La industria azucarera de M¨¦xico se atrinchera en la publicidad ante la ofensiva del Gobierno para reducir su consumo
La diabetes es la tercera causa de muerte en el pa¨ªs, con m¨¢s de 140.000 fallecidos en 2021
M¨¦xico libra una batalla por el az¨²car. En un mundo donde la tasa de obesidad y la diabetes se han triplicado en 30 a?os y las enfermedades relacionadas con el sobrepeso matan a millones de personas cada a?o, los pa¨ªses est¨¢n dando pasos para regular la industria alimentaria y de los ultraprocesados. Es el caso de M¨¦xico, que aprob¨® en 2019 una reforma a la Ley General de Salud para cambiar las etiquetas de los productos con alto contenido en calor¨ªas, az¨²cares, sodio y grasas saturadas. La regulaci¨®n ha generado malestar entre las empresas y las c¨¢maras de comercio de los sectores afectados. Como respuesta, se ha desatado una guerra por el consumo de az¨²car que se libra en la publicidad, los tribunales y las redes sociales.
¡°M¨¦xico ha tenido una transformaci¨®n muy profunda en la disponibilidad y la publicidad de estos alimentos en las ¨²ltimas d¨¦cadas y eso ha generado un cambio en las dietas¡±, se?ala Sim¨®n Barquera, director del Centro de Investigaci¨®n en Nutrici¨®n y Salud del Instituto Nacional de Salud P¨²blica y uno de los principales impulsores de las nuevas reglas del etiquetado frontal. Ese cambio en el consumo del que habla el doctor se ha traducido en elevadas tasas de diabetes, mortalidad por enfermedades cr¨®nicas, sobrepeso y obesidad. Tan solo en 2021, m¨¢s de 140.000 personas fallecieron en el pa¨ªs a causa de la diabetes, la tercera causa de muerte, seg¨²n datos oficiales.
El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador orden¨® desde hace cuatro a?os que los empaques lleven un etiquetado frontal con grandes sellos negros que ofrecen mayor informaci¨®n nutricional sobre los alimentos. Actualmente, el pa¨ªs encabeza el r¨¢nking de obesidad de la OCDE, por delante de Estados Unidos, y 12,4 millones de personas viven con diabetes, casi el 10% de la poblaci¨®n, lo que lo sit¨²a en el sexto lugar del mundo, por debajo de Brasil, seg¨²n la Federaci¨®n Internacional de Diabetes (FID).
Ante los esfuerzos del Gobierno por poner barreras que ayuden a la poblaci¨®n a consumir de manera m¨¢s saludable, la industria refresquera, azucarera y alimentaria ha tratado de frenar estas pol¨ªticas. Las grandes empresas conquistaron el terreno de la publicidad con anuncios coloridos y mensajes cautivadores. Y es ah¨ª, en los anuncios y los espectaculares, donde pese a la legislaci¨®n, se sigue librando la batalla por el az¨²car y los ultraprocesados, pese a que tambi¨¦n se prohibi¨® el uso de personajes infantiles, dibujos animados, celebridades, deportistas, mascotas y elementos interactivos para promover estos productos. Para contrarrestar el efecto, las autoridades lanzaron una campa?a permanente en radio y televisi¨®n que alerta de los riesgos de la llamada comida chatarra.
La Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN) envi¨® al pleno la resoluci¨®n de tres amparos contra el etiquetado, interpuestos por Herdez, la refresquera Barrilitos y Santa Clara, propiedad de Industria Mexicana de Coca-Cola. Como respuesta al etiquetado, la C¨¢mara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA) ha impulsado desde 2019 la campa?a Hablemos de Az¨²car en la que se promueve el consumo del az¨²car de ca?a como un alimento ¡°100% natural¡±. Para ello, entre las im¨¢genes de la campa?a, varios deportistas mexicanos han sido contratados para ser el rostro del consumo de az¨²car, un mensaje que especialistas en salud consideran ¡°irresponsable¡± y ¡°problem¨¢tico¡±. Entre ellos est¨¢n la nadadora Nuria Diosdado, el lanzador de martillo Diego del Real o la gimnasta Rut Castillo, patrocinados por la industria azucarera en los ¨²ltimos Juegos Panamericanos.
Las cantidades de az¨²car que puede consumir un deportista de ¨¦lite, por su alta quema cal¨®rica, son mucho m¨¢s elevadas que las de un ciudadano com¨²n y corriente. ¡°Es preocupante ver un mensaje contrario a una pol¨ªtica de salud p¨²blica que est¨¢ avalada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y por la UNICEF¡±, dice Sim¨®n Barquera. Entre est¨¢s recomendaciones est¨¢ el consumo m¨¢ximo de 12 cucharadas de az¨²car al d¨ªa, lo que representan 50 gramos, unas 194 calor¨ªas. El doctor se?ala que esas 12 cucharadas suelen estar contenidas muchas veces en una sola bebida energ¨¦ticas o azucarada. La CNIAA en sus espectaculares dice que ¡°el az¨²car de ca?a aporta 15 calor¨ªas de energ¨ªa pura y natural en cada cucharada¡±.
