Estados Unidos extradita a M¨¦xico a otro de los polic¨ªas implicados en la masacre migrante de Camargo
La Fiscal¨ªa de Tamaulipas confirma la entrega de Alan N, se?alado como parte del convoy que atac¨® a los migrantes, en 2021. La justicia ya conden¨® a 12 agentes por los asesinatos el a?o pasado
Estados Unidos ha extraditado a M¨¦xico a Alan N, exagente del Grupo de Operaciones Especiales (Gopes) de la polic¨ªa de Tamaulipas, por la masacre migrante de Camargo, perpetrada en enero de 2021. La Fiscal¨ªa del Estado ha confirmado a este diario la entrega. La dependencia acusa a Alan N del asesinato de 19 personas, la mayor¨ªa migrantes, entre otros delitos. La justicia del Estado de Tamaulipas conden¨® el a?o pasado a 12 polic¨ªas por la masacre.
Alan N es parte del grupo de ocho polic¨ªas que siguen sin ser juzgados. De hecho, el agente es el primer detenido de este grupo. Los otros siete siguen pr¨®fugos. La Fiscal¨ªa de Tamaulipas supo de ¨¦l gracias al testimonio de uno de los polic¨ªas condenados, Ismael V¨¢zquez, que accedi¨® a colaborar a cambio de que la agencia investigadora rebajara las acusaciones en su contra.
Seg¨²n V¨¢zquez, Alan N era el comandante de uno de los cuatro veh¨ªculos del Gopes que actuaron aquel d¨ªa en esa zona fronteriza de Tamaulipas con Texas. Concretamente, el agente iba de copiloto en una las mambas, especie de tanquetas urbanas de la polic¨ªa estatal. V¨¢zquez iba a bordo del mismo veh¨ªculo que ¨¦l. El agente arrepentido cuenta que su veh¨ªculo lleg¨® al lugar de los hechos cuando el ataque hab¨ªa empezado y otros compa?eros estaban disparando.
¡°Cuando nos bajamos, Alan dispar¨® hacia el frente, tambi¨¦n Gasparini, que iba de poste. Pensaron que s¨ª nos estaban agrediendo¡±, dice V¨¢zquez en su declaraci¨®n. Se refiere al momento en que su mamba lleg¨® a la escena del crimen y todos se bajaron. Cuando dice el poste, se refiere al agente que iba en la parte de arriba del veh¨ªculo, encargado de la ametralladora fijada al techo. ¡°Alan hizo como ocho disparos, m¨¢s o menos. De mi unidad ellos fueron los ¨²nicos que dispararon¡±, se?ala.
El testimonio sigue. V¨¢zquez refiere una conversaci¨®n entre Alan N y el poste. ¡°Alan le dijo ¡®?qu¨¦ esperas? Dispara¡¯. Gasparini contest¨®, ¡®pero es que no veo nada¡¯, Alan dijo, ¡®t¨² dispara¡¯. Y dispar¨®. Hizo como tres detonaciones. Yo ve¨ªa¡±, contin¨²a, ¡°que todos disparaban hacia la camioneta que estaba delante, la cual alcanc¨¦ a ver que ten¨ªa agujeros de bala. Pero de esa camioneta nadie disparaba. Los de las unidades de atr¨¢s tambi¨¦n estaban disparando, pero no s¨¦ cuantos, porque siempre estuve mirando hacia delante. Despu¨¦s escuch¨¦ que Alan le orden¨® a Gasparini que ya no disparara¡±, detalla.
Enfrente, como explica el testigo colaborador, hab¨ªa una camioneta llena de agujeros de bala. De las dos en que se trasladaban los migrantes, los polic¨ªas disparaban casi exclusivamente contra una de ellas. Muchas de las v¨ªctimas viajaban en ella. De las 19, dos eran mexicanas, supuestamente los gu¨ªas de los migrantes, o sus tratantes; una era de El Salvador y el resto de Guatemala. Muchos murieron en el acto, a otros los remataron despu¨¦s del primer ataque.
V¨¢zquez cuenta que, justo despu¨¦s de la primera r¨¢faga, Alan N le pidi¨® que le acompa?ara. ¡°Fuimos hacia donde estaba la camioneta pick up¡±, dice, en referencia a la que estaba llena de agujeros de bala. ¡°Vi que en la batea hab¨ªa una manta, una s¨¢bana, debajo algo se mov¨ªa. En la cabina algo se mov¨ªa tambi¨¦n¡±. Eran los migrantes que hab¨ªan sobrevivido, moribundos. Compa?eros suyos dijeron que otros hab¨ªan huido, as¨ª que Alan N orden¨® a V¨¢zquez y otra agente que fueran a buscarlos.
?l y su compa?era encontraron a uno de los huidos, malherido, a unos metros de all¨ª. Se comunicaron por radio con Alan y el resto de jefes, entre ellos Horacio Rocha, mando de los Gopes aquel d¨ªa. Alan N y Rocha llegaron donde estaba V¨¢zquez y les ordenaron que lo llevaran junto a la pick up. Obedecieron. V¨¢zquez cuenta tambi¨¦n que Alan, Rocha y otros agentes interrogaron a golpes a otra de las v¨ªctimas que, igual, hab¨ªa tratado de huir. ¡°Se alcanzaban a escuchar los golpes que le estaban dando, pero no alcanc¨¦ a o¨ªr lo que el se?or respond¨ªa, enseguida escuch¨¦ detonaciones y luego lo vi tendido en el piso boca abajo¡±, cuenta.
El relato concluye narrando c¨®mo Alan N, Rocha y el resto de comandantes de los veh¨ªculos se re¨²nen para decidir sus siguientes pasos. Seg¨²n V¨¢zquez, despu¨¦s del c¨®nclave, ¡°se escucharon m¨¢s detonaciones, como unos 10 tiros. Tuvo que ser alguno de ellos los que los remataron, los de la unidad de Rocha¡±. Otros compa?eros rociaron con fuego los cuerpos de los migrantes en la camioneta. Luego les prendieron fuego.
Todav¨ªa hoy, despu¨¦s de que concluyera el primer juicio por el caso Camargo, se ignora el m¨®vil de los agentes. No se sabe por qu¨¦ atacaron a los migrantes. ?Fue acaso una confusi¨®n, pensaron que eran criminales? ?O fue un castigo por no plegarse a la normativa criminal de la frontera, que exige el pago de cuotas a los migrantes que buscan el norte? Sea como fuere, la detenci¨®n de Alan N resulta un avance y podr¨ªa arrojar luz sobre estas y otras cuestiones, de un caso que figura en un lugar destacado en la historia negra de M¨¦xico.
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