La CNDH evita indagar en la cadena de mando del ¡®caso Nuevo Laredo¡¯
El ombudsman concluye que los militares que masacraron a cinco muchachos en febrero usaron la fuerza de manera ¡°excesiva¡±
La Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha concluido que los militares que mataron a cinco muchachos en Nuevo Laredo a finales de febrero, y dejaron a otro malherido, hicieron un ¡°uso excesivo de la fuerza a trav¨¦s del uso ileg¨ªtimo de las armas de fuego¡±. La oficina del ombudsman, en manos de Rosario Piedra Ibarra, ha evitado indagar en la posible responsabilidad de los mandos castrenses de los que depend¨ªan los militares acusados. En su informe, divulgado este martes por la noche, la dependencia ni siquiera se plantea el papel de la Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena) y de la misma estrategia de seguridad del Estado en lo ocurrido.
Ha sido r¨¢pida la comisi¨®n. En menos de un mes, sus investigadores han elaborado un documento que recoge buena parte de la informaci¨®n hecha p¨²blica estas semanas, adem¨¢s de nuevos datos, desconocidos hasta ahora. Es el caso de las declaraciones de los cuatro militares se?alados de perpetrar la matanza, rendidas ante funcionarios de la Fiscal¨ªa federal, poco despu¨¦s de lo ocurrido. Seg¨²n sus relatos, uno de ellos empez¨® a disparar y los dem¨¢s le siguieron, sin que mediara una agresi¨®n por parte de los j¨®venes, que volv¨ªan de pasar la noche en una discoteca. Los militares dispararon un total de 117 veces.
¡°La actuaci¨®n que desplegaron los elementos de la Sedena¡±, reza el informe, ¡°no fue acorde a lo establecido en el Manual del Uso de la Fuerza, de aplicaci¨®n com¨²n a las Tres Fuerzas Armadas, ni tampoco a lo establecido en los est¨¢ndares internacionales. Se requiere a la Secretar¨ªa, en cumplimiento a la normativa nacional e internacional aplicable, examine sus programas de capacitaci¨®n y procedimientos operativos¡±, a?ade.
La ¨²ltima frase recoge lo m¨¢s parecido a una cr¨ªtica que la CNDH le hace a la dependencia. En el resto de las 54 p¨¢ginas del informe, la oficina del ombudsman carga contra los cuatro militares acusados, cuatro cabos de caballer¨ªa que dispararon sin que el capit¨¢n al mando del convoy, compuesto por un total de cuatro camionetas y 21 efectivos, diera la orden. Se desconoce hasta el momento el estatus de los militares. Este diario inform¨® el lunes de que est¨¢n presos en la c¨¢rcel militar de Ciudad de M¨¦xico. La CNDH se?ala que la FGR ha solicitado que se ¡°formule imputaci¨®n¡± contra los cuatro, aunque no aclara por qu¨¦ delito.
¡°AR1, AR2, AR3 y AR4¡å, dice el informe, en referencia a los militares se?alados, ¡°no solo dejaron en estado de indefensi¨®n a las v¨ªctimas y a sus familias, sino que afectaron a la sociedad en su conjunto, pues con su conducta vulneraron el derecho a la seguridad jur¨ªdica, a la integridad y seguridad personal y a la vida¡±, a?ade. ¡°Esta Comisi¨®n Nacional considera que la presente recomendaci¨®n constituye una oportunidad para la Sedena de concretar acciones y sumarse a una cultura de la paz, legalidad y respeto a derechos humanos¡±, concluye.
Raymundo Ramos, director del Comit¨¦ de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, organizaci¨®n que ha seguido el caso desde el principio, ha criticado el trabajo de la CNDH. ¡°Es muy malo¡±, ha dicho Ramos. ¡°Es un informe que no cuestiona la cadena de mando y que, adem¨¢s, omite los tratos crueles y degradantes que sufrieron Luis Gerardo y Alejandro¡±, se?ala, en referencia a los dos supervivientes. En sus declaraciones, que EL PA?S ha publicado estas semanas, los dos afirman que militares le dispararon a Luis Gerardo, despu¨¦s de la primera r¨¢faga, cuando ped¨ªa ayuda, malherido, en el suelo.
