Los fallos en el incendio de Ciudad Ju¨¢rez que llevaron a la ¨²ltima tragedia migrante en M¨¦xico
Hay irregularidades desde la detenci¨®n de las v¨ªctimas hasta su reclusi¨®n en el centro del Instituto Nacional de Migraci¨®n. El siniestro ha dejado de momento 39 muertos y 27 heridos graves
Murieron en M¨¦xico 39 hombres asfixiados, calcinados, dentro de una celda de un edificio del Gobierno y las respuestas todav¨ªa se escapan. El incendio en el Instituto Nacional de Migraci¨®n de Ciudad Ju¨¢rez, en la frontera con Estados Unidos, ha puesto al pa¨ªs frente a las heridas de su pol¨ªtica migratoria. ?C¨®mo pueden decenas de hombres ahogarse en el humo frente a las c¨¢maras de seguridad, frente a los guardias encargados de vigilarlos? ?Qu¨¦ fall¨® para que nadie los sacara de ese calabozo? ?Hasta d¨®nde llegan las responsabilidades?
La ¨²ltima tragedia de Ju¨¢rez es latinoamericana: la mayor¨ªa de los fallecidos, 18, eran de Guatemala, siete de Venezuela y siete de El Salvador, seis de Honduras y uno de Colombia. El m¨¢s joven ten¨ªa 18 a?os, el mayor 51. Todos eran hombres. De los 27 heridos, 16 est¨¢n en estado cr¨ªtico ¡ª11 siguen sedados e intubados¡ª, y algunos presentan quemaduras en casi el 30% del cuerpo. Hab¨ªan sido arrestados y trasladados al centro de detenci¨®n por no tener los papeles en regla, pero no estaban acusados de ning¨²n delito.
Cuando se desat¨® el incendio, provocado a modo de protesta dentro de la celda, los agentes se marcharon sin abrirles la reja. Fueron los bomberos quienes forzaron la entrada unos 15 minutos despu¨¦s para rescatar a los supervivientes. La Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR), que ha asumido la investigaci¨®n, ha liberado seis ¨®rdenes de detenci¨®n: contra tres trabajadores federales de migraci¨®n, dos miembros de la empresa de seguridad privada Camsa y contra el migrante al que acusan de haber iniciado el fuego. Est¨¢n imputados, de momento, por homicidio y lesiones. Tres d¨ªas despu¨¦s de la peor tragedia registrada en un centro gubernamental, que ha revelado de nuevo la crudeza de ser migrante en M¨¦xico, siguen apareciendo irregularidades en la detenci¨®n, la reclusi¨®n y la evacuaci¨®n de las v¨ªctimas.
La detenci¨®n
Ciudad Ju¨¢rez lleva meses convertida en una olla a presi¨®n. Aqu¨ª convergen los migrantes que llegan del sur para cruzar a Estados Unidos ¡ªtanto mexicanos como latinoamericanos¡ª con aquellos que el Gobierno de Joe Biden expulsa bajo el pol¨¦mico T¨ªtulo 42. Recalan en la ciudad fronteriza pensando en marcharse, pero mientras tanto deben sobrevivir. Algunos consiguen trabajos legales mal pagados que dan un respiro a su situaci¨®n migratoria, muchos aguantan gracias a los albergues y la caridad. La concentraci¨®n de migrantes hab¨ªa empezado a molestar al alcalde Cruz P¨¦rez Cu¨¦llar, quien dijo hace un par de semanas: ¡°Nuestra paciencia se acaba¡±. Desde entonces se hab¨ªan precipitado los comentarios y las acciones contra ellos.
Desde el lunes por la ma?ana se desat¨® en Ju¨¢rez una feroz redada contra los migrantes. Los testimonios recopilados por EL PA?S se?alan que las detenciones se dieron a la salida de hospitales, dentro de tiendas de alimentos, a las puertas de estancias gubernamentales, en las calzadas y tambi¨¦n cerca del muro fronterizo que los separa de El Paso, en Estados Unidos. El Gobierno estatal report¨® el lunes 71 migrantes retirados de las calles por presuntos disturbios. Algunos de los que fueron arrestados ese d¨ªa han contado a este peri¨®dico que estaban limpiando vidrios, pidiendo dinero en los cruceros o vendiendo dulces, otros iban simplemente caminando en la calle. Muchos fueron rodeados por distintas fuerzas de seguridad: desde agentes migratorios hasta polic¨ªas municipales. Todos fueron trasladados al centro de detenci¨®n del Instituto Nacional de Migraci¨®n (Inami) situado a tres kil¨®metros de la frontera.
De acuerdo con la ley mexicana, las personas extranjeras pueden ser llevadas a las llamadas estaciones migratorias ¡°cuando no puedan acreditar su situaci¨®n migratoria regular¡±. Sin embargo, al menos dos de los migrantes detenidos este lunes ten¨ªan permiso para residir en M¨¦xico. Es el caso del colombiano Juli¨¢n Villamil, quien hab¨ªa entrado el 7 de febrero como turista en un vuelo procedente de Bogot¨¢ a Ciudad de M¨¦xico. Contaba con 90 d¨ªas para transitar libremente por el pa¨ªs. Su novia y su suegra lo esperaban en Cincinnati. Lo agarraron en la puerta de su Airbnb a las 15.00 horas. Muri¨® en el incendio. Ten¨ªa 22 a?os. El venezolano Eduard Carballo L¨®pez hab¨ªa conseguido un trabajo que le facilit¨® un documento de tr¨¢nsito. Fue arrestado a las 13.00 horas cuando iba a comprar medicamentos para su hija enferma. Sigue en el hospital en estado ¡°delicado¡± por la intoxicaci¨®n de humo. Ninguna autoridad ha explicado c¨®mo es posible el arresto de personas que s¨ª cuentan con permiso legal.
