La batalla por la Capital
Es posible afirmar que un perfil como el de Clara Brugada reactivar¨¢ los reflejos de esos que propinaron la derrota a Sheinbaum en 2021
Sin histrionismos del nivel que se presentan en Nuevo Le¨®n, la ciudad de M¨¦xico vive tambi¨¦n un clima de confrontaci¨®n pol¨ªtica que tiene entrampadas desde leyes hasta nombramientos. Es tambi¨¦n el pr¨®logo de la batalla por la CDMX que dos bandos disputar¨¢n en 2024.
Esta semana colaps¨® la posibilidad de ratificar a la fiscala de la Ciudad y el plan de desarrollo urbano trastabilla entre genuinos cuestionamientos de vecinos que reclaman ilegalidades en el proceso y desd¨¦n gubernamental hacia su leg¨ªtima pretensi¨®n de ser tomados en cuenta.
En la forma en que la oposici¨®n bloque¨® a la fiscal Ernestina Godoy, que tendr¨¢ que salir por la puerta trasera de la historia luego de un r¨¦cord de cuestionad¨ªsimas diligencias, hay desde verdadero equilibrio de poderes y rendici¨®n de cuentas, hasta oportunismo electoral rumbo al 4 de junio.
Porque las fuerzas protagonistas de ese choque legislativo son aquellas con verdadera posibilidad competitiva en las urnas, cuyos abanderados han empezado a dar color sobre lo que se avecina en sus respectivas precampa?as.
Clara Brugada intentar¨¢ romper el mito de que el lopezobradorismo es historia en la ciudad que tanto ha aportado a ese movimiento. Y como es t¨ªpico de la casa, doblan la apuesta: ella personifica una reivindicaci¨®n de eso que fue mayoritariamente rechazado por los capitalinos en las urnas en 2021.
La forma en que se hizo de la candidatura, con cuadros que ruidosamente rechazaron al exjefe de la polic¨ªa Omar Garc¨ªa Harfuch, redonde¨® el perfil de Brugada como la quintaesencia de la izquierda chilanga, de corte activista y popular, nada aspiracionista y orgullosamente radical.
Esa fortaleza ser¨¢ su gran h¨¢ndicap frente a sectores que temen que en la capital se entronice un gobierno que, en su opini¨®n, privilegie el comercio en v¨ªa p¨²blica, los derechos sin contrapeso en las obligaciones, ¡°hacer justicia¡± m¨¢s que aplicar la ley, y erario que dispensa apoyos sin crear inversi¨®n.
Una candidatura polarizadora, que despida aroma de momento de revancha, de que ha llegado el tiempo del avasallamiento de unos a favor de aquellos que por d¨¦cadas fueron desplazados del desarrollo y el progreso tendr¨¢ mucha legitimidad en Morena, pero poca o nula fuera de esa militancia.
La precandidata oficialista no ha dado pasos suficientes para proyectar una imagen que logre el equilibrio que aumente, en vez de cerrar, opciones de triunfo. A diferencia de la Claudia Sheinbaum, no ha enfatizado los mensajes de apertura a sectores resentidos con las pol¨ªticas y el actuar de AMLO.
Pareciera no haber entendido que una cosa fue que la rebeli¨®n interna le facilit¨® la candidatura al hacer inviable al exsecretario de Seguridad Omar Garc¨ªa Harfuch, y otra muy distinta que el lopezobradorismo haya remontado las causas de su derrota en las urnas chilangas hace dos a?os y medio.
Igualmente, no parece dimensionar que Omar era pasable para clases medias y altas que ver¨ªan en su perfil no tan militante a alguien que no amenazaba el statu quo. Es decir, todo lo que no sienten de Brugada, de quien en t¨¦rminos generales solo aprecian su combativa imagen de activista popular.
En ese tenor, es posible afirmar que un perfil como el de Clara reactivar¨¢ los reflejos de esos que propinaron la derrota a Sheinbaum en 2021.
Brugada podr¨ªa llevar a las urnas a un porcentaje extra de electores que votar¨¢n desde el temor. Si en la elecci¨®n anterior esos fueron a castigar, ahora ir¨¢n para prevenir.
Sheinbaum es un buen ejemplo si Clara quiere ver lo que debe hacerse para intentar una reconciliaci¨®n con segmentos que no perdonan el manejo de la pandemia, los agravios contra acad¨¦micos amenazados con c¨¢rcel, de familias con ni?os con c¨¢ncer tratados como golpistas, y un largo etc¨¦tera.
La precandidata presidencial lleva desde septiembre, cuando asumi¨® la estafeta y la responsabilidad para lograr un segundo gobierno de Morena, cimentando un camino con promesas de concordia y di¨¢logo m¨¢s all¨¢ del lopezobradorismo.
La exjefa de gobierno act¨²a, con cuidado pero tambi¨¦n con puntualidad, bajo la l¨®gica de que no todos los adversarios de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador tienen que ser en autom¨¢tico suyos.
