Mia Couto, en la inauguraci¨®n de la FIL: ¡°La poes¨ªa es mi religi¨®n¡±
El escritor mozambique?o recibe el Premio FIL en Lenguas Romances con un homenaje a los poetas mexicanos y una reivindicaci¨®n de los escritores en lengua portuguesa. ¡°Soy originario de ese M¨¦xico que me lleg¨® a trav¨¦s de sus libros, sus canciones y su pintura¡±
El mozambique?o Mia Couto ha recibido este s¨¢bado el premio en Lenguas Romances que entrega la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) con un homenaje a la poes¨ªa y en particular a los poetas y escritores mexicanos, de Octavio Paz a Juan Rulfo. El escritor ha recordado que el primer visado que necesit¨® para entrar a M¨¦xico por primera vez en 2018 le abr¨ªa tambi¨¦n la puerta a un mundo literario que forma parte de sus pasiones. ¡°Una parte de m¨ª me dec¨ªa que yo ya hab¨ªa estado aqu¨ª. Una parte de m¨ª hab¨ªa nacido en este lugar. Como muchos de mi generaci¨®n, soy originario de ese M¨¦xico que me lleg¨® a trav¨¦s de sus libros, sus canciones y su pintura¡±, ha afirmado Couto en un hermoso y corto discurso a trav¨¦s del que hizo un viaje por la literatura mexicana, pero que tambi¨¦n fue una una reivindicaci¨®n de los escritores en lengua portuguesa, eso ¡°escritores africanos que viven una doble segregaci¨®n: su geograf¨ªa y la lengua en la que escriben¡±.
Couto comenz¨® su discurso recordando su ni?ez, cuando a los nueve a?os su padre lo llev¨® a visitar un parque natural en el centro de Mozambique. Ese parque, ha contado, es atravesado por una falla tect¨®nica que ¡°desgarra el continente africano de arriba abajo¡±. En aquella grandeza, ha agregado, ¡°vi nacer el mundo¡±. Su padre le puso la mano sobre el hombro y el pregunt¨®: ¡°?Te gusta?¡±. ¡°Yo quer¨ªa responder¡±, ha dicho el escritor, ¡°pero no ten¨ªa palabras. Me faltaba un idioma. Entonces, ¨¦l murmur¨®: ¡°Hijo m¨ªo, esta es tu iglesia¡±. Para el escritor aquel anuncio marc¨® su destino. ¡°Si aquel momento era una iglesia, la poes¨ªa vendr¨ªa a ser mi religi¨®n¡±, ha afirmado. Couto ha recordado que fue su padre quien le present¨® la poes¨ªa de Octavio Paz, que inmediatamente lo encandil¨®. Cit¨® entonces unos versos del mexicano, quien afirma que Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. / Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. / Sin entender comprendo: tambi¨¦n soy escritura / y en este mismo instante alguien me deletrea.
¡°Lo que Octavio Paz vio en la graf¨ªa de las estrellas y lo que yo busco en la escritura: alguien que me escuche y que intercambie su alma conmigo. Y que lo haga con tal delicadeza que yo me convierta en esta otra criatura que me deletrea. Ese es el oficio de la poes¨ªa: entregarnos la palabra que nos hace nacer¡±, ha afirmado el escritor. Para Couto el viaje entre los libros y la poes¨ªa ha sido la visa que le ha permitido encontrar una forma de expresarse, de contar lo que estremece a su ser, una forma de, ha dicho citando a Carlos Fuentes, ¡°salvar la palabra¡±. Y ha mencionado algunos libros que le ayudaron en ese acometido: El libro del desasosiego, de Fernando Pessoa; El bebedor de vino de palma, de Amos Tutuola; el Gran Sert¨®n: Veredas, de Guimar?es Rosa y, finalmente, Pedro P¨¢ramo, de Juan Rulfo. ¡°Todos esos libros aclaraban mi prop¨®sito: lo que yo buscaba no era exactamente una historia. Buscaba un lenguaje. Lo que yo buscaba era el idioma que existe desde antes de que fu¨¦ramos personas, lo que yo buscaba era la palabra eternamente suspendida entre el abismo y el camino¡±, ha explicado.
Salvar las palabras, que es lo mismo que salvar la literatura en medio de un mundo tormentoso, donde imperan las mentiras, los pol¨ªticos llenos de patra?as, el odio que supuran las redes sociales, los desencuentros, la guerra. ¡°En nuestros d¨ªas, la llamada realidad se torn¨® tan vac¨ªa y, al mismo tiempo, tan insolente y tan arrogante. Nuestra cotidianidad se volvi¨® tan brutal y empobrecida que, para hacernos humanos, necesitamos m¨¢s que nunca ver esas otras caras de la realidad. Porque esa puesta en escena de la realidad que nos llega por medio de una pantalla luminosa no es solamente una imagen. Es un muro. Un muro que no nos deja ver nuestra propia humanidad¡±, ha dicho.
