde el 8 de febrero en Spotify. ¡°Las nuevas generaciones desconocen el valor enorme que tiene esta colecci¨®n¡±, afirma Ortega. Pero desde ahora, tanto los m¨¢s j¨®venes pegados a sus tel¨¦fonos m¨®viles como quien tenga la curiosidad de escuchar la voz de la gran poeta Pita Amor, solo tendr¨¢ que ponerse unos aud¨ªfonos y viajar en el tiempo para entregarse a sus sonetos.
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