El Z¨®calo, ante su primera presidenta: ¡°M¨ªrala, y nosotras que ¨¦ramos unas amas de casa sin derecho a estudiar¡±
Claudia Sheinbaum recibe el bast¨®n de mando de representantes de pueblos originarios en un acto ante 400.000 personas en Ciudad de M¨¦xico
El Z¨®calo parece un grito: ¡°?Presidenta, presidenta!¡±. Claudia Sheinbaum acaba de recibir el bast¨®n de mando y en su primer discurso en el Congreso mexicano ha hecho una ¡°respetuosa invitaci¨®n¡± a que se le diga presidenta, terminado en ¡°A¡±. Ese recordatorio no ha hecho falta en la mayor plaza de Am¨¦rica Latina, llena hasta arriba, en la que 400.000 personas han celebrado este martes que M¨¦xico tiene por primera vez en su historia a una mujer con las riendas. Nadie cree que este pa¨ªs, con 3.600 asesinadas al a?o, haya dejado de repente de ser machista, pero dice Dulce Mart¨ªnez, una comerciante de Iztapalapa, que su llegada, por lo menos, les ¡°ha subido el ego¡±.
Puntual¨ªsima, Claudia Sheinbaum ha salido esta tarde de Palacio Nacional, despu¨¦s de un almuerzo con representantes internacionales, y ha subido con el mo?o apretado a una tarima llena de mujeres. All¨ª la esperaban 113 autoridades elegidas por los 70 pueblos originarios, con sus vestidos bordados, sus huipiles y trenzas. Con ellas, ha levantado las manos al este para pedir ¡°vida, iluminacio?n y sabiduri?a¡± para su Gobierno; al oeste, para pedir ¡°madurez¡±; al norte, ¡°perd¨®n y reconciliaci¨®n¡±, al sur, ¡°salud e identidad¡±. Durante toda la ceremonia, Sheinbaum ha lucido sosegada, ha repartido abrazos, ha recibido collares de flores.
¡ªCon Andr¨¦s Manuel era un hombre quien hac¨ªa la ceremonia y con ella son puras mujeres...
Todo han sido s¨ªmbolos esta jornada. Ifigenia Mart¨ªnez, una de las primeras luchadoras del movimiento de izquierda en M¨¦xico, ha sido quien le ha entregado la banda; la presidenta ha llevado un vestido bordado dise?ado por la artesana oaxaque?a ¡ªhasta ahora an¨®nima¡ª Claudia V¨¢squez; todos los conjuntos musicales que han tocado en el Z¨®calo estaban compuestos por mujeres; el bast¨®n de mando, labrado en cedro, ha sido por primera vez otorgado por las representantes de los pueblos originarios. ¡°No llego sola, llegamos todas¡±, ha repetido Sheinbaum una y otra vez, ante los legisladores y el poder judicial, ante decenas de autoridades extranjeras y, finalmente, ante miles de mexicanas que han viajado de todas partes de M¨¦xico solo para verla hacer historia.
¡°Es muy significativo todo lo que est¨¢ detr¨¢s de ella¡±, dice Jemima, comunicadora de 38 a?os, que ha llegado desde San Blas, Nayarit: ¡°En un pa¨ªs tan machista que llegue ella hasta ac¨¢ y la reciban las mujeres ind¨ªgenas, que son quienes han sufrido much¨ªsimo rezago, quienes han sido v¨ªctimas de todos maltratos, es un parteaguas. Tambi¨¦n para nosotras, de que es el momento de seguir adelante, de que este avance pol¨ªtico nos abre las puertas a nosotras¡±.
Desde su banquito plegable, Griselda L¨®pez, de 64 a?os, a?ade: ¡°M¨ªrala... y nosotras que ¨¦ramos unas amas de casa sin derecho a estudiar¡±. La mayor de 10 hijos de una pareja de campesinos de San Vicente, Nayarit, ha viajado 15 horas hasta el Z¨®calo de la capital para estar presente en ¡°este momento hist¨®rico¡±: ¡°En M¨¦xico hay mucho machismo, muy pocas oportunidades para las mujeres, en un momento yo pensaba que era solo en mi pueblo, pero no, es a nivel nacional, pero ahora ya nos est¨¢n empezando a valorar, a ver nuestras capacidades¡±. Despu¨¦s de no perderse ninguno de los 100 objetivos descritos por Sheinbaum para su nuevo Gobierno, L¨®pez dice: ¡°Conf¨ªo mucho en ella, es muy virtuosa, puede lograrlo. Andr¨¦s Manuel lo hizo, solo le falt¨® Ayotzinapa. Tambi¨¦n algo m¨¢s del control de la inseguridad, pero ella puede lograrlo¡±.
Entre los 100 prop¨®sitos de su Gobierno, Sheinbaum ha situado entre los 10 primeros ¡°encontrar a todos los j¨®venes desaparecidos de Ayotzinapa¡±, una promesa original de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, quien no la pudo cumplir. Entre el centenar, los m¨¢s vitoreados han sido los s¨ªmbolos de su predecesor: la reforma judicial, la continuaci¨®n de las ma?aneras, el desarrollo de trenes en M¨¦xico: ¡°Con el pueblo... todo, sin el pueblo... nada¡±, han coreado. Tambi¨¦n algunos propios: nunca usar la fuerza del Estado para reprimir, que ning¨²n puesto de elecci¨®n popular pueda ser reelegido o combatir la discriminaci¨®n: ¡°No al racismo, no al clasismo y no, al machismo¡±, ha gritado Sheinbaum entre aplausos.
La nueva presidenta no ha podido sacudirse todav¨ªa la capa del antiguo l¨ªder, a quien le ha dedicado sus primeras palabras tanto en el Congreso, como en el Z¨®calo. Ahora a los viejos s¨ªmbolos, los carteles de ¡°Hasta siempre, presidente¡±, las gorras de ¡°I love AMLO¡±, o los gritos de ¡°es un honor estar con Obrador¡±, se a?aden otros. Dina Berm¨²dez, artesana del Estado de M¨¦xico, ha iniciado en el taller que maneja con sus hijos una nueva divisi¨®n de negocios. Vestida con traje y banda presidencial, miran unos ojos grandes acolchados: ya no se fabrican solo Amlitos, las Clauditas, a partir de hoy, se ponen la venta. A unos metros, Sheinbaum sube a una tarima y todav¨ªa resuena: ¡°Es un honor estar con Claudia hoy¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.