As¨ª ser¨¢ la jubilaci¨®n de L¨®pez Obrador en su quinta chiapaneca: nuevas rutinas, evitar aviones, aislarse, caminar
El presidente deja el mando el 1 de octubre y ha prometido un retiro completo de la pol¨ªtica para escribir libros y disfrutar de las siestas en hamaca
Palenque, la tierra donde se retirar¨¢ el presidente de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, al cumplir su mandato el 1 de octubre, es uno de esos lugares en Chiapas que medio mundo considera ex¨®tico. Una naturaleza exuberante, selv¨¢tica, con lianas por las que se descuelgan varias especies de monos y ¨¢rboles bajo los que pasean ocelotes (leopardus pardalis), tigrillos y osos hormigueros. En las ramas de los sabinos, los cedros, chicozapotes y palo mulatos, pueden verse posadas hermosas guacamayas de mil colores, un para¨ªso donde las hojas de algunas plantas son tan gigantescas que cubren de la lluvia como un paraguas. Calor, mucho calor h¨²medo. El bamboleo suave de las hamacas abanica y espanta la picadura del mosquito zancudo. ¡°Entrego la banda presidencial y me voy. Voy a iniciar una etapa nueva en mi vida. Lo primero ser¨¢ arrodillarme ante el pueblo y ante el Creador. El tiempo que yo aguante y ya¡±.
La singularidad de este presidente respecto a los ¨²ltimos que le precedieron no se ha quedado solo en un gobierno entre popular y populista que le ha proporcionado la admiraci¨®n de los mexicanos hasta el ¨²ltimo momento, con unos ¨ªndices de aprobaci¨®n cercanos al 60%, los mismos con los que lleg¨® al poder y con los que, de su mano, la sucesora, Claudia Sheinbaum, ha ganado por goleada las elecciones del 2 de junio. L¨®pez Obrador, AMLO, por sus siglas completas, como le llama la gente, se distingue tambi¨¦n en su marcha. Su retiro, tal cual lo ha descrito, alejado en lo absoluto del mundanal ruido, recuerda a los monjes trapenses. Solo una guerra, ha llegado a decir, podr¨¢ sacarle de su madriguera, donde no va a recibir a nadie que le venga a hablar de pol¨ªtica. ¡°Si abro esa puerta no la podr¨¦ cerrar¡±, se justifica. Tal ha sido su insistencia con la jubilaci¨®n monacal que en los ¨²ltimos tiempos corri¨® el rumor de que se divorciaba. No es cierto, ha desmentido.
Trapense, puede; franciscano, no tanto. El presidente se marcha sin lujos, con un sustento econ¨®mico de 20.000 a 30.000 pesos mensuales por sus 20 a?os de servicio p¨²blico previos a la presidencia, a los que hay que a?adir la pensi¨®n del Bienestar, que es universal. Tiene, adem¨¢s, ingresos por la venta de sus libros. ¡°All¨¢, en Palenque, no hay muchos gastos¡±, ha dicho. Y descuenta de ellos la vestimenta, que ya no ser¨¢ de traje y corbata, como estila cotidianamente. Lo m¨¢s probable es que L¨®pez Obrador le saque provecho a las guayaberas que ha utilizado en sus viajes a las tierras c¨¢lidas de M¨¦xico en decenas de fines de semana.
¡°Es importante que se sepa que no tengo rancho, porque un rancho son muchas hect¨¢reas, no; tengo una quinta de una hect¨¢rea y media, 15.000 metros cuadrados que hered¨¦ de mis padres. Entonces, el per¨ªmetro son 450 metros, y tengo un sendero a la orilla o un puentecito de madera que hice, y camino 12 vueltas, cinco kil¨®metros¡±. Podr¨ªa ser el inicio de una buena novela.
La finca se llama La Chingada, que en M¨¦xico es chistoso, porque irse a la chingada es como irse a fre¨ªr esp¨¢rragos, a tomar viento o a hacer g¨¢rgaras, pero quiz¨¢ con peor fortuna. Algo que se estropea o se rompe, se va a la chingada. Tampoco sale mejor parado a quien se manda a la chingada. El nombre, ha contado en alguna ocasi¨®n el presidente, lo tomaron de un revolucionario compa?ero de Zapata que pele¨® en el Estado de Morelos, Genovevo de la O Jim¨¦nez, que as¨ª llam¨® tambi¨¦n a su casa.