AR3 y los primeros disparos
Las principales novedades del informe de la comisi¨®n yacen en los relatos de los soldados se?alados. Este diario adelant¨® hace semana y media el contenido del Informe Policial Homologado, la narraci¨®n de los hechos que hab¨ªa presentado ante la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) el oficial al mando del convoy, el capit¨¢n Elio N. Comparado con los testimonios de sus hombres, hay detalles que no acaban de coincidir.
En su informe, el capit¨¢n cuenta que el d¨ªa de los hechos, la madrugada del domingo 26 de febrero, ¨¦l y sus hombres patrullaban por Nuevo Laredo, cuando escucharon detonaciones de arma de fuego. Dice que fueron hacia el lugar de donde proven¨ªan los disparos y que entonces encontraron una camioneta blanca, la camioneta a bordo de la que iban los muchachos, siete en total.
El oficial a?ade que la camioneta aceler¨® cuando les vio y que ellos les siguieron. Dice que, poco despu¨¦s, el veh¨ªculo de los muchachos choc¨® con otro que estaba estacionado en la calle, detalle que los dos supervivientes niegan: fueron los militares quienes les chocaron por detr¨¢s. Sea como sea, el capit¨¢n dice que volvi¨® a escuchar detonaciones y que justo despu¨¦s se dio cuenta de que algunos de sus elementos empezaron a disparar.
Enseguida, dice, orden¨® el alto fuego v¨ªa radio. Luego, baj¨® del veh¨ªculo y pregunt¨® que qui¨¦n hab¨ªa disparado. Cuatro de sus elementos levantaron la mano. De los cuatro, tres iban en su misma camioneta. Estos cuatro ser¨ªan los cuatro se?alados por la CNDH y a los que la FGR habr¨ªa pedido que se impute. En sus relatos, que recoge la CNDH, ellos dicen que en efecto escucharon disparos al final, pero ninguno sugiere que esos ¨²ltimos disparos que escucharon vinieran de la camioneta de los muchachos. Algunos hablan de movimientos extra?os dentro de su veh¨ªculo, una vez detenido, despu¨¦s del choque. Dicen tambi¨¦n que los muchachos apagaron la luz interior.
AR3 era el tirador de la camioneta donde iba el capit¨¢n. Estaba a cargo de la ametralladora instalada en una torreta en la parte trasera. Seg¨²n su propio relato y el de los dem¨¢s, ¨¦l fue el primero que dispar¨®. Los otros tres le siguieron. De ellos, dos iban con ¨¦l en la parte de atr¨¢s de la misma camioneta, en la batea. El cuarto estaba al parecer a cargo de la ametralladora de la torreta de otro de los veh¨ªculos militares. AR3 dice que cuando la camioneta de los muchachos les vio, aceler¨®, seg¨²n ¨¦l, para huir.
¡°Se procedi¨® a darles seguimiento y a unos cincuenta metros aproximadamente su veh¨ªculo choc¨® con otro que se encontraba estacionado sobre la calle M¨¦ndez, continuando as¨ª su marcha, pero acelerando sin detenerse¡±, relata AR3. ¡°Cuando choc¨® [¡] se escuch¨® una detonaci¨®n cerca. Asimismo, derivado de dicho impacto [se refiere al choque], observ¨¦ que la camioneta se recarg¨® sobre su derecha sin detener la marcha y, aproximadamente [a] unos veinte metros, apagaron las luces interiores¡±, continua.
¡°Quiero decir que en el momento en que la camioneta choc¨® y se escuch¨® una detonaci¨®n, yo cargu¨¦ mi arma colectiva [la ametralladora]. Quiero decir que ¨²nicamente la prepar¨¦, esto es, cort¨¦ cartucho. Cuando la camioneta se recarg¨® a su derecha como lo refer¨ª, apagaron las luces del interior¡±, sigue AR3. ¡°[Entonces] se vio una silueta con una acci¨®n hacia la unidad oficial en la cual yo ven¨ªa a bordo, procediendo en ese instante yo a realizar impactos de advertencia a retaguardia de la camioneta, sin que descendiera ning¨²n tripulante de la misma. En ese momento efectu¨¦ tres disparos¡±, dice.
