La educaci¨®n a los ni?os migrantes en M¨¦xico se abre en la teor¨ªa, pero se cierra en la pr¨¢ctica

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Damarys camina tomada de la mano de su hija Carlys hacia la Catedral en el centro de Ciudad Ju¨¢rez, en la frontera norte de M¨¦xico con Estados Unidos. ¡°Dos por una¡±. ¡°Dos¡±, contesta Carlys mientras le sigue el paso.

¡ª¡°Dos por dos¡±.

¡ª¡°Cuatro¡±.

Hace 14 meses que los venezolanos Damarys Godoy, su esposo y su hija, salieron de Colombia rumbo a Estados Unidos. Y, desde entonces, las lecciones m¨¢s importantes, Carlys las ha aprendido andando. ¡°Mami: vamos a jugar un juego muy largo y muy cansado¡±, le dijo la madre a su hija, de entonces siete a?os, antes de internarse en la selva del Dari¨¦n porque no encontr¨® otra manera menos dura para explicarle que caminar¨ªan durante d¨ªas bajo condiciones extremas para poder llegar a Panam¨¢ en noviembre de 2023. Despu¨¦s atravesaron ese pa¨ªs, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y por ¨²ltimo M¨¦xico, el nivel m¨¢s dif¨ªcil en el juego que mont¨® Damarys, donde tuvieron que subir al techo de un tren en el que viajaban otras 3.000 personas. Tambi¨¦n tuvieron que correr y esconderse de la Polic¨ªa, de los criminales, y de los agentes de Migraci¨®n para mantenerse a salvo.

¡°?Cu¨¢ndo voy a poder ir a la escuela?¡±, pregunta Carlys a cada rato. ¡°Pronto mami, pronto¡±, le contesta Damarys una y otra vez. Luego imaginan que est¨¢n en la escuela, y le pregunta las tablas de multiplicar mientras caminan a cualquier parte. ¡°Yo fui a la escuela que est¨¢ ac¨¢ a la vuelta y me dijeron que no pueden recibir a la ni?a porque no pueden inscribir a ni?os sin papeles y entonces yo dije: ¡®Va a tener papeles, s¨ª¡¯. Los mand¨¦ pedir de Colombia, donde ella estudi¨®, pero a¨²n no llegan¡±, cuenta la madre.

La familia vive en un albergue para migrantes en el que se hospedan alrededor de otras cincuenta personas, varios n¨²cleos familiares con ni?as, ni?os y adolescentes que no acuden a la escuela de manera formal desde hace por lo menos seis meses, a pesar de que el Gobierno de M¨¦xico, la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica (SEP), gobiernos estatales y diversas organizaciones internacionales como ACNUR y Unicef realizaron el Protocolo para el Acceso de Ni?as, Ni?os y Adolescentes en Situaci¨®n de Migraci¨®n a la Educaci¨®n.

Ese documento establece la manera en que deben actuar las autoridades escolares para que los ni?os reciban de manera inmediata educaci¨®n, sin la petici¨®n de documentos de identidad ni certificados de estudio, y sin costo para cualquier menor acompa?ado de un tutor que as¨ª lo solicite.

A pesar de que un art¨ªculo de la Constituci¨®n, cinco leyes, la normativa de la SEP y por lo menos dos protocolos dictan el derecho de las infancias en situaci¨®n de movilidad al acceso a la educaci¨®n p¨²blica y gratuita en M¨¦xico sin necesidad de documentos de identidad ni probatorios o apostillados de su educaci¨®n en otro pa¨ªs, esta se sigue negando por falta de conocimiento de las autoridades escolares, en gran parte de los planteles de nivel b¨¢sico.

El 63% del personal educativo desconoce las disposiciones oficiales relacionadas a la documentaci¨®n de los menores en los estados donde confluye m¨¢s poblaci¨®n en movilidad como son Chihuahua, Baja California y Chiapas, de acuerdo con el informe Infancias en movilidad y barreras para su educaci¨®n, realizado por Unicef.

