Ola de cr¨ªticas de la industria editorial mexicana por la reforma del Fondo de Cultura Econ¨®mica
Editores y divulgadores afirman que los cambios propuestos por el actual Gobierno trastocan la funci¨®n de la gran editorial p¨²blica de difundir obras cient¨ªficas y lo convierte en una instituci¨®n asistencialista. Taibo se defiende: ¡°El precio de los libros era un obst¨¢culo para la lectura y entonces los bajamos y nos fue muy bien¡±
Un decreto firmado por el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que presenta reformas en los estatutos del Fondo de Cultura Econ¨®mica (FCE) ¡ªla gran editorial p¨²blica mexicana centrada desde su fundaci¨®n en la divulgaci¨®n de las ciencias sociales, la econom¨ªa y las humanidades¡ª, ha generado fuertes cr¨ªticas del sector editorial e intelectuales mexicanos, que ven en estas reformas un cambio abrupto en la tradici¨®n de la instituci¨®n. El decreto ampl¨ªa las actividades del FCE a la producci¨®n y distribuci¨®n de obras art¨ªsticas y literarias de bajo costo para beneficiar a ¡°los sectores vulnerables de la poblaci¨®n¡±, seg¨²n el documento oficial. Los cr¨ªticos afirman que se trata de una pol¨ªtica asistencialista que no corresponde al Fondo, pero desde esa organizaci¨®n lo defienden como una estrategia editorial que permitir¨¢ generar m¨¢s lectores.
El decreto, que se puede consultar en el sitio de Internet de la Comisi¨®n Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), establece una reforma al art¨ªculo segundo del estatuto de creaci¨®n del FCE de 1994, cuando se estableci¨® como un organismo descentralizado. El documento, que en uno de sus justificados menciona que es ¡°prioridad del Gobierno Federal promover la regeneraci¨®n ¨¦tica de las instituciones y de la sociedad por medio de la lectura¡±, establece como objetivo del FCE hacerse cargo ¡°del fomento a la lectura y el libro en escenarios nacionales e internacionales, y debe promover acciones con los tres ¨®rdenes de gobierno para que sus publicaciones lleguen a todos los sectores de la poblaci¨®n mediante mecanismos adecuados¡± y ¡°con especial atenci¨®n a los sectores vulnerables de la poblaci¨®n¡±. Adem¨¢s, ordena al Fondo incorporar a su cat¨¢logo ¡°obras t¨¦cnicas, informativas y recreativas¡±, es decir que los esfuerzos se ampliar¨ªan m¨¢s all¨¢ de la tradici¨®n de la editorial, que promueve la difusi¨®n de obras acad¨¦micas.
La reforma en realidad formaliza una situaci¨®n que se ha mantenido de facto desde que se dio el cambio de Administraci¨®n, hace ya casi cinco a?os. El director de la FCE, Paco Ignacio Taibo II, ha desarrollado una estrategia que incluye la edici¨®n y publicaci¨®n de novelas y otras obras de ficci¨®n, libros gr¨¢ficos y literatura infantil bajo un formato m¨¢s accesible para los lectores. Una de las colecciones re¨²ne obras a un costo muy bajo, de hasta 25 pesos por libro.
Los cr¨ªticos de Taibo han cuestionado no solo la calidad de estas obras, sino su eficacia. El director de la CFE asegura que en estos cinco a?os han logrado distribuir hasta cinco millones de ejemplares, pero algunos editores afirman que eso no se traduce en que haya m¨¢s lectores en M¨¦xico, un pa¨ªs con un bajo nivel de lectura, seg¨²n datos oficiales. El Inegi, el instituto de estad¨ªsticas, revela en un informe publicado este a?o que en promedio un mexicano lee 3,4 libros al a?o y que el ¨ªndice de lector¨ªa ha ca¨ªdo fuertemente desde 2016, cuando casi el 82% de las personas mayores de 18 a?os le¨ªa de forma habitual, mientras que esa cifra se ha desplomado hasta el 68,5% este a?o.
¡°Este af¨¢n de regalar libros modifica la funci¨®n del Fondo, que no es una editorial asistencialista, esa no es su misi¨®n¡±, dice el periodista y escritor Gerardo Ochoa Sandy, autor del libro digital 80 a?os: las batallas culturales del Fondo (Nieve de Chamoy, 2014) y quien ha seguido de cerca las transformaciones impuestas al FCE bajo la actual Administraci¨®n. ¡°Uno de los principales argumentos de Paco Ignacio Taibo II para defender su desafortunada pol¨ªtica editorial es que regalar libros hace lectores. Eso es rotundamente falso. Durante un siglo en M¨¦xico distintos gobiernos, desde el de ?lvaro Obreg¨®n hasta Felipe Calder¨®n han reglado libros con animo de fomentar la lectura y, no obstante, no ha habido un aumento llamativo de lectores. Eso nos demuestra que esa estrategia de regalar libros ha sido totalmente fallida¡±, explica Ochoa Sandy.
El FCE fue creado en 1934 por el economista y diplom¨¢tico mexicano Daniel Cos¨ªo Villegas, preocupado por la poca oferta de libros t¨¦cnicos de econom¨ªa para los estudiantes universitarios, en momentos cuando M¨¦xico comenzaba a surgir como una potencia industrial en Latinoam¨¦rica. Cos¨ªo hab¨ªa fundado tambi¨¦n la Escuela Nacional de Econom¨ªa de la UNAM y ve¨ªa con urgencia la necesidad de traducir y producir obras que sirvieran a los estudiantes en sus cursos acad¨¦micos. La FCE se especializ¨® entonces en la edici¨®n de obras sobre humanidades, ciencias, filosof¨ªa y otras ¨¢reas. El ¨¦xito del proyecto fue rotundo y la instituci¨®n creci¨® hasta convertirse en una de las editoriales m¨¢s importantes de Latinoam¨¦rica, con presencia en toda la regi¨®n y en Espa?a. El Fondo cuenta con un enorme cat¨¢logo, que incluye m¨¢s de 10.000 obras, entre ellas las de 65 Premios Nobel.
