Jaime Maussan, un periodista de otro planeta: ¡°M¨¦teme a debatir con cualquier cient¨ªfico, lo voy a hacer pedazos¡±
El defensor de la existencia de los ovnis m¨¢s famoso de M¨¦xico recibe a EL PA?S en su casa, subterr¨¢nea y fusionada con la naturaleza, para hablar de su encuentro con aliens, cuando escuch¨® a la Virgen de Guadalupe o su intervenci¨®n en el Congreso
Jaime Maussan ha visto cosas que nosotros no creer¨ªamos. Extra?os sucesos que, para el ojo no entrenado, pueden parecer irrelevantes e inconexos, delirios incluso, pero que para ¨¦l, tres d¨¦cadas de carrera descifrando el cielo y sus mensajes ocultos en v¨ªdeos de baja resoluci¨®n o solitarios avistamientos de madrugada, son pistas irrefutables de la existencia de vida m¨¢s all¨¢ de la Tierra. La primera vez fue una noche de 1991 en la Bas¨ªlica de Guadalupe en que la misma Virgen le habl¨®, muy enfadada, dentro de su cabeza. Se llev¨® un susto de muerte. Los esc¨¦pticos dir¨¢n que es mentira; los ingenuos lo llamar¨¢n milagro. ¡°Creo que es un fen¨®meno que podr¨ªa estar m¨¢s relacionado con presencias inteligentes¡±, refuta ¨¦l. Porque, ?qu¨¦ es, en el fondo, el Antiguo Testamento, sino la historia de un ser de otra galaxia, llegado a nuestro planeta a trav¨¦s de un portal interdimensional ¡ªcomo, por cierto, el que esconde el volc¨¢n Popocat¨¦petl, que Maussan monitorea con una c¨¢mara¡ª para sembrar las ideas que salvar¨¢n a la humanidad de su autodestrucci¨®n? ¡°?T¨² c¨®mo me puedes explicar a Jes¨²s?¡±, reta, y cita el Evangelio de Juan, 18:36-40: ¡°Mi reino no es de este mundo¡±.
Es un d¨ªa cenizo de enero en Ciudad de M¨¦xico, lluvioso, con algo de niebla, de esos ideales para contactar con inteligencias extraplanetarias. Maussan recibe en su hogar, excavado en una colina del Desierto de los Leones, un alarde arquitect¨®nico de vivienda sostenible fusionada con el bosque. Tres casas subterr¨¢neas, unidas por largas galer¨ªas bajo las que corren riachuelos y las ra¨ªces de los ¨¢rboles se funden con los cimientos; habitaciones redondas acabadas en c¨²pulas, construidas con ladrillos de adobe tecnificado, cocinados a partir de la tierra que extrajeron en la obra; una torre sacada de una novela de Philip K. Dick, revestida de cobre y en forma de pir¨¢mide cuadrada, forrada en el interior con la madera de un tronco seco que antes se alzaba en este mismo lugar; otras dos caba?as de madera de m¨¢s de 150 a?os rehabilitadas. Tres d¨¦cadas en la tele hablando de marcianos dan mucho dinero.
?l va como suele ir: chaleco de explorador, pantalones crema, la barba bien delineada, el pelo pulcramente blanco, de anuncio, la raya a la izquierda. Est¨¢ en uno de los salones de la casa, en la torre, sentado en un sof¨¢ de cuero marr¨®n. Cada tanto su walkie-talkie suena con alg¨²n mensaje de su seguridad privada, tres personas que vigilan la finca las 24 horas, o de los trabajadores, cuatro o cinco personas que mantienen a punto las tres hect¨¢reas de propiedad.
La primera vez que fue testigo de las inteligencias que nos rodean, aquel mano a mano con la Virgen de Guadalupe, solo oy¨® una voz en su cabeza. Narra la experiencia casi palabra por palabra a como ya se lo cont¨® hace un tiempo a la periodista Adela Micha: grababa un programa sobre la Virgen en la Bas¨ªlica, se qued¨® solo con su imagen porque el resto del equipo sali¨® a fumar, la mir¨® a los ojos y fue cayendo en ellos, como si sus iris fueran un pozo, hasta que sinti¨® un golpe en la nuca y una voz que le dec¨ªa: ¡°?Qu¨¦ quieres de m¨ª?¡±. Por alguna raz¨®n, este hombre sin miedo a revelar lo oculto no cont¨® la experiencia en p¨²blico hasta m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s.
Tendr¨ªan que pasar algunos a?os para ver con sus propios ojos la siguiente pieza del rompecabezas. Una noche del ¨²ltimo a?o del pasado milenio, Maussan dorm¨ªa ya dentro de su saco de dormir en alg¨²n punto de la sierra de La Rumorosa, rocas y desierto pelado en la frontera entre Tecate y California. Un par de a?os antes, tres monta?istas perdidos tuvieron que pasar la noche en esos parajes. Como escuchaban a las v¨ªboras acercarse, se refugiaron en un ¨¢rbol a esperar la luz de la ma?ana. Desde ah¨ª vieron a unos seres fosforescentes rodearles en actitud amistosa. Tras la pista de esos extra?os humanoides de colores, Maussan acudi¨® al lugar junto a los tres j¨®venes, un gu¨ªa y un miembro de su equipo, pero despu¨¦s de un d¨ªa de agotadora marcha por el desierto, ya no ten¨ªa el cuerpo para ovnis. Sus acompa?antes lo despertaron a las dos de la ma?ana:
¡ªJaime, ven, ven, ven, ven.
