Sandra Lorenzano: ¡°Nos hemos forzado a aprender a vivir sin la utop¨ªa¡±
La escritora argentina naturalizada mexicana se?ala que migraci¨®n y exilio son lo mismo, ¡°una apuesta por el futuro¡±
La poes¨ªa y la prosa, la violencia de g¨¦nero, las migraciones y los exilios, todo cabe en el d¨ªa a d¨ªa de Sandra Lorenzano, mujer activa y activista que lleg¨® a M¨¦xico a los 16 a?os con su familia desde Buenos Aires huyendo de la dictadura de Videla y, como Mar¨ªa Zambrano, convirti¨® el exilio en patria. La jacaranda que florece violeta cada primavera frente a su ventana le dice d¨®nde est¨¢ su casa. Cumplidos los 63 a?os, la autora de Fuga en m¨ª menor (Tusquets), La estirpe del silencio (Seix Barral) o El d¨ªa que no fue (Alfaguara) sigue escribiendo, recibiendo premios, como el de poes¨ªa Clemencia Isaura 2023, y mirando desgarrada c¨®mo las llamas de los exilios devoran a familias enteras. Con esta mujer se puede hablar de lo divino y lo humano.
Pregunta. Primero lo divino. ?Para qu¨¦ le sirve la poes¨ªa?
Respuesta. En lo personal para reencontrame, pero la poes¨ªa sirve para mucho m¨¢s que eso, la palabra po¨¦tica nos ayuda a pensar el mundo, a sentirlo, a percibir cosas que, de otra manera, con lo puramente racional e intelectual no percibir¨ªamos, es m¨¢s, me interesa m¨¢s lo que se piensa y se siente a trav¨¦s de la palabra po¨¦tica que de la racionalidad.
P. La industria editorial no toma muy en cuenta los versos. ?El mundo no est¨¢ para poes¨ªas?
R. Es el mercado el que no se da cuenta de que el mundo s¨ª est¨¢ para poes¨ªas. Cuando un poeta puede hacer llegar su palabra a la gente, f¨ªjate la que se arma, auditorios repletos. Es como un secreto a voces la poes¨ªa, a la gente apenas le das poes¨ªa, se prende. En realidad, de ah¨ª venimos, del ritmo, de las palabras que no sabemos bien qu¨¦ quieren decir, a ro ro mi ni?a a ro ro mi sol. De arrullos.
P. Pareciera que ese g¨¦nero sigue en los m¨¢rgenes.
R. La poes¨ªa naci¨® como un discurso alternativo, no est¨¢ mal que est¨¦ en los m¨¢rgenes, pero s¨ª que impidan que le llegue a m¨¢s gente. Pero d¨¦jenla tranquila, cuando la institucionalizamos o hacemos poes¨ªa patri¨®tica, eso ya no es poes¨ªa, ya no me interesa. La poes¨ªa sigue siendo resistencia, boca a boca, est¨¢ hecha de complicidades y amor a la palabra.
P. Acaba de dar el premio Hiperi¨®n a un joven nicarag¨¹ense, William Gonz¨¢lez, que explora otros contenidos, como las mujeres migrantes semiesclavizadas en tareas extenuantes.
R. S¨ª, hay cierta vuelta a una poes¨ªa m¨¢s narrativa, que tiene mucho que ver con los temas contempor¨¢neos. Pienso, por ejemplo, en Sara Uribe, con los desaparecidos en M¨¦xico y Balam Rodrigo, hijo de migrantes que cruzaron Guatemala y se quedaron en Chiapas. Y muchos j¨®venes hacen hip hop o escuchan canciones no convencionales, alternativas, donde hay un juego entre poes¨ªa y m¨²sica que vale mucho la pena. Tiene una gran potencia simb¨®lica a lo largo de la historia. Vayan a decirle a Homero que lo que ¨¦l hac¨ªa por las calles era menor.
P. Por seguir en Nicaragua, pa¨ªs de poetas, y ahora de una gran migraci¨®n dolorosa. ?O es exilio?
R. Doloroso, s¨ª. Soy de una generaci¨®n que antes de los 20 a?os pasaba por los colegios para apoyar a la revoluci¨®n nicarag¨¹ense. Lo que est¨¢ pasando, hace ya rato, es la ca¨ªda de todo un mundo, junto con lo que sucede en Cuba y otros movimientos sociales que marcaron nuestra vida. Ya hace tiempo que nos hemos forzado a aprender a vivir sin la utop¨ªa.
P. ?Aprecia una diferencia entre el exilio y la migraci¨®n? Pareciera que los pa¨ªses se portan mejor con lo que llamamos exilio.
