L¨®pez Obrador, a las familias de los 43: ¡°Yo no soy Pe?a Nieto, yo no encubro¡±

El Gobierno acelera pol¨ªticamente las pesquisas del caso Ayotzinapa, en un intento de cerrar la investigaci¨®n con cierta dignidad. Los resultados de los ¨²ltimos meses han sido escasos, m¨¢s all¨¢ de avances m¨ªnimos en los procesos contra algunos detenidos. Desde Palacio Nacional se insiste mientras tanto en priorizar las b¨²squedas. Como dijo esta semana el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, lo m¨¢s importante es dar con el paradero de los muchachos. Ahora mismo, el hallazgo de restos de los 43 ser¨ªa lo ¨²nico que podr¨ªa cambiar una situaci¨®n adversa para el mandatario, enfrentado a las familias de los estudiantes.

Este mi¨¦rcoles, L¨®pez Obrador recibi¨® a las familias de los normalistas desaparecidos para tratar de acercar posturas. Un pu?ado de documentos de espionaje militar, claves a entender de las familias para avanzar en el caso, han provocado una distancia con el presidente, que ahora mismo parece insalvable. EL PA?S ha podido reconstruir el tono y el contenido de esta reuni¨®n, gracias a personas que estuvieron presentes. Fue un encuentro a ratos r¨ªspido, que a punto estuvo de saltar por los aires, cuando las familias insistieron en la entrega de estos documentos. ¡°?Yo no soy Pe?a Nieto!¡±, lleg¨® a exclamar el mandatario, ¡°yo no encubro¡±.

La ronda de reuniones empez¨® el martes. Las familias de los 43 acudieron a una junta con Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos y encargado de la comisi¨®n presidencial para el caso Ayotzinapa, uno de los equipos que investiga actualmente el asunto. En la junta, Encinas dedic¨® varias horas a explicar el contenido del segundo informe de la comisi¨®n. ¡°Es un trabajo m¨¢s profesional que hace un buen recuento de todo lo que ha sido el proceso, incluyendo los hechos y la parte de la verdad hist¨®rica¡±, dice una de las personas presentes.

Encinas dej¨® de lado la parte m¨¢s pol¨¦mica del primer informe, el paquete de m¨¢s de 400 mensajes que integrantes de la red criminal de Iguala, lugar del ataque, intercambiaron supuestamente durante y despu¨¦s de la embestida, entre el 26 de septiembre de 2014 y los d¨ªas y semanas posteriores. Los mensajes, fotograf¨ªas en realidad de las pantallas de los celulares donde supuestamente se recibieron, dibujaban el destino final de los normalistas. En uno de los casos, por ejemplo, se se?alaba que el comandante de uno de los dos batallones del Ej¨¦rcito de Iguala en la ¨¦poca, Jos¨¦ Rodr¨ªguez, hab¨ªa ordenado matar a un grupo de los 43, cautivos durante d¨ªas desde el ataque.

La imposibilidad de comprobar la veracidad de los mensajes forz¨® a la comisi¨®n a desecharlos. Encinas y su equipo, igual que el grupo de expertos independientes que investig¨® el caso hasta julio pasado, el GIEI, han criticado siempre la maniobra masiva de ocultaci¨®n del Gobierno anterior, dirigido por Enrique Pe?a Nieto (2012-2018). El intento de la vieja Fiscal¨ªa, comandado por Jes¨²s Murillo Karam, actualmente en la c¨¢rcel, y su mano derecha sobre el terreno, Tom¨¢s Zer¨®n, de cerrar el caso r¨¢pido, provocaron un da?o a las pesquisas dif¨ªcil de reparar. Hasta el punto de que hoy en d¨ªa se ignora todav¨ªa lo ocurrido durante buena parte del ataque.

La teor¨ªa de la comisi¨®n a estas alturas, se?al¨® Encinas en la reuni¨®n, es que el grupo criminal Guerreros Unidos, apoyados en la acci¨®n de polic¨ªas municipales de Iguala y otros municipios, y la acci¨®n u omisi¨®n de otros cuerpos de seguridad, como la Fiscal¨ªa del Estado, la Polic¨ªa Federal, o el Ej¨¦rcito, separ¨® a los 43 estudiantes desaparecidos en grupos y escondi¨® sus cad¨¢veres en diferentes puntos de la geograf¨ªa del centro del Estado de Guerrero. La cuesti¨®n es d¨®nde y si los criminales, visto el esc¨¢ndalo generado entonces, cambiaron los restos de sitio una o m¨¢s veces.

