El susto de Irene Vallejo y otras pildoritas de la FIL
El primer d¨ªa hubo alg¨²n rumor, inauguraciones y mucha memoria hist¨®rica
S¨¢bado, primer d¨ªa de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Espa?a, pa¨ªs invitado. Los periodistas estaban apenas quit¨¢ndose las lega?as cuando salt¨® la bomba, en forma de rumor, como empieza todo hasta que se confirma: Irene Vallejo, una de las grandes estrellas en el programa espa?ol se hab¨ªa enfadado much¨ªsimo y cancelaba sus actos institucionales. ??C¨®mo?? La rueda de prensa prevista con ella para las 10 no se celebr¨®. ??Por qu¨¦?? No se dieron razones. A la inauguraci¨®n, donde se entregaba el premio de este a?o al escritor Mia Couto, tampoco asisti¨® Vallejo, uyuyuy¡ el protocolo habr¨ªa dictado lo contrario. Pronto se dijo que el cabreo se deb¨ªa a un asunto de viajes en avi¨®n¡ Andando la ma?ana, la cosa se fue diluyendo, no se dijo nada m¨¢s y por la tarde la FIL segu¨ªa su curso. Si hubo alg¨²n entuerto, acab¨® desfaci¨¦ndose. Pero qu¨¦ susto.
El ministro espa?ol de Cultura, Ernest Urtasun, pase¨® por la feria con autoridades y al lado del escritor nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez, que ha comisariado la presencia literaria de Espa?a en esta cita mexicana. El pabell¨®n espa?ol qued¨® inaugurado. Es rosa. No se hablaba de otra cosa. Rosa chicle. Por alguna raz¨®n, a muchos les rompi¨® los esquemas que no fuera rojo: que si el color de la bandera, que si ser¨ªa el s¨ªmbolo que identificar¨ªan con Espa?a, que si patat¨ªn, que si patat¨¢n. Pues no, un rosa que llama la atenci¨®n, que de eso se trata. No es m¨¢s que una enorme librer¨ªa sinuosa y acristalada donde los libros se pueden ver por delante y por detr¨¢s, por dentro y por fuera. Chulo y sencillo. Chido, dir¨¢n los mexicanos.
¡°La FIL es libertad, es catedral de pensamiento, un laberinto de susurros donde se escuchan todas las lenguas del mundo¡± dijo, as¨ª tan precioso, Ricardo Villanueva Lomel¨ª, rector saliente de la Universidad de Guadalajara. Su puesto lo ocupar¨¢ pronto una mujer, Karla Planter P¨¦rez. Las mujeres no hab¨ªan catado ese bocado en 200 a?os, los que tienen la academia guadalajare?a. Es tiempo de mujeres, como repite la presidenta de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, que fue invitada a la feria, pero no ha acudido. La m¨¢s importante cita con los libros de la lengua espa?ola no era del agrado de su antecesor, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Dec¨ªa que era muy fif¨ª, palabra mexicana que viene a significar burguesita. Pero no, aqu¨ª lo ¨²nico burgu¨¦s son los precios de los libros, por lo menos los del pabell¨®n espa?ol. Le?e, qu¨¦ precios los de la librer¨ªa rosa.
Camino de ida y vuelta, dice el espacio espa?ol en la FIL. No hubo mejor p¨¢gina en la historia de ambos pa¨ªses que la acogida en M¨¦xico de los republicanos vencidos tras la Guerra Civil y buena parte del programa de este a?o tiene una parada en el exilio. Las relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y M¨¦xico andan estos d¨ªas m¨¢s tensas que la piel de un tambor y la carta del exilio es buena cosa para ir suavizando las contracturas. El ministro Urtasun se refiri¨® a la solidaridad mexicana con los transterrados: ¡°Lo que supuso el exilio es una lecci¨®n de fraternidad que los espa?oles jam¨¢s vamos a olvidar¡±. ¡°Muchos vinieron con una peque?a maleta, su conocimiento, la fuerza de la poes¨ªa, con ganas de contribuir con su trabajo. Tan solo tenemos palabras de gratitud. El reconocimiento del exilio es reconocer la memoria y la memoria del exilio es el espacio para seguir construyendo solidaridad entre ambos pa¨ªses¡±. Muy reprecioso, tambi¨¦n.
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