El juez procesa a siete militares por la matanza de mayo en Nuevo Laredo
Acusados de asesinato, seis de los siete viven presos en una c¨¢rcel militar desde junio. El s¨¦ptimo, el cabo Juli¨¢n N, sigue en libertad, en su cuartel, y solo tendr¨¢ que ir a firmar al juzgado peri¨®dicamente
El juez ha procesado a siete militares por la matanza de mayo en Nuevo Laredo, en la frontera del Estado de Tamaulipas con Texas. En una audiencia celebrada este mi¨¦rcoles por la tarde en Reynosa, el juzgador ha estimado los argumentos de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) y ha dado dos meses a las partes para que se preparen, antes de iniciar la siguiente etapa del proceso, cuando se presentar¨¢n las pruebas. La Fiscal¨ªa acusa a los siete del asesinato a balazos de cuatro hombres y del intento de asesinato de un quinto, a quien golpearon, que muri¨® por un traumatismo en el t¨®rax.
La nota extra?a de la audiencia la ha protagonizado uno de los siete militares acusados, el cabo Juli¨¢n N, que seguir¨¢ su proceso en libertad, a pesar de la gravedad de los delitos que se le imputan. Los otros seis viven presos desde junio, detenidos entonces por la Fiscal¨ªa militar, por la supuesta comisi¨®n de delitos del fuero castrense. En resumen, ahora mismo hay 16 militares presos en una c¨¢rcel militar, todos acusados de delitos contra la justicia militar por este caso. Seis de los 16 enfrentan adem¨¢s acusaciones de asesinato e intento de asesinato en el fuero civil. Un s¨¦ptimo, el cabo Juli¨¢n N, est¨¢ acusado de esto ¨²ltimo, pero vive libre. El cabo tendr¨¢ que ir a firmar al juzgado cada semana.
Ocurrido el 18 de mayo, el caso se convirti¨® en un esc¨¢ndalo el mes siguiente, cuando EL PA?S public¨® un v¨ªdeo de lo ocurrido, refutando la versi¨®n oficial, que se?alaba la muerte de los civiles, presuntos criminales, en un extra?o intercambio de disparos. En el v¨ªdeo, se ve¨ªa c¨®mo los militares sacaban a los civiles de una camioneta negra, los desarmaban, los golpeaban y luego los hincaban junto al muro trasero de un centro comercial. Minutos m¨¢s tarde, varios de militares les disparaban. Una c¨¢mara del centro comercial instalada en el muro recogi¨® lo ocurrido.
Adem¨¢s del cabo Juli¨¢n N, los acusados son el teniente Jos¨¦ Luis N, los sargentos Benito N, ?ngel N y Armando N, y los cabos Filiberto N y Carlos N. La Fiscal¨ªa se?ala al sargento Benito N del asesinato de dos de los cinco, por el hallazgo de trozos de casquillo de proyectiles disparados por su arma en sus cuerpos. La agencia investigadora apunta a los otros seis por el asesinato de otros dos, muertos igualmente a balazos. Adem¨¢s, acusa a los siete del intento de asesinato del quinto civil, que muri¨® de un golpe en el t¨®rax, provocado por el accidente que tuvo la camioneta en la que viajaban. En el v¨ªdeo del d¨ªa de los hechos, se ve c¨®mo la camioneta, que huye de los militares, se estrella contra el muro trasero del centro comercial. La acusaci¨®n de intento de asesinato apunta a los golpes que los militares le habr¨ªan propinado justo despu¨¦s.
Este caso, igual que muchos otros antes, ha generado pol¨¦mica en M¨¦xico, por las visiones encontradas que provoca el actuar militar. El pa¨ªs vive una crisis de inseguridad desde hace a?os, protagonizada en los medios por la capacidad armament¨ªstica creciente de los grupos criminales y la impunidad con la que pasean su poder. Para muchos, los militares actuaron como deb¨ªan, pues enfrentan habitualmente grupos de criminales organizaos con una alta capacidad de fuego. De hecho, ese 18 de mayo, los civiles cargaban al menos un fusil calibre 50. Desde el punto de vista legal, sin embargo, su comportamiento el d¨ªa de los hechos es constitutivo de delito, de acuerdo a la interpretaci¨®n de la Fiscal¨ªa.
El v¨ªdeo que recoge lo ocurrido, una rareza en estos a?os de guerra contra el crimen, ilumina la parte final de una persecuci¨®n de un convoy de tres veh¨ªculos militares a la camioneta negra, en la que circulan los civiles armados. En su huida, la camioneta choca contra el muro. Una tanqueta militar, conocida como sandcat, se acerca. Militares bajan de ella y apuntan a la camioneta. Otros elementos se acercan a pie. Sacan a los civiles, los golpean, los hincan junto al muro. A algunos los esposan.
Luego inicia una parte confusa. 200 metros al norte de all¨ª, militares y civiles a bordo de otras camionetas iniciaron un tiroteo. Han pasado apenas unos minutos. El convoy castrense se ha partido. Algunos se han quedado junto a la camioneta negra chocada y otros se encargan de sus compinches. La balacera hace que los militares de la camioneta negra busquen refugio. En medio del caos, algunos de ellos disparan supuestamente contra los civiles, todav¨ªa hincados junto al muro. Cuatro de los cinco murieron all¨ª y otro muri¨® poco despu¨¦s en el hospital.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.