Distinguir rancho de quinta es importante para el presidente porque algunos de sus antecesores dejaron la presidencia para irse al rancho, es decir, una enorme extensi¨®n de tierra con caballos, quiz¨¢ reses, algo asociado al buen vivir y a las clases altas. Un rancho en Espa?a equivaldr¨ªa a una dehesa en Extremadura, un pazo en Galicia o un cortijo en Andaluc¨ªa, donde los se?oritos pasan a lomos sus mejores horas. Al terminar la presidencia, otros, como Salinas de Gortari o Pe?a Nieto, se trasladaron a Espa?a. Calder¨®n est¨¢ en Estados Unidos. Vicente Fox, en su rancho...
A vista de dron, en la quinta del presidente se observa una buena mata de vegetaci¨®n y un c¨¦sped cuidado. La finca tiene un estanque y una hect¨¢rea contigua, m¨¢s o menos, para cada uno de los seis hermanos. ¡°La casa la construy¨® mi madre, y a m¨ª, por ser el mayor, me toc¨® en herencia¡±, ha contado en alguna ocasi¨®n L¨®pez Obrador. Fuentes cercanas al presidente conocen el amor casi obsesivo que tiene por aquellas tierras linderas con su natal Tabasco, adonde ha podido viajar en contadas ocasiones en este sexenio, en el que ha vivido en el Palacio Nacional de la capital. Unos d¨ªas en Navidad, algunos en Semana Santa y poco m¨¢s. Su esposa, la escritora y periodista Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller, se quedar¨¢ en Ciudad de M¨¦xico y ¨¦l la visitar¨¢ cuando pueda. No sabe c¨®mo lo har¨¢, ha contado en sus conferencias matutinas ante la prensa, porque el trayecto es largo, requiere de avi¨®n o de unas 12 horas de autom¨®vil. ¡°No voy a viajar en aviones comerciales porque no voy a ir a los aeropuertos, voy a ver c¨®mo hago para trasladarme porque voy a estar viniendo para ver a mi compa?era Beatriz, que la amo mucho y que me ha ayudado, nada m¨¢s con aguantarme, imag¨ªnense¡±, ha dicho recientemente.
El retiro que promete L¨®pez Obrador es tan de clausura que ha asegurado que ser¨¢ ¡°muy dif¨ªcil¡±, incluso que se le vea para tomarle una foto. ¡°No aceptar¨¦ ning¨²n cargo, ni nacional ni en el extranjero. No voy a participar en eventos, ni acad¨¦micos ni pol¨ªticos y no volver¨¦ a opinar sobre cuestiones pol¨ªticas¡±, ha asegurado. De las redes sociales, ni hablar: ¡°Cancelar¨¦ mi Twitter y mi Facebook, no voy a recibir a nadie que me plantee algo vinculado a pol¨ªtica, se lo he dicho hasta a mis hijos, es tema vedado. Yo ya estoy chocheando¡±, bromeaba hace unos d¨ªas. Alg¨²n periodista-admirador le sugiri¨® en su conferencia matutina que lo recibiera en su finca para echar una partida de ajedrez y le dijo que no. Amablemente, no.
La salud del mandatario no es completa. A sus 70 a?os, los problemas coronarios le han dado alg¨²n que otro susto y no se prodiga en viajes al extranjero, ha hecho los m¨ªnimos en su mandato. Tras el ataque cibern¨¦tico a los archivos de la Secretar¨ªa de Defensa Nacional, en septiembre de 2022, reconoci¨® tambi¨¦n problemas de ri?¨®n, gota y tiroides, que no le han impedido pasar dos horas cada d¨ªa de pie frente a los periodistas. Se cuida. ¡°Tengo que empezar con la nueva rutina, ya est¨¢ concebida, caminar. Tiene que ser temprano porque por el calor suda uno, hace uno ejercicio. Y al ba?o y luego a desayunar y a escribir. Aguanto dos horas escribiendo. Me paro, camino ¡ªla casa tiene cuatro corredores¡ª camino ya poco. Me tomo un caf¨¦ y me vuelvo a sentar otras dos horas¡±, explicaba a la prensa este mi¨¦rcoles.
