El desempleo en M¨¦xico, un ¨ªndice que no muestra la precariedad del trabajo en el pa¨ªs
Trabajar una hora a la semana es el requisito para no ser considerado dentro de las cifras de desocupaci¨®n, el resto son subocupados o informales
Cuando a Adri¨¢n no le alcanza el dinero, activa su aplicaci¨®n de Rappi y hace entregas algunas veces a la semana para salir de aprietos econ¨®micos. Tiene casi dos meses que busca trabajo desde que termin¨® los tr¨¢mites de titulaci¨®n en su universidad, pero hasta ahora no ha encontrado ning¨²n puesto acorde a sus estudios. ¡°Eso no es un trabajo, es una chambita por ah¨ª¡±, menciona en consulta el repartidor de 24 a?os y casi graduado de Dise?o Gr¨¢fico. Aunque ¨¦l mismo se considera desempleado, para el Gobierno de M¨¦xico y el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (Inegi), Adri¨¢n no forma parte de las cifras de desocupaci¨®n, sino de las cifras de subocupaci¨®n, es decir, no es un desempleado.
Seg¨²n la ¨²ltima Encuesta Nacional de Ocupaci¨®n y Empleo (ENOE) distribuida por el Inegi este viernes para mostrar el dato de febrero de 2023, solo 2,7% de la Poblaci¨®n Econ¨®micamente Activa (PEA) forma parte del ¨ªndice de desocupaci¨®n a nivel nacional. Este dato ha sido particularmente celebrado por el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Hace algunas semanas, frente a los asistentes de la Convenci¨®n Bancaria, el presidente hizo alarde de varios puntos de su agenda econ¨®mica, entre los que destac¨® ampliamente la baja tasa de desocupaci¨®n. ¡°El pasado mes de enero [tuvimos] la [tasa] m¨¢s baja desde que se tiene registro, hay empleos suficientes¡±, dijo el mandatario. Sin embargo, no es el ¨²nico presidente que se ha jactado de las bajas cifras de desempleo, sino que es un discurso que se ha repetido al menos las ¨²ltimas cuatro administraciones.
Un acercamiento m¨¢s fino a las cifras del empleo remunerado en M¨¦xico pueden dar una lectura que va m¨¢s all¨¢ de una tasa baja de desocupaci¨®n. Las personas ocupadas son, de acuerdo con los par¨¢metros del organismo de estad¨ªstica nacional, aquellas quienes han trabajado con pago (poco o mucho, eso es otro cuento), por lo menos una hora a la semana en el periodo al ser entrevistado por el Inegi. Si una persona no trabaja, pero busca empleo, es un desocupado, pero si no trabaja y tampoco busca trabajo, se le considera parte de la Poblaci¨®n No Econ¨®micamente Activa (PNEA).
El trabajo por periodos o temporales (chambitas, como les llama Adri¨¢n) que no se considera dentro de la cifra de desocupaci¨®n, es un subtexto que puede ser incluido por el Inegi para dar una medici¨®n probablemente m¨¢s cercana al desempleo real. Rodrigo Negrete Prieto, economista y exfuncionario de la junta de Gobierno del Inegi, menciona en entrevista con EL PA?S que los par¨¢metros para medir el trabajo deben de actualizarse. ¡°Ya desde el 2003 se vienen lineamientos para medir nuevos indicadores, para ubicar nuevos fen¨®menos en el mercado laboral. Es un marco conceptual que necesita, le urge renovarse¡±, dice.
De acuerdo con la Conferencia Internacional de Estad¨ªsticas del Trabajo (CIET), un congreso internacional para medir las necesidades de empleo a nivel global, los nuevos est¨¢ndares de medici¨®n consideran no solo a las personas que no est¨¢n en una b¨²squeda activa de una necesidad remunerada, sobre todo cuando se encuentran en localidades con pocos habitantes y menos posibilidades de crear empleos, pero cuyas necesidades siguen siendo laborales.
La ¨²ltima vez que se actualizaron los cuestionarios que realizan los trabajadores del Inegi para medir el empleo fue en 1994. Con esa premisa, M¨¦xico muestra cifras m¨¢s bajas de desocupaci¨®n que pa¨ªses como Estados Unidos, cuya tasa se ubic¨® en enero de este a?o en 3,6%, que Francia con 7,1% o Espa?a, cuya poblaci¨®n en paro se ubica en 12,87%, pero tambi¨¦n de pa¨ªses latinoamericanos como Brasil (8,4%) o Argentina (6,3%). Visto as¨ª, parece que la proporci¨®n de personas que no trabajan es poca cosa. El detalle, seg¨²n los consultados, es la forma de medir qui¨¦nes trabajan y quienes no.
La delgada l¨ªnea entre el desempleo y el subempleo
Hacer trabajitos y tener un empleo son dos cosas muy distintas, seg¨²n cuenta Ang¨¦lica Flores, una trabajadora dom¨¦stica de 32 a?os. ¡°Yo preferir¨ªa tener un horario a que me llamen solo cuando me necesitan¡±, cuenta en consulta. Ella tampoco es desempleada, seg¨²n el Inegi, pero su situaci¨®n se ubica en las cifras de la subocupaci¨®n, que de acuerdo con el organismo es ¡°la poblaci¨®n que requiere o necesita trabajar m¨¢s tiempo del que ya est¨¢ trabajando; es decir, explora el terreno de la subocupaci¨®n como una categor¨ªa distinta¡±, dice la dependencia. La cuota son cuatro horas al mes. Ang¨¦lica las cubre.
