David Harvey: ¡°Si tienes una vivienda, pero queda en un desierto sin servicios, ?cu¨¢l es su funci¨®n?¡±
El ge¨®grafo ingl¨¦s participa en Ciudad de M¨¦xico en el Foro Vivienda Justa y Prosperidad Compartida e imparte una c¨¢tedra sobre el derecho a las ciudades y el panorama de vivienda en el pa¨ªs
David Harvey (Gillingham, Inglaterra, 88 a?os) ha dedicado toda su vida al an¨¢lisis del espacio. De ni?o, siempre quiso escaparse de casa. Al no conseguirlo, empez¨® a viajar con la imaginaci¨®n. Ten¨ªa una colecci¨®n de sellos de todos los pa¨ªses y despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial se obsesion¨® con los mapas. Siempre tuvo inter¨¦s por la geograf¨ªa. Estudi¨® en la Universidad de Cambridge y en 1969 escribi¨® su primer libro Explanation in Geography, que se ha convertido en un referente acad¨¦mico mundial.
Tambi¨¦n se interes¨® en Karl Marx. Lider¨® un programa de estudios de El capital, donde aprendi¨® sobre nuevas ideas pol¨ªticas y entendi¨® la geograf¨ªa no s¨®lo como ciencia, sino como un compromiso social. Hoy, luego de muchos a?os de investigaci¨®n y m¨¢s de 20 libros publicados, es uno de los cient¨ªficos sociales m¨¢s aclamados del mundo.
En la d¨¦cada del 2000 conoce al arquitecto mexicano Miguel Robles-Dur¨¢n y comienzan proyectos de urbanismo en distintas ciudades, lo que llev¨® a la creaci¨®n de Urban Front, una consultora global de ideas progresistas que apoya a instituciones a generar nuevas ideas de bienestar urbano para las ciudades.
Harvey conversa con este diario por su llegada a la Ciudad de M¨¦xico para participar en el Foro Vivienda Justa y Prosperidad Compartida, organizado por el Espacio Cultural Infonavit, Urban Front y moderado por periodistas de EL PA?S, donde dar¨¢ una conferencia magistral sobre el derecho a la ciudad y el panorama de la vivienda en M¨¦xico.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil para las nuevas generaciones adquirir una vivienda?
Respuesta. Si nos remontamos a los fundamentos de la vivienda, la respuesta a esta pregunta sigue siendo m¨¢s o menos la misma que cuando yo era muy joven: la vivienda era simplemente vista, en t¨¦rminos de Marx, como un valor de uso. Es decir, era un refugio, un lugar para criar a los ni?os y tener un entorno de vida decente. En la d¨¦cada de los ochenta, despu¨¦s de que el neoliberalismo empezara a avanzar muy fuerte, la gente empieza a ver la casa no tanto como un valor de uso, sino como un valor de cambio. Y a finales de los ochenta se convierte ya en un instrumento especulativo. La gente compra casas para especular con el valor de la vivienda. Por supuesto, cuanta m¨¢s especulaci¨®n hay, m¨¢s tiende a subir el precio de la vivienda. El valor es ahora predominante en t¨¦rminos de lo que la gente hace con ella, por lo que muchas personas comenzaron, incluso a nivel local, a cambiar de vivienda, es decir, compraban una casa con una hipoteca, la arreglaban y especulaban con su valor. Entonces, grandes empresas como Blackstone empezaron a comprar viviendas de gente que hab¨ªa sido desalojada, que eran bastante baratas y las arreglaron y les dieron la vuelta. As¨ª Blackstone se ha convertido en una de las compa?¨ªas m¨¢s poderosas del mundo, especulando con la vivienda. La cabeza de Blackstone es Steven Schwartzman, que es una de las personas m¨¢s ricas en Estados Unidos y apoya a Trump, por lo que da mucho dinero a las campa?as pol¨ªticas.
P. Y esto ha salpicado a Am¨¦rica Latina¡
R. Hay una cantidad de instituciones que est¨¢n tratando de meter a la vivienda en un sistema de mercado, pero una de las cosas que ha estado sucediendo es que la gente empieza a ver la vivienda como algo que est¨¢ separado de su contexto urbano.
En Brasil, por ejemplo, estaba el programa Mi casa, mi vida, que pon¨ªa una cantidad masiva de viviendas asequibles a disposici¨®n de las poblaciones de bajos ingresos. El problema es que, si tienes una vivienda, pero queda en un desierto donde no hay tiendas, ni escuelas, ni hospitales, ni servicios sociales, ?cu¨¢l es el papel de la vivienda en relaci¨®n con la vida cotidiana de una ciudad? Simplemente no hubo una preocupaci¨®n en la producci¨®n en masa de este tipo de vivienda. Muy a menudo se encuentran en la periferia de una ciudad, tal vez a dos o tres horas de viaje de los principales centros de empleo. En Chile, la mayor¨ªa de las casas se est¨¢n cayendo y deben reconstruirse, pero no solo tiene que ser una reconstrucci¨®n f¨ªsica, tiene que haber una reconstrucci¨®n social, para que se comience a pensar en la vivienda como un componente de las comunidades. Se debe tener un papel mucho m¨¢s fuerte en la provisi¨®n de vivienda y tambi¨¦n asegurarse de que haya cosas como centros de salud comunitarios, escuelas adecuadas, acceso a los alimentos. Ese es un problema real en muchos lugares de Latinoam¨¦rica en los que he estado.
