La Fiscal¨ªa mexicana acusa a cuatro militares del asesinato de los cinco j¨®venes de Nuevo Laredo

La Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) acusa a cuatro militares de asesinato e intento de asesinato en la masacre de Nuevo Laredo. La dependencia, que no ha tocado el tema de manera p¨²blica desde lo ocurrido, se ha presentado ante el juez este lunes, en la audiencia inicial del caso. Los investigadores formulan sus acusaciones y esperar¨¢n la decisi¨®n del juzgador, que dir¨¢ si los se?alamientos de la FGR son o no suficientes para procesar a los acusados. Los militares viven presos en la c¨¢rcel militar de Ciudad de M¨¦xico y atienden la audiencia v¨ªa remota.

El domingo 26 de febrero, cinco j¨®venes murieron a balazos de militares en la ciudad norte?a, parte de la frontera entre Tamaulipas y Texas. Otro result¨® con heridas de gravedad y uno m¨¢s sali¨® ileso. Ocurri¨® de madrugada. Los muchachos, siete en total, viajaban a bordo de una camioneta. Hab¨ªan pasado la noche en una discoteca y volv¨ªan a sus casas. En la colonia Cavazos Lerma, en el suroeste de la ciudad, se cruzaron con un convoy castrense, cuatro camionetas en total. Los militares empezaron a seguirles y unos metros m¨¢s adelante les dispararon. 117 balazos en total.

Tanto la Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena) como el militar a cargo del patrullaje aquella madrugada en la ciudad, el capit¨¢n de caballer¨ªa Elio N, han se?alado que los disparos castrenses respondieron a detonaciones previas, ajenas a la camioneta de los muchachos. La secretaria y el capit¨¢n dijeron que mientras los elementos patrullaban escucharon disparos; que se dirigieron al lugar de los disparos, la Cavazos Lerma, y fue entonces cuando toparon con la camioneta de los muchachos, todos alrededor de los 20 a?os. Ambas partes se?alan que el choque de la camioneta de los muchachos, el ¡°estruendo¡± que produjo, motiv¨® los balazos castrenses. Un error.

La versi¨®n de Sedena contrasta en parte con la del capit¨¢n Elio N, que menciona que, adem¨¢s del estruendo, ¨¦l y los suyos escucharon m¨¢s disparos en el momento del choque del veh¨ªculo de los muchachos. La secretar¨ªa no mencion¨® ese detalle. Ambas versiones coinciden en que los muchachos no iban armados. Las diferencias entre esas dos narraciones con las que han dado los dos supervivientes resultan, sin embargo, mucho m¨¢s importantes. Tanto Alejandro P¨¦rez, que result¨® ileso, como Luis Gerardo S, que estuvo en el hospital en coma varios d¨ªas, dibujan un ataque indiscriminado, agravado por el comportamiento posterior de los militares.

Los dos muchachos se?alan que a la altura de la Cavazos Lerma, al menos dos camionetas de militares empezaron a seguirles. Que cuando se dieron cuenta de que les segu¨ªan frenaron y que fueron los militares quienes chocaron con ellos por detr¨¢s, provocando que su camioneta embistiera un veh¨ªculo que estaba aparcado en la calle. Los dos dicen que justo despu¨¦s empezaron los tiros, 117 en total. Las necropsias de los cinco muertos, a las que tuvo acceso EL PA?S, se?alan que los militares dispararon desde diferentes puntos, no solo desde atr¨¢s, como suger¨ªan las versiones de Sedena y el capit¨¢n Elio N.

Semanas m¨¢s tarde, la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) divulg¨® su informe sobre el caso. El documento recog¨ªa las declaraciones de los militares acusados, cuatro cabos de caballer¨ªa que el capit¨¢n Elio N ya hab¨ªa se?alado en su informe de lo ocurrido. Los cuatro dicen que uno de ellos, a cargo de la ametralladora de la torreta de una de las camionetas, empez¨® a disparar despu¨¦s del choque. Los dem¨¢s le siguieron. Algunos de los acusados plantean en su declaraci¨®n que vieron movimientos extra?os al interior del veh¨ªculo de los muchachos, y que por eso dispararon.

Ni los cuatro acusados, Agust¨ªn N, Juan Carlos N, Bernardo N, y Jorge N, ni el capit¨¢n Elio N, ni Sedena hablan de lo que ocurri¨® despu¨¦s de los primeros balazos. Pero los dos supervivientes s¨ª. Ellos narran que, tras la primera ronda de disparos, militares dispararon contra uno de ellos, Luis Gerardo S, cuando este ped¨ªa ayuda, malherido, fuera de la camioneta. Alejandro P¨¦rez se?ala, adem¨¢s, que escuch¨® que los militares gritaban ¡°?m¨¢tenlo, m¨¢tenlo!¡±, refiri¨¦ndose a ¨¦l, cuando ya lo ten¨ªan sometido, en el suelo. La sospecha de que las versiones castrenses esconden m¨¢s datos se alimenta de los estudios de necropsia. De los cinco muertos, uno muri¨® de un solo disparo en la cabeza.

El caso ha generado mucha cr¨ªtica en M¨¦xico. El Gobierno, encabezado por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, defendi¨® desde su llegada, en diciembre de 2018, un acercamiento distinto a la problem¨¢tica de violencia e inseguridad que vive el pa¨ªs. Parte de su discurso en la materia nace de la cr¨ªtica a las estrategias manejadas por los gobiernos anteriores, primero con Felipe Calder¨®n (2006-2012) y luego, con Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), de confrontaci¨®n al crimen organizado. ¡°Abrazos, no balazos¡±, dec¨ªa en campa?a L¨®pez Obrador.

Las cr¨ªticas del mandatario a la agresividad del aparato de seguridad en administraciones anteriores se reflejan ahora en el caso Nuevo Laredo. Primero, por la desproporci¨®n en la respuesta de los militares, que dispararon en m¨¢s de 100 ocasiones sin que hubiera agresi¨®n previa. Y luego, por la opacidad de las autoridades. La Sedena apenas inform¨® del caso en un comunicado el 28 de febrero. No ha vuelto a hablar sobre el asunto. La FGR no ha informado del caso de manera oficial. L¨®pez Obrador se ha centrado en despejar cualquier cuesti¨®n, ampar¨¢ndose en el argumento de que ellos no son ¡°los mismos¡±.

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