¡°?Qui¨¦n puede ganar lo necesario para vivir trabajando cuatro horas al mes? Nadie¡±, se cuestiona y responde en entrevista David Lozano Tovar, investigador del Centro de An¨¢lisis Multidisciplinario de la Facultad de Econom¨ªa de la UNAM. Para el acad¨¦mico, el tama?o de la muestra que hace el Inegi, aunque se trate de una encuesta y no de un censo, es fundamental. La metodolog¨ªa mensual de la ENOE dice que se deben de recoger 132.280 muestras de hogares con entrevistas presenciales y telef¨®nicas. ¡°Es menos del 0,36% de los m¨¢s de 3,5 millones de hogares que hay en M¨¦xico¡±, dice el economista. ¡°Aplican un m¨¦todo de proyecci¨®n que no se ajusta a lo que vemos¡±, refiere.
La subocupaci¨®n, que agrupa al tipo de trabajo m¨¢s precario por su inestabilidad y volatilidad, es uno de los subterfugios donde descansan las cifras del desempleo. Aunque forman parte de la PEA, las personas subocupadas ¡ªlas que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar m¨¢s horas- sumaron 4,2 millones de personas en el pa¨ªs, es decir, 7,3 % de la poblaci¨®n ocupada.
Claro que a Ang¨¦lica le gustar¨ªa tener un horario fijo de entrada y de salida, pero en cambio tiene que agarrar lo que le toca, cuando puede. ¡°A veces hay proyectos de una semana o dos y luego me quedo un mes sin chambear¡±, comenta. Seg¨²n los par¨¢metros del Inegi al momento de crear sus cuestionarios, cuando Rappi no se hab¨ªa inventado y no se hablaba del trabajo freelance, a Flores se le podr¨ªa considerar una empleada independiente. ¡°Son personas que est¨¢n en una zona gris entre el trabajo subordinado y el trabajo independiente y que con la pandemia, fueron formas de trabajo que proliferaron¡±, complementa Negrete Prieto.
Para Rogelio G¨®mez Hermosillo, soci¨®logo y coordinador de la asociaci¨®n Acci¨®n Ciudadana frente a la Pobreza, el asunto es muy claro: las personas sin trabajo suman 11% de la poblaci¨®n en condiciones de trabajar y no solo 3%, como argumentan las autoridades. ¡°Lo que se ve es la punta de un iceberg, cuando se pregunta a las personas si tienen o no trabajo, detr¨¢s de eso hay otro componente, que es la informalidad¡±, refiere en entrevista.
Informalidad: se trabaja cuando se puede
Marcos trabaja en una calle de la c¨¦ntrica Zona Rosa en Ciudad de M¨¦xico. Va normalmente de jueves a domingo, pero si se le atraviesa alg¨²n problema con su pierna, le encarga su lugar a su primo. Su oficio, en el argot de los capitalinos, es conocido como viene-viene, un acomodador de autos en la calle que aparta los lugares con cubetas y cobra a discreci¨®n del tiempo que pase apartando y aparentemente, cuidando los veh¨ªculos. ¡°Hay trabajo y si nos va bien hay salud¡±, comenta. En ¨¦l no cabe la idea de ser un desempleado porque dedica tiempo constante y gana dinero, que es lo m¨¢s importante.
Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad, indica que adem¨¢s de la desocupaci¨®n y la subocupaci¨®n, la informalidad laboral es determinante para decir que hay poco desempleo. ¡°Te tienes que ocupar porque te tienes que ocupar, si no tienes un trabajo, te lo buscas o no tienes opciones. Te tienes que emplear de alg¨²n modo porque no hay una red de seguridad que te case si no tienes empleo¡±.
Seg¨²n el Inegi, la tasa de informalidad laboral es la que permea con m¨¢s fuerza en la econom¨ªa mexicana, con 31,8 millones de personas en esta situaci¨®n y 54,9% del total de la poblaci¨®n ocupada. ¡°Alude a las unidades econ¨®micas que realizan sus actividades a partir de los recursos de los hogares, pero sin constituirse como empresas¡±, refiere el Inegi.
¡°El problema crucial en M¨¦xico es la calidad de la ocupaci¨®n¡±, dice Negrete Prieto, exfuncionario del Inegi y especialista en asuntos laborales. ¡°La informalidad tiene su propia complejidad porque est¨¢n insertos en la producci¨®n de bienes y servicios, no dejan de ser ocupados, pero es una ocupaci¨®n muy vulnerable¡±, comenta.
Las tasas m¨¢s altas de informalidad rondaban el 60% hace poco m¨¢s de una d¨¦cada, aunque la danza de la poblaci¨®n que se encuentra entre la informalidad, la subocupaci¨®n y el desempleo, es muy variable y cambia, aunque por mucho tiempo pueden entrar en el costal del simple y llano desempleo. ¡°El desempleo siempre ser¨¢ bajo, la gente no tiene opci¨®n¡±, reflexiona Moy.
Aunque Adri¨¢n se ocupa de vez en cuando entregando comida por aplicaciones, se ve a s¨ª mismo como desempleado, mientras que Marcos se considera un trabajador empedernido en su puesto como viene-viene. Dependiendo de la interpretaci¨®n, cada uno es desempleado o cada uno es una persona ocupada en el mismo pa¨ªs.
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