La muerte. Breves reflexiones
La eutanasia ya ha sido despenalizada en dos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, Colombia y Ecuador; en Per¨² ya se llev¨® a cabo el primer procedimiento. En M¨¦xico continuamos en el medioevo
Sobre morir con dignidad, eutanasia y suicidio asistido he escrito en diversos foros, publicado algunos libros y he compartido mis reflexiones en congresos. Sesgo m¨¦dico lo hay. Lo m¨¦dico, sobre todo ahora, ante el avasallador crecimiento de la biotecnolog¨ªa deja de serlo cuando se trata de brindarle al enfermo y a la familia la oportunidad de morir con dignidad, arropado por sus seres queridos, ergo, morir no s¨®lo es fen¨®meno individual, es tambi¨¦n evento familiar y social.
En M¨¦xico, de ah¨ª este escrito, eutanasia y suicidio asistido son temas cuasi vedados. Por fortuna muchos colegas deso¨ªmos a las autoridades y nos comprometemos con los enfermos y sus familiares: despedirse con dignidad es motto de algunos doctores y pedimento de familiares desesperados por el sufrimiento de los suyos. La eutanasia ya ha sido despenalizada en dos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, Colombia y Ecuador; en Per¨² ya se llev¨® a cabo el primer procedimiento. En M¨¦xico continuamos en el medioevo.
Si bien el texto no habla como tal de eutanasia, las ideas que a continuaci¨®n comparto invitan a pensar en el final. Morir es filosof¨ªa, ayudar a morir es compromiso humano. Comparto algunas de mis obsesiones, as¨ª como preguntas no resueltas. Cuestiones humanas tan viejas como la misma humanidad: tras la muerte, ?qu¨¦ sigue?, ?sigue ¡°algo¡± cuando se es ateo? Inquietudes compa?eras de la filosof¨ªa, de la religi¨®n, de la poes¨ªa, del arte y del poder omn¨ªmodo y en ocasiones sordo de la tecnolog¨ªa m¨¦dica. ¡°M¨¢s que prolongar la vida, prolongan mi muerte¡±, me dijo una enferma internada dos semanas en una unidad de terapia intensiva.
Las obsesiones, mientras no sean patol¨®gicas, son provechosas: abren escenarios, hurgan en sitios diversos, aclaran, desmitifican. Es menester pensar en la muerte como compa?era de la vida. Pensarla desde el desparpajo y/o desde la filosof¨ªa. Pensarla con Epicuro, con Woody Allen y con los monjes tibetanos.
Con Epicuro. Es famosa su sentencia: ¡°Si somos, la muerte no es; si la muerte es, no somos¡±. Interpreto. Saltan tres ideas: A) No hay punto de encuentro entre una y otra. De ah¨ª la imposibilidad de hablar sobre le final. B) El espacio entre vida y muerte es infinito. Imposible hablar desde la experiencia. C) No hay coincidencia temporal entre ambos eventos. Cuando empieza una termina la otra. Epicuro falleci¨® tres siglos antes de nuestra era. Sigue vigente: cine, arte, filosof¨ªa y poes¨ªa se ocupan del dilema expuesto por ¨¦l. As¨ª ser¨¢ siempre.
Con Allen. Dos ideas. Durante la presentaci¨®n de una de sus pel¨ªculas, un periodista le pregunt¨®, ¡°?Cu¨¢l es su relaci¨®n exacta con la muerte?¡±. Tras meditarlo unos segundos, respondi¨®, ¡°Esto¡ la verdad es que no ha cambiado demasiado: estoy en contra de ella¡±. En otra oportunidad afirm¨®, ¡°No es que tenga miedo a morir, simplemente no quiero estar ah¨ª cuando ocurra¡±. ?Caray!: ?A qui¨¦n no le gustar¨ªa robar las ideas de Allen y escribir su epitafio con amor y sorna? Por ejemplo: Cuesta trabajo vivir; no cuesta morir.
Sogyal Rimpoch¨¦ (1947-2019), maestro budista de meditaci¨®n, expulsado de su natal Tibet por la invasi¨®n china, ha reflexionado ampliamente sobre la muerte. En El libro tibetano de la vida y de la muerte, escribe: ¡°Cuando llegu¨¦ a Occidente, me sorprendi¨® el contraste entre las actitudes hacia la muerte con que me hab¨ªa criado y las que entonces encontr¨¦. A pesar de sus ¨¦xitos tecnol¨®gicos, la sociedad occidental carece de una verdadera comprensi¨®n de la muerte y de lo que ocurre durante la muerte o despu¨¦s de ella¡±. Para m¨ª es imposible entender lo que sucede despu¨¦s de la muerte, como lo hace Rimpoch¨¦. En cambio, sus aseveraciones sobre el divorcio entre tecnolog¨ªa y la construcci¨®n del ser interno de la persona las hago m¨ªas. Lo mismo sucede con otras afirmaciones del maestro budista; para ¨¦l, la negaci¨®n de la muerte va m¨¢s all¨¢ del individuo: afecta a todo el planeta. La devastaci¨®n de la Tierra poco importa: predomina satisfacer los fines inmediatos personales y ego¨ªstas. Poco significan los que siguen.
Arriesgo unas reflexiones alejadas de los nauseabundos discursos pol¨ªticos acerca de la eutanasia y de la necesidad de fallecer, si es posible, con dignidad. Una certeza: no podemos explicar la muerte pero s¨ª es cr¨ªtico incorporarla a nuestro vivir y a nuestras experiencias. ?Para qu¨¦?: Al hacerlo la vida puede adquirir otros sentidos. Compartir obsesiones y gastar (o ganar) un poco de tiempo, como lo hago en este escrito, sirve: las palabras acompa?an. La muerte. Breves reflexiones, no ofrece respuestas: invita. Para regodearse y huir de la ralea pol¨ªtica comparto una idea. En Muerte y Existencia. Una historia conceptual del ser humano, James P. Carse escribe: ¡°La muerte, percibida como una discontinuidad, no es lo que roba su significado a la vida, sino lo que hace posible un mayor significado de la vida¡±.
Ni Epicuro ni Allen ni Rimpoch¨¦. Todos. Y todos implica a las autoridades de salud de M¨¦xico
Ap¨²ntese gratis a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.