P. ?C¨®mo se define una ciudad habitable?
R. No quiero entrar en esta situaci¨®n ut¨®pica donde se planifica una ciudad ideal y luego dicen ¡°esto es lo que tienes que hacer¡±. Creo que hay que analizar cu¨¢l es el proceso de urbanizaci¨®n y qu¨¦ tipo de proceso producir¨¢ la ciudad, y es un proceso en el que la propia poblaci¨®n est¨¢ muy involucrada, donde la comunidad est¨¢ tratando de crear el urbanismo. Uno de los temas de los que he escrito mucho es la idea de que no se puede separar el tipo de ciudades que queremos del tipo de personas que queremos ser. Por lo tanto, me gustar¨ªa ver muchas variedades diferentes de urbanismo en lugar de tener un solo modelo. Yo esperar¨ªa ver muchos ejemplos diferentes para ver innovaci¨®n, en lugar de ver los mismos esquemas de construcci¨®n de forma aburrida.
P. Despu¨¦s de la pandemia por covid-19, la palabra gentrificaci¨®n ha calado mucho en capitales como Ciudad de M¨¦xico. ?Qu¨¦ piensa sobre este fen¨®meno?
R. El t¨¦rmino se utiliz¨® por primera vez a mediados de la d¨¦cada de los sesenta en Gran Breta?a y se trata simplemente de intentar encontrar terrenos y espacios en los que construir nuevas viviendas o llevar a cabo importantes mejoras y modernizaciones. Al hacerlo, a menudo tienes que desalojar a las personas que viven all¨ª por medios legales o ilegales. A veces con violencia, otras aumentando costos, de modo que se obtiene un bloque de viviendas que se va a demoler para construir rascacielos.
Ahora mismo la gentrificaci¨®n es un problema mundial, porque hist¨®ricamente las poblaciones de bajos ingresos han estado muy cerca del centro de la ciudad y, por lo tanto, en terrenos muy valiosos. La necesidad de liberar el suelo de esa forma de ocupaci¨®n se vuelve significativa, porque se buscan espacios en los que construir condominios de gran altura. Ese proceso de mercado no funciona mal para la clase media y alta, el problema es que no funciona para el 40% m¨¢s pobre de la poblaci¨®n, a quienes se expulsa constantemente hacia la periferia.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacer el Gobierno para promover viviendas justas?
R. Una de las cosas que puede hacer es examinar el derecho a la vivienda. Muchas veces tenemos que deshacernos de la perspectiva de la propiedad privada y tratar de pensar en derechos colectivos y de encontrar mecanismos para promover la vivienda no especulativa. Es decir, intentar devolver a la vivienda su finalidad original, que era el valor de uso. Es probable que los Gobiernos fomenten el valor especulativo porque obtienen mayores impuestos sobre la propiedad, pero eso tiene que acabar y tenemos que encontrar una forma de que el propio Gobierno intente idear nuevas formas de propiedad y desarrollo no especulativo de la vivienda.
Por ejemplo, estuve un tiempo estudiando la vivienda social en Uruguay. All¨ª fueron los sindicatos los que organizaron a sus miembros para construir sus propias viviendas. Se trata de viviendas de muy buena calidad que la gente puede pagar de dos maneras. Una es que pod¨ªan convertirse en constructores o pod¨ªan aportar dinero para construirlas. As¨ª que ahora te encuentras con que hay una gran cantidad de viviendas sociales que son para mano de obra de bajos salarios, pero se organizaron a trav¨¦s de sus sindicatos. Y en el pasado los sindicatos han sido a menudo buenos instrumentos para organizar la provisi¨®n de vivienda para sus miembros. Ese es un modelo, pero ahora es dif¨ªcil porque los sindicatos no est¨¢n en buena forma.
P. ?C¨®mo empez¨® la idea de crear Urban Front?
R. Miguel y yo empezamos una especie de trabajo colectivo que empez¨® en Ecuador. Estuvimos durante dos o tres a?os trabajando en un proyecto y lo encontramos muy satisfactorio. Tambi¨¦n nos juntamos con algunas personas de Barcelona, que ten¨ªa una Administraci¨®n muy progresista. Hab¨ªa mucha gente all¨ª con ideas sobre c¨®mo movilizarse contra la gentrificaci¨®n y a favor de la provisi¨®n de vivienda. La alcaldesa Ada Colau desempe?¨® un papel decisivo en gran parte del proyecto. As¨ª empezamos con la idea de crear una especie de think tank de izquierda. Pensamos en crear una especie de grupo paralelo al Instituto Manhattan y ser un grupo internacional que extrae ideas de proyectos progresistas alrededor del mundo. Barcelona fue un ancla inicial porque ten¨ªan mucha experiencia en organizarse en temas de vivienda y confrontar a Blackstone. En cierto sentido, es una fuerza acad¨¦mica de la izquierda que trata de posicionarse para dar consejos ¨²tiles a las administraciones urbanas que est¨¢n tratando de tomar un camino progresista.
P. ?Tienen pensado proyectos en la Ciudad de M¨¦xico?
R. No venimos con un proyecto, venimos con un fondo de conocimiento. Ceo que una de las cuestiones que trataremos de debatir y discutir es si hay cosas que est¨¢n ocurriendo sobre el terreno de las que no somos conscientes. En otras palabras, no pretendemos llegar a la ciudad e imponer ning¨²n tipo de proyecto, sino a investigar las posibilidades. Tuvimos una reuni¨®n hace m¨¢s o menos un a?o con Claudia Sheinbaum, cuando era jefa de Gobierno, en la que mantuvimos conversaciones preliminares y estamos ansiosos por ver si podemos ayudar en algo.
Creo que alguien me pregunt¨® una vez cu¨¢l era la situaci¨®n ¨®ptima de gesti¨®n y mi respuesta fue escuchar, aprender y luego liderar, si es posible, si es necesario. Ahora mismo estamos en la fase de escuchar y aprender. As¨ª que, si alguien est¨¢ interesado en contarnos sus ideas, estaremos encantados de escuchar.
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