Las familias escucharon con atenci¨®n y mencionaron al final su gran inter¨¦s, pr¨¢cticamente ausente del informe, por los documentos que recogen el espionaje del Ej¨¦rcito en la ¨¦poca, a Guerreros Unidos y aliados. Para ellos, este punto es clave. Hasta el momento se conocen dos de esos documentos, que recogen conversaciones de criminales y autoridades, en las que mencionan el posible destino de los estudiantes. Por las pesquisas del GIEI, las familias asumen que hay m¨¢s documentos por el estilo y que el espionaje deb¨ªa, por fuerza, ser continuado, no algo circunstancial, que de casualidad top¨® con estos intercambios de mensajes.

A este reclamo, Encinas, que habita posturas distintas sobre el Ej¨¦rcito de las que maneja L¨®pez Obrador, dio la raz¨®n a las familias. Entendi¨® que ese era el punto y se mostr¨® emp¨¢tico. El entendimiento del presidente de la comisi¨®n a este reclamo no ha surtido efecto de momento en L¨®pez Obrador.

La reuni¨®n con el presidente

El mi¨¦rcoles, las familias llegaron a Palacio Nacional. Encinas present¨® de nuevo el informe, aunque de manera m¨¢s breve. M¨¢s tarde tom¨® la palabra el fiscal especial para el caso, Rosendo G¨®mez Piedra, que habl¨® brevemente del estado de algunas de las acusaciones en las que han estado trabajando ¨²ltimamente. Ah¨ª, la cr¨ªtica de los padres apunt¨® al caso del general Rafael Hern¨¢ndez. Comandante entonces del otro batall¨®n que funcionaba en Iguala, la Fiscal¨ªa acusa a Hern¨¢ndez de delincuencia organizada por su presunta colaboraci¨®n con Guerreros Unidos.

Las familias criticaban que el general ha logrado que el juez cambie la medida cautelar en su contra. Hern¨¢ndez vivir¨¢ el proceso en libertad, gracias a un informe de la Guardia Nacional, que se?alaba que no hay riesgo de que se fugue. El juez mand¨® al general a casa. Las familias critican esta decisi¨®n y pidieron cuentas a G¨®mez Piedra, con el miedo, adem¨¢s, que el resto de militares relacionados con el caso, una quincena, entre ellos el general Jos¨¦ Rodr¨ªguez, obtengan beneficios parecidos.

La situaci¨®n empez¨® a ponerse tensa cuando las familias tomaron la palabra y exigieron al presidente que el Ej¨¦rcito entregue los documentos solicitados. Como dijo el jueves en rueda de prensa, L¨®pez Obrador se?al¨® que ya se hab¨ªa entregado todo y sugiri¨® que detr¨¢s de esta idea de que la Secretar¨ªa de la Defensa oculta informaci¨®n pod¨ªa haber un inter¨¦s de manipularlos.

Las familias se enfadaron. El presidente les pidi¨® que leyeran con atenci¨®n la informaci¨®n que les hab¨ªan dado, en referencia al informe de Encinas, y las familias contestaron que ellos le¨ªan, que no se dejaban manipular. La reuni¨®n fue subiendo de tono, hasta el punto de que L¨®pez Obrador, cuidadoso siempre con sus cr¨ªticas al PRI, exclam¨® que ¨¦l no era Pe?a Nieto y no encubr¨ªa a nadie. Los padres y madres de los 43 contestaron que ¨¦l no encubr¨ªa, pero el Ej¨¦rcito s¨ª.

No hab¨ªa margen de mejora. Las familias sacaron entones un documento que resume sus peticiones sobre los documentos, los ¡°cerfis¡±, como les llaman ellos, en referencia al Centro Regional de Fusi¨®n de Inteligencia, regi¨®n centro, que funcionaba en la ¨¦poca en Iguala. Los documentos son parte de la burocracia generada por este organismo entonces. A L¨®pez Obrador no le gust¨® que las madres y padres quisieran convertir la reuni¨®n en un intercambio de oficios y se?al¨®, airado, que al d¨ªa siguiente les contestar¨ªa por escrito.

La mediaci¨®n de otras personas presentes consigui¨® que los ¨¢nimos se calmaran. Fue entonces cuando el presidente propuso que volvieran el lunes. El propio Encinas, junto a la secretaria de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana, Rosa Icela Rodr¨ªguez, la de Gobernaci¨®n, Luisa Mar¨ªa Alcalde, y el fiscal G¨®mez Piedra, les recibir¨ªan. El plan es ganar tiempo, aunque no est¨¢ claro para qu¨¦. Las familias manejan un listado muy claro de los documentos que faltan. El presidente ha dicho que se va a revisar todo, pero se?ala, a la vez, que se ha entregado todo. La reuni¨®n del lunes marcar¨¢ el futuro de la relaci¨®n y del caso.

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