Garc¨ªa Luna, la sombra que hundir¨¢ al PAN
El PAN tendr¨ªa que revisar cu¨¢nto del liderazgo actual se debe a beneficiarios de Genaro. De lo contrario, este 21 de febrero marcar¨¢ la fecha en que la sombra cay¨® al principal partido de la oposici¨®n
Felipe Calder¨®n Hinojosa hizo campa?a con dos lemas: primero, como el presidente del empleo: quer¨ªa que los mexicanos creyeran que el trabajo con ¨¦l llegar¨ªa a muchos; luego, a medio camino, se volvi¨® el portavoz de un miedo que dec¨ªa que L¨®pez Obrador era un peligro para M¨¦xico. As¨ª gan¨® la presidencia. Pero al asumir la misma todo cambi¨®.
El sexenio que arranc¨® en diciembre de 2006 ten¨ªa apenas unos cuantos d¨ªas cuando el nuevo mandatario asumi¨® un reto descomunal. Emprendi¨® en su tierra, Michoac¨¢n, la primera de varias operaciones policiaco-castrenses que el mundo conocer¨ªa con el triste mote de guerra contra el narco. Del trabajo y del peligro para M¨¦xico a las armas.
De esa cruzada han surgido demonios y pesadillas que al d¨ªa de hoy sangran la memoria y la piel de muchas, much¨ªsimas, familias. Calder¨®n improvis¨® escopetazos a diestra y siniestra, dice ¨¦l que porque no hab¨ªa tiempo para m¨¢s, que la casa estaba infestada de alima?as y que si una piedra hubiera tenido a mano, con esa los habr¨ªa atacado.
Fue un sexenio de metralla y sangre. De abusos a los derechos humanos, de muertos sin sentido, de acusar a las v¨ªctimas, de proteger a los uniformados. Tambi¨¦n de salvajes ataques de los delincuentes contra los ciudadanos ¡ªc¨®mo olvidar al medio centenar de v¨ªctimas en el Casino Royale en Monterrey¡ª. Y de improvisar a militares como polic¨ªas en Ciudad Ju¨¢rez, de improvisar al poner una nueva polic¨ªa, tambi¨¦n en Ju¨¢rez y en otras ciudades, en manos de un tozudo y refractario personaje que mes con mes fue adquiriendo preeminencia hasta convertirse en la piedra angular de un gobierno (de alguna manera hay que llamar a eso que pas¨® de 2006 a 2012).
Genaro Garc¨ªa Luna no comenz¨® su carrera policiaca con Calder¨®n, pero encontr¨® en este el irrestricto apoyo que no ces¨® ni cuando a M¨¦xico le cost¨® verg¨¹enzas internacionales el descubrimiento de montajes televisivos que simulaban arrestos de presuntos secuestradores. La lealtad de Felipe a su polic¨ªa particular fue inamovible. Ah¨ª se jodi¨® el sexenio que este lunes fue encontrado culpable en Nueva York de delitos de narcotr¨¢fico. Qu¨¦ iron¨ªa del destino, qu¨¦ final m¨¢s sorpresivo o natural, seg¨²n se vea.
Porque la ca¨ªda de Garc¨ªa Luna marca un precedente incluso en un pa¨ªs en el que no es raro que quienes deben combatir el crimen terminan en la c¨¢rcel ¨Cla galer¨ªa moderna incluye al cuico capitalino Arturo ¡°El Negro¡± Durazo, al zar antinarco Jes¨²s Guti¨¦rrez Rebollo, al corrupto fiscal nayarita Edgar Veytia, entre otros.
En su ca¨ªda, el exsecretario de Seguridad de Calder¨®n arrastrar¨¢ al precipicio a Calder¨®n y a toda una generaci¨®n de panistas. La casa estaba tomada por los criminales, y el polic¨ªa del segundo sexenio blanquiazul es culpable en Estados Unidos de haberse corrompido al aliarse con quienes deb¨ªa combatir. ?Y nadie de ese gobierno y partido supo nada? ?Nada, nadie?
El juicio en Nueva York ha acabado y ahora queda pendiente la sentencia. Doce ciudadanos de Estados Unidos han dado credibilidad a las pruebas y testimonios ofrecidas por la Fiscal¨ªa. Garc¨ªa Luna es culpable de cinco delitos y su nombre estar¨¢ para siempre ligado al narcotr¨¢fico. Pero para nada ser¨¢ el ¨²nico que purgue una pena. Le caer¨¢ la m¨¢s severa, s¨ª, pero otros pagar¨¢n tambi¨¦n.
Calder¨®n puede guardar el peri¨®dico del domingo pasado, fecha en que public¨® en Reforma un art¨ªculo llamando al alzamiento ciudadano. Se trata de sus ¨²ltimas letras antes de la pesada sombra que le ha ca¨ªdo este martes. Su palabra, su persona, su biograf¨ªa de ahora en adelante son pegajosas: tiene el estigma de Genaro, el polic¨ªa narco. Ellos fueron uno solo, y como tal, como indivisibles, ser¨¢n juzgados por la opini¨®n p¨²blica: Felipe no podr¨¢ explicar que no supo lo que su mano derecha hac¨ªa y deshac¨ªa. Y el PAN anda por las mismas.
Si Vicente Fox fue un instrumento de la ciudadan¨ªa para quitar al PRI en el a?o 2000, un biso?o, bobalic¨®n y medroso gobernante que fue bueno solo para abrir con las botas la puerta de las alternancias, Calder¨®n supuso la llegada en 2006 del ¡°verdadero¡± PAN a la presidencia, se gan¨® la oportunidad para ver de qu¨¦ estaba hecho un gobierno de ¡°esencia panista¡±, el premio a la culminaci¨®n de la larga marcha de d¨¦cadas de abnegados panistas, la llegada de un amanecer de prosperidad (de empleos) y de cerrarle el paso al populismo. Mas no.
El PAN nunca quiso hacer la revisi¨®n de lo que fall¨® en sus dos sexenios. Nunca se desembaraz¨® de sus impresentables. Evit¨® a toda costa una autocr¨ªtica, una expiaci¨®n. Hoy es demasiado tarde. En cuanto se presenten Marko Cort¨¦s y Jorge Romero, los mandamases del panismo hoy, sus ligas con ese pasado ser¨¢n cuestionadas: llevar¨¢n a Garc¨ªa Luna en el cuello.
Porque lejos de crear empleos, o de quitarle banderas a L¨®pez Obrador al instalar un progreso incluyente, lograr una baja de la impunidad y la corrupci¨®n, e instalar una nueva cultura del servicio p¨²blico, austero y eficiente, Calder¨®n y el PAN le dieron a M¨¦xico a Garc¨ªa Luna y secuaces como Luis C¨¢rdenas Palomino.
As¨ª fuera para poder darle la cara a las v¨ªctimas de la violencia de Estado que se vivi¨® en aquel sexenio panista, el PAN tendr¨ªa que revisar cu¨¢nto del liderazgo actual se debe a beneficiarios de Genaro y depurarse. De lo contrario, este 21 de febrero marcar¨¢ la fecha en que la sombra cay¨® al principal partido de la oposici¨®n para, pegajosa, nunca m¨¢s irse de ah¨ª.
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