Asesinatos, desapariciones y narco: la pesadilla criminal de Zacatecas
La matanza de seis j¨®venes pone al descubierto c¨®mo el crimen organizado impone su ley en un Estado azotado por la violencia y la guerra de carteles
Eran siete amigos y primos que se conoc¨ªan de la escuela y pasaban juntos la noche del s¨¢bado en un rancho en la comunidad de Malpaso, municipio de Villanueva, Zacatecas. Todos ten¨ªan entre 14 y 18 a?os. Un grupo de hombres armados rompi¨® la calma de la madrugada disparando al aire. Se llevaron a todos los adolescentes, todav¨ªa descalzos. Enviaron un video a sus familias en el que se ve¨ªa a los j¨®venes caminando por un cerro. Extorsionaron a los parientes. Los amenazaron para que no acudieran a las autoridades. Pero sus madres y sus padres cortaron carreteras y alzaron la voz para exigir justicia: quer¨ªan volver a ver a sus hijos con vida. Los secuestradores mataron a seis de los muchachos y abandonaron los cuerpos en una zona ¡°de dif¨ªcil acceso, ya que no hay caminos¡±, asegur¨® la Fiscal¨ªa estatal un par de d¨ªas m¨¢s tarde. Solo uno sobrevivi¨®.
La brutalidad del crimen ha estremecido al pa¨ªs y ha vuelto a dejar a las claras una realidad incontestable: la delincuencia organizada hace y deshace a su antojo en muchas regiones de M¨¦xico. Zacatecas es una zona caliente, cruce de caminos en el tr¨¢fico de droga hacia Estados Unidos: un territorio disputado por los carteles. La tragedia m¨¢s reciente es el ¨²ltimo eslab¨®n de una cadena de enfrentamientos armados, secuestros y asesinatos que se extiende desde hace casi dos d¨¦cadas, pese a los esfuerzos de las autoridades por contener la espiral de violencia desatada por la guerra entre carteles. Alrededor de 6.500 elementos del Ej¨¦rcito, la Guardia Nacional y la Secretar¨ªa Federal de Seguridad P¨²blica est¨¢n desplegados en el Estado, seg¨²n cifras oficiales publicadas el mes pasado.
En agosto fueron secuestrados y despu¨¦s hallados muertos cinco polic¨ªas en Villa Hidalgo. Ese mismo mes, un enfrentamiento entre carteles oblig¨® a la suspensi¨®n de clases y a que la poblaci¨®n tuviera que resguardarse en sus casas en Cuauht¨¦moc. En septiembre, se encontraron en Guadalupe cuatro cabezas humanas abandonadas en bolsas de pl¨¢stico. Un ni?o de 14 a?os muri¨® cuando un comando embosc¨® a un grupo de la Fiscal¨ªa estatal. Las autoridades encontraron tres asesinados envueltos en cobijas en Villanueva. Una masacre en una cancha de rebote en Guadalupe dej¨® seis muertos. Aunado a los asesinatos, las desapariciones se encaminan a batir los registros hist¨®ricos: hubo 720 en los primeros ocho meses del a?o, el mismo n¨²mero que en todo 2021.
El presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha reconocido este jueves un alza repentina de los homicidios en los ¨²ltimos d¨ªas ante los hechos violentos en Zacatecas y Nuevo Le¨®n, donde se encontraron los restos de 12 personas esta semana. ¡°Es lamentable¡±, ha dicho el mandatario sobre el hallazgo de los cuerpos de seis de los siete j¨®venes raptados en el municipio de Villanueva.
La ola de violencia ha creado un agujero negro pr¨¢cticamente impenetrable para los acad¨¦micos y periodistas ante un mapa de violencia que cambia constantemente y no admite juicios categ¨®ricos. Un estudio del Programa de Drogas del Centro de Investigaci¨®n y Docencia Econ¨®micas (CIDE) arrojaba en 2020 que al menos seis carteles ten¨ªan presencia activa en el Estado: desde las grandes organizaciones ¡ªcomo el Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG), el Cartel de Sinaloa y el Cartel del Noreste¡ª hasta c¨¦lulas criminales m¨¢s peque?as. Est¨¢n, por ejemplo, Los Cabrera y la Operativa MZ, el brazo armado bajo las ¨®rdenes de Ismael El Mayo Zambada, bajo la sombrilla del Cartel de Sinaloa, pero tambi¨¦n Los Talibanes, antiguos miembros de Los Zetas y ahora aliados del Cartel del Noreste.
¡°Zacatecas es el lugar donde mejor se plasma c¨®mo la fragmentaci¨®n de los grupos criminales se traduce en violencia¡±, se?ala Carlos P¨¦rez Ricart, acad¨¦mico del CIDE. El especialista explica que la ausencia de un grupo hegem¨®nico abre campo para las disputas territoriales y las demostraciones de poder para intimidar a los rivales, pero reconoce que no est¨¢ claro c¨®mo interact¨²an las organizaciones criminales, sus facciones, sus aliados y sus rivales.
P¨¦rez Ricart enlista varias nociones compartidas entre quienes han estudiado el fen¨®meno del narco en Zacatecas: su condici¨®n de territorio de paso; la lucha permanente entre estos grupos; la cooptaci¨®n de las autoridades estatales y locales, y la presencia de otros mercados ilegales ajenos al tr¨¢fico de drogas, como el cobro de derecho de piso y negocios como la explotaci¨®n de minerales. Tambi¨¦n est¨¢ el term¨®metro de la violencia percibida por los ciudadanos: nueve de cada diez zacatecanos se sienten inseguros en las principales ciudades donde viven, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (INEGI). En sitios como Fresnillo, uno de los principales focos de violencia, no hay una incidencia excesiva de robos, pero s¨ª hay una percepci¨®n de vulnerabilidad constante por la crudeza de los delitos. ¡°No porque te roban, sino porque te matan¡±, afirma P¨¦rez Ricart.