¡°Yo no hac¨ªa caso, hac¨ªa como que no escuchaba, me siguieron llamando hasta que: ¡®Bueno, ?qu¨¦ quieren?¡¯¡±
¡ªVen a ver esto
¡ªSi es un ovni gr¨¢benlo, ma?ana lo veo.
¡ªNo, no, no, no, no, ven ahora.
As¨ª que, enfadado, medio dormido, sali¨® a ver. Y ah¨ª estaban, en una ca?ada bajo el campamento, dos de los seres fosforescentes. ¡°Tra¨ªa una c¨¢mara de visi¨®n nocturna de esas de primer¨ªsima generaci¨®n y trat¨¦ de grabar, pero no se grab¨®. Estaban como platicando. Sus ojos brillaban much¨ªsimo. Cinco minutos despu¨¦s se desvanecieron. ?Que si habl¨¦ con ellos? No. ?Que si he tenido comunicaci¨®n con seres? No. ?Que si tengo redes telep¨¢ticas? No, no, no¡±. Porque Maussan, en realidad, es un tipo pragm¨¢tico. Si le preguntan, responder¨¢ que no es uf¨®logo, sino periodista. ¡°Sigo siendo esc¨¦ptico, pero el que investiga y encuentra no se puede hacer el tonto¡±. De hecho, su teor¨ªa sobre Cristo es una interprentaci¨®n muy libre de la famosa escala del astrof¨ªsico ruso Nikol¨¢i Kardashev para medir el desarrollo de las civilizaciones. Jes¨²s de Nazaret ser¨ªa, entonces, un ser de tipo III, criaturas de futuros tan evolucionados que ¡°pueden ir de una galaxia a otra¡±.
Momias y fraudes
Pero vayamos por partes. ?Qui¨¦n es Jaime Maussan? Alguna vez fue un periodista al uso, tres veces ganador del Premio Nacional de Periodismo; su trabajo, reconocido en el Capitolio de Washington; pionero en la cobertura medioambientalista, reportero de mirada aguda para temas sociales. En los 80 se cruz¨® en su camino un suizo que dec¨ªa tener pruebas de la existencia de ovnis. Maussan las encontr¨® convincentes y le hizo un reportaje para 60 Minutos, donde trabajaba. Ah¨ª cambi¨® todo. Hab¨ªa saboreado el gusto por lo extraterrestre y los problemas estrictamente terr¨ªcolas sab¨ªan a poco ya. En 1991 bati¨® r¨¦cords en la televisi¨®n mexicana como invitado a ?Y usted que opina?, de Nino Can¨²n, 11 horas y media de programa en directo debatiendo sobre marcianos. Al d¨ªa siguiente, ¡°medio M¨¦xico hablaba de ello¡±. Le llovieron las invitaciones para dar conferencias por medio mundo. Televisa le ofreci¨® su propio programa, Tercer Milenio, que contin¨²a 30 a?os despu¨¦s.
En 2023, su cara apareci¨® en los principales peri¨®dicos internacionales. The New York Times, The Guardian, The Independent, Al Jazeera... Hab¨ªa sido invitado al Congreso mexicano para intentar convencer a los diputados de la existencia de vida extraterrestre. No fue solo, llev¨® dos momias que ¨¦l defiende, como se defienden los asuntos que son a vida a muerte, que pertenecen a una civilizaci¨®n extraterrestre, encontradas en Per¨² en 2017. El consenso de la comunidad cient¨ªfica es que se trata del mayor fraude de una carrera llena de ellos. ?l dice que esos comentarios ya no le importan, que el tiempo pondr¨¢ a cada uno en su lugar, pero es un camino solitario el de Maussan, desgastante, casi b¨ªblico, seg¨²n como se mire, en el que se enfrenta a los falsos profetas y la falta de fe, a los repetidos insultos del p¨²blico y el establishment cient¨ªfico, que lo llevan, de tanto en tanto, a estallar ante alg¨²n periodista poco propenso a creer. Da igual, ¨¦l tiene una misi¨®n: ¡°La guerra que estamos enfrentando es muy dif¨ªcil, pero la vamos a ganar. En beneficio de la humanidad¡±.
Habla de los drones que han sobrevolado la costa este de Estados Unidos que para ¨¦l, claramente, no son drones, sino, de nuevo, inteligencias. ¡°Hemos sido tan lavados del cerebro que cuando se habla de esto parece que uno se acerca a la locura¡±.
¡ª?Qui¨¦n nos ha lavado el cerebro?
¡ªLos gobiernos, especialmente el de los Estados Unidos. ?Por qu¨¦? Porque es un cambio de paradigma. ?Te imaginas que en 1947 cuando se encontr¨® la nave en Roswell con los seres se hubiera dicho con honestidad que hab¨ªa ca¨ªdo una nave extraterrestre en la Tierra? El mundo ser¨ªa muy distinto. Yo creo que se cometi¨® un gran crimen al enga?ar a la humanidad.
