El ¨®rdago de Alito sumerge al PRI en su periodo m¨¢s oscuro
El ¨²ltimo cambio de estatutos que ha promovido el dirigente nacional del tricolor levanta las cr¨ªticas de priistas y expriistas, que alertan de la desaparici¨®n del partido
La muerte acecha al PRI, acosado por mil y una derrotas electorales, tropecientas peleas internas y una desbandada generalizada de militantes. Aprobados este domingo, los cambios en los estatutos del tricolor, que gobern¨® M¨¦xico con mano de hierro por m¨¢s de 70 a?os, permitir¨¢n que su dirigente nacional, Alejandro Alito Moreno, gobierne el partido hasta 2032. Eso si hay algo que gobernar para entonces. Los descalabros de la formaci¨®n en las urnas en los ¨²ltimos a?os han rebajado su influencia a su m¨ªnima expresi¨®n, con escaso poder territorial y parlamentario.
Las cr¨ªticas arrecian contra Moreno, personaje pol¨¦mico, enfrentado a todo y a todos, sostenido en los ¨²ltimos tiempos por sus aliados electorales y por una camarilla de cuadros estatales que se pliegan a sus deseos. Cuadros hist¨®ricos del PRI ¡ªy muchos que ya salieron¡ª han tildado a Alito de sepulturero y de ser lo peor que le ha pasado al partido. ?l se defiende atacando, como hizo este domingo, cuando cerr¨® a gritos la asamblea nacional del partido, que se celebr¨® en un local de conciertos de la colonia N¨¢poles, en Ciudad de M¨¦xico, no muy lejos de la plaza de toros, locaci¨®n extra?a para el tricolor.
Alito compareci¨® como un novillo ante la militancia afecta, dominante en las filas cercanas al pres¨ªdium. Embisti¨® con dureza contra las voces cr¨ªticas. Acus¨®, insult¨® y grit¨®. Los v¨ªdeos del evento sugieren cantidad de comparaciones, todas limitadas ante la vehemencia del dirigente, que esboza un paisaje t¨ªpico de estos tiempos, en que todo lo que no sea lo que ¨¦l diga huele a traici¨®n. ¡°Ah¨ª afuera estos que dicen que participaban en el PRI¡±, vociferaba, ¡°una bola de c¨ªnicos, de lacayos, al servicio del Gobierno y sus intereses, que quieren romper la unidad a cambio de inmunidad. Pero les digo, ellos fueron el peor lastre para nuestro partido¡±, segu¨ªa.
Animado por los suyos, el dirigente lleg¨® a sacar el santoral priista al escenario, mencionando a Luis Donaldo Colosio, asesinado durante un acto de campa?a en marzo de 1994, en Tijuana. ¡°?Hay militantes del PRI vinculados al asesinato de nuestro candidato presidencial! ?Y eso le cost¨® al PRI! ?No vamos a tapar a nadie!¡±, berreaba. Junto a ¨¦l todos aplaud¨ªa y gritaban su nombre. Solo unas pocas voces trataban de romper el relato hegem¨®nico del dirigente, con un t¨ªmido grito de ¡°?no reelecci¨®n!¡±, en las filas traseras.
Desde el mismo domingo, las reacciones de priistas y expriistas no han dejado de sucederse. Lo mismo este lunes. En entrevista con EL PA?S, Francisco Labastida, candidato presidencial en 2000, todav¨ªa militante, critica con dureza a Moreno. ¡°?l ya se hab¨ªa elegido para un periodo de cinco a?os¡±, dice, en referencia a un anterior cambio de estatutos, muy criticado por la militancia. ¡°Ya entonces dije que a m¨ª me recordaba todo eso a la novela de Garc¨ªa M¨¢rquez, el libro de la cr¨®nica de la muerte anunciada. ?l iba a ser el sepulturero, lo vi claro¡±, a?ade.
Esa modificaci¨®n anterior de los estatutos, que permiti¨® a Moreno alargar su dirigencia hasta este a?o, provoc¨® el primer gran ¨¦xodo de priistas. Ocurri¨® hace justo un a?o. Un grupo de m¨¢s de 350 militantes, liderados por el exsecretario de Gobernaci¨®n, Miguel ?ngel Osorio Chong, y la exsecretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, renunciaron en bloque al partido, criticando el golpe de Alito, que hab¨ªa logrado la modificaci¨®n de manera irregular, sin que lo aprobara la asamblea. Alito no se arrug¨® y critic¨® a los desafectos.
La sangr¨ªa de militantes no ha parado desde entonces. El mismo Labastida, retirado ya de la pol¨ªtica a los 81 a?os, anuncia que esta misma semana presentar¨¢ su renuncia. ¡°No me sal¨ªa porque quer¨ªa tener el derecho de criticar al partido. No me ocupo de la actividad pol¨ªtica, me ocupo de trabajar, trabajo de consultor en cuestiones econ¨®micas y de energ¨ªa. Me quedaba para poder criticar, pero ahora que este se?or se reeligi¨®, voy a renunciar. Me da pena, pero tampoco tanta, porque no es el partido que yo conoc¨ª¡±, explica.
Otro de los antiguos cuadros que ha renunciado en los ¨²ltimos meses ha sido H¨¦ctor Astudillo, exgobernador de Guerrero. En entrevista con este diario, Astudillo se muestra igual de cr¨ªtico que Labastida. ¡°Alito es un antivirtuoso en un momento en que el PRI necesita lo contrario¡±, explica. ¡°No hay antecedentes de tanta inmoralidad y tanta ausencia de verg¨¹enza. Cuando me fui ya advert¨ª que Alito solo pensaba en meter a sus compadres y a sus c¨®mplices¡±, a?ade.
Labastida, con una larga trayectoria en pol¨ªtica, recuerda la primera vez que vio al dirigente nacional del PRI. ¡°Yo lo conoc¨ª siendo secretario de Agricultura, m¨¢s o menos en 1995. Fue en Campeche, por un viaje de trabajo. Estaba yo y ¨¦l llega en un coche de lujo, detr¨¢s un coche con unos guaruras¡ Mire, yo nunca he tra¨ªdo seguridad, salvo cuando gobern¨¦ Sinaloa y en la campa?a del 2000. Y cuando lo vi dije, ¡®?qui¨¦n es este que trae este derroche de riqueza?¡¯. Y me dijeron, ¡®bueno, tiene alguna funci¨®n en el ayuntamiento de Ciudad del Carmen. Y dije, ¡®bueno, pero ?c¨®mo le hace?¡¯. Me dijeron ¡®bueno, es que ¨¦l se encarga de conseguir contratos en Pemex a empresas y de ah¨ª saca comisiones. O sea un coyote¡±, zanja.
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