La reclusi¨®n
La estaci¨®n migratoria de Ciudad Ju¨¢rez es una de las primeras del pa¨ªs. Fue creada en 1995 con capacidad para 60 personas, seg¨²n un informe de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de 2019. No se han hecho remodelaciones desde entonces. A las 21.00 horas, momentos antes de que se iniciara el fuego, estaban recluidos al menos 83 adultos en ese centro: 68 hombres y 15 mujeres, sin contar a los ni?os que estaban tambi¨¦n en el edificio con sus madres. Todav¨ªa no hay datos precisos de cu¨¢nto tiempo llevaban ah¨ª los migrantes que no fueron detenidos ese d¨ªa.
El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador nombr¨® al centro del Inami como un ¡°albergue¡±, pero este inmueble ha sido definido por la CNDH como ¡°un modelo de alojamiento tipo carcelario, similar al utilizado en los Centros de Reinserci¨®n Social, que conserva criterios de contenci¨®n y represi¨®n de las personas en contexto de movilidad, como si se les atribuyeran conductas delictivas¡±. Esto implica que los migrantes no pod¨ªan moverse libremente dentro del inmueble, ni mucho menos salir de ah¨ª.
Al entrar en el centro, los migrantes fueron despojados de todas sus pertenencias: desde los celulares hasta los cordones de las zapatillas. Los encerraron en una sala con barrotes blancos, de paredes altas, que tiene en la parte de arriba cinco ventanucos. Al final del cuarto est¨¢ el ba?o. Ten¨ªan una colchoneta para cada dos personas. Estos colchones de gomaespuma ya demostraron en el incendio de Hogar Seguro de Guatemala, donde fallecieron 41 ni?as, que son altamente inflamables. No ten¨ªan agua potable. Esto ha sido reconocido este jueves por los agentes de migraci¨®n, quien aseguran que la direcci¨®n ni siquiera les asegura botellas de agua para ellos, por lo que los arrestados pasaban el encierro sin poder beber nada.
Ante esas condiciones, y estando bajo llave, los migrantes prendieron algunas de las colchonetas como forma de protesta. ?C¨®mo lo hicieron? La FGR primero apunt¨® a que hab¨ªan pelado algunos cables y de ah¨ª hab¨ªan conseguido la chispa, ahora se asoma con fuerza la teor¨ªa de que un guardia facilit¨® un mechero y un cigarro a uno de los detenidos. En su conferencia de este jueves, la secretaria de Seguridad P¨²blica, Rosa Icela Rodr¨ªguez, ha evitado posicionarse: ¡°Todo eso forma parte de la investigaci¨®n¡±.
La evacuaci¨®n
El fuego se extendi¨® rapid¨ªsimo. Las im¨¢genes de una c¨¢mara de seguridad muestran c¨®mo en apenas 30 segundos el humo que sal¨ªa de dos colchonetas incendiadas termina por tapar toda la sala hasta que ya no se ve nada. En ese mismo video se observa tambi¨¦n c¨®mo un agente de Camsa y dos federales, un hombre y una mujer, se pasean por la sala sin dirigirse hacia la celda en llamas, donde un migrante pega una patada a la puerta y otro se acerca a la verja a tratar de hablarles. Ninguno se gira, tampoco nadie trata de abrir el candado. Los tres se marchan.
Este mi¨¦rcoles, el abogado Jorge V¨¢zquez Campbell present¨® una denuncia ¡ªa la que tuvo acceso Associated Press¡ª en la que acusa al delegado del Instituto Nacional de Migraci¨®n en Chihuahua, el contraalmirante retirado Salvador Gonz¨¢lez Guerrero, de haber dado la orden por llamada telef¨®nica de no abrir la verja a los migrantes ¡°bajo ning¨²n motivo¡±. V¨¢zquez Campbell dice que no desvela a qui¨¦n representa por miedo a represalias hacia sus clientes. El Inami no ha respondido a esta acusaci¨®n y tampoco lo ha hecho Rosa Icela Rodr¨ªguez, quien dijo no tener constancia de esta supuesta llamada.
La defensa de algunos funcionarios del Inami hacia sus compa?eros detenidos es que ¡°los acontecimientos se desarrollaron de una manera muy r¨¢pida y muy intensa, el gas t¨®xico que se emana de los colchones es pr¨¢cticamente veneno para el cuerpo¡±, ha dicho hoy el agente federal Jes¨²s Ignacio Molina Leiva: ¡°Nuestros compa?eros hicieron lo que pudieron. El compa?ero que se ve atravesando iba por el extintor¡±. Sin embargo, esto no se aprecia en las im¨¢genes difundidas. Molina Leiva y otra decena de trabajadores migratorios buscan que las responsabilidades no se queden en sus tres colegas arrestados, sino que escalen hasta Francisco Gardu?o, director de Instituto de Migraci¨®n.
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