¡°La camioneta continu¨® su marcha y, como la rebasamos, mi campo de tiro se cambi¨® al lado derecho. Volv¨ª a accionar mi arma continuamente, tirando treinta y nueve cartuchos con direcci¨®n a la camioneta, que detuvo su marcha como diez metros m¨¢s adelante¡±, zanja. Sus compa?eros fueron detr¨¢s. Ninguno dispar¨® m¨¢s veces que ¨¦l, pero todos lo hicieron en repetidas ocasiones.
Los dem¨¢s
AR2 iba con AR3 en la batea. ?l cuenta: ¡°La camioneta choc¨® contra otro veh¨ªculo que estaba estacionado y con el mismo golpe la llanta la orill¨® a la derecha, escuchando m¨¢s detonaciones de frente. Cuando nos acercamos a la par, vi movimientos extra?os. La camioneta apag¨® sus luces de adentro y las de afuera tambi¨¦n y vi movimientos de personas. Cuando me percate de que uno de mis compa?eros, el tirador, empez¨® a disparar, nosotros lo apoyamos. Yo realic¨¦ 30 disparos con mi arma de cargo¡±.
De igual manera, AR4, que iba en la batea con los otros dos, dice: ¡°A la camioneta de los civiles se le ponch¨® una llanta y ya no pudo avanzar, por lo que nuestro veh¨ªculo se le emparej¨®. En ese momento, los tripulantes apagaron la luz interior. [Entonces] el tirador [AR3] empez¨® a tirar en contra de los tripulantes de la camioneta. Al ver esa acci¨®n, yo apoy¨¦ con disparos de arma de fuego, haciendo un total de 30 disparos aproximadamente, ya que observ¨¦ que se empezaron abrir las puertas del lado derecho y empezaron a correr dos personas del sexo masculino que viajaban en ¨¦l¡±.
AR1 es el cuarto implicado, que controlaba supuestamente la torreta de una segunda camioneta del convoy militar. Su relato es el menos rico en detalles. ¡°Escuch¨¦ detonaciones de armas de fuego y me percat¨¦ que ven¨ªa de frente a nosotros un veh¨ªculo (¡) Acto seguido volv¨ª escuchar m¨¢s detonaciones de arma de fuego (...) Mi compa?ero que iba en la otra camioneta de tirador, AR3, efectu¨® disparos en contra de la camioneta blanca y al ver que ¨¦l estaba disparando, yo proced¨ª tambi¨¦n a apoyar disparando mi arma, a una distancia aproximada de 15 metros y efectuando un total de 15 disparos con mi arma de cargo (¡) [Luego] observ¨¦ que mi compa?ero tirador del primer veh¨ªculo dej¨® de disparar y, por lo tanto, tambi¨¦n dej¨¦ de disparar¡±.
Lo extra?o de los relatos de los cuatro apunta a las detonaciones que supuestamente habr¨ªan escuchado durante la persecuci¨®n, dato en que coinciden con el capit¨¢n. La CNDH es clara en esto. Aunque la comisi¨®n se?ala que las v¨ªctimas ten¨ªan restos de plomo y bario en sus manos, ¡°no se encontraron armas dentro de su camioneta, los Veh¨ªculos Oficiales no presentaron da?os producidos por proyectiles de armas de fuego, ning¨²n militar present¨® lesiones por proyectil de arma de fuego, y los elementos militares que presenciaron los hechos manifestaron a la FGR que ninguno vio que de la camioneta civil se originaran disparos de arma de fuego¡±. Esos restos podr¨ªan ser consecuencia, adem¨¢s, de los disparos recibidos, detalle que omite el informe.
Visto lo anterior, ?qui¨¦n dispar¨® lo suficientemente cerca de los militares para que ellos reaccionaran acribillando a un grupo de j¨®venes desarmados? De momento, la respuesta a sta pregunta sigue envuelta en misterio.
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