La presentaci¨®n del libro de Guti¨¦rrez M¨¹ller en el Z¨®calo se convierte en un acto pol¨ªtico de despedida
La primera fila de invitados estuvo copada por la plana mayor del Gobierno que sale y del que entra. ¡°Este pa¨ªs ya cambi¨®, no hay marcha atr¨¢s¡±, dijo la esposa del presidente
Los esposos salieron de casa y ocuparon sus puestos en la carpa donde se presentaba el libro de ella. Pero el matrimonio vive en el Palacio Nacional y ¨¦l es el presidente del Gobierno, de modo que el acto no fue un acontecimiento cultural al uso, sino una celebraci¨®n pol¨ªtica, en este caso, con aires de despedida. Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller, autora de Feminismo silencioso (Planeta), y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, abandonan el palacio en poco m¨¢s de un mes. Quiz¨¢ esta sea la ¨²ltima vez que el marido le roba el protagonismo a la mujer. ¡°Es un honor estar con Obrador¡±, coreaban los centenares de personas all¨ª reunidos. ¡°?Es el presidente, es el presidente, es la primera vez que veo al presidente, all¨ª est¨¢, pap¨¢, all¨ª est¨¢!¡±, gritaba un ni?o enfebrecido. Pocas veces tiene alguien la suerte de que el presidente del Gobierno acuda a la presentaci¨®n de su libro. Pero la individualidad que reclama la autora en ¨¦l, la personalidad propia e intransferible, no se dio en este caso. La presencia del mandatario se transfiri¨® hacia su esposa como en Las dos Fridas. ?Dejar al marido en casa? Es una opci¨®n.
Con ¨¦l o sin ¨¦l, la pol¨ªtica se abri¨® paso frente al feminismo y a cualquier otra consideraci¨®n. La primera fila de invitados estaba reservada para la plana mayor del Gobierno que sale y del que entra. Los secretarios de Defensa, Seguridad Ciudadana, Gobernaci¨®n, la presidenta electa y el presidente saliente. El marido. Las redes sociales de Gobernaci¨®n transmitieron en directo lo que all¨ª ocurri¨®, y tambi¨¦n alguna televisi¨®n p¨²blica. No, definitivamente el libro de Guti¨¦rrez M¨¹ller no tuvo una presentaci¨®n silenciosa.
En la carpa instalada en el Z¨®calo, frente a los balcones del palacio, se hizo un relajo considerable. La gente se apelotonaba con el celular en alto, pero una doble valla de seguridad impidi¨® escuchar a tantos como quer¨ªan. Despu¨¦s de unas horas en pie, tampoco hubo firmas, a pesar de los reclamos del p¨²blico. Y el guirigay que normalmente presenta la gran plaza mexicana, sumida siempre en el ruido para disgusto de la escritora, que tiene all¨ª sus balcones, estaba la tarde de este martes 13 multiplicado por 10. Centenares de tenderetes donde se vend¨ªan artesan¨ªas de los pueblos originarios, el de los helados que gritaba su mercanc¨ªa, nieveeee, nieveeee, mientras lo mandaban callar, el ind¨ªgena que hac¨ªa sonar su caracola para los turistas, el ni?o enloquecido, la protesta laboral con sus cartulinas, los coros pol¨ªticos. Un desmadre de padre y muy se?or m¨ªo.
Al libro. Los presentadores, entre quienes se encontraba el periodista y novelista Pedro Miguel (n¨²cleo duro de la Cuarta Transformaci¨®n) y la tambi¨¦n morenista y gobernadora del Estado de M¨¦xico, Delfina G¨®mez, alabaron la decisi¨®n de Guti¨¦rrez M¨¹ller de prescindir del papel de primera dama para ocupar espacios propios, como cuenta con profusi¨®n en el libro. ¡°Est¨¢s haciendo historia¡±, le regal¨® Pedro Miguel. ¡°La palabra dama, adem¨¢s, es clasista y con tono de moralina¡±, a?adi¨®. Tambi¨¦n, pero eso no se coment¨®, es la que usa medio M¨¦xico (el de los hombres) para dirigirse a las mujeres, dama, damita. El periodista destac¨® el distanciamiento que la autora ha sabido poner con el supuesto cargo que ven¨ªa pegado a la elecci¨®n de su marido como presidente del Gobierno. ¡°Eligi¨® ser ella misma¡±. Los aplausos fueron incesantes.
Guti¨¦rrez M¨¹ller se dice lejana al griter¨ªo, amiga del silencio, mujer de lecturas y reflexiones acad¨¦micas. Esta presentaci¨®n ha debido ser una ¨²ltima concesi¨®n al ruido incesante de un mandato gubernamental. A partir de ahora, coment¨® cuando tuvo el micr¨®fono, vivir¨¢ el resto de su vida con ¡°la prudencia p¨²blica¡± que la caracteriza, aunque por dentro siga siendo ¡°una eterna inconforme¡±. ¡°Esto es como el final de las pel¨ªculas, ya se acerca, me retirar¨¦ de la esfera pol¨ªtica, no lo ped¨ª, no es lo m¨ªo, es ajeno a mi voluntad, y me retirar¨¦ silenciosamente¡±.
La autora recomend¨® a todos los pol¨ªticos que escuchen al pueblo, aun cuando sus protestas sean silenciosas, pero que nunca paren de mover el mundo para ver su mejor rostro. ¡°Hemos venido para algo, para transformar lo que no est¨¢ bien y hemos de ir hacia una humanidad tierna, conmovible, fraterna¡±. Se declar¨® ut¨®pica, ¡°s¨ª, la verdad¡±. ¡°Por eso aguantamos, porque vamos atr¨¢s de los sue?os. Sean infranqueables, que no les tumben los sue?os¡±, proclam¨® en su tono sobrio.
Los aplausos parec¨ªan pedir m¨¢s pol¨ªtica, y m¨¢s hubo: ¡°Este pa¨ªs ya cambi¨®, no hay marcha atr¨¢s. Y si la hay les voy a echar la culpa a ustedes, porque ya no somos los mismos, no pueden tratarnos como hace a?os¡±, dijo al p¨²blico api?ado tras las vallas. Guti¨¦rrez M¨¹ller se esfuerza en la reconquista del terreno an¨®nimo perdido durante a?os: ¡°Todos somos iguales, que quede claro, hoy no firmo libros, porque daremos la lata a la polic¨ªa, pero nos veremos en las calles, en el transporte p¨²blico, en los salones de clase, nos seguiremos viendo y firmar¨¦ libros¡±, dijo. Pero la inercia es poderosa y la realidad tozuda: primera dama o no, es la esposa del presidente y la presentaci¨®n de su libro poco tuvo que ver con cualquier otra. ¡°Comprar libros es f¨¢cil, ojal¨¢ lean y conozcan un pedazo de estas reflexiones. Ustedes y yo hemos hablado durante muchos a?os, sus voces est¨¢n aqu¨ª¡±.
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