As¨ª es Maussan. No hace falta preguntarle mucho, porque ¨¦l solo se pregunta y se responde, constantemente, una especie de mon¨®logo interno en voz alta, con p¨²blico m¨¢s que interlocutores. Ser¨¢n los a?os en la tele. Vuelve a los portales interdimensionales como el del Popo, por cuyo cr¨¢ter, al parecer, circulan objetos voladores. ¡°No puedo demostrarlo, pero resulta evidente que son utilizados por otras inteligencias para llegar de manera instant¨¢nea desde lugares muy lejanos a la Tierra¡±. Y a?ade: ¡°No hay que alucinar ni nada, hay que ver las cosas como son¡±. A veces puede ser gracioso.
Otras veces no lo es tanto. Como cuando asegura que su nueva l¨ªnea de suplementos alimenticios a base de algas marinas mantiene con vida a ni?os con leucemia a los que la quimioterapia no les funciona, una afirmaci¨®n peligrosa y mil veces rebatida por la comunidad m¨¦dica cuando, de tanto en tanto, aparece alg¨²n nuevo y milagroso pseudomedicamento de herbolario. ¡°Casi desaparece la diabetes, pero no desaparece. Casi desaparece el c¨¢ncer, pero no desaparece¡±, matizar¨¢ despu¨¦s. ¡°Yo mismo soy un ejemplo. Tengo 71 a?os, voy a cumplir 72, y estoy como nuevo, hermano, no tengo una sola enfermedad¡±, dice, mientras tose. ¡°Bueno, me dio gripa. Pero no tengo mala pr¨®stata, ni el h¨ªgado, ni los ri?ones, ni el coraz¨®n. Tengo much¨ªsima energ¨ªa. Trabajo todos los d¨ªas de 10 a 12 horas¡±.
Otro tema sensible es el supuesto descubrimiento de las momias extraterrestres de Per¨², las que present¨® en el Congreso. Thierry Jamin, un explorador franc¨¦s al que la comunidad cient¨ªfica suele a?adirle el prefijo ¡°pseudo¡± ¡ªpseudohistoriador, pseudoarque¨®logo¡ª, dijo haberlas descubierto en 2017. Maussan se interes¨®. Fue a investigarlas con un grupo de ¡°cient¨ªficos¡±. ¡°Encontramos que hab¨ªa cad¨¢veres momificados o m¨¢s bien desecados de seres de dos especies distintas, una de 60 cent¨ªmetros, las otras pr¨¢cticamente humanas, con tres dedos enormes en cada mano y en cada pie, las cabezas alargadas, los huesos muy gruesos, la cuenca de los ojos muy grande¡±. Dice que hicieron an¨¢lisis de ADN y de Carbono-14, que los restos ten¨ªan una antig¨¹edad de entre 1.000 y 2.000 a?os.
¡°Hay dos posibilidades. Una, que sea una especie distinta que apareci¨® as¨ª s¨²bitamente y desapareci¨® sin dejar rastro. La otra es que sean extraterrestres. ?Por qu¨¦ creo que son extraterrestres? Porque la mayor¨ªa tienen implantes de metales muy raros dentro del cuerpo¡±. Hay una tercera posibilidad, en la que concuerda la comunidad cient¨ªfica internacional, adem¨¢s del Gobierno de Per¨²: que las momias sean un fraude. Cuando se le se?ala esto, Maussan se agita, sube la voz, gesticula nerviosamente. Hay un punto de agresividad y de cansancio por ser cuestionado de nuevo. Los cient¨ªficos, dice, est¨¢n en su contra, tienen miedo de que el descubrimiento cambie la historia de la humanidad.
¡ª?Por qu¨¦?
¡ªMe detestan en muchos sentidos, porque les digo la verdad, porque ellos no investigan. M¨¦teme a debatir con cualquier cient¨ªfico, lo voy a hacer pedazos.
As¨ª que ha denunciado al Gobierno de Per¨², un juicio que le est¨¢ costando una fortuna, pero una bien invertida, porque no hay manera de que los peruanos ganen, augura. ¡°Los cuerpos no fueron modificados, esa es una mentira enorme, pero no se hab¨ªan encontrado con una persona tan decidida como yo. Quiero llevar los cuerpos a las mejores universidades, que determinen si son reales o no. Cuando lo hagan, la humanidad se va a ir de espaldas¡±.
Y as¨ª transcurre el resto de la entrevista, m¨¢s de una hora y medio de charla por esos derroteros. Despu¨¦s, les mostrar¨¢ a los periodistas su impresionante residencia, se tomar¨¢ las ¨²ltimas fotograf¨ªas para el art¨ªculo y, antes de despedirse, hablando ya de todo un poco, comentar¨¢ de pasada:
¡ª?Y qu¨¦ te pareci¨® lo de [el presidente de Venezuela, Nicol¨¢s] Maduro? El tipo est¨¢ realmente demente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.