Algo de eso que algunos le critican como una moderaci¨®n fingida ¨Cel reeditar invitaciones a la campa?a a gente que ya hab¨ªa abandonado el barco-- es leg¨ªtimo: Claudia sabe que es de su inter¨¦s personal, si quiere ganar, ir por cuantos votos sean posibles m¨¢s all¨¢ de la base morenista.
Por eso el esfuerzo que pone en sumar medi¨¢ticamente a actores que le arropen, como ocurri¨® el domingo 3 en el Museo Interactivo de Econom¨ªa, donde invit¨® al templete a perfiles que dif¨ªcilmente avalar¨ªan el trabajo (es un decir) de cuadros como el de Hugo L¨®pez-Gatell.
En lo local Brugada no ha hecho ¨Co no se nota-- ni remotamente ese esfuerzo. La presentaci¨®n el domingo del equipo que le acompa?ar¨¢ se qued¨® muy lejos de impactar positivamente, o de desvanecer los recelos, si se quiere, entre aquellos que deplorar¨ªan vivir en una ciudad sin pluralidad.
Por eso mismo, a ¨²ltimas fechas parece haber recuperado br¨ªo la opci¨®n opositora. Si el oficialismo se radicaliza, la alternativa goza de una nueva oportunidad, as¨ª se llame Santiago Taboada su abanderado y provenga de una veta desacreditada por corrupci¨®n inmobiliaria.
Muchas veces las elecciones se ganan con los votos de quienes buscan ejercer un rechazo antes que una afirmaci¨®n. Taboada ha quedado en posibilidad de cachar todos los sufragios de quienes aborrezcan la idea de que no solo tendr¨¢n un sexenio de m¨¢s de lo mismo sino recargado.
La coalici¨®n panista-priista-perredista ha logrado mostrar su fuerza en el Congreso local y salvo la excepci¨®n de la Cuauht¨¦moc, donde se equivocaron hace tres a?os de candidata y ahora todos padecen las consecuencias de esa negligencia, tienen demarcaciones que podr¨¢n presumir como funcionales.
Mas Taboada tambi¨¦n ha de cambiar su perfil si quiere ir m¨¢s all¨¢ de ser la opci¨®n del rechazo. Es hoy por hoy un personaje que propone una aberraci¨®n si de gobernar la gran urbe se trata: sus spots hablan de un personaje de coto; es y solo es en funci¨®n de la Benito Ju¨¢rez, y con eso no alcanza.
Este candidato lidiar¨¢ con toda suerte de acusaciones por pertenecer al grup¨²sculo que durante lustros ha medrado con esa alcald¨ªa que hist¨®ricamente vota por el PAN. Tanto poder tan fuera de revisi¨®n es lo que ha llevado a algunos de sus personajes a encumbrarse y a otros a la c¨¢rcel.
Taboada no puede escapar a ese estigma, pero cierto es que los del PAN as¨ª ganaron la elecci¨®n pasada y que hoy no parece el mayor de sus problemas. ?ste es el de reconfigurarse para convencer de que los derechos ganados en la capital no sufrir¨¢n regresi¨®n y que pueden hacer que los servicios mejoren.
Vivir en la capital no tiene que ser el martirio al que sus habitantes se han acostumbrado. Repensar f¨®rmulas para que los servicios urbanos se vuelvan humanos y la vida no incluya tintes de supuesto estoicismo, puede convocar a millones de votantes agotados por la incapacidad gubernamental.
Benito Ju¨¢rez supone un reducto poco representativo de la capital como para ser presentado como curriculum vitae. Taboada parece, en efecto, un pol¨ªtico sectario, un ejemplar de una alcald¨ªa excepcional para mal: el alcalde nada emp¨¢tico en su circunstancia con los avatares del chilango promedio.
La ciudad tiene vocaci¨®n progresista y plural. Pas¨® del cristinapachequista aqu¨ª nos toc¨® vivir como reivindicaci¨®n de lucha al orgullo chilango a prueba de todo: de temblores y malos gobiernos, de caos vial y ajuste de cuentas en demarcaciones donde el derecho de piso es tan real como en Texcapilla...
Movimiento Ciudadano, por si hiciera falta decirlo, no tendr¨¢ opci¨®n porque su candidato, con un perfil que merece una oportunidad en otro espacio, quedar¨¢ atrapado por el choque de dos fuerzas que har¨¢n de la elecci¨®n un referendo.
Falta mucho por hacer por los que menos tienen. Brugada podr¨ªa acelerar esa agenda, rebajar esa hist¨®rica deuda. Para lograrlo necesita de todas y todos los chilangos, de generar certidumbre para la inversi¨®n, y de conquistar a quienes ven con recelo un gobierno a¨²n m¨¢s popular.
Taboada, por su parte, tiene que ser algo m¨¢s que el candidato del cobro de factura por el avasallamiento pejista y por el desgaste de los gobiernos ligados a AMLO. Y tambi¨¦n convencer de que es un pol¨ªtico que privilegiar¨¢ a los pobres y los derechos de todos.
En esos t¨¦rminos se dar¨¢ la batalla.
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