Los ni?os armados siguen armados y vulnerables a la violencia
Estas fotograf¨ªas se repiten, siempre crean este eco inmediato, pero de pronto se dejan de escuchar
Es el ¨²ltimo recurso. Un bot¨®n rojo de desesperaci¨®n. No saben de qu¨¦ otra manera llamar la atenci¨®n medi¨¢tica, pol¨ªtica y social. Y es entendible con tantos a?os acechados por la violencia, los grupos del crimen organizado y los territorios y vidas perdidas.
Han pasado 100 d¨ªas desde que vimos la fotograf¨ªa de 20 ni?os entre los 12 y 17 a?os encapuchados y con armas. El 25 de enero pasado, la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores (CRAC) de Guerrero, engros¨® las filas de su Polic¨ªa comunitaria con el ingreso de una veintena de ni?os del pueblo de Ayahualtempa, a los que present¨® formalmente ese d¨ªa. 15 varones y cinco ni?as, armados con rifles y los rostros cubiertos con paliacates, es la imagen que escandaliz¨® a medios y redes por tratarse de menores de edad¡ valdr¨ªa la pena decir que ¡°escandaliz¨®¡± moment¨¢neamente a medios y redes.
Los que hemos dado seguimiento desde hace a?os a la violencia en el estado de Guerrero sabemos que estas fotograf¨ªas se repiten, siempre crean este eco inmediato y de pronto se deja de escuchar. Junto a este silencio que llega tambi¨¦n se apagan las voces de los pobladores, casi nadie habla desde lo individual, esto me lo explica un periodista local que solicit¨® anonimato por su propia seguridad, ya que ¨¦l mismo ha sido v¨ªctima de la violencia en esa entidad y se encuentra bajo constante asedio de los grupos criminales.
Seg¨²n me explica el reportero, la primera vez que esta comunidad present¨® ni?os como polic¨ªas comunitarios fue en 2019, todav¨ªa en el gobierno del priista H¨¦ctor Astudillo, quien primero calific¨® como irresponsables a las comunidades por reclutar ni?os, y despu¨¦s acudi¨® a la comunidad, donde les ofreci¨® incrementar la seguridad en la zona. Pero el apoyo de Astudillo dur¨® solo un par de meses; a la fecha siguen siendo presa de grupos criminales, particularmente el conocido como ¡®Los Ardillos¡¯.
Los habitantes de esta regi¨®n han argumentado que los ni?os no son expuestos a confrontaci¨®n directa, sino que solo cumplen labores de vigilancia. En todo caso, el riesgo lo corren de cualquier forma al vivir ah¨ª, pues el asedio del narco es permanente, y al armarlos y entrenarlos les dan, al menos, m¨¢s posibilidades de defenderse. ¡°Quienes critican esto es gente que nunca ha vivido en medio de la violencia¡±, dijeron a la BBC a principios de 2020, en una de las pocas declaraciones de los pobladores a los medios de comunicaci¨®n.
Tambi¨¦n explicaron que cuando arman a ni?os y los presentan en im¨¢genes que luego difunden, es cuando ocurren cr¨ªmenes espec¨ªficos que aumentan la necesidad de pedir auxilio. Hace casi 100 d¨ªas, cuando presentaron a estos 20 menores, la motivaci¨®n fue el secuestro de un matrimonio y sus hijos cuando reun¨ªan su ganado en Zacatepec, a hora y media de Ayahualtempa. La CRAC se?al¨® a Los Ardillos como los responsables de este secuestro y lanzaron este nuevo llamado de auxilio, con la imagen de los menores armados; algunos de los cuales, incluso, son familiares de las personas desaparecidas, seg¨²n el periodista que los ha cubierto.
?Qu¨¦ sucedi¨®? La gobernadora Evelyn Salgado le ofreci¨® a los pobladores unidades m¨®viles de salud y prometi¨® el env¨ªo de maestros a la escuela local, ninguna de las dos ¡°soluciones¡± resolv¨ªa el problema de la inseguridad, los pobladores rechazaron la ¡°ayuda¡± y la gobernadora no se present¨® en la comunidad, los dej¨® solos. Tres semanas despu¨¦s de haber presentado a los ni?os, los cuerpos de las personas desaparecidas fueron hallados en la carretera Chilapa-Tlapa, mutilados y con signos de tortura.
100 d¨ªas despu¨¦s los 20 ni?os siguen recibiendo capacitaci¨®n para el uso de armas, por la falta de garant¨ªas de seguridad, esta vez no solo fue un acto medi¨¢tico, fuera de las c¨¢maras tambi¨¦n contin¨²an sus actividades de formaci¨®n. Cuando tienen la oportunidad siguen en las escuelas, pero no dejan de lado este adiestramiento que, a pesar de su corta edad, ellos aceptan formar parte.
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