R. Parece que el exilio tiene causa pol¨ªtica y la migraci¨®n, no, pero la pobreza y la violencia de la que huyen los migrantes tambi¨¦n tiene una causa pol¨ªtica. Y tambi¨¦n parece que los exiliados se parecen m¨¢s a las clases medias intelectuales de los pa¨ªses que los reciben, en cambio, los migrantes son pobres y no gustan los pobres. Cada vez creo menos en esa dicotom¨ªa, y en cualquier binarismo. Trabajo exilio y migraciones y hay un n¨²cleo que se comparte y no tiene que ver con que unos quieren irse y los otros tienen que irse, porque ?qui¨¦n mide eso? Si no le puedes dar de comer a tus hijos pues te tienes que ir igual que si te persigue el ej¨¦rcito de tu pa¨ªs. A exiliados y migrantes les une una apuesta por el futuro.
P. Usted era una joven de 16 a?os cuando lleg¨® a M¨¦xico. ?C¨®mo se vive el exilio a esa edad?
R. Yo no me quer¨ªa ir de mi casa, de mis amigos, de mi escuela. Pero, por otra parte, al llegar a M¨¦xico quer¨ªa ser como los dem¨¢s, no ser la extranjera, la diferente, y me esforc¨¦ por no serlo, ahora veo que era una cuesti¨®n de supervivencia. Para m¨ª el exilio es un quiebre en la lengua, b¨¢sicamente. Encontrar mi propia lengua s¨ª que es dif¨ªcil y eso tiene que ver con el origen, las entra?as, finalmente escribo para hacer que ese quiebre en la lengua duela menos.
P. Este a?o el cine puso una fecha en la vida de los argentinos y de medio mundo, 1985.
R. Es una pel¨ªcula importante, si la democracia est¨¢ tan fr¨¢gil, la memoria es un ejercicio imprescindible para la sobrevivencia, y el hecho de que hayamos sido el ¨²nico pa¨ªs de Am¨¦rica Latina que juzg¨® a sus c¨²pulas militares es algo de lo que nos tenemos que sentir orgullosos. Cuando empez¨® la pel¨ªcula sab¨ªa que iba a llorar mucho y tal cual, no dej¨¦ de llorar hasta el final. Nunca m¨¢s. No pasar¨¢n, no pasar¨¢ esta extrema derecha que est¨¢ alocada en medio mundo.
P. Le acaban de dar el premio de poes¨ªa Clemencia Isaura 2023 por su poemario Abismos, quise decir. ?Qu¨¦ m¨¢s est¨¢ haciendo?
R. Trabajo tambi¨¦n en un librito de ensayo literario que surge de todo esto que me han pedido que es criba sobre el exilio y la migraci¨®n, entretejido entre mi voz de exiliada y las voces de mujeres migrantes, con las que me identifico. Y adem¨¢s, se me ocurri¨®, estudiando a Mar¨ªa Zambrano y su exilio en M¨¦xico, que podr¨ªamos crear una c¨¢tedra de la fil¨®sofa malague?a. Se lo cont¨¦ a Juan Duarte, embajador de Espa?a en M¨¦xico, un tipazo, para que se haga entre M¨¦xico y Espa?a. Y luego sumamos. Ella dio clases en Morelia porque los se?ores del exilio, aunque no les guste, consideraron que era demasiado joven y adem¨¢s mujer para compartir con ellos los espacios acad¨¦micos, y no permitieron que se quedara en la Casa de Espa?a, luego Colegio de M¨¦xico.
P. Era machismo. Usted tambi¨¦n es experta en la prevenci¨®n de la violencia de g¨¦nero en la universidad. En M¨¦xico se suceden a menudo violaciones en los campus, y no solo en M¨¦xico.
R. Cuando alguien dice que las nuevas generaciones son diferentes les recuerdo que un porcentaje alt¨ªsimo de las denuncias por violencia de g¨¦nero en las universidades viene de sus compa?eros. Se junta una cultura, la mexicana, muy machista, patriarcal, mis¨®gina y violenta, que se enfrenta a mujeres, sobre todo las m¨¢s j¨®venes, que vienen con una potencia y un hambre de cambio maravillosas. Y yo creo que nadie que tiene privilegios quiere renunciar a ellos, y muchos hombres de todas las edades consideran que el empoderamiento femenino les quita espacio. La otra explicaci¨®n es que el patriarcado no se va a caer en dos d¨ªas, y estamos viviendo coletazos de respuesta furiosa, como cuando vas a atrapar a un animal.
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