?Ha dimitido ya Doroteo Eugenio V¨¢zquez?

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Doroteo Eugenio V¨¢zquez es todav¨ªa secretario de Seguridad de Taxco. O quiz¨¢ cuando se publique este texto ya no lo sea. En ese caso, podr¨¢ decirse que el Estado mexicano cumple con su promesa tantas veces repetida de que no habr¨¢ impunidad. Doroteo estaba al frente de los agentes municipales que el jueves pasado enfrentaron la denuncia de una madre por el secuestro de su hija Camila, que no volvi¨® a casa despu¨¦s de haber pasado la tarde jugando con una amiga en otro domicilio de este pueblo m¨¢gico guerrerense. Las c¨¢maras de seguridad de la zona grabaron c¨®mo iba la ni?a hacia la casa de su compa?erita, pero no c¨®mo sal¨ªa. En lugar de eso, las im¨¢genes dejaron ver a la madre de la amiga y a un hombre sacar unos bultos y meterlos en un coche. Camila ya estaba muerta. A partir de ah¨ª se desat¨® la indignaci¨®n ciudadana contra la familia sospechosa del crimen. El viernes, despu¨¦s de haber pasado toda la noche rodeando la vivienda, la turbamulta golpe¨® hasta la muerte a la supuesta culpable, Ana Rosa D¨ªaz, cuando sali¨® del domicilio, y a dos de sus hijos los apalearon con la sa?a cl¨¢sica de los linchamientos. El hombre que se llev¨® el cuerpo de la ni?a para desaparecerlo, un tal Jos¨¦, est¨¢ detenido.

Pero habl¨¢bamos de impunidad, la gran asignatura pendiente de la justicia mexicana. Alt¨ªsimos porcentajes de asesinatos quedan sin condena en este pa¨ªs y es una de las razones que los expertos y los pol¨ªticos encuentran a la violencia que se vive, as¨ª como al desatado n¨²mero de cr¨ªmenes de cualquier g¨¦nero. En este caso, sin embargo, la impunidad recae sobre el secretario de Seguridad de Taxco, Doroteo Eugenio V¨¢zquez, que se despach¨® culpando a la madre de la criatura muerta por no haberla cuidado y vigilado como deb¨ªa, dijo el funcionario: ¡°Aqu¨ª hay una responsabilidad maternal y hay una omisi¨®n, porque si yo como padre tengo un hijo tengo que vigilarlo, educarlo, guiarlo. Aqu¨ª la mam¨¢ supuestamente dej¨® salir a su ni?a sin percatarse con las medidas de responsabilidad pertinentes¡±. Doroteo Eugenio V¨¢zquez no ha dimitido a pesar del esc¨¢ndalo que supusieron sus palabras desde que las pronunci¨®. He aqu¨ª una buena oportunidad para que las autoridades del Estado de Guerrero ensayen el combate a la impunidad cesando al secretario.

Victimizar y revictimizar. La madre de la ni?a muerta no solo es v¨ªctima de un delito execrable, tambi¨¦n lo es ahora de otro de revictimizaci¨®n, por tener que soportar las palabras de un funcionario que la responsabilizan de la muerte de su hija. La mujer hasta tuvo que salir a exculparse: ¡°No es mi culpa, yo siempre he cuidado a mi hija y no solo tengo una, tengo tres. Siempre he estado pendiente y la gente que me conoce lo sabe. No es la primera vez que iba a jugar a esa casa, tambi¨¦n su amiga iba a la m¨ªa. Mi ni?a la quer¨ªa, y a la mam¨¢ de ella tambi¨¦n. Su ¨²nico pecado fue quererlas¡±, dijo una mujer afligida a los medios de comunicaci¨®n.

?Acaso la seguridad en Taxco, de la que tambi¨¦n se encarga Doroteo Eugenio V¨¢zquez, es tan escasa que una ni?a de nueve a?os no puede salir a jugar con una vecina? ?Acaso hay estado de excepci¨®n en Taxco y la madre de Camila no se hab¨ªa enterado? ?Acaso todos y cada uno de los taxque?os son responsables de lo que les pase por salir de casa sin avisar antes a la polic¨ªa de su trayecto, por no ir con guardaespaldas? Las preguntas, sin embargo, no son esas. La pregunta es: ?Por qu¨¦ no ha dimitido el secretario de Seguridad? O si quieren, ?por qu¨¦ no lo han cesado ya? Son demasiadas las veces que un crimen de este tenor se resuelve antes del juicio con las palabras de alg¨²n funcionario culpando a las v¨ªctimas. Y siguen en su puesto. Eso tambi¨¦n es impunidad.

Si pensaban que esto era todo, se equivocan. Al crimen, como se ha dicho, le sigui¨® un linchamiento feroz que vieron en directo todos los mexicanos, porque all¨ª estaban los periodistas esperando que los polic¨ªas que custodiaban a la familia sospechosa la sacaran de la vivienda, como ocurri¨®. Delante de todo el mundo, y ante la presencia de los agentes, la muchedumbre se abalanz¨® sobre la mujer hasta robarle la vida, en unas im¨¢genes que podr¨ªan habernos ahorrado. La misma sangre y los mismos golpes desenfrenados contra dos hijos de ella. Y las mismas preguntas de una ciudadan¨ªa que no da cr¨¦dito ante cualquier linchamiento: ?es que la polic¨ªa no pudo hacer nada? Doroteo Eugenio V¨¢zquez tambi¨¦n tiene respuesta para esto. ¡°Se hizo lo que se pudo, la poblaci¨®n enardecida es dif¨ªcil de contener¡±.

Menuda representaci¨®n en vivo del calvario mexicano de Semana Santa. En resumen, que la culpable de la muerte de Camila es su madre, y los culpables de la muerte de la supuesta culpable son los vecinos. No es un trabalenguas. Es la opini¨®n del secretario de Seguridad de Taxco. Alguien que dice eso debe dimitir de inmediato. Alguien que piensa as¨ª, debe ser cesado ya.

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