Un juez procesa a Murillo Karam con nuevos cargos de tortura y desaparici¨®n forzada por el ¡®caso Ayotzinapa¡¯

La defensa de Jes¨²s Murillo Karam lleva meses buscando un permiso, por motivos de salud, para que su cliente pueda salir de la c¨¢rcel y espere en su casa la llegada del juicio. La estrategia de momento no termina de funcionar y, sin embargo, la mochila de cargos en su contra sigue engordando. Un juez federal decidi¨® la madrugada de este s¨¢bado vincular a proceso a Murillo Karam por nuevos cargos de tortura y desaparici¨®n forzada en el caso Ayotzinapa. El exprocurador general durante la primera parte del Gobierno de Pe?a Nieto lleva en prisi¨®n desde agosto del a?o pasado acusado ya de tortura, desaparici¨®n forzada y delitos contra la administraci¨®n de justicia. El priista es hasta ahora la figura de mayor peso pol¨ªtico sentanda en el banquillo tras el impulso de las investigaciones sobre el caso llevado a cabo por el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.

Tras una larga audiencia en los juzgados del Reclusorio Sur, que hab¨ªa empezado por la tarde el viernes y se prolong¨® durante m¨¢s de 10 horas, el juez dio por buena la versi¨®n de la Fiscal¨ªa (FGR), que hab¨ªa acusado a Murillo Karam de ser responsable de las torturas a Felipe Rodr¨ªguez Salgado, El Cepillo, supuesto sicario de Guerreros Unidos implicado en la desaparici¨®n los 43 normalistas de Ayotzinapa sucedida en 2014.

En cuanto al delito de desaparici¨®n forzada, el juez lo acept¨® en la modalidad ¡°temporal¡±. Es decir, durante las cuatro horas y media que pasaron desde su detenci¨®n hasta la puesta a disposici¨®n ante el juez. En ese lapso de tiempo se habr¨ªan producido las torturas en las instalaciones de la antigua Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica. Los informe m¨¦dicos registran que El Cepillo ten¨ªa 31 lesiones y en tres zonas del cuerpo. La Fiscal¨ªa tambi¨¦n hab¨ªa acusado a Murillo Karam por el delito de coalici¨®n de servidores p¨²blicos, pero finalmente fue descartado por el juez.

Estos nuevos cargos se suman a los tres del a?o pasado. El juez proces¨® al exprocurador por imponer una l¨ªnea de investigaci¨®n parcialmente falsa, la llamada verdad hist¨®rica, que impidi¨® seguir buscando a los 43 estudiantes desaparecidos. Esto, con el objetivo de atajar el ¡°clamor social¡± que hab¨ªa provocado el caso. Murillo Karam tambi¨¦n est¨¢ procesado por permitir y evitar denunciar la tortura que infringieron sus subordinados a cuatro detenidos por el caso. Y por ¨²ltimo, por organizar la manipulaci¨®n de una de las presuntas escenas del crimen, el paraje del R¨ªo San Juan, donde sus secuaces hallaron restos de uno de los estudiantes.

Casi 10 a?os despu¨¦s del suceso, uno de los que mayor impacto pol¨ªtico y emocional ha provocado en el pa¨ªs, la investigaci¨®n del caso tom¨® un nuevo impulso con el Gobierno de L¨®pez Obrador. La creaci¨®n de una comisi¨®n gubernamental y un fiscal especial desemboc¨® en el hallazgo de nuevos restos de los 43 y en un pu?ado de detenciones, entre ellas las de varios militares y el propio Murillo Karam. Aquellos avances se vieron sin embargo frenados a finales del a?o pasado por la pol¨¦mica salida del fiscal especial, entre fuertes presiones de la FGR, y la cancelaci¨®n de un pu?ado de ¨®rdenes de arresto.

En este contexto, el nuevo fiscal especial, Rosendo G¨®mez Piedra, se ha marcado como prioridad llevar a buen puerto la acusaci¨®n contra Murillo Karam. El caso aguarda el inicio de la etapa intermedia, en que la FGR presentar¨¢ las pruebas que sustentan sus acusaciones. Los abogados de Murillo han estado difiriendo los tiempos pidiendo a la Fiscal¨ªa que incorpore testimonios de nuevos actores vinculados al caso. Por otro lado, la defensa del exprocurador ha estado apostando a la baza de la prisi¨®n preventiva domiciliaria.

En este a?o largo de encarcelamiento, Murillo Karam, de 75 a?os, ha sido trasladado hasta en dos ocasiones a un hospital debido a una enfermedad obstructiva pulmonar y problemas cardiovasculares. Hasta el momento, la Justicia ha rechazado que lleve su proceso legal en su casa por el riesgo de fuga.

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