¡°El az¨²car es un producto mexicano tradicional que hemos utilizado durante los ¨²ltimos 500 a?os¡±, defiende Humberto Jasso, presidente de la c¨¢mara azucarera. Jasso se opone a la ¡°demonizaci¨®n¡± que est¨¢ viviendo el az¨²car de ca?a y denuncia que desde el Gobierno reciba el mismo trato que el tabaco, el alcohol u otros edulcorantes como el jarabe de ma¨ªz de alta fructosa. ¡°Lo que ha sucedido a partir de la Revoluci¨®n Industrial es que el az¨²car se volvi¨® un ingrediente subsidiado, muy barato, que se ha agregado a los alimentos procesados para hacerlos muy palatables para que les gusten a las personas y acaban generando una cierta adicci¨®n. Ya no es solo un ingrediente culinario¡±, responde el doctor Barquera y recuerda: ¡°Que sea natural no significa que sea bueno¡±. Jasso responde: ¡°El az¨²car no causa ni obesidad ni diabetes¡±, espeta y hace referencia a la campa?a que promueve: ¡°La obesidad y la diabetes son la consecuencia de una combinaci¨®n de factores gen¨¦ticos y de estilo de vida, por lo que no se le pueden atribuir al consumo de az¨²car natural¡±.
Barquera no est¨¢ del todo de acuerdo con esta afirmaci¨®n: ¡°El az¨²car nos est¨¢ haciendo un da?o tremendo y es nociva para la salud en los niveles en que se consume actualmente¡±, asegura. Por el momento en M¨¦xico no existe una regulaci¨®n sobre la utilizaci¨®n de las cantidades de az¨²car en los alimentos, la industria es responsable de ello. ¡°Actualmente consumimos hasta cinco o seis veces m¨¢s az¨²car que la recomendada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud¡±, dice el m¨¦dico. Un enfermo de diabetes tiene un nivel alto de glucosa en la sangre, ya sea porque su cuerpo no produce suficiente insulina o no responde de forma correcta a esta enzima, necesaria para procesar los az¨²cares. ¡°El cuerpo humano no tolera una cantidad excesiva de glucosa y se generan una serie de trastornos en el metabolismo¡±, se?ala Barquera y contin¨²a: ¡°Tener niveles elevados de az¨²car en la sangre hace que que el organismo reaccione porque est¨¢ produciendo mucha insulina, y la insulina lo que hace es ayudar a que se suelte este az¨²car y activa mecanismo para que el az¨²car se convierta en grasa¡±, agrega.
De acuerdo a la C¨¢mara Nacional de la Industria Azucarera, las pol¨ªticas p¨²blicas han impactado en un menor consumo del az¨²car, ¡°un 8% en los ¨²ltimos diez a?os¡± lo que se ha traducido en despidos y menores ingresos. ¡°Casi medio mill¨®n de campesinos y m¨¢s de 2,4 millones de trabajadores trabajan el la industria de ca?a de az¨²car¡±, apunta la campa?a de la CNIAA. ¡°Estamos totalmente a favor de que el etiquetado diga que un producto contiene az¨²car de ca?a porque estamos orgullosos de nuestro producto¡±, asegura Jasso. Sin embargo, el presidente de los azucareros denuncia que el etiquetado no distinga entre su az¨²car y lo que ¨¦l se?ala como ¡°otros m¨¢s da?inos¡± como el jarabe de ma¨ªz o los edulcorantes artificiales que aparecen en los productos light o sin az¨²car. Barquera le da la raz¨®n en eso: ¡°Hay estudios que encuentran que estos edulcorantes est¨¢n asociados a un mayor riesgo de enfermedades como el c¨¢ncer. Yo no los recomendar¨ªa como una alternativa ni como parte de una dieta. No hay ninguna prueba de que sean seguros a largo plazo¡±.
El impulsor del etiquetado se?ala que mejorar los h¨¢bitos de consumo de la poblaci¨®n ayudar¨ªa a mejorar la econom¨ªa del pa¨ªs. ¡°Familias enteras se est¨¢n empobreciendo por la diabetes y eso impacta en la p¨¦rdida de productividad y de crecimiento¡±. Barquera asegura que el tratamiento de estas enfermedades le cuesta al Sistema P¨²blico de Salud miles de millones de pesos. ¡°Cada a?o en M¨¦xico hay 40.000 muertes asociadas solo al consumo de refresco. Es una epidemia¡±, asegura. Este argumento es utilizado por la industria azucarera para atacar la regulaci¨®n y se?alar que el impuesto al refresco o el etiquetado no han servido para frenar los casos de diabetes y obesidad en el pa¨ªs. ¡°Va a tomar muchos a?os cambiar los h¨¢bitos de consumo¡±, responde Barquera.
Con esta reforma, M¨¦xico se ha convertido en el cuarto pa¨ªs de Latinoam¨¦rica en implementar advertencias en las etiquetas de alimentos y bebidas no alcoh¨®licas, despu¨¦s de que Chile aprobase una legislaci¨®n similar en 2016, Uruguay en 2018 y Per¨² publicara un Manual de Advertencias Publicitarias. Mientras tanto, ser¨¢ la Suprema Corte la que determine en qu¨¦ termina la guerra del az¨²car en M¨¦xico.
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