Nacido en 1955 en el puerto de Beira, en la costa central de Mozambique, Couto se ha convertido en uno de los autores m¨¢s destacados de la lengua portuguesa y su obra ha sido traducida a m¨¢s de 30 idiomas. Las ra¨ªces de su trabajo se funden en el periodismo, oficio con el que comenz¨® muy joven para retratar la violencia que carcom¨ªa a su pa¨ªs, que sufri¨® una cruenta guerra civil iniciada a finales de la d¨¦cada de los setenta del pasado siglo y que dej¨® un mill¨®n de muertos. La profesi¨®n de informar, ha explicado el autor, ha sido muy importante en su aprendizaje como escritor y la ha definido como una ¡°gran escuela del conocimiento humano¡±, que le ha dado la posibilidad de estar cerca de la gente de su pa¨ªs y conocer de primera mano sus sufrimientos.
¡°Vengo de un pa¨ªs donde los r¨ªos y las piedras hablan con las personas, los animales y los ¨¢rboles comparten silencios con los dioses. No estoy folclorizando lo que es, sobre todo, una sabidur¨ªa ancestral. En esas cosmogon¨ªas no existen las fronteras entre lo vivo y lo no vivo, no existen las fronteras en los sue?os y los dioses que viven dentro y fuera de nuestro cuerpo. Somos humanos porque somos todos los otros. Toda mi obra no busca sino traducir esa movilidad ontol¨®gica que todav¨ªa hoy habita las varias culturas mozambique?as. Esa errancia existencial permite viajar entre identidades que hoy se nos presentan como territorios amenazados, defendidos por murallas sagradas. Esa visita de mundos es absolutamente vital en un tiempo regido por el miedo, por el odio, por el derecho a la violencia y por la legitimaci¨®n de la venganza¡±, ha dicho el escritor.
Couto ha querido reconocer con el galard¨®n que le entrega la FIL, uno de los premios literarios m¨¢s importantes de la literatura, a sus compa?eros escritores de ?frica y del portugu¨¦s. ¡°Debo decir que no estoy aqu¨ª solo. Quiero compartir este galard¨®n con todos los escritores de mi pa¨ªs. Son ellos quienes, desde hace d¨¦cadas, luchan para que Mozambique gane la visibilidad que merece. Los escritores mozambique?os, todos ellos, reafirman su identidad plural contra la herencia de los estereotipos que pesan sobre ?frica y sobre los africanos¡±, ha explicado. ¡°Los escritores africanos de la lengua portuguesa viven una doble segregaci¨®n: su geograf¨ªa y la lengua en la que escriben. Agradezco al jurado por haber contribuido para que las voces de esos escritores puedan ser conocidas m¨¢s all¨¢ de sus fronteras¡±, ha agregado.
La ceremonia de entrega del premio de la FIL, feria cuyo invitado de honor este a?o es Espa?a, ha servido tambi¨¦n para recordar los lazos que unen a los pa¨ªses de tres continentes a partir de las lenguas romances, de Am¨¦rica a Europa, aterrizando por ?frica. Pero tambi¨¦n para resaltar la relaci¨®n cultural que une a dos pa¨ªses en espec¨ªfico: M¨¦xico y Espa?a. Sobre esa relaci¨®n se ha pronunciado el ministro de Cultura espa?ol, Ernest Urtasun, quien aprovech¨® su discurso para recordar la solidaridad mexicana con el exilio espa?ol. ¡°Lo que supuso el exilio es una lecci¨®n de fraternidad que los espa?oles jam¨¢s vamos a olvidar¡±, ha afirmado Urtasun, seguido de un aplauso atranador. ¡°Muchos vinieron con una peque?a maleta, su conocimiento, la fuerza de la poes¨ªa, con ganas de contribuir con su trabajo. Tan solo tenemos palabras de gratitud. El reconocimiento del exilio es reconocer la memoria y la memoria del exilio es el espacio para seguir construyendo solidaridad entre ambos pa¨ªses¡±, ha agregado en momentos cuando las relaciones diplom¨¢ticas entre ambas naciones se mantienen tensas. Urtasun inaugur¨® minutos despu¨¦s el pabell¨®n espa?ol en la feria, junto al escritor nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez, curador del programa cultural que Espa?a presenta este a?o, la directora de la FIL, Marisol Schulz, el pol¨ªtico mexicano Cuauhtemoc C¨¢rdenas y el poeta espa?ol Mario obrero.
Se trata de un encuentro, el de la FIL, que en palabras de Couto permite recuperar a trav¨¦s de la literatura ¡°nuestra humanidad¡±. Para ¨¦l, esta feria, la m¨¢s importante en lengua espa?ola, ¡°es, sin duda, un lugar para compartir lo que, en cada uno de nosotros, es la humanidad entera. Estoy aqu¨ª, en esta fiesta literaria y recuerdo las palabras de mi padre: este lugar, esta feria, se convirti¨® en una de mis iglesias¡±. Un templo en el que la visa de entrada son los libros.
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