Para Miguel Moctezuma, zacatecano y miembro del Programa de Seguridad Global de la Universidad de Oxford, el de Villanueva es un caso muy complejo y es dif¨ªcil establecer un diagn¨®stico. El acad¨¦mico, experto en las din¨¢micas de violencia de su tierra, considera, sin embargo, que el escenario m¨¢s probable es que los siete adolescentes fueran da?os colaterales en una batalla entre mafias que buscaban ¡°calentar la plaza¡±.
El caso de Villanueva recuerda la desaparici¨®n de cinco j¨®venes en Lagos de Moreno, en el vecino Estado de Jalisco, y ha puesto en la mira los estragos de la violencia, espec¨ªficamente entre los hombres j¨®venes. En 2022 hubo 1.432 homicidios en Zacatecas: 1.261 de las v¨ªctimas eran hombres y 621 eran varones menores de 30 a?os, seg¨²n el INEGI. Las cifras han dado pie a varias hip¨®tesis sobre el papel que tiene el reclutamiento de los carteles en el fen¨®meno de violencia que arrasa al pa¨ªs y su impacto en este grupo poblacional.
P¨¦rez Ricart habla de un perfil demogr¨¢fico protot¨ªpico de los reclutas que se replica en toda Latinoam¨¦rica: abrumadoramente hombres, de 17 a 24 a?os, que viven en zonas urbanas pobres, carentes de oportunidades y que en muchos casos sobrevivieron un impacto de bala. Al mismo tiempo, es tambi¨¦n un retrato robot de quienes son m¨¢s vulnerables a la violencia armada. El especialista asegura que esta franja de la poblaci¨®n tiene 70 veces m¨¢s probabilidades de morir que el resto de los habitantes de M¨¦xico.
¡°Hay casos en Zacatecas de reclutamiento forzado, pero esa idea se rompe porque uno de los padres de familia reportaba que pidieron un rescate, as¨ª que todo indica que se trat¨® de un secuestro¡±, sostiene Moctezuma. La tesis del investigador es que una ¡°ejecuci¨®n planeada¡± es altamente improbable porque en esos casos, ¡°los grupos como patr¨®n buscan lugares de alta accesibilidad y poca visibilidad: quieren llegar muy r¨¢pido desde el lugar del secuestro y no ser vistos¡±. Al contrario de lo que sucedi¨® esta vez.
El caso ha puesto tambi¨¦n bajo escrutinio el papel del Estado frente a la violencia. En zonas como Villanueva, asegura Moctezuma, el abandono estatal es notable. ¡°Son espacios de vac¨ªo, falta el Estado de derecho, servicios¡ En esos espacios usualmente llegan estos grupos [criminales] a esconderse y no solamente viven all¨ª, sino que hacen lo que se llama legitimidad de resultados: acciones que les permiten colocarse en esas poblaciones como proveedores, administradores de justicia, patrocinan cosas¡¡±. En resumen: se convierten en Gobierno de facto.
En contraparte, alrededor de la mitad de los zacatecanos no conf¨ªan en las polic¨ªas estatales ni municipales, seg¨²n el INEGI. ¡°Cuando llegan las autoridades no hay un incentivo para la poblaci¨®n [de apoyar al Gobierno], porque el Gobierno no estaba all¨ª, los proveedores son los otros, y por supuesto est¨¢ el factor del miedo¡±, se?ala Moctezuma. El problema surge cuando un cartel rival llega a la zona y trata de hacer lo mismo. ¡°En algunos casos, llegan grupos contrarios y calientan la plaza: secuestran y dicen que lo hacen a nombre del cartel que estaba ah¨ª anteriormente. Rompen de forma r¨¢pida la legitimidad que hab¨ªa estado construyendo el grupo anterior¡±. Esa es la hip¨®tesis que el investigador ve m¨¢s probable, ¡°pero es muy complicado asegurarlo¡±.
P¨¦rez Ricart discrepa de la idea de la ausencia del Estado y asegura, en cambio, que el narco se apoya en las instituciones estatales y en su capacidad de cooptarlas para subsistir y formar redes de colaboraci¨®n. ¡°El crimen organizado no se entiende sin el Estado¡±, afirma. La corrosi¨®n de las corporaciones locales hace que la Guardia Nacional funcione en los hechos como un ¡°sustituto de la polic¨ªa municipal¡±.
A pesar de que las autoridades federales han lanzado una estrategia para frenar el avance de los grupos criminales y crear per¨ªmetros de seguridad en las zonas m¨¢s violentas de Zacatecas, P¨¦rez Ricart apunta que ha faltado ahondar en la investigaci¨®n para entender mejor c¨®mo se genera la violencia y dar golpes de precisi¨®n m¨¢s all¨¢ de las medidas de contenci¨®n.
Zacatecas sigue buscando respuestas a una crisis profunda y prolongada. En los ¨²ltimos cinco a?os ha habido 4.548 v¨ªctimas de homicidio y feminicidio, y 2.371 personas que han sufrido secuestros, detenciones ilegales y otros delitos contra la libertad, seg¨²n un seguimiento de M¨¦xico Unido contra la Delincuencia a partir de datos oficiales. En un Estado con m¨¢s de 3.600 desaparecidos, un nuevo crimen ha vuelto a estremecer a un pa¨ªs que cre¨ªa haberlo visto todo.
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