El C¨¢rtel de Sinaloa aterroriza una noche m¨¢s Culiac¨¢n

El C¨¢rtel de Sinaloa ha aterrorizado una noche m¨¢s Culiac¨¢n, como casi todas desde hace casi tres meses. La ciudad enfrenta una nueva semana negra: el lunes amaneci¨® con la noticia de siete homicidios y dos desapariciones a lo largo de la capital sinaloense; el martes, cinco cuerpos fueron abandonados maniatados, descalzos, con agujeros de bala, frente a la Universidad de Sinaloa (UAS), y otras tres personas fueron asesinadas; entre el mi¨¦rcoles y el jueves, la violencia se contagi¨® tambi¨¦n a Mazatl¨¢n y Badiraguato, cuna simb¨®lica de la organizaci¨®n criminal: nueve cad¨¢veres m¨¢s entre los tres municipios pasaron a engrosar la larga lista de v¨ªctimas de la ¨²ltima ¡ªla en¨¦sima¡ª guerra del narco.

No hay datos oficiales agregados del n¨²mero de asesinatos, pero el peri¨®dico Noroeste lleva su propia cuenta: la uni¨®n de las cifras gubernamentales, su propio trabajo period¨ªstico y los colectivos que buscan desaparecidos. Seg¨²n su base de datos, la violencia desatada por el c¨¢rtel ha matado desde el 9 de septiembre, el d¨ªa que todo estall¨®, a 469 personas: una media de seis vidas perdidas al d¨ªa. El grupo criminal ha secuestrado tambi¨¦n a 539 personas, hay 1.376 veh¨ªculos robados (17,4 diarios) y la polic¨ªa ha ejecutado 149 detenciones. Para una ciudad oficialmente en paz, las estad¨ªsticas recuerdan mucho a una guerra.

Si uno busca ¡°Culiac¨¢n¡± en internet estos d¨ªas, los resultados son elocuentes: ¡°Ca¨®tica noche-madrugada en Sinaloa¡±, ¡°Balean casa y asesinan a un hombre en Valle Alto¡±, ¡°Grupo armado asesina a cuatro e hiere a cuatro m¨¢s¡±, ¡°Incendian Restaurante¡±, ¡°Atacan a balazos fachada de cl¨ªnica de especialidades¡±, ¡°Detienen a presunto gatillero¡±, ¡°Encuentran a hombre asesinado¡±, ¡°Sujetos armados queman gr¨²a y camioneta¡±, ¡°Suspenden clases en la UAS de Culiac¨¢n tras los hechos violentos¡±, ¡°El terror vuelve a Culiac¨¢n¡±. Cada titular es apenas un grano de arena que no sirve para dimensionar el horror general, pero ayuda a pintar un mosaico de la situaci¨®n l¨ªmite en la ciudad.

Las dos facciones en guerra del C¨¢rtel de Sinaloa, Los Chapitos (los hijos del antiguo l¨ªder Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n Loera) y los fieles a Ismael El Mayo Zambada, han tomado como reh¨¦n a la poblaci¨®n, que malvive bajo las leyes impuestas por los narcos: hay un toque de queda en la pr¨¢ctica y nadie quiere estar en la calle cuando cae el sol; la gente va a trabajar y vuelve a casa sin apenas hacer vida en el exterior, ante el riesgo de que en cualquier momento se desate otro tiroteo ¡ªcomo el lunes, cuando los asistentes a un partido de f¨²tbol tuvieron que resguardarse de una intensa balacera contra un casino cercano¡ª. Comer en restaurantes tampoco es seguro ya: esta ma?ana, por ejemplo, dos sucursales de la empresa de sushi Ranch Roll fueron atacadas casi simult¨¢neamente en distintos puntos de la ciudad con disparos y c¨®cteles molotov.

Pese a la incontestable evidencia, pese al casi medio millar de muertos, las autoridades se resisten a llamar violencia a la violencia. La estrategia oficial del Gobierno es reconocer la situaci¨®n pero minimizarla y defender que se est¨¢ recuperando la normalidad. La presidenta de la Rep¨²blica, Claudia Sheinbaum, no habla de ello en p¨²blico y esquiva las preguntas: este jueves, cuestionada en La ma?anera, su conferencia diaria de prensa, desvi¨® el tema y solo respondi¨® que su gabinete de seguridad est¨¢ trabajando en ello.

Para el gobernador de Sinaloa, Rub¨¦n Rocha Moya, la gente y la prensa exageran. El martes, pidi¨® a los padres y madres que mandaran a sus hijos a clases: ¡°No le hagamos el caldo gordo a quienes quieren que tengamos un estado de excepci¨®n, no estamos en un estado de excepci¨®n, estamos en condiciones de controlar la seguridad para los ciudadanos¡±. Era el mismo d¨ªa que el c¨¢rtel abandon¨® cinco cad¨¢veres a las puertas de la universidad m¨¢s importante del Estado.

Aunque algunas escuelas est¨¢n abiertas, son muchos los alumnos que no conf¨ªan en las palabras de Rocha Moya y prefieren quedarse en casa. La UAS cancel¨® las clases presenciales el lunes y el martes ante ¡°los hechos violentos¡±. El mi¨¦rcoles, quiz¨¢ movida por las declaraciones del gobernador, anunci¨® la vuelta a la presencialidad. Ha durado un d¨ªa: las clases vuelven a ser desde casa este jueves.

El Ej¨¦rcito est¨¢ desplegado y ha mantenido enfrentamientos con los sicarios en las ¨²ltimas semanas, pero nadie, ni los militares ni el Gobierno, ha conseguido garantizar la seguridad de los habitantes de Culiac¨¢n. La nueva ola de violencia ha resucitado una vieja cuesti¨®n: la delgada l¨ªnea entre las instituciones y el crimen organizado en el Estado ¡ªy, de paso, en el pa¨ªs¡ª. El propio hecho que desencaden¨® la violencia era un recordatorio. El Mayo fue secuestrado al acudir a una reuni¨®n en una finca a las afueras de la ciudad con el exalcalde y exrector de la UAS, H¨¦ctor Melesio Cu¨¦n. Zambada fue traicionado, presuntamente por Los Chapitos, y trasladado a la fuerza a Estados Unidos, donde ahora se enfrenta a la justicia. Melesio Cu¨¦n fue asesinado en el lugar.

El Mayo asegur¨® en una carta desde la c¨¢rcel que al encuentro hab¨ªa sido invitado tambi¨¦n Rocha Moya. El gobernador lo niega ¡°tajantemente¡± y promete que ese d¨ªa, el 25 de julio, estaba en Los ?ngeles. La sospecha est¨¢ ah¨ª, aun as¨ª, alimentada por su discurso y por un montaje de la Fiscal¨ªa de Sinaloa, que difundi¨® la versi¨®n falsa de que Melesio Cu¨¦n no fue asesinado en la finca donde secuestraron a Zambada, sino horas despu¨¦s en una gasolinera, en un hecho no relacionado. La Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica demostr¨® que era mentira. Rocha Moya se desentendi¨®.