No ser¨¢ f¨¢cil cambiar unos h¨¢bitos tan radicales como los mantenidos hasta ahora, que le levantan a las cinco menos cuarto de la madrugada para reunirse con su equipo. Despu¨¦s viene la famosa Ma?anera, esas m¨¢s de dos horas de pie, a veces con fr¨ªo en el gran sal¨®n del palacio, y luego arrancan las tareas presidenciales agendadas. ¡°Ojal¨¢ y recupere yo la tradici¨®n de las familias de antes en el tr¨®pico: por el calor se acostumbra la siesta, que es muy sana y adem¨¢s divide el d¨ªa en dos, es despu¨¦s de la comida, la hamaca, una hora, hora y media, y luego un ba?o, y de nuevo dos horas y otras dos horas [escribiendo] y ya lleg¨® la tarde-noche, y a escuchar los ruidos de la naturaleza, los grillos, los sapos, las ranas, y ya la noche. Y luego, cuando hay luna llena, imaginen, el cielo estrellado y la sombra de los ¨¢rboles y el aullido de los saraguatos. Entonces, esa vida¡±, ha contado reci¨¦n.
El presidente no ha dejado de escribir en este tiempo y antes. Tiene varios libros publicados en diferentes editoriales: El poder del tr¨®pico, Oye, Trump, La mafia nos rob¨® la presidencia, entre otros muchos. Ya en la presidencia edit¨® Hacia una econom¨ªa moral, A la mitad del camino, en el ecuador del sexenio, y acaba de salir ?Gracias! No ser¨¢n los ¨²ltimos. Est¨¢ con otro de cariz pol¨ªtico, pero quiere primero ¡°trabajar tres a?os sobre el conocimiento de c¨®mo era la sociedad y la vida en la ¨¦poca prehisp¨¢nica, desde los primeros fundadores de M¨¦xico¡±. La pasi¨®n por aquellas culturas la ha expresado en numerosas ocasiones y Palenque conserva uno de los yacimientos m¨¢s importantes de M¨¦xico, casi devorado por la selva, desde donde ha felicitado la Navidad a los mexicanos en alguna ocasi¨®n. ¡°Hay una tendencia, como sucede en todo el mundo: el que conquista, el que domina, el que invade, trata de negar al oprimido en todo. Son civilizaciones olvidadas, negadas, ninguneadas, y nosotros tenemos que reivindicar nuestro pasado, porque M¨¦xico es de los pa¨ªses del mundo con m¨¢s riqueza cultural, con m¨¢s grandeza cultural¡±, ha dicho varias veces, el mi¨¦rcoles, la ¨²ltima.
Si no fuera por el paisaje tropical, cabr¨ªa imaginar al presidente como un Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa. ¡°Ya estoy reuniendo mi bibliograf¨ªa b¨¢sica, mis libros b¨¢sicos, como 80 o 100, porque no quiero salir a buscar un texto o no quiero ir a un archivo, no quiero ir a una biblioteca y que me tomen una foto. ?No!¡±. Libros y familia ser¨¢n sus ocupaciones: ¡°Beatriz va a continuar con su trabajo, eso s¨ª, ella es maestra, es investigadora y va a seguir. Y yo voy tambi¨¦n a lo que me corresponde. Y entre los dos, a cuidar a Jes¨²s, que acaba de cumplir 17 a?os¡±, el ¨²nico hijo de la pareja y el m¨¢s joven de los que tiene el presidente.
AMLO se va. Dice que para siempre, que no ser¨¢ un presidente que se inmiscuya en las pol¨ªticas de su sucesora ni del partido. Que no va a viajar a ninguna parte, que no dar¨¢ conferencias, ni aceptar¨¢ cargos, que nadie cuente con sus opiniones m¨¢s all¨¢ de los libros, que no ser¨¢ eso que otros denominaron al salir de la presidencia un jarr¨®n chino, muy bonito, pero que no se halla lugar donde colocarlo. ?l promete apartarse del mundo p¨²blico, a solas con sus ranas y sus saraguatos, entre el calor del d¨ªa y las sombras de la noche.
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