Avances en la legislaci¨®n

Sin embargo, los avances han sido significativos en las legislaciones, los protocolos y la normativa de la Secretar¨ªa de Educaci¨®n. Adem¨¢s, el hecho de que la situaci¨®n de los menores en tr¨¢nsito saltara a la esfera pol¨ªtica desde hace por lo menos tres a?os habla de la preocupaci¨®n por enfrentar el problema, de acuerdo con Dirvin Garc¨ªa, director del Programa de Atenci¨®n a Migrantes del Consejo Estatal de Poblaci¨®n del Gobierno de Chihuahua.

¡°Ya a finales del a?o pasado se estableci¨® el protocolo y ahorita hay toda una ruta de presentaci¨®n de este mecanismo: desde jefes de zona, directores, docentes, etc¨¦tera¡±, explica. ¡°Ahora mismo, cualquier migrante que llegue, que acredite cierto nivel de estudios sin apostillar, ya puede incorporarse a nivel b¨¢sico. Tenemos retos a nivel medio. Creo que necesitamos hacer una pol¨ªtica mucho m¨¢s robusta, pero nos da mucho gusto que en educaci¨®n b¨¢sica ya podemos decir que hay una inclusi¨®n real¡±.

Durante el primer semestre de 2024, ingresaron a M¨¦xico 84.927 ni?as, ni?os y adolescentes migrantes en situaci¨®n irregular, de acuerdo con los datos m¨¢s actualizados de la Unidad de Pol¨ªtica Migratoria del Gobierno federal. Esto implic¨® un aumento de casi un 124% con relaci¨®n al mismo periodo del 2023. De ellos, 61.409 eran menores de 11 a?os, mientras que 23.518 ten¨ªan entre 12 y 17 a?os, de acuerdo con la informaci¨®n entregada por el Instituto Nacional de Migraci¨®n.

Para Cristina Coronado, directora del Comedor Comunitario de la Catedral, donde se da alimento, atenci¨®n m¨¦dica, programas de trabajo para mujeres, despensas, asesor¨ªa legal, actividades y atenci¨®n psicol¨®gica para ni?as, ni?os y adolescentes, la educaci¨®n es fundamental para las infancias en tr¨¢nsito.

¡°Hay avance, pero no est¨¢ atendido completamente¡±, asegura. ¡°En nuestra experiencia nos falta todav¨ªa, porque luego van surgiendo detalles por la complicaci¨®n que hay en una familia, se desplazan de un lugar a otro y luego regresan. Hemos encontrado gente que ya estaba m¨¢s o menos establecida y, cuando est¨¢n estos momentos de entregarse y despu¨¦s regresar, ya perdieron todo el avance y ya no podemos regresar a la escuela¡±.

En el albergue El Buen Pastor, tambi¨¦n en Ciudad Ju¨¢rez, hay alrededor de 30 familias de personas en situaci¨®n de movilidad que esperaban su cita para tratar de ingresar a Estados Unidos a trav¨¦s de la aplicaci¨®n del CBP One, que el Gobierno de Donald Trump ha cancelado este lunes, en el primer d¨ªa de su mandato. De estas, la mayor¨ªa cuentan con uno o m¨¢s menores en su n¨²cleo. Pero ninguno acude a la escuela de manera formal.

Ante el fin del programa con el que pretend¨ªan ingresar a Estados Unidos, Damarys y su familia no piensan en volver a Venezuela, sino permanecer en M¨¦xico, un pa¨ªs que todav¨ªa tiene fallas en la aplicaci¨®n de la pol¨ªtica interna de migraci¨®n y en el acceso a la educaci¨®n para los m¨¢s peque?os, pero en el que la venezolana tiene ahora puestas sus esperanzas. Mientras no la acepten en la escuela, seguir¨¢ repasando con su hija lo que aprendi¨® en Colombia.