¡°El cambio de vocaci¨®n del Fondo me parece radical y equivocado, porque el Fondo tuvo como orientaci¨®n la publicaci¨®n de libros dirigidos a la educaci¨®n media y superior, para formaci¨®n de profesionales que M¨¦xico necesitaba para diversas ¨¢reas del desarrollo del pa¨ªs, Permitir que los universitarios accedieran a ese conocimiento, a buenas traducciones y a precios accesibles. Ahora Taibo le da un giro asistencialista¡±, dice Ocho Sandy. ¡°El FCE no ha tenido un incremento presupuestario anual relevante y al obligarlo a publicar este nuevo tipo de materiales se reducir¨¢ el presupuesto que se dedica a los libros que por vocaci¨®n tiene el compromiso de publicar, afecta de manera dr¨¢stica al cat¨¢logo de la editorial¡±, agrega. El periodista tambi¨¦n pone en duda la calidad editorial de las obras publicadas por el FCE bajo la Administraci¨®n actual. ¡°Taibo nos ha hecho creer que vende libros baratos, pero son caudernillos de lectura con papel de baja calidad, mal impresos en mayor¨ªa de los casos, que son de costo min¨²sculos y que vende a cuatro veces m¨¢s. Ha enfrentado el grave problema de que la gente no los ha comprado y tiene muchos en bodega¡±, dice.
A las cr¨ªticas se une Tom¨¢s Granados, quien fue gerente editorial del FCE, para quien la nueva reforma transforma a la instituci¨®n de una editorial especializada a un organismo con una clara visi¨®n populista. ¡°El cambio de trayectoria ya ocurre y ahora atiende a un mercado del libro distinto. Durante ocho d¨¦cadas el Fondo se quiso constituir como una gran editorial de ciencias sociales, econom¨ªa, filosof¨ªa y este cambio est¨¢ anulando muchas de esas ciencias, como las humanidades y sociales en beneficio de la literatura. Hay ya muchas editoriales literarias, pero ha habido pocas que hagan divulgaci¨®n cient¨ªfica. Eso es lo preocupante¡±, explica Granados. El editor, que aplaude las iniciativas que intentan llevar el libro a nuevos p¨²blicos, cuestiona que ese no debe ser el objetivo del FCE. ¡°Se debe crear un sistema s¨®lido de bibliotecas p¨²blicas y esa es una acci¨®n gubernamental, pero que se ha olvidado. Lo raro ahora es convertir una instituci¨®n con una cierta fortaleza y gran trayectoria en un mecanismo que atienda esto. Esa no es su funci¨®n¡±, reitera.
Aunque el decreto oficial a¨²n no se ha aprobado, desde la direcci¨®n del FCE esperan que no lleve m¨¢s tiempo, porque es un proyecto que la actual Administraci¨®n de L¨®pez Obrador ha trabajado desde el inicio de sexenio. Paco Ignacio Taibo II ha salido en defensa de su estrategia y ha criticado a sus detractores. ¡°Llevamos cuatro a?os haciendo este trabajo y ?no se enteraron? Estamos intentando unificar el sector del libro para darle m¨¢s poder. Hicimos una pol¨ªtica de bajar los precios. Comparemos los libros producidos por transnacionales y los publicados por el Fondo, con los mismos costos de producci¨®n, con los mismos costos de producci¨®n. El Fondo los tiene un tercio m¨¢s baratos de lo que estaban llegando a M¨¦xico. Pues s¨ª, lo hicimos porque nos parec¨ªa que el precio de los libros era un obst¨¢culo para la lectura y que un adolescente no llega al libro que le gustar¨ªa leer o comprar. Y entonces bajamos el precio y nos fue muy bien¡±, dice Taibo en la terraza de la librer¨ªa Rosario Castellanos, sede del FCE en Ciudad de M¨¦xico.
El director afirma que adem¨¢s de ampliar el cat¨¢logo del Fondo a libros de ficci¨®n, la instituci¨®n no ha dejado de publicar obras de Filosof¨ªa, Econom¨ªa, Derecho, ciencias duras. ¡°Hemos metido un empuje en t¨¦rminos de bajar el precio de libros de divulgaci¨®n de la ciencia¡±, afirma. Ante las cr¨ªticas sobre nuevas reformas que ha preparado para ampliar las acciones del FCE, Taibo reafirma que es una estrategia que permite ampliar la producci¨®n de libros y su divulgaci¨®n. Se trata, dice, de fusionar esfuerzos y centralizarlos bajo el paraguas del Fondo. Lo que incluye la fusi¨®n del trabajo de la extinta Direcci¨®n General de Publicaciones y la red de librer¨ªas Educal, que distribuye literatura especializada. ¡°El decreto es para nosotros el hecho natural y consumado de algo que venimos haciendo hace cinco a?os. Los medios conservadores, partidarios del bombardeo, ven ahora una oportunidad de sumar un elemento m¨¢s de agravio, pero lo que no veo es que los cr¨ªticos, algunos de ellos que pasaron por la administraci¨®n p¨²blica, por el Fondo, se hayan preocupado por hacer accesibles los libros a los ciudadanos¡±, responde Taibo a sus detractores. Mientras se espera que el controvertido decreto presidencial vea pronto la luz, la controversia est¨¢ al rojo vivo en el mundo editorial mexicano.
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