La segunda oportunidad de M¨¦xico a Mario Bezares: la resurrecci¨®n de ¡®Mayito¡¯ que lidera la Generaci¨®n Z
El conductor de televisi¨®n, cuya carrera fue eclipsada tras el asesinato de Paco Stanley en 1999, se convirti¨® en el ganador de la segunda temporada de ¡®La Casa de los Famosos¡¯
La historia de Mario Rodr¨ªguez Bezares (Oaxaca, 65 a?os) es una historia de redenci¨®n. La televisi¨®n y su espect¨¢culo, con el poder de encumbrar y de destruir a su antojo carreras profesionales y vidas enteras, le concedi¨® un espacio privilegiado en los a?os noventa, cuando se convirti¨®, junto con su compa?ero de f¨®rmula, Paco Stanley, en uno de los conductores m¨¢s queridos del p¨²blico mexicano. Sin embargo, en esa vor¨¢gine de fama y escrutinio p¨²blico, tambi¨¦n lo deleg¨® al olvido y al escarnio tras el asesinato de Stanley en 1999, en un ataque que ocurri¨® mientras ambos desayunaban en un restaurante del sur de Ciudad de M¨¦xico, y del que Bezares sali¨® ileso por haberse quedado en el ba?o del lugar mientras la camioneta en la que viajaban era baleada decenas de veces por hombres desconocidos. Hoy, una generaci¨®n joven, ajena a los detalles del crimen y al desastroso tratamiento que hicieron las autoridades y los medios de comunicaci¨®n del caso, se ha lanzado a respaldarlo tras su aparici¨®n en La Casa de los Famosos, el reality show del que se coron¨® ganador.
Bezares ya hab¨ªa pasado por foros de televisi¨®n y de teatro y por varios escenarios nacionales, en los a?os ochenta, antes de llegar finalmente a convertirse en el pati?o ¡ªun personaje secundario que es generalmente el blanco de burlas y chistes¡ª de Stanley, el papel que le dio la fama. Fue part¨ªcipe de programas de televisi¨®n emblem¨¢ticos como Cach¨²n Cach¨²n rara (1981) o Anabel (1988), y fue tambi¨¦n el responsable de las coreograf¨ªas del grupo Vaselina y en puestas en escena como Jos¨¦, el so?ador, Jesucristo Superestrella y Cabaret. Pocos de los j¨®venes que ahora se vuelcan a apoyar su participaci¨®n en La Casa de los Famosos saben la trayectoria que le precede y la sombra que, hasta hace solo unas semanas, se cern¨ªa sobre su cabeza. ¡°Yo nunca supe que Mario Bezares hac¨ªa las coreograf¨ªas de Timbiriche hasta ahora¡±; ¡°A m¨ª me recuerda mucho a mi abuelito¡±; ¡°No es confortativo y es muy divertido. Muy paternal¡±, publican y comentan j¨®venes que le respaldan y que ven en ¨¦l una figura de confianza, credibilidad y apoyo.
Para su esposa Brenda Jim¨¦nez Loya, m¨¢s conocida como Brenda Bezares ¡ªtambi¨¦n cantante, actriz y conductora¡ª, lo que est¨¢ sucediendo con su compa?ero dentro del reality es un respiro. ¡°Se ha sabido renovar y ha entendido a los j¨®venes. Creo que la gran ventaja de Mario es que se acerca a los j¨®venes a trav¨¦s no solamente de la comedia, sino de los bailes¡±, cuenta. La figura de Bezares dentro de la casa fue creciendo poco a poco debido a que se muestra como alguien transparente, sincero, que apoya a sus compa?eros y que no tiene af¨¢n por polemizar, causar conflictos o entrar en disputas.
Brenda Bezares, la mujer sin la que es imposible revisar y analizar la vida y la trayectoria de los ¨²ltimos a?os del conductor, hace una lectura optimista. Asegura que, pese a que Mario entr¨® a la casa con estigmas y juicios muy duros, solo era cuesti¨®n de tiempo para que mostrara su verdadera personalidad. Tambi¨¦n distingue el momento preciso en el que la situaci¨®n comenz¨® a mejorar para ¨¦l: ¡°Fue tomando seguridad conforme fueron pasando las semanas. Algo que me llam¨® la atenci¨®n much¨ªsimo, es que a ¨¦l siempre lo nominaron. Pensaron que lo iban a sacar porque no ten¨ªa tantos seguidores, porque no ten¨ªa tanta fandom, porque entr¨® con todo el tema al principio de los amigos de Paul (Paul Stanley, hijo de Paco Stanley, tambi¨¦n presentador de televisi¨®n) que supuestamente les dijeron que le hicieran la vida imposible, etc¨¦tera, etc¨¦tera. Poco a poco todo eso cambi¨® porque ¨¦l se est¨¢ presentando tal cual es, le ha dado el coraz¨®n a M¨¦xico d¨ªa a d¨ªa, y lo han visto en un 24-7. T¨² no puedes por mucho tiempo sostener lo que no eres¡±, dice.
El p¨²blico coincide. Gran parte de esos fans a los que hace referencia Brenda Bezares, han contado que al principio del programa, Mario aparec¨ªa como una figura en desventaja, por ser el mayor de todo el elenco y porque, en cada nominaci¨®n, sus contrincantes ten¨ªan la seguridad de que no tendr¨ªa el apoyo suficiente de afuera, del p¨²blico que es quien con sus votos salva o descarta a los famosos de su estad¨ªa en la casa. Sin embargo, fueron su experiencia, su trato ¡°paternal¡± y su liderazgo nato sobre sus pares, las que lo han colocado en las preferencias de todos.
Mayito, el conciliador
Mario Bezares, Mayito, toma varios frascos de vitaminas todas las ma?anas; cocina para todos, le ha puesto incluso el nombre de Fonda Los Amigos a ese espacio de la cocina que ya es suyo. Aconseja a sus compa?eras, se encarga de que la casa y sus espacios comunes se mantengan limpios y en orden. Es conciliador y evita confrontaciones y problemas. No parece un perfil atractivo para las producciones televisivas de este tipo, sedientas de personajes que polemicen y que se muestren como estrategas hambrientos de poder. En cambio, crea coreograf¨ªas que luego se hacen virales, se desvive en mensajes diarios de amor y cari?o a su esposa, mirando fijamente a las c¨¢maras y convirtiendo al espectador en un receptor de sus muestras de empat¨ªa que rozan lo empalagoso.
Dentro de un elenco conformado por chicos y chicas j¨®venes (los finalistas) Mayito parece encarnar esa figura paterna, protectora y que provee de certezas y de seguridad a una generaci¨®n que sigue demostrando la necesidad de que estos valores sigan presentes. Adem¨¢s, el n¨²mero de seguidores y fan¨¢ticos aumenta. Sus simpatizantes ya no solamente son los nost¨¢lgicos que crecieron mirando sus programas, sino, ahora congrega a personas de todas las edades, desde ni?os peque?os cantando las canciones que ¨¦l mismo ha popularizado dentro de la casa, hasta adultos mayores que siguen percibi¨¦ndolo como un personaje entra?able con quien las circunstancias fueron injustas. De tener unos cientos de miles de seguidores en sus redes sociales, por ejemplo, Bezares ha logrado en las ¨²ltimas semanas rebasar el mill¨®n de ellos solo en Instagram.
En un programa de entretenimiento, hace solo unos d¨ªas, la presentadora Flor Rubio, ha dicho: ¡°Si Mario Bezares hubiese imaginado, en medio de la amargura y el mal sabor de boca de la bioserie de la vida de Paco Stanley, y lo inc¨®modo que se sent¨ªa, se hubiera imaginado lo que le ven¨ªa con La Casa de los Famosos, no lo hubiera cre¨ªdo porque ¨¦l adentro no sabe el fen¨®meno que est¨¢ ocurriendo afuera con su persona. ?l que ha sido tan se?alado, tan juzgado, tan revictimizado durante muchos a?os, cuando vea todo esto me parece que no va a caber en s¨ª mismo de la felicidad¡±.
El fin del estigma
Hay varios momentos puntuales, en la historia de M¨¦xico, en los que la televisi¨®n ha jugado un papel determinante en la construcci¨®n de un relato colectivo. El asesinato de Stanley ¡ªel 7 de junio de 1999¡ª fue uno de ellos. La exhibici¨®n p¨²blica, no solo de la escena del crimen, sino de los enojos, manoteos, gritos y consignas de las y los conductores de programas ¡ªde noticias, pero tambi¨¦n de espect¨¢culos¡ª de ambas televisoras, Televisa y TV Azteca, se repitieron hasta el cansancio. Una tras otra, las declaraciones p¨²blicas de condena, como nunca antes, inundaron los televisores de los hogares mexicanos mientras se constru¨ªa la b¨²squeda de un enemigo com¨²n: los responsables del asesinato del conductor m¨¢s querido del espect¨¢culo mexicano.
Bezares fue uno de los blancos. El trabajo period¨ªstico de Diego Enrique Osorno en El Show: Cr¨®nica de un asesinato (Vix, 2023), es uno de los m¨¢s serios y completos que se han hecho sobre el caso. Durante una entrevista, unos d¨ªas despu¨¦s del estreno del primer cap¨ªtulo de esta serie documental, Osorno aseguraba: ¡°Este caso marc¨® en buena parte la procuraci¨®n de justicia, si se hubiera resuelto, se hubiera atendido mejor, quiz¨¢ no estar¨ªamos arrastrando esta crisis de justicia que tenemos hoy en d¨ªa¡±.
Despu¨¦s de una labor tit¨¢nica de investigaci¨®n y de sentar frente a su c¨¢mara a casi todos los implicados del caso, 25 a?os despu¨¦s, Osorno se alegra de que Mario Bezares sea finalmente ¡°mirado y no juzgado¡± dentro de un proceso judicial que fue, por decir lo menos, ¡°desaseado¡±. El escritor y director ha logrado contar la historia de este asesinato confrontando a cada implicado y poniendo sobre la mesa la larga lista de inconsistencias, mentiras, exageraciones e irresponsabilidades que se dieron diariamente durante esos d¨ªas de 1999 y que proven¨ªan tanto de los programas de la far¨¢ndula, como de los noticieros, pero tambi¨¦n del propio Gobierno de la capital del pa¨ªs.
Era el a?o 2000, la antesala de la alternancia, y la izquierda del PRD se adue?aba de Ciudad de M¨¦xico como uno de sus bastiones. El PRI gobernaba el pa¨ªs, y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador se perfilaba para convertirse en regente de la capital. Osorno, puntualiza: ¡°El asesinato en s¨ª de Paco Stanley, con esta manufactura medi¨¢tica que tiene y este timing, fue un mensaje a otras personas y grupos m¨¢s poderosos, gente como Mario, como Paola [Durante] y como Erasmo [P¨¦rez Garnica, El Cholo], por decir estos nombres, quedan en medio de esta lucha de poder y de esta irresponsabilidad de los medios y de esta actuaci¨®n irregular de la Procuradur¨ªa de Justicia. Mario Bezares me parece que fue v¨ªctima de un proceso judicial injusto ¡ªest¨¢ ah¨ª en el documental¡ª que le dej¨® un estigma que los medios de comunicaci¨®n nunca corrigieron. Nunca hubo la atenci¨®n de escuchar seriamente su testimonio, analizar a fondo el caso y poder entender su papel real¡±.
Bezares pas¨® poco m¨¢s de un a?o en la c¨¢rcel, hasta que fue liberado en 2001 por falta de pruebas en su contra. Protagoniz¨® varios programas de espect¨¢culos en los que repet¨ªa la misma f¨®rmula que le dio fama: se ganaba las simpat¨ªas del p¨²blico con su baile de anta?o conocido como el gallinazo, y consegu¨ªa que su humor y su cercan¨ªa siguieran acaparando p¨²blico.
Solo despu¨¦s de la transmisi¨®n de El Show: Cr¨®nica de un asesinato, la producci¨®n de La Casa de los Famosos, en Estados Unidos, busc¨® a los Bezares. La idea no les convenci¨® y lo rechazaron. Pero cuando lleg¨® la invitaci¨®n desde la parte mexicana, lo tomaron. Brenda Bezares lo recuerda: ¡°Yo realmente no quer¨ªa, porque nos hab¨ªan lastimado mucho, hemos sido muy se?alados y muy juzgados y porque aparte Mario nunca ha sido de realities, o de andar en l¨ªos o chismes, entonces yo no estaba tan contenta, pero se tom¨® la decisi¨®n en la familia con los hijos y se lleg¨® a la determinaci¨®n que s¨ª, porque, obviamente, mis hijos dijeron ¡®queremos que te conozcan como eres realmente, esta es tu oportunidad¡¯. Y, ¨¦l acept¨®¡±.
